The Sacred Stones

Fire Emblem Series Naruto Fire Emblem: The Sacred Stones
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The Sacred Stones
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Summary
Hundreds of years of peace are lost when the Kumo Empire, ruled by Emperor Fugaku and his son Prince Sasuke, suddenly attacks the neighboring kingdom of Konoha, ruled by Queen Tsunade and her sons Sakura and Sasori.First part: Before the war. Inspired by FireEmblem: The Sacred Stones** CHAPTERS IN PROCESS OF EDITION. PLEASE, I SUGGEST THOSE WHO ARE INTERESTED IN FOLLOWING THE STORY, READING FROM THE BEGINNING AS I HAVE CHANGED AND ADDED MANY NEW THINGS IN THESE CHAPTERS.** THE CHAPTERS HAVE BEEN SHORTENED. DO NOT EXCEED APPROX. 2,500 WORDS.** CHAPTER 5 READY
Note
El capítulo posee cambios significativos, si ya lo leíste te sugiero hacerlo nuevamente.
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Chapter 2

 


Capítulo 2

...

La mañana había adquirido un ambiente algo pesado. Los cuatro caballeros que anteriormente estaban arrodillados junto a Itachi se pusieron de pie a un lado de sus monarcas y los antiguos generales Hashirama y Tobirama, observando atentamente el desarrollo y desenlace del duelo que se llevaría a cabo allí mismo, dado que el salón del trono era lo suficientemente amplio para la realización de un duelo de espadas entre dos caballeros bien entrenados.

Itachi ya estaba parado frente al hijo mayor del viejo Iburi, Gotta, un hombre de unos 44 años, bastante antiguo en la orden de caballeros y que en la actualidad es un capitán, así como el pelinegro de la mitad de su edad frente a él.

—Debes quitar del camino a ese bastardo, no importa lo que tengas que hacer. No aceptaré que un cualquiera hijo de una pueblerina nos quite lo que por derecho nos corresponde— le susurró el viejo a su hijo.

—Al parecer sabes mucho de él— respondió su hijo sacando la espada de su vaina.

—¿Crees que no estaría al tanto de los posibles candidatos a generales?— hizo una pausa mirando con molestia al joven que desenvainó su espada tal y como su adversario había hecho —sin embargo, lo que menos pensé es que justo él fuera el elegido.

—¿Y cual es el problema? yo no fui llamado con antelación para estar dentro de los generales, es obvio que otros tomaron ese lugar de cualquier manera.

—No seas estúpido Gotta, ni siquiera puedo creer que no entiendas la humillación que implica que nuestra familia haya sido desplazada por debajo de alguien así, vas a derrotarlo, vas a humillarlo y enseñarle a estos idiotas reales quienes somos— el viejo no dijo más y se alejó lo suficiente para no intervenir en la paliza a la que se tendría que someter Itachi.

POV Sasuke

Mi padre y yo nos colocamos a un lado de los príncipes gemelos, desde que llegamos siento una mirada sobre mí, no debo molestarme en buscar al causante de aquello, se perfectamente quien es. Voltee a mi derecha y provoqué que la chica de ojos verdes apartara la mirada rápidamente fingiendo que su atención iba a otro lado, así que mejor ignoro este hecho.

—Bien, el mejor caballero en combate formará parte de los cinco generales de Konoha, Itachi, Gotta, pueden iniciar— ;a reina no abundó en introducciones, sería redundante. Noté a mi alrededor las miradas expectantes, esta es por mucho la designación real más extraña que he visto. Se supone que debería ser una ceremonia formal con protocolos tradicionales bien establecidos, sin embargo, aquí estamos presenciando a dos caballeros a punto de iniciar un enfrentamiento que decidirá quién ascenderá al mayor rango militar, y todo por culpa de ella. Miro a Sakura otra vez, esperando encontrarme con su mirada en mí, sin embargo, su vista está puesta en ellos, o más bien, en él, el caballero por el que ella apostó al enfrentar a quien tengo entendido, es el patriarca de la tercera familia con mayor poder del reino.

—No quiero que te contengas, Itachi, porque yo no lo haré— tensó sus músculos preparándose para atacar.

—De acuerdo— respondió con total seguridad poniéndose en posición defensiva. Tal parece la advertencia del hombre no le causó ningún tipo de preocupación, estaba listo para recibir su ataque, con un semblante tan neutro, como si ya supiera de antemano el desenlace de todo esto.

El sonido del filo del acero al hacer contacto con el otro me hizo prestar más atención al enfrentamiento. No creo ser el único en notar que el caballero de ojos negros parecía siquiera esforzarse, aún con la fiereza con la que su oponente atacaba.

Los nobles no pueden guardarse sus comentarios mientras ven la batalla, es tan molesto. Lo cierto es que ambos mostraban una destreza con la espada digna de admirar, sin embargo, solo unos pocos minutos pasaron cuando una espada cayó al suelo mientras la otra que sigue en manos de su portador está peligrosamente cerca del cuello de su contrincante. Este encuentro ¿había terminado?

—Maravilloso...— escucho susurrar a mi padre a mi lado. Esa expresión en su rostro, una que parecía mostrar cierta fascinación, no creo haberla visto antes.

Una risa me hizo volver a prestar atención a lo que acontecía frente a mí, era Gotta —muy bien hecho, Itachi, no esperaba menos de ti — el hombre que acababa de ser derrotado sonreía mientras su contrincante quitaba la espada de su cuello y la guardaba —para mi será más que un honor estar bajo tu mando.

Itachi recogió la espada a unos pocos centímetros de ellos y se la entregó solo asintiendo ante sus palabras. Ambos se giraron e hicieron una reverencia ante los reyes de Konoha y sus hijos.

—Eso fue increíble— otro comentario al azar de mi padre. Lo volteo a ver. En mis 18 años de vida, al menos en los que tengo de conciencia, no vi esa expresión en su rostro por algo que yo haya hecho, ni una sola vez... hoy lo había hecho dos veces hacía un completo extraño. Tal vez otros no lo notaron pero para mi fue imposible no ver ese brillo en sus ojos, él estaba fascinado. Yo, intentaba no exteriorizar lo que me hacía sentir eso.

Un breve silencio inundó el lugar. Hasta que la reina volvió a tomar la palabra.

—Gotta Iburi, siempre has sido uno de nuestros mejores caballeros, has servido a la corona con valor y honor. Te aseguro que estuviste muy presente en nuestras discusiones, en otras circunstancias estoy segura de que tú...

—¿Que?... ¡¿Qué?! yo no acepto esto, es obvio que se dejó vencer, ¡Gotta! — interrumpió el viejo — ¿¡qué fue eso!?

—Fue un duelo padre, en los duelos suele haber un ganador y un perdedor.

El hombre apretó los puños y se interpuso en medio, al parecer este sujeto había olvidado el lugar en donde estaba —no me sorprende que seas el perdedor ¡siempre has sido y serás una vergüenza para la familia Iburi! ¡lamento cada día que seas mi hijo!— sentí que mi corazón se detenía por unos segundos, aunque esas palabras no hayan sido dirigidas a mí, sentí este momento tan mío.

Fin POV

—Lord Iburi, el encuentro ya ha concluido, asi que...

—¡No se meta!— el enojo del hombre lo había cegado. Los presentes no podían creer lo que acababa de pasar, realmente ni siquiera el viejo parecía haberse dado cuenta de las palabras que salieron de su boca para con la unigénita del rey anterior. Nadie se atrevió a intervenir, hasta Sakura y Sasori veían esperando que su explosiva madre respondiera, si alguien conocía la reacción que podía resultar de algo así eran ellos, y claro, su inocente esposo Dan.

La rubia apretó los puños. Desde pequeña sabía que existiría ese conflicto entre lo que debía hacer como reina y el quien era ella realmente. Su hija le recordó que de vez en cuando era necesario dejar de fingir y dejarlo salir.

—Escuchame, pedazo de mierda Iburi— Dan se llevó las manos a la frente, la madre y esposa Tsunade había quitado de en medio a la reina Tsunade —retirate ya mismo de este lugar sino quieres que te parta toda la puta cara— las caras diferian en reacciones, nadie sabía cómo se supone debían reaccionar realmente —a partir de ahora tu familia no tiene nada que ver con la nobleza, las relaciones con la corona quedan desechos. Cuando tu familia te pregunte el porqué, puedes orgullosamente decir que fue por tu culpa y que la única razón por la que no te envío directamente a un calabozo es para no causar dolor en un hombre tan honorable como Gotta, que tuvo la desdicha de poseer tu misma sangre.

—Mi... mi reina ¡No! ¡mi reina perdóneme por favor! se lo suplico, he sido un insolente, ¡por favor discúlpeme, no fue mi intención! — literalmente se tiró al suelo rogando hasta que unos guardias lo tomaron por los brazos y lo levantaron, con el cuidado que un anciano requería.

—Desaparezcanlo de mi vista— los hombres obedecieron.

—¡No pueden hacerme esto, yo soy un lord!

—Eras, cucaracha— Sakura movió los labios sin permitir que algún sonido saliera. Ese acto fue lo último que vió el hombre antes de que la puerta del salón se cerrara frente a sus ojos.

POV Sakura

—Las cosas se salieron un poco de control, pero bueno, continuemos — el semblante de mi madre se transformó repentinamente en cuanto la puerta se cerró. Todos obedecieron y se colocaron en sus lugares, con temor de que mi madre les hiciera algo. Sabían que solía tener un humor algo "difícil" pero lo disimulaba bastante bien frente a sus súbditos o al menos, no lo exteriorizaba como hace unos segundos.

Se disculpó con Gotta por la decisión que había tomado pero a veces los líderes debían tomar decisiones que afectaran a algunos inocentes, era inevitable sino quería que cualquiera se sintiera con la potestad de revelarse ante la familia real. Gotta se tomó de buena forma lo ocurrido, si me lo preguntan. Es más, podría jurar que le alegró en cierta forma que su padre y familia fueran expulsados de la nobleza del país. Sus razones tendrá, aunque con un padre así no me extraña en lo absoluto.

Cerrado ese capítulo tan poco común que creo de cierta manera yo provoqué, mi madre tomó a Sieglinde, la espada sagrada perteneciente al linaje Senju desde que fue utilizada por la Princesa Eirika en la batalla contra el Rey Demonio hace 800 años. Una reliquia que se mantuvo protegida junto con su hermana gemela Siegmund, la lanza sagrada perteneciente a mi antepasado Ephraim.

Fue entonces cuando comenzó a nombrar a los nuevos Generales Imperiales de derecha a izquierda, Ibiki fue el primero, un hombre que llegaba a los 50 años; él era uno de los "Señores Wyvern" de Konoha, extremadamente hábil en el uso de hachas de batalla. Era el más viejo y experimentado de los cinco, sus cicatrices eran la muestra, principalmente las que lucía con orgullo en el rostro.

Luego siguió con una mujer solo un poco más joven que Ibiki, ahora que miraba casualmente estaban ordenados por edad biológica y por lo tanto, de antigüedad en el ejército. Era una mujer muy hermosa, tenía el cabello rojo oscuro, su nombre era Mei Terumi, una maga elemental bastante buena, una de las pocas en el reino. Aprendió el arte en Kumo durante años antes de alistarse en su Konoha natal, donde perfeccionó y ejerció su deber. Otra característica particular de Mei era que disfrutaba poniendo a sus pies a cualquier hombre, casualmente… seguía soltera.

Mi madre caminó más hacia la izquierda quedando frente al soldado del medio, Obito, un paladín, que se especializaba en lanzas, aunque también usaba espadas como arma secundaria. Entre los cinco presentes, él era el más relajado. Solía hacer bromas todo el tiempo, y por eso le caía bien a mi hermano, sin embargo, a diferencia de ese fastidioso de Sasori, las bromas de Obito nunca iban dirigidas a mí, y guardaba el debido respeto como con mis padres y tíos.

La penúltima de la fila era Kurenai, el segundo general más joven, unos 35 años, de pelo negro y ojos de un raro pero un tanto enigmático color rojo, una arquera excepcional. Podía ser tan precisa como los Hyuga, algo casi imposible de comparar ya que ese clan poseía una extraña habilidad ocular que les hacía prácticamente imposible fallar cualquier disparo. La princesa Hinata la quiere mucho desde aquella vez que la salvó del ataque de un animal salvaje cuando la joven escapó sin permiso del castillo para buscar a su hermano o algo así, desde entonces Kurenai suele comandar misiones de apoyo al vecino país de Iwa. Tal vez tenga otras motivaciones, ¿quién sabe?

Finalmente, llevé mis ojos al moreno que minutos antes había causado conmoción y comentarios desagradables hacia él, el joven por quien yo había intervenido. Era un paladín, pero al contrario de Obito, se especializaba en el uso de la espada y ocasionalmente empuñaba su lanza. Lo conozco desde hace años pero nuestra relación no era más que cordial, él siempre me pareció muy formal, y era demasiado maduro desde que éramos pequeños, a pesar de que solo nos supera por 4 años a mi hermano y a mí. No podría decir que somos amigos o algo parecido, podría contar con una mano las veces en las que intercambiamos palabras más allá de las correspondientes a actos propios de su trabajo. Sin embargo yo lo conocía bien, sabía de todo lo que le ofrecía a la corona, más que nada, al país. Él no se merecía las asquerosas palabras de ese viejo y los demás que llegaron a apoyarlo con sus comentarios de mierda sobre su origen. Él se merecía esto tanto como el resto aquí presente. Por unos instantes nuestras miradas chocaron, pero fue tan efímero que podría jurar que solo lo imaginé.

—De pie— escuché decir a mi madre una vez que terminó de nombrar a cada uno como sus Generales Imperiales, resaltando en cada uno las virtudes que los hacían dignos del cargo mientras respondían con un juramento a la corona. A partir de ese día pasaron a ser la cabeza del ejército, un honor al que muy pocos han llegado en toda la historia de nuestro país.

Una vez terminado, nos dirigimos al enorme balcón que daba al pueblo, donde ahora mi padre se encargaba de presentarlos a nuestra gente. Desde allí se podía ver gran parte de la ciudad, tanto civiles como soldados, comerciantes, niños, jóvenes y viejos, todos reunidos gritando y alabando a los nuevos generales.

Itachi miró hacia abajo, podía ver a muchos de sus camaradas, se suponía que debía estar allí con ellos, para eso se suponía que debía llegar temprano, para presenciar a sus nuevos generales, no para convertirse en uno. Noté como respiró hondo y casi podría jurar que lo vi sonreír de lado.

Fin Pov

...

—¡Hey!

Sasuke salió de sus pensamientos mientras veía llegar a Sasori y Sakura. Recién podían tomar un espacio para saludarse, con todo lo anterior era imposible.

—A veces me pregunto si la institutriz perdió su tiempo tratando de enseñarte un poco de cortesía y educación — reprendió Sakura al pelirrojo —saludos, Sasuke-kun— dijo evidentemente nerviosa, dejando atrás su lado agresivo de hace unos segundos, una digna hija de su madre al cambiar su semblante de un instante a otro.

Él tomó su mano y plantó un beso en su torso —buenos días, mi lady.

Sasori puso una cara de asco —y bien ¿qué tanto pensabas?

—¿Hm?

—Estabas un poco lejos hace unos momentos— Sakura quiso volver a reprenderlo por el poco tacto con el que le había dicho aquello, sin embargo, Sasuke respondió sin problemas.

—Todo está bien, sólo me vinieron a la mente algunos recuerdos — respondió con su tranquilidad característica para luego brindarle una sonrisa leve a Sakura que le sacó un rubor en sus mejillas —¿nos vamos?— extendió su brazo para ir con los demás. Sakura lo tomó temblorosa.

—Si...si Sasuke-kun— ahora su cara estaba totalmente roja al sentirlo tan cerca. Evitó todo contacto visual con él mirando al suelo mientras caminaban.

—Agh, ¡qué mal me cae esta Sakura!

—¡¿Qué dijiste?!

—Ay Sasuke-kun, mi querido Sasuke-kun— habló fingiendo la voz de su hermana.

—¡Sasor! ¡te voy a mat...!

Sasuke la tomó por la barbilla poniendo sus rostros frente a frente —no le hagas caso.

Ahora su corazón se había acelerado excesivamente, volteó otra vez su cara hacia el suelo, mientras el príncipe heredero de Kumo ahora llevaba su vista hacia su padre quien conversaba con el nuevo general Itachi, con esa mirada, una tan diferente. Sus puños se apretaron involuntariamente.

Flashback

Una espada cayendo al suelo fue lo único que se escuchó en aquel salón, aún habiendo caballeros, ni una sola palabra, nada que evitara que se escuchara el sonido del frío metal retumbar en el aire al hacer contacto con el suelo del frío mármol.

Una mirada, esa mirada, siempre la misma. El chico la siente como si lo atravesara. Mira hacía atrás mientras mis manos siguen paralizadas en el lugar en que fue arrebatada aquella espada de un sólo golpe —padre...

El hombre se levantó de su trono —cada día peor, eres una decepción para la familia Uchiha y todo lo que representa. Siento vergüenza de llamarte hijo— los firmes pasos ahora hacían eco en el salón mientras Fugaku abandonaba el lugar con sus hombres dejando a su hijo solo, consumiéndose con esas palabras, sintiendo ese dolor, otra vez.

...

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