Aikanaan

Habían sido días difíciles de ajustarse al echo que tenía cuatro parejas destinadas.

Literal casi no le dejaban hacer nada, no en el mal sentido, les salía la mama gallina que llevaban dentro y de golpe me encontraba sin poder hacer nada sentado en el regazo de alguno de los hermanos viendo una serie o simplemente estando en silenciosa compañía.

Pero, supongo que también puedo entenderlos.

Veras, cuando tu magia te castiga deja una serie de efectos secundarios que duran unos cuantos días después del castigo.

Los efectos son casi tan parecidos como los efectos secundarios de estar expuesto unos segundos a la maldición cruciatus, por lo que de golpe podían fallarte los nervios un micro segundo, podías perder la fuerza muscular de un segundo a otro o que de golpe, te fallaran las piernas sin ningún tipo de sentido o motivo.

Y eso es lo que me había pasado hace un par de días estaba cocinando la cena para todos, cuando, de golpe mi mano había fallado y el cuchillo se había caído, cortándome en el proceso.

Desde ese momento tenía prohibido entrar en la cocina hasta que no estuviera totalmente recuperado, e incluso después, siempre y cuando hubiera alguno de ellos para asegurarse de que nada malo pasaba.

Ni que fuera un bebe, panda de neandertales.

Pero bueno, también es verdad que prefería esta posesividad, que nacía de querer cuidar y proteger, porque odiaba la posesividad por celos de inseguridad.

Lo bueno, estos cuatro idiotas eran demasiado seguros de ellos mismos, además el tipo de conexión de almas gemelas que tenemos hace imposible siquiera el pensar en engañar a tu pareja por ninguno de los dos lados, así que, hasta en ese sentido, yo mismo estaba tranquilo.

No que los vampiros o los hombres lobo fueran promiscuos una vez encontraban a su pareja, solía ser todo lo contrario, eran monógamos y empezaban su aquelarre o manada junto a su pareja. 

Veinte veces mejor eso que no estarte preocupando cada dos por tres porque tu pareja es demasiado "amigable" con otras personas.

Pero bueno, hoy era un día importante.

Ahora mismo estaba en el coche junto a Klaus, estábamos yendo hacia una cabaña bastante retirada en medio del bosque a unas cuantas horas de donde vivíamos.

Hace unos días había ido con Maddox a buscar los ingredientes necesarios para la poción necesaria para quitar la maldición.

Todos habían querido ir a dicha cabaña pero como les había dicho; "cuando su lobo sea libre y hasta que se acostumbre y entienda que la conexión tiene más de una vía, si aparecen en ese momento lo único que intentara es matarlos porque pensara que quieren robarme de él".

La conexión entre un lobo alfa como el de Klaus y su pareja necesitaba asentarse con los dos involucrados en solitario, si no, ya me veía sin los otros por estar muertos, y, sabía que eso destrozaría a Klaus, por no poder haber evitado la confrontación.

Eventualmente durante los días que estemos fuera, su lobo aprenderá y aceptara que hay otras conexiones, pero hasta entonces es mejor estar solos.

Sabía perfectamente que su lobo no me haría jamás daño, así que estaba tranquilo.

La poción por otro lado había sido difícil de hacer, porque, los ingredientes habían sido difíciles de encontrar, pero se había logrado.

Y, mientras hacia la poción esperábamos a que fuera la semana de luna llena para poder quitar la maldición.

Había sido gracioso cuando todos habían olido la poción, sus caras había valido oro;

-¿En serio voy a tener que tomarme esa cosa?- dijo el hibrido con la cara casi verde por el olor tan ofensivo que salía de ese caldero.

-Sabe peor que huele- dije con tranquilidad mientras le añadía el siguiente ingrediente.

-¿No querrás decir que huele peor que sabe?- Rebekah estaba que salía corriendo y no volvía del olor tan asqueroso.

-No, en realidad las pociones saben peor que huelen, y este tipo de pociones suele saber a suelo de baño de hombres público a hora punta- dije con tranquilidad mientras me reía de sus caras.

-Creo que voy a vomitar- la única chica de la habitación salió corriendo hacia el baño seguido de un Kol igual de verde.

Ese había sido le mejor día de todo en mucho tiempo.

Sobre todo la cara de resignación de Klaus al ver que no podía escaparse de esa cosa si quería dejar la maldición de la luna atrás.

Lo que no les había dicho es que la poción solo era optativa, se podía quitar la maldición sin necesidad de ella, pero, de alguna manera tendría que vengarme por haberme secuestrado nada más conocernos, ¿no?.

Solo sabía que estos días iban a ser muy entretenidos.