Harry y Hansel Potter y la maldita piedra filosofal

Harry Potter - J. K. Rowling
F/F
F/M
M/M
Multi
G
Harry y Hansel Potter y la maldita piedra filosofal
Summary
¿Y si Harry Potter hubiera tenido un hermano? ¿Que sería diferente?¿Que pasaría si Harry tenía alguien en esos momentos de su infancia tan solitaria?¿Que cambiaría? O Un hermano mayor(solo por 5 segundos) deseando tener una vida tranquila para el y su hermanito
Note
HOLA! No sé si alguien va a leer esto pero si por algún milagro alguien lo lee una disculpa por los errores xd
All Chapters Forward

Ropa,niño rubio y varitas

Anteriormente:Los gemelos entra a la tienda de Madame Malkin, Mirando por todo el local curiosos.

•~~•~~•~~•~~•~~•~~•~~•~~•~~•~~•~~•~~•~~•~~•~~•

Una mujer regordeta, vestida de color malva se le acercó sonriente—¿Hogwarts,niños? —dijo, antes de que alguno empezara a hablar—Tengo muchos aquí... En realidad, otro muchacho se está probando ahora—En el fondo de la tienda, había un niño rubio y de bonitos ojos el estaba de pie sobre un escabel, mientras otra bruja le ponía alfileres en la larga túnica negra.

Madame Malkin los observa sonriendo—¿Quien ira primero?—Harry inclina la cabeza pensativo mira a su alrededor queriendo comprar ropa para ambos —Hansel va primero —dice llamando la atención de su hermano quién intentaba tocar unas de las telas que volaban por el lugar.

Harry mira a Madame Malkin—Disculpe... quiero comprar ropa que no sea para Hogwarts—Madame Malkin se ilumina al escucharlo—¡Acá encontrara lo que buscas—ella chasquea los dedo haciendo que algo parecido a un gnomo pero más pequeño se acerque—Muestra al niño lo que quiera ver—El gnomo? se acerca a el con timidez—Sigueme joven Amo—Harry confundido por el apodo lo sigue

Hansel se acercó emocionado al escabel al lado del otro niño la mujer agradable le deslizó por la cabeza una larga túnica y comenzó a marcarle el largo apropiado.

Hansel gira la cabeza al escuchar al niño háblale —Hola —dijo el muchacho—¿También van a Hogwarts? —Dice miradolo con expresion aburrida

Hansel sonríe feliz —Sí —Asiente ,cuando la señora Flora lo deja por un minuto busca entre su ropa para sacar un tulipán color amarillo y dársela al rubio

El niño rubio lo mira confundido agarrando la flor con cautela —Gracias...¿ustedes están solo?—pregunta mirando a su hermano quien está hablando con Tímido

Hansel asiente —Si, nuestro tíos prefiere morir antes de acompañarnos! ¿y tu?—pregunta recibiendo una mirada preocupada de las mujeres y un ceño confundido del niño,

El niño frunce el ceño—Mi padre está en la tienda de al lado, comprando mis libros, y mi madre ha ido calle arriba para mirar las varitas... —el inclina la cabeza —Pueden venir con nosotros al mirar las escobas de carrera.—una sonrisa aparece en su rostro—No sé por qué los de primer año no pueden tener una propia.

Hansel inclina la cabeza curioso —¿Porque quieres una escoba?—mira al rubio que suelta un sonido sorprendido—¿Tú no sabes que es? —continuó el muchacho.

Hansel sonríe—Nop —dice entregándole una pluma,El rubio agarra la pluma confundido—¿Sabes al menos de quidditch?

Hansel arruga la nariz —¿Quidditch que es?—dice tambaleándose en su lugar

El niño se ve cada vez más confuso—Es un juego el quidditch se juega con dos equipos de siete jugadores cada uno...—el rubio suspira a ver cómo el chico deja de prestar atención para mirar el techo, decide hacer otra pregunta —¿Ya saben en qué casa van a estar?

Hansel deja de mirar el techo para mirarlo sonriendo—Nop—dice dándole rocas brillantes

Aceptando las rocas lo mira desconcertado—Bueno, nadie lo sabrá realmente hasta que lleguemos allí, pero yo sé que seré de Slytherin, porque toda mi familia fue de allí. ¿Te imaginas estar en Hufflepuff? Yo creo que me iría, ¿no te parece?—Dice soltando una risa leve

Hansel mira divertido pensando que son la casas

El rubio inclina la cabeza —¿Quien es ese hombre?—Hansel gira la cabeza mirando a Baloo que estaba allí, sonriendo y señalando dos grandes helados, para que viera por qué no entraba.

Hansel sonríe—Ése es Baloo —dice contento— Trabaja en Hogwarts

El rubio frunce en ceño—Oh —dijo el muchacho—he oído hablar de él. Es una especie de sirviente, ¿no?

Hansel niega sonriendo—Es el guardabosques —dice dándole otro tulipán amarillo

El rubio con lentitud acepta la flor el estaba por decir algo pero se contuvo antes los ojos nublados que lo miraba con amabilidad y felicidad.

El rubio suspira—¿Por qué está aquí con ustedes?—viendo como el otro niño le da a Madame Malkin una Begonias quien la acepta sonriendo

Hansel sonríe—El nos está acompañando porque nuestro padres están muertos y nuestros tíos odian la magia—respondió

El rubio hace una mueca incómodo—Oh, lo siento... —dice mirando a otro lado

Pero antes de que alguno diga algo mas, Madame Malkin hablo—Ya está listo lo de ustedes, guapo—Hansel baja del escabel emocionado—Adiós,¡Nos vemos en Hogwarts!

El niño rubio sonríe un poco—Bien, los veré en Hogwarts, supongo —dijo el muchacho.

Hansel asiente feliz saludado con una mano para acercarse a Harry quien terminaba de habla con tímido.

Harry sonríe a su hermano quien se veía feliz—Parece que hiciste un amigo —soltando una risa—Vamos, hay que ir con Hagrid —Ambos sale del local aceptado el helado

Se detuvieron a comprar pergamino y plumas.Hansel se animó cuando encontró un frasco de tinta que cambiaba de color y Harry miraba los pergaminos pensando que todo era muy anticuado

Saliendo de la tienda Hansel pregunta—¿Qué son Slytherin y Hufflepuff?—Harry también mira curioso a Hagrid.

—Casas del colegio. Hay cuatro. Todos dicen que en Hufflepuff son todos inútiles, pero...—Harry levanta las cejas¿porque alguien es inútil solo por su casa?

Hagrid hace una mueca—es mejor Hufflepuff que Slytherin —dijo Hagrid con tono lúgubre— Las brujas y los magos que se volvieron malos habían estado todos en Slytherin.Quien-tú-sabes fue uno—dice serio

Harry mira pensativo—¿hay otras casas?—hansel frunce la cejas molesto por creer que niños son malos solo por su casa.

Hagrid asiente—Si está Ravenclaw ellos valora el aprendizaje, la sabiduría, el ingenio, y el intelecto después está Gryffindor ellos valora la valentía, disposición, coraje y caballerosidad—Hagrid sonríe con orgullo—El directo es Gryffindor y yo también —dice soltando una risa—Basta de preguntas hay que seguir comprando —dice empezando a caminar.

Siguiéndolo, agarra la mano de su hermano a Harry se le ocurre un plan.

Fueron a una librería compraron los libros de ambos en una tienda llamada Flourish y Blotts, en donde los estantes estaban llenos de libros hasta el techo.

Había unos grandiosos forrados en piel, otros del tamaño de un sello, con tapas de seda, otros llenos de símbolos raros y unos pocos sin nada impreso en sus páginas.

Hasta Dudley, que nunca leía nada, habría deseado tener alguno de aquellos libros. Hagrid casi tuvo que arrastrar a Harry para que dejara Hechizos y contrahechizos (encante a sus amigos y confunda a sus enemigos con las más recientes venganzas: Pérdida de Cabello, Piernas de Mantequilla, Lengua Atada y más, mucho más), del profesor Vindictus Viridian.

Harry sonrie un poco—Estaba tratando de averiguar cómo hechizar a Dudley—Mientra tanto Hansel lleva una pila de libros

Hagrid niega divertido—No estoy diciendo que no sea una buena idea, pero no puedes utilizar la magia en el mundo muggle, excepto en circunstancias muy especiales —dijo Hagrid—Y de todos modos, no podrías hacer ningún hechizo todavía,necesitarás mucho más estudio antes de llegar a ese nivel—Hagrid tampoco dejó que los gemelos compraran un sólido caldero de oro (en la lista decía de peltre) pero consiguieron una bonita balanza para pesar los ingredientes de las pociones y un telescopio plegable de cobre.

Luego visitaron la droguería, tan fascinante como para hacer olvidar el horrible hedor, una mezcla de huevos pasados y repollo podrido. En el suelo había barriles llenos de una sustancia viscosa y botes con hierbas. Raíces secas y polvos brillantes llenaban las paredes, y manojos de plumas e hileras de colmillos y garras colgaban del techo.

Mientras Hagrid preguntaba al hombre que estaba detrás del mostrador por un surtido de ingredientes básicos para pociones,los gemelos examinaba cuernos de unicornio plateados, a veintiún galeones cada uno, y minúsculos ojos negros y brillantes de escarabajos (cinco knuts la cucharada).

Fuera de la droguería, Hagrid miró otra vez la lista—Sólo falta la varita... Ah, sí, y todavía no le he buscado un regalo de cumpleaños.

Harry sintió que se ruborizaba y Hansel lo mira sorprendido—No tienes que...—dicen ambos

Hagrid sonríe—Sé que no tengo que hacerlo. le diré qué será, le compraré un animal. No un sapo, los sapos pasaron de moda hace años, se burlarán... y no me gustan los gatos, me hacen estornudar. le voy a regalar una lechuza. Todos los chicos quieren tener una lechuza. Son muy útiles, llevan tu correspondencia y todo lo demás—dice alegre

Veinte minutos más tarde, salieron del Emporio de la Lechuza, que era oscuro y lleno de ojos brillantes, susurros y aleteos. Harry llevaba una gran jaula con una hermosa lechuza blanca, medio dormida, con la cabeza debajo de un ala y Hansel llevaba un hermoso cuervo que estaba rodeado de cosas brillantes

Ambos no dejaban de agradecer el regalo, tartamudeando como el profesor Quirrell.

Hagrid mueve su mano—Ni lo menciones —dijo Hagrid con aspereza—No creo que los Dursley le hagan muchos regalos. Ahora nos queda solamente Ollivander, el único lugar donde venden varitas, y tendrán la mejor—Una varita mágica... Eso era lo que Harry realmente había estado esperando.

La última tienda era estrecha y de mal aspecto. Sobre la puerta, en letras doradas, se leía: «Ollivander: fabricantes de excelentes varitas desde el 382 a.C.». En el polvoriento escaparate, sobre un cojín de desteñido color púrpura, se veía una única varita.

Cuando entraron, una campanilla resonó en el fondo de la tienda. Era un lugar pequeño y vacío, salvo por una silla larguirucha donde Hagrid se sentó a esperar. Harry se sentía algo extraño, como si hubieran entrado en una biblioteca muy estricta.

Se tragó una cantidad de preguntas que se le acababan de ocurrir apretando la mano de Hansel, miró las miles de estrechas cajas, amontonadas cuidadosamente hasta el techo.Por alguna razón, sintió una comezón en la nuca.El polvo y el silencio parecían hacer que picara por alguna magia.

De repente—Buenas tardes —dijo una voz amable,los gemelos dan un salto. Hagrid también debió de sobresaltarse porque se oyó un crujido y se levantó rápidamente de la silla.

Un anciano estaba ante ellos; sus ojos, grandes y pálidos, brillaban como lunas en la penumbra del local.

Hansel le da un pluma—Hola —dicen lo dos uno con torpeza y otro alegre

El anciano agarra la pluma con un brillo extraño en lo ojos—Ah, sí—dijo el hombre—Sí, sí, pensaba que iba a verlos pronto,Harry y Hansel Potter—No era una pregunta—Tienen los ojos de su padres. Parece que fue ayer el día en que ellos vinieron aquí, a comprar su primera varita—El señor Ollivander se acercó a los gemelos Harry pensó que aquellos ojos eran un poco lúgubres.

El sonríe—Bueno, he dicho que sus padres las eligió, pero en realidad es la varita la que elige al mago—El señor Ollivander estaba tan cerca de ellos,Hansel solo sonrió mientras Harry lo mira aburrido podía ver su reflejo en aquellos ojos velados.

El anciano levanto la mano tocando la frente de Hansel y la suya—Y aquí es donde...—tocó la luminosa cicatriz de la frente de ambos, con un largo dedo blanco.

El los miro con algo parecido al la pena—Lamento decir que yo vendí la varita que hizo eso —dijo amablemente—Treinta y cuatro centímetros y cuarto Una varita poderosa, muy poderosa, y en las manos equivocadas... Bueno, si hubiera sabido lo que esa varita iba a hacer en el mundo...—Negó con la cabeza y entonces, para alivio de ambos, fijó su atención en Hagrid.

El sonríe con tranquilidad—¡Rubeus! ¡Rubeus Hagrid! Me alegro de verlo otra vez... Roble, cuarenta centímetros y medio, flexible... ¿Era así? —Dice con seguridad apesar de su pregunta

Hagrid asiente—Así era, sí, señor —dijo Hagrid

—Buena varita. Pero supongo que la partieron en dos cuando lo expulsaron —dijo el señor Ollivander, súbitamente severo.

Hagrid hace una mueca incómoda—Eh..., sí, eso hicieron, sí —respondió Hagrid, arrastrando los pies—Sin embargo, todavía tengo los pedazos —añadió con vivacidad—Pero no los utiliza, ¿verdad? —preguntó en tono severo—Oh, no, señor —dijo Hagrid rápidamente. Harry se dio cuenta de que sujetaba con fuerza su paraguas rosado.

El anciano lo mira a ellos ahora—Bueno, ahora, ¿quien va primero?—Sacó de su bolsillo una cinta métrica, con marcas plateadas—¿y qué brazo agarras la varita?—antes de ofrecerse Hansel se acerca emocionado extendiendo su brazo.

—!Somos diestros Bud!—sin importarle el apodo Ollivander toma el brazo de Hansel del hombro al dedo, luego de la muñeca al codo, del hombro al suelo, de la rodilla a la axila y alrededor de su cabeza.

Mientras medía, dijo—Cada varita Ollivander tiene un núcleo central de una poderosa sustancia mágica,Utilizamos pelos de unicornio, plumas de cola de fénix y nervios de corazón de dragón. No hay dos varitas Ollivander iguales, como no hay dos unicornios, dragones o aves fénix iguales. Y, por supuesto, nunca obtendrás tan buenos resultados con la varita de otro mago—Harry mira como la cinta mide sola a su hermano mientras El señor Ollivander estaba revoloteando entre los estantes, sacando cajas.

Dejando una caja sobre la mesa—Esto ya está —dijo, y la cinta métrica se enrolló en el suelo— Bien,Hansel Prueba ésta. Madera de roble y pelo de unicornio y Veintitrés centímetros. Bonita y flexible,agarrala y agítala—Harry se mordió la lengua conteniendo la risa viendo cómo su hermano ignoraba la varita mirando el techo sonriendo.

Sin importarle el señor Ollivander quitó la caja dejando otra volviendo a ser ignorando continúa así hasta llegar a la quinta caja—Madera de Nogal,veintiocho centímetros,con núcleo de fibra de corazón de Dragón y Flexibilidad frágil—Hansel deja mirar el techo para mirar la varita tomándola haciendo que chispa y brillo salga

Ollivander tararea pensativo—Curioso...—Hansel lo mira confundido—Es muy parecida a la varita de una bruja —sonrie un poco —Tan cruel como leal...—Hansel inclina la cabeza preguntándose que bruja era.

Ollivander mira a Harry—Ahora te toca a ti —Harry se acerca mirando curioso la caja

Ollivander le extiende una —Bien,Harry Prueba ésta. Madera de haya y nervios de corazón de dragón, Veinticinco centímetros,flexible. agarrala y agítala—Harry agarró la varita y (sintiéndose tonto) la agitó a su alrededor, pero el señor Ollivander se la quitó casi de inmediato.

Agarrado otra caja se lo da—Arce y pluma de fénix. Diecisiete centímetros y cuarto. Muy elástica.Prueba...—Harry probó, pero tan pronto como levantó el brazo el señor Ollivander se la quitó—No, no... Ésta. Ébano y pelo de unicornio, veintiún centímetros y medio Elástica. Vamos, vamos, inténtalo—dice con alegría

Harry suspira sabiendo que estarían un largo rato Las varitas ya probadas, que estaban sobre la silla, aumentaban por momentos, pero cuantas más varitas sacaba el señor Ollivander, más contento parecía estar.

El Animado anciano dice—Qué cliente tan difícil, ¿no? No te preocupes, encontraremos a tu pareja perfecta por aquí, en algún lado. Me pregunto... sí, por qué no, una combinación poco usual, acebo y pluma de fénix, veintiocho centímetros, bonita y flexible—Harry tocó la varita. Sintió un súbito calor en los dedos.

Levantó la varita sobre su cabeza, la hizo bajar por el aire polvoriento, y una corriente de chispas rojas y doradas estallaron en la punta como fuegos artificiales, arrojando manchas de luz que bailaban en las paredes. Hagrid y Hansel vitorearon y aplaudieron.

El señor Ollivander dijo—¡Oh, bravo! Oh, sí, oh, muy bien. Bien, bien, bien... Qué curioso... Realmente qué curioso...—Puso la varita de Harry en su caja y la envolvió en papel de embalar, todavía murmurando: «Curioso... muy curioso».

Levantando una ceja—Perdón —dijo Harry—. Pero ¿qué es tan curioso? —Hansel se acerco a el sonriendo mirando la caja

El señor Ollivander fijó en Harry su mirada pálida—Recuerdo cada varita que he vendido,Cada una de las varitas. Y resulta que la cola de fénix de donde salió la pluma que está en tu varita dio otra pluma, sólo una más. Y realmente es muy curioso que estuvieras destinado a esa varita, cuando fue su hermana la que le hizo esa cicatriz a ambos.

Los gemelos se miraron sorprendidos escuchando al anciano—Sí, veintiocho centímetros. Ajá. Realmente curioso cómo suceden estas cosas La varita escoge al mago, recuérdalo...

Ollivander mira a él y a Hansel inclinadose solo para que ellos lo escuchen— Creo que debemos esperar grandes cosas de ustedes, Harry y Hansel Potter... Después de todo, El-que-no-debe-ser nombrado y su más leal seguidor hicieron muchas cosas... Terribles, sí, pero muchas—Harry frunce el ceño confundido por la comparación de él y su hermano

Negando Harry pagó por la dos varita y el señor Ollivander los acompañó hasta la puerta de su tienda.

Al atardecer, con el sol muy bajo en el cielo, los gemelos y Hagrid emprendieron su camino otra vez por el callejón Diagon, a través de la pared, y de nuevo por el Caldero Chorreante, ya vacío.

Harry y Hansel no hablaban mientras salían a la calle y ni siquiera notaron la cantidad de gente que se quedaba con la boca abierta al verlos en el metro, cargados con una serie de paquetes de formas raras y con la lechuza y cuervo dormidos

A bajar de metro Hagrid hablo—Tenemos tiempo para que coman algo antes de que salga el tren —dijo le compró una hamburguesa a lo dos y se sentaron a comer en unas sillas de plástico.

Hansel miro maravillado la hamburguesa empezando a comer mientras que Harry miró a su alrededor. De alguna manera, todo le parecía muy extraño.

Hagrid lo mira preocupado—¿Estás bien? los veo muy silencioso —dijo Hagrid.

Harry no estaba seguro de poder explicarlo. Habían tenido el mejor cumpleaños de su vida y, sin embargo, masticó su hamburguesa, intentando encontrar las palabras.

Haciendo una mueca—Todos creen que somos especiales —dijo finalmente—Toda esa gente del Caldero Chorreante, el profesor Quirrell, el señor Ollivander... Pero yo no sabemos nada sobre magia. ¿Cómo pueden esperar grandes cosas? Somos famoso y ni siquiera podemos recordar por qué,No sé qué sucedió cuando Vol... Perdón, quiero decir, la noche en que nuestros padres murieron—Harry toma un respiro sintiendo a su hermano apoyarse en el—Somos niños....—Dice porque son niños. Lo eran cuando los dursley lo trataban como basura,Eran niños cuando tuvieron que robar comida y ropa. Eran niños cuando vio a su hermano muerto. Son niños ahora notando cómo todo el mundo tiene expectativas de ellos.

Hagrid se inclinó sobre la mesa. Detrás de la barba enmarañada y las espesas cejas había una sonrisa muy bondadosa—No te preocupes, Aprenderan muy rápido. Todos son niños cuando empiezan en Hogwarts. Vas a estar muy bien. Sencillamente sea ustedes mismo. Sé que es difícil. Has estado lejos y eso siempre es duro. Pero van a pasarlo muy bien en Hogwarts, yo lo pasé y, en realidad, todavía lo paso—Dice con tranquilidad

Hagrid ayudó a los gemelos a subir al tren que lo llevaría hasta la casa de los Dursley y luego le entregó un sobre—Su billete para Hogwarts —dijo—El uno de septiembre, en Kings Cross. Está todo en el billete. Cualquier problema con los Dursley y me envías una carta con tu lechuza, ella sabrá encontrarme... los veré pronto,—El tren arrancó de la estación.

Hansel se levantó del asiento y apretó la nariz contra la ventanilla, tocando el hombro de Harry haciendo que mire por la ventana notando como Hagrid ya no estaba.

Forward
Sign in to leave a review.