Capítulo 5
POV Harry
Dos malditas e infernales semanas en esta estupida carcel a la que llaman escuela, esto es peor que Hogwarts. Sigo preguntándome el porqué vengo... Ah si, los estupidos vampiros que tengo como destinados y sus estupidos sentidos ninja súper mejorados, vengan conmigo les contaré una triste historia.
Era sábado, aún lo recuerdo cuando había quedado con Yui para ir a por unos mangas yaoi, soy fudanshi y ella fujoshi, fue como encontrar a la hermana que nunca tuve. Así que después de muchos gritos de fangirl y fanboy y una tarde/noche de viernes viendo yaoi del bueno, decidimos que el sábado iríamos a renovar nuestra colección con nuevos mangas, hasta aquí todo bien.
Pero no señores, los estupidos vampiros tenían que meterse por medio y encender su modo celos posesivos y casi que me encierran en una habitación, hijos de sus muy reputisimas frutas.
Conclusión; eso no funcionó, tengo magia duh. Recogí a Yui en su habitación y nos aparecí en un callejón oscuro y para nada sospechoso (quédense con ese dato es importante) donde nadie nos viera y fuimos muy felices a comprar toneladas de mangas, animes, figuras,etc.
Al fin podía darle uso al poder random que me dio la muerte yass. Pero como toda felicidad pues no duro mucho, cuando íbamos a volver paso algo bastante gracioso y perturbador, ¿se acuerdan del callejón antes mencionado?, ¿no?, vale no tendría nada de raro si no fuera porque cuando fuimos otra vez estaba habitado por 12 vampiros extremadamente enfadados y hasta celosos diría por sus auras más que extravagantes, si bueno todo se podría haber calmado si los idiotas estuvieran pendientes de la vida de su novia de sacrificio/amiga la cual está saliendo con una chica de la escuela y no inventando escenarios raros que no pasarán en un millón de años.
Sorry, me gustan las varitas no los calderos. El punto es que 11 de ellos se llevaron a una temblorosa Yui para castigarla, vete tú a saber cómo y a mi me dejaron solo con el otaku de las vajillas, nótese mi entusiasmo teniendo en cuenta que su mirada transmitía que recibiría un castigo por esto.
Ahora que lo pienso, si hubiera llegado a saber que el castigo iba ha ser tan placentero... Nota mental, poner a los vampiros celosos más a menudo (y vaya que en la escuela tenía material para ello).
Un momento estaba de pie en un callejón oscuro con un Reiji que se lo llevaba el diablo del enfado y al siguiente me encontraba sin ropa, atado de manos al cabecero y con un vampiro muy sexy entre mis piernas muy abiertas mirándome como si fuera el mejor de los manjares del mundo.
-¿Pensabas que sería gracioso ir a una cita con Yui y que no nos daríamos cuenta?- su tono era tan enojado y sexual que casi me vengo solo de oírlo.
-Reiji querido, Yui es lesbiana- dije con una media sonrisa ante su cara de desconcierto- si le hubieran preguntado o siquiera parado a observar verían que una; Yui tiene novia y va en su salón de clases, y dos; lo único que hay entre Yui y yo es un amor mutuo por el yaoi- y si rodé los ojos después, nadie puede culparme.
-Ya veo -dijo ajustándose las gafas- eso no te libra del castigo por haber salido sin nuestro permiso.
Y antes de que pudiera siquiera replicar me encontraba demasiado ocupado gimiendo y gritando su nombre mientras sentía como cada rincón de mi cuerpo era tocado, explorado, besado, mordido y marcado, la delicadeza conmigo, sin esa ira de hace unos minutos, él como se tomaba su tiempo y se aseguraba de que estuviera disfrutando mientras me preparaba para algo mejor, el cariño de un amante asegurando el placer del otro en su primera vez, (no hace falta decirle nada de mi pasado guiño guiño) y aunque casi estaba apunto de desesperarme con la delicadeza del momento se encargó de mostrarme por que esto era un castigo a su vez, un anillo fue puesto en la base de mi pene para evitar que pudiera llegar al orgasmo y las embestidas duras, fuertes y certeras no dejaban de recordarme quien era el dominante en nuestra relación, y para un vampiro en esta sociedad, en este universo que significaba ser una pareja sumisa.
-Por favor Reiji, por favor, déjame venirme- grite con desesperación mientras lágrimas salían de mis ojos por tanto placer frustrado.
-No, no hasta que grites a los cuatro vientos a quien perteneces - siguiendo con su ritmo brusco e intenso.
Y eso es lo que hice, gritar a quien pertenecía hasta que pareció complacido con mis ruegos y su lado posesivo estaba complacido con mis gritos de pertenencia, sacó el anillo y me permitió mi liberación tan esperada mientras apretaba su miembro dentro de mí y lo sentía liberarse dentro, provocando un sentimiento cálido y de seguridad que jamás en todos mis años de vida había sentido. No recuerdo mucho que paso después porque me desmayé después del orgasmo tan absurdamente intenso que tuve, lo que sí recuerdo es despertarme en sus brazos mientras estos últimos se apretaban posesivamente en mi cintura y su cara estaba escondida en mi cuello donde podía sentir su suave respiración.
Y así es como me partieron por la mitad -porque el maldito mira que era grande el muy hijo de su madre- tengo detrás de mi a 11 vampiros hiper celosos porque aún no me he acostado con ellos, a una nueva amiga en el yaoi y a un vampiro súper sadico extremadamente cariñoso y mimoso conmigo, fruta vida.
Y volviendo a la car...perdón escuela, digamos que tener sexo te da otro tipo de luz al parecer y sueltas unas hormonas hiper chungas supongo porque de golpe tengo a la mitad de la plantilla estudiantil masculina detrás de mi hermoso trasero y el resto -véase los vampiros locos- marcando territorio en ese hermoso trasero, la cantidad de estudiantes accidentados era realmente absurda, vuelvo a decirlo, fruta vida.