Aikanaan

Después de una ducha relajante para los dos, se había encontrado con un problema.

No tenía ropa en esa casa.

Digamos que el casi derrame nasal que había sufrido Elijah al ver a su pareja con una de sus camisas lo había valido todo.

Entre los dos se habían puesto a cocinar la cena y pronto los podías ver durmiendo en la misma cama, siendo Elijah el sobreprotector posesivo que era tenía muy bien abrazado a su pareja, literal no había ni un pequeño espacio entre ellos.

Al día siguiente digamos que la mañana empezó movidita.

Y no, no era porque llegaran tarde alguna parte.

Simplemente el ver a su pareja tan tierno medio dormido mientras se restregaba un ojo, con el pelo todo revuelto y en diferentes direcciones y su camisa deslizándose por uno de los hombros había sido demasiado como para no actuar.

Así que si, ahora iban un poco apurados para recoger las cosas de Harry porque Elijah no lo había dejado salir de la cama hasta que había marcado cuanta piel a la vista hubiera.

La camisa echa girones en el suelo era testigo de ello.

Por desgracia para Elijah no había podido llegar hasta el final, principalmente porque era un caballero y respetaba mucho mas que eso a su pareja como para acostarse con el justo al día siguiente de haberse conocido.

Así que si, se había aguantado las ganas, iría al ritmo que su pareja quisiera, era obvio por como reaccionaba en ciertos momentos que no tenía experiencia alguna en lo que se refiere al campo del sexo y mucho menos se había acostado con alguien.

Su olor y sus inocentes gestos se lo decían, lo que a su vez lo hacía tremendamente excitante, saberse el primer y único amante de su compañero hacía que su pecho se llenara de calidez y deseo, mas que un deseo sexual era un deseo protector.

A sus ojos, era su deber proteger tal inocencia del mundo e iba a cumplirlo.

(Justo aquí podemos ver como la posesividad de este macho alfa semental sube hasta proporciones bíblicas nunca antes vistas, será; ¿Qué alguien logre superarlo?)

Pronto llegaron donde vivía su pareja, al parecer no había nadie mas que la tía de su pareja, lo cual era tremendamente genial, eso lo hacía veinte veces mas fácil para el.

Obligar a la tía de Harry a firmar los papeles no había sido nada difícil, una compulsión bien puesta en el momento justo era mas que suficiente para que hiciera todo lo que el quisiera.

Como por ejemplo que fuera ella quien cargara todas las cosas de su pareja en la parte de atrás de la camioneta que dos de sus hombres estaban conduciendo.

Esta era una minúscula parte para empezar a pagar todo lo que le debía a su hermoso compañero, quien estaba en estos momentos llamando a la compañía postal para cambiar su dirección para que le llegaran las cartas y los paquetes.

Era tan lindo.

Pronto se estaban encaminando de nuevo hacia su apartamento, en el cual vivirían los dos a partir de ahora, y mientras sus hombres subían las cajas, ellos dos habían pedido comida a domicilio para celebrar su nueva vida juntos.

Sin saber que alguien los había visto, alguien peligroso para algunos, pero que en este momento estaba pensando que su hermano mayor se estaba robando u obligando a SU pareja a ir con él. Tendría que solucionar primero eso antes de centrarse en la Doppelgänger.