Aikanaan

Habían pasado unas horas hasta que Elijah había estado lo suficientemente tranquilo, o mas bien su vampiro lo había estado como para poder movernos.

No quería quedarme en esta casa para siempre.

Mientras íbamos en el coche, había salido la pregunta que mas temía porque sabía que eso cambiaría la historia por completo.

¿Cómo conocía a la Doppelgänger?.

Saben lo que paso verdad, la historia no había sido fácil de explicar, después de todo el desprecio de todo el pueblo había ido mucho mas allá de lo esperado.

Por esos tiempos había querido conseguir un trabajo para poder ir ahorrando para mi entrada a la universidad, pero no había podido ser.

Me había visto teniendo que viajar a tres ciudades de donde vivía para encontrar un trabajo que pagaran bien, lo que había llevado a ser camarero.

No había nada malo con el trabajo, la paga era buena y la dueña del restaurante era un amor de persona, el problema venía cuando tu propia tía no te dejaba comida hecha o cerraba la puerta antes de que tu llegaras.

Por suerte había aprendido rápido a trucar la ventana de su habitación para que no cerrara y de esa forma escalando por el árbol que había justo delante poder entrar en mi habitación.

Por suerte al saber de mi situación mi jefa me daba comida para que pudiera comer al día siguiente pero con una condición; que guardara el máximo dinero posible y me fuera de esa casa y pueblo de desagradecidos. 

Y ahora aunque se sabia la verdad, seguía haciendo lo mismo lo que me había permitido poder guardar un gran montón de dinero, suficiente para la entrada de un pequeño apartamento, el problema es que al ser menor de edad tenía que tener la firma de mi tutor para poder independizarme.

Obviamente todo eso a Elijah no le había gustado para nada y mucho menos le había sentado bien, así que había tomado la única opción razonable en su cabeza.

Su pareja se iría a vivir con el, se encargaría de que su tía firmara el papel.

De ese modo mataba dos pájaros de un tiro, mantenía a salvo a Harry de su hermano y podía disfrutar de su pareja en una vida hogareña solo ellos dos.

Digamos que la palabra "comentar" era una forma bonita en la que Harry veía el como Elijah le había "comentado" que a partir de ahora vivirían juntos.

Iba a negarse de verdad, pero parecía que pudiera leer su mente cuando lo había callado con un beso cuanto menos apasionado y con la cabeza medio atontada había aceptado.

No se había molestado la verdad, después de todo si todos los días puede recibir ese tipo de besos, le encanta la idea.

Habían llegado rápido al departamento de su compañero y fue ahí cuando se dio cuenta de que solo había una habitación y que obviamente tendría que dormir en la misma cama que Elijah.

No le molestaba, no al menos si podía abrazarlo por la noche.

Después de dos años realmente malos y después de todo lo que había tenido que pasar y aguantar solo en su dimensión original tener a alguien que se fuera a preocupar por mi tan atentamente, hacía que sintiera un calor especial en el cuerpo, como si por fin todo estuviera en su lugar.

Como si por fin estuviera en casa.

Y ese sentimiento de verdad le encantaba.