
Capítulo 9
Mientras los cuatro hermanos se daban cuenta que estaban compartiendo la misma alma gemela y por lo tanto se ponían a discutir sobre quien debía estar más tiempo con el pequeño sumiso, Rebekah aprovechaba el bug y se puso a entablar una conversación para conocer al nuevo miembro de su familia y hermano del alma.
Si esos idiotas pensaban que lo iban a tener fácil y que su hermana les dejaría todo el tiempo siempre a su pareja podían ir soñando despiertos, después de todo ella también era egoísta y posesiva, y Harry, también era suyo aunque no fuera románticamente.
Y así es como estaba la escena los cuatro originales discutiendo sobre quien tenía el derecho de pasar más tiempo con Harry y, de mientras los otros tres ocupantes de la casa comían mientras miraban la pelea de los cuatro idiotas.
Que más podían pedir, comida con espectáculo, que buen servicio.
Después de la sorpresa inicial al fin el pequeño Harry se había tranquilizado y estaba de los más tranquilo disfrutando de la comida y la charla con su nueva hermana.
Quizás podría convencerla de vez en cuando de perderlos de vista para poder tener un poco de libertad, si estaba con ella técnicamente mi magia no tendría que reaccionar mal como si estuviera intentando alejarme del vínculo.
-Casi que te tengo lastima por tener que aguantar a los idiotas de mis hermanos tu solito- dijo la chica medio divertida medio celosa, ella quería a la lindura de ojos verdes para ella, no era justo que sus hermanos fueran a robarle al hermoso chico durante gran parte de los días.
-He tenido que aguantar a Elena la mayor parte de mi vida, te puedo asegurar que nada me espanta.
-¿Tan mala es?- pregunto con duda, quizás tendría que matar a esa chica si le hacía algo a su pequeño hermanito.
-A parte de escampar mentiras por todo el pueblo, poniendo a todo el mundo en mi contra, tener que pasar los peores años de instituto de la historia solo porque nadie puede refutar lo que la chica dice, después de todo; ¿porque santa Elena tendría que mentir? y cuando se dan cuenta, intentan pedir perdón pero sin sentirlo realmente, esa tipa está loca y casi que estoy demasiado agradecido de que Elijah apareciera y pudiera salirme de esa casa- dijo el chico mientras se metía otra porción de comida en la boca.
Y aunque no lo pareciera todos los originales habían escuchado la charla, cotillas y posesivos que eran querían asegurarse de que su hermana no se secuestrara a sus sumiso.
Si, Elena ahora mismo estaba en el primer puesto de todos en la lista de eliminar cuanto antes, no querían a nadie que pudiera ser un peligro para su sumiso cerca.
-Eso es estúpido- dijo contrariada la chica sin darse cuenta que sus hermanos habían dejado de discutir.
-Tanto como que un pueblo entero crear que el hermano que ni siquiera estaba en la fiesta la noche que los padres murieron fuera el causante de su muerte, pero claro, tú sabes, la santurrona que no miente nunca.
-Si no fuera que la necesito para poderme liberar de mi maldición, la mataría ahora mismo- dijo entre dientes Klaus, quien estaba para ese entonces ya muy cabreado, solo de recordar todo lo que le había sacado a la persona que había puesto bajo la compulsión para que le contara que pasaba con su pareja.
-¿Que maldición?, quizás pueda ayudarte a liberarte de ella.
-La maldición de la luna, necesito la sangre de una Doppelgänger para poderme liberar de ella.
-Eso es estúpido, la maldición de la luna esta echa para que tengas que matar a dicha Doppelgänger y no poder hacer híbridos, se utiliza mucho de donde soy para controlar a los híbridos de criaturas extremadamente peligrosas y que no puedan reproducirse o crear más de ellos como los son por ejemplo el hibrido hijo de un basilisco y una serpiente ashwinder, por lo demás es una maldición bastante simple que se suele enseñar en el séptimo año de colegio.
Todos se lo quedaron mirando como si fuera el espécimen más raro, después de todo el que más y el que menos llevaba mil años dando vueltas y cazando a las Doppelgänger para poder liberarse de una vez de la maldición.
-Estas de broma, ¿verdad?-dijo Rebekah medio aturdida.
-¿Por qué debería?, quiero decir las maldiciones son algo serio y no me gustaría que los futuros padres de mis hijos tuvieran alguna maldición mortal- dijo de lo más tranquilo hasta que se dio cuenta de lo que había dicho y se tapó la boca de golpe sonrojándose hasta el infinito.
-¡Que!- gritaron todos al unísono.
-Bu- bueno si, tú sabes, los magos son altamente fértiles y da igual si eres hombre o mujer realmente puedes tenerlos igual, y, tampoco es extraño que magos tengan parejas sobrenaturales o que voluntariamente algunos se apareen con criaturas mágicas para fortalecer la sangre, es una práctica bastante común en las antiguas familias de sangre pura.
Saben, debería de haberme callado en ese momento porque se podía ver en sus ojos y en su aura como esa posesividad y territorialidad que antes tenían medianamente controlada se salía de control y subía a un nuevo nivel que jamás había visto antes.
Porque tengo la sensación que acabo de sentenciarme a mí mismo....