Molly CHINGAS A TU MADRE
—Es una broma—Era la hora de la cena. Harry había terminado de contarle a Ron y Neville todo lo sucedido cuando dejaron el salón.
Neville parecía confundido—¿Buscador? —dijo—Pero los de primer año nunca...Serías los jugadores más joven en...
—Un siglo —Termina Ron sorprendido
Harry asiente divertido—Wood me lo dijo—Ron y Neville estaban tan sorprendido e impresionado que se quedaron mirándolo boquiabiertos.
Harry apunta hacia la mesa Slytherin dónde Bonitos ojos y Parkinson le habla con rapidez a su hermano siendo ignorando por este—Tenemos que empezar a entrenar la semana que viene —dijo Harry—Pero no le digan a nadie, los profesores quieren mantenerlo en secreto—Harry sonríe cuando ve a lo dos niños asentir.
Lo dos Gryffindor y Slytherin detienen su conversación para mirar las lechuzas llegar una de ellas se detienen en frente de ellos mirando a Ron.
Ron con inseguridad mira la carta que tiene la lechuza puede sentir la mirada de sus hermanos—Es para mí...—Susurra con mano temblorosa agarra la carta a medida que va leyendo sus ojos se va poniendo llorosos con brusquedad se levanta sobresaltado a varios sin importarle que llame su nombre sale corriendo de comedor
El primero en reacciona es Harry quien le hace un gesto a Hansel para que se quedará a ver cómo su hermano asiente sale con rapidez de comedor puede escuchar pasos detrás de el cuando mira sobre su hombro es Neville y Hermione.
Tuvieron que preguntarle a varios cuadros si vieron a un niño pelirrojo ellos lo guiaron a subir varios pisos pudieron encontrar a Ron acurrucado al costado de una estatua.
El repentino recuerdo de su hermano llorado le llega a ver cómo Ron trata de mantener su llanto bajo.
Apretado su puño Harry se acerca haciendo ruido para que el pelirrojo sepa que está ahí—Ron no te preguntaré por la carta pero parece que necesitas un abrazo ¿puedo abrazarte?—Harry espera tranquilo la respuesta del pelirrojo.
Ron lo mira con el rostro empapado de lágrimas—¿Porque están aquí?—Pregunta con voz temblorosa—Soy un sucio Slytherin un aspirante a Mortífago—Una risa rota sale de el mientras se mecía levemente
Ron lo mira con tanta tristeza que dolía —No tienen que estar aquí...—Levanta una mano para apunta a Hermione—Eres una hija de muggles, Neville tu familia es de la luz y Harry eres uno de los niño que vivió ustedes deben odiarme...—dice soltando un sollozo.
Harry siente la ira familiar surgiendo levantado la mano da un golpe a la cabeza de Ron— No digas tonterías nadie me dirá a quien debo odiar— Harry sigue dando golpes a su cabeza—Somos amigos me importa una reverenda mierda si eres un "Slytherin sucio" o un "aspirante a Mortífago"— Harry suelta un chillido a sentir un tirón en su oreja.
—¡Harry! deja de golpearlo—Dice Hermione jalando su oreja— Y Ron no me importa que seas Slytherin, eres una buena persona—Hermione suelta la oreja de Harry para acariciar la cabeza de Ron.
Neville sonríe amable —Ellos tiene razón, Ron tu casa no te define como persona—Neville ríe a ver la expresión ofendida de Harry
—¡Hermione casi me arrancas la oreja! —Dice Harry llevando una mano a su oreja exageradamente
Hermione rueda los ojos —Que exagerado lo hice despacio—ella cruza los brazos.
Neville sonríe —No se, yo vi que casi le arrancas la oreja —dice con inocencia a su lado Harry asiente rápidamente, antes que de Hermione pueda decir algo una risa la detiene.
Los Gryffindor miran animados al Slytherin que ahora reía la lágrimas caía por su rostro.
Todavía riendo Ron limpia su lágrimas—Gracias chicos, ustedes son increíbles —Ron le sonríe con alegría recibiendo también sonrisas de los otros niños.
Los cuatro se levantaron para irse cuando una repentina voz los sobresalta.
—Olfatea por ahí, mi tesoro. Pueden estar escondidos en un rincón—Era Filch, hablando con la Señora Norris.
Los cuatro se miraron alarmados Harry hace un gesto para escapar silenciosamente hacia la puerta más alejada de la voz de Filch.
Acababa de pasa a otro pasillo cuando oyeron que Filch entraba al lugar en donde estaban—Tienen que estar en algún lado —lo oyeron murmurar—Probablemente se han escondido.
—¡Por aquí!—señaló Harry a los otros y aterrados, comenzaron a atravesar un largo pasillo llena de armaduras. Podían oír los pasos de Filch, acercándose a ellos.
Neville dejó escapar un chillido de miedo mientras corria, tropezó, se aferró a la muñeca de Ron y se golpearon contra una armadura.
Harry y Hermione hicieron una mueca por lo ruidos—¡CORRED! —exclamó Harry, y los cuatro se largaron a correr, sin darse la vuelta para ver si Filch los seguía.
Pasaron por el quicio de la puerta y corrieron de un pasillo a otro, Harry delante, sin tener ni idea de dónde estaban o adónde iban. Se metieron a través de un tapiz y se encontraron en un pasadizo oculto, lo siguieron y llegaron cerca del aula de Encantamientos.
Harry suspira aliviado—Creo que lo hemos despistado —dijo Harry, apoyándose contra la pared fría y secándose la frente. Neville estaba doblado en dos, respirando con dificultad.
Hermione se seca el sudor de su frente —Tenemos que volver...—Ella mira preocupada todo el lugar.
Ron hace una mueca —Lo siento... —Ron chilla a sentir el golpe a su cabeza.
Rondando los ojos Harry se aparta sutilmente de Hermione —No digas tonterías fuimos a buscarte por nuestra propia decisión —Neville ya recuperado asiente
Hermione suspira —Vamonos, tenemos que encontrar una forma de que Ron vaya a su sala común —No habían dado más de una docena de pasos, cuando se movió un pestillo y alguien salió de un aula que estaba frente a ellos.
Era Peeves. Los vio y dejó escapar un grito de alegría.
Neville hizo una mueca—Cállate, Peeves, por favor... Nos vas a delatar.—Peeves cacareó.
—¿Vagabundeando a medianoche, novatos? No, no, no. Malitos, malitos, os agarrarán del cuellecito.
Ron frunce el ceño irritado—No, si no nos delatas.
—Debo decírselo a Filch, debo hacerlo —dijo Peeves, con voz de santurrón, pero sus ojos brillaban malévolamente—Es por vuestro bien, ya lo sabéis.
Harry suspiro molesto—Quítate de maldito medio —ordenó, y le dio un golpe a Peeves. Aquello fue un gran error.
—¡ALUMNOS FUERA DE LA CAMA! —gritó Peeves—¡ALUMNOS FUERA DE LA CAMA, EN EL PASILLO DE LOS ENCANTAMIENTOS!—Pasaron debajo de Peeves y corrieron como para salvar sus vidas, recto hasta el final del pasillo, donde chocaron contra una puerta... que estaba cerrada.
Neville suelta un chillido asustado—¡Estamos jodidos! —gimió Ron, mientras empujaban inútilmente la puerta—¡Esto es el final!—Podían oír las pisadas.
Filch corría lo más rápido que podía hacia el lugar de donde procedían los gritos de Peeves.
—Oh, muévete —ordenó Hermione. agarrando la varita de Harry, golpeó la cerradura y susurró—: ¡Alohomora!
El pestillo hizo un clic y la puerta se abrió. Pasaron todos, la cerraron rápidamente y se quedaron escuchando a Filch y peeves hablar.
Harry suspira aliviado—Él cree que esta puerta está cerrada —susurra Harry—Uno segundos más y escapemos—¿Porque diablos Neville le tiraba de la manga desde hacia un minuto? el suspira—¿Qué pasa? —Harry se dio la vuelta y vio, claramente, lo que pasaba. Durante un momento, pensó que estaba en una pesadilla: aquello era demasiado, después de todo lo que había sucedido.
No estaban en una habitación, como él había pensado. Era un pasillo. El pasillo prohibido del tercer piso.Y ya sabían por qué estaba prohibido.
Estaban mirando directamente a los ojos de un perro monstruoso, un perro que llenaba todo el espacio entre el suelo y el techo. Tenía tres cabezas, seis ojos enloquecidos, tres narices que olfateaban en dirección a ellos y tres bocas
chorreando saliva entre los amarillentos colmillos.
Estaba casi inmóvil, con los seis ojos fijos en ellos, y Harry supo que la única razón por la que no los había matado ya era porque la súbita aparición lo había cogido por sorpresa. Pero se recuperaba rápidamente: sus profundos
gruñidos eran inconfundibles.
Alarmado Harry abrió la puerta. Entre Filch y la muerte, prefería a Filch.
Retrocedieron y Harry cerró la puerta tras ellos. Corrieron, casi volaron por el pasillo. Filch debía de haber ido a buscarlos a otro lado, porque no lo vieron.
Después de dejar a Ron en su sala común los tres salieron corriendo hasta la torre Gryffindor en donde tuvieron suerte de no encontrar a Filch ni la señora Norris.
La Dama Gorda levanta la cejas—¿Dónde os habíais metido? —les preguntó, mirando sus rostros sudorosos y rojos.
Harry hace una mueca—No importa... Hocico de cerdo, hocico de cerdo —jadeó Harry, y el retrato se movió para dejarlos pasar. Se atropellaron para entrar en la sala común y se desplomaron en los sillones.
Pasó un rato antes de que nadie hablara. Neville, por otra parte, parecía que nunca más podría decir una palabra—¿Qué pretenden, teniendo una cosa así encerrada en el colegio? —dijo finalmente Hermione.
Harry asiente pensativo —Parecía que protegía algo—dice soltando un bostezo.
Hermione frunce el ceño —Creo que vi una trampilla tal vez está vigilando—Ella suspira cansada—De cualquier forma hay que irnos a dormir—ella se despide para irse a paso lento hasta su habitación.
Harry y Neville le devuelve el saludo para irse hasta su habitación arrastrando los pies con cansancio
Mientras se metía a la cama Harry pensaba era obvio que el perro vigilaba algo... ¿Qué había dicho Hagrid? Gringotts era el lugar más seguro del mundo para cualquier cosa que uno quisiera ocultar... excepto tal vez Hogwarts.
Parecía que había descubierto dónde estaba el paquete que Hagrid se llevó, parpadeo adormilado mientras el sueño lo invadía se preguntaba cómo puede mandar una carta a la progenitora de Ron.