Traducción: "Adventures Of A Suicidal Gentleman" de GallaPlacidia

Harry Potter - J. K. Rowling
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Traducción: "Adventures Of A Suicidal Gentleman" de GallaPlacidia
Summary
Draco quiere suicidarse, pero está tratando de no ser dramático al respecto. Harry quiere acostarse con Draco, pero está tratando de no ser muy obvio al respecto. ¡Malentendidos! ¡Anhelo! ¡Dolor! Desprecio por uno mismo, pero ¿De una manera encantadora?Con Misty, la elfa doméstica que no acepta una mierda de nadie, una Astoria que tiene sus propios objetivos misteriosos, un Draco que está decidido a usar el humor para superar las cosas, y un Harry que no sabe lo que quiere, excepto tal vez tocar el lindo rostro de Draco.
Note
IMPORTANTE: La presente es una traducción del fanfic de GallaPlacidia “ADVENTURES OF A SUICIDAL GENTLEMAN” . Quien ha eliminado su cuenta en esta plataforma, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo. Nota de GallaPlacidia en la versión original: ¡Únanse a mi boletín de newsletter.gallapod.com! Notas de la traductora: Enlaces de contacto a Gallaplacidia: Gallapod.podbean Y newsletter.gallapod Fanfics de Gallaplacidia Descargados La Portada utilizada en esta historia es una edición hecha por mí, utilizando una variedad de imágenes de internet. LA UTILIZACIÓN DE CADA IMAGEN ES SIN FINES DE LUCRO.
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CAPÍTULO 21

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CAPÍTULO 21

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Ron no dejaba de guiñarle el ojo durante el desayuno.

 

   —¿Tienes algo en el ojo Ron? —preguntó Hermione.

 

   —No —dijo Ron— Pero Harry tiene algo… eh. En su ojo. Está mirando algo. Harry…

 

   —No te esfuerces —dijo Harry.

 

Hermione lanzó un Muffliato.

 

   —¿Es hora de las felicitaciones? —ella preguntó— ¿Eres ahora el orgulloso propietario de un nuevo novio Slytherin?

 

Harry dejó que sus ojos se dirigieran hacia donde Draco estaba sentado en la mesa de Slytherin, luciendo impecable e intocable.

 

   —No lo sé —dijo— Sin embargo, creo que le gusto. Creo…

 

   —Oh, lo crees, ¿Enserio? —preguntó Hermione, sonando exasperada.

 

   —¿Qué?

 

   —Harry. Él… —Hermione respiro hondo y luego pareció darse por vencida— Le gustas.

 

   —¿Qué paso con Astoria? —preguntó Ron.

 

   —Se separaron. Él, eh, pensó que me habían Confundido cuando lo besé. Algo sobre que soy demasiado puro de corazón para que me guste un mortífago.

 

Ron se rio, pero las comisuras de la boca de Hermione se torcieron de tristeza.

 

   —Pobre Draco —dijo ella— Es un pájaro precioso, ¿Cierto? Espero que podamos intentarlo este fin de semana. ¿Dijo cómo se sentía?

 

   —Increíble —dijo Harry. Draco miró hacia arriba y vio a Harry mirando. Puso los ojos en blanco y con mucha determinación sostuvo una copia del Diario El Profeta frente a su rostro.

 


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   —Me siento en la obligación de decirte que Potter y yo nos magreamos anoche —dijo Draco después del almuerzo. Él, Mirth y Astoria estaban de nuevo en el dormitorio de Astoria.

 

   —¿Tú qué? —gritó Mirth, apoyándose en los codos para mirar a Draco. Ella y Astoria se recostaron en la cama, mientras que Draco mantuvo su posición preferida de encorvarse en el tocador.

 

   —Nos magreamos —dijo Draco— Estaba cachondo, creo. Y, no sé, borracho, tal vez.

 

   —¿Estaba borracho? —preguntó Astoria.

 

   —Tal vez —dijo Draco— Probablemente no. Parecía sobrio. Aparte de su comportamiento. Que parecía de borracho y fuera de lugar.

 

   —Mientras te estaba besando —dijo Astoria.

 

   —Sí. El beso fue demasiado, eh. Atípico.

 

   —Porque te odia —dijo Astoria.

 

   —Estoy empezando a reconsiderar esa teoría —dijo Draco, tratando de sonar despreocupado. Cogió uno de los frascos de perfume de Mirth y lo olió.

 

   —¿Por qué? ¿Es la forma en que te mira a través del Gran Comedor todos los días? —preguntó Mirth.

 

   —Para ser justos, él siempre hacía eso —dijo Draco, dejando el perfume y examinando un peine enjoyado.

 

   —¿Es la forma en que sigue poniendo flores en la tumba de tu madre? —preguntó Astoria.

 

   —¿Lo hace? —preguntó Draco sorprendido. No había estado en los Claustros en semanas. De alguna manera había estado demasiado ocupado. ¿Harry había estado visitando la tumba de su madre sin él? El pensamiento lo llenó de una mezcla embriagadora de culpa y gratitud.

 

   —Mhm —dijo Astoria— Aunque, tal vez pienses que ya no te odia por la forma en que siempre se asocia contigo en todas tus lecciones.

 

   —O porque se ha tomado la molestia de hacer que sus amigos se hagan amigos tuyos —dijo Mirth.

 

   —De hecho, creo que son las noches, en realidad —dijo Draco— No creo que quiera que duerma en su cama tan a menudo si me odiara.

 

Astoria se alejó de Mirth. Mirth se sentó lentamente en los cojines.

 

   —Draco —dijo cortésmente— ¿Qué diablos?

 

   —Realmente no quise decir eso en voz alta —dijo Draco.

 

   —¿Te has estado acurrucando en su cama? ¿Y todavía crees que no le gustas?

 

Draco se erizó. Él no era un idiota.

 

   —¡Sé que quiere acostarse conmigo, o lo que sea! Sé que se siente atraído por mí. Eso no significa…

 

   —No, por supuesto —dijo Astoria con dulzura— Él quiere abrazarte toda la noche y pasar tiempo contigo todo el día y conseguirte un trabajo en su equipo de Quidditch y hacerte el amor dulcemente. Ya sabes, de una manera casual. Eso tiene sentido.

 

   —Muy lógico —dijo Mirth. Ambas estaban sonriendo, pero Draco se sintió abruptamente desesperanzado. La realidad de su posición volvió a él.

 

   —Lo que es lógico es que él no pueda, y no deba querer una posibilidad, conmigo.

 

Hubo un silencio incómodo. Entonces Astoria se levantó de la cama y se acercó a sentarse a su lado en el tocador.

 

   —¿Sabes por qué me senté contigo en el tren? —ella preguntó.

 

   —¿Por qué ves a las personas como personajes y quieres recopilar tantos como sea posible para tu eventual obra maestra literaria?

 

   —Bien, eso también —dijo Astoria. Puso un delgado brazo alrededor de los hombros de Draco. Pero también porque Daphne me dijo que no lo eras… dijo que no te gustaba ser cruel. El año pasado.

 

   —Ah, sí. Tu mal entendida teoría de Lucifer.

 

   —Te respeto —dijo Astoria.

 

   —Ambas lo hacemos —dijo Mirth.

 

   —Eso es —dijo Draco— Tenía un nudo siniestro en la garganta— Eso tal vez puede ser… gracias… pero Potter… él. Yo solo. No creo que sea posible.

 

   —Y, por supuesto, Potter solamente hace cosas, si son posibles —dijo Astoria.

 

Draco abrió el cajón de la cómoda y se puso las gafas de sol de Mirth para ocultar sus ojos.

 


 

Él y Harry no tuvieron muchas oportunidades de hablar ese día. Principalmente por lo obstinadamente que Draco lo evitaba. No en vano, Draco había pasado dos veranos con el Viejo Tom como compañero de casa.

 

Draco se fue a acostar temprano, sin decir buenas noches. Su mente se enredaba en nudos. “Tal vez le gusto. Tal vez solo creo que le gusto porque soy un bastardo arrogante. ¿Por qué le gustaría un bastardo presumido arrogante? Tal vez quiera acostarse conmigo por la emoción de hacerlo. Coquetear con el diablo. ¿Qué pasa con el diablo, después?”.

 

Extrañamente, no pensó en saltar. No era una especie de infelicidad lo que lo agobiaba.

 

Se quedó despierto mientras los demás se acostaban, uno por uno. Los escuchó quedarse dormidos, agarrándose con fuerza el antebrazo izquierdo. Había dejado que Astoria lo maquillara esa tarde. Las líneas oscuras de la Marca se traslucían, sin importar cuantas capas de corrector aplicara Astoria con una esponja cuidadosamente.

 

Harry esperó hasta que todos los demás se durmieron. Draco lo vio abrir las cortinas con una especie de entusiasta conformidad. “Me quiere ahora”, pensó, “Y nada de eso se puede evitar”.

 

No es que quisiera evitar a Harry, exactamente. Estaba confundido. Sentía que se estaba cometiendo un error. Algún empleado en el cerebro de Harry había archivado mal el papeleo emocional y este era el extraño resultado.

 

No dijeron nada. Se corrieron rápida y desordenadamente uno contra el otro. Harry murmuró un hechizo de limpieza antes de colapsar sobre las almohadas con una pequeña sonrisa. Draco se apoyó en un codo y apartó el cabello de Harry de su rostro. Harry lo vio hacerlo, en silencio.

 

Draco trazó la cicatriz en la frente de Harry. Harry cerró los ojos. Parecía feliz. Pero, de nuevo, Harry estaba feliz todo el tiempo desde la guerra, ¿No? Probablemente era algún tipo de horrible mecanismo psicológico de afrontamiento. Quizás su atracción por Draco era, de hecho, una enfermedad mental.

 

Draco delineo la cicatriz de Harry con sus labios. Cuando se alejó, Harry se había quedado dormido.

 


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Harry fue sacado de un sueño profundo por los dedos largos y afilados de Draco.

 

   —Despierta —siseó Draco.

 

   —¿Qué hora es?

 

   —¡Shhh! Casi las cinco. Tienes que salir.

 

Pero Harry solo escuchó “Casi las cinco”, lo que significaba “Otras dos horas en la cama con Draco Malfoy”, y se acurrucó felizmente en el edredón.

 

   —Potter —dijo Draco, retorciéndose en el agarre de Harry. A Harry no le importó. Cuanto más se movía Draco, más Harry recordaba el hecho de que lo estaba abrazando— Potter, la gente sabrá que hemos pasado la noche juntos.

 

   —Que se jodan —murmuró Harry. Presionó un beso perezoso en la parte más cercana de Draco que pudo alcanzar, que era su clavícula, y momentáneamente Draco dejó de retorcerse.

 

Harry estaba casi dormido de nuevo cuando Draco habló, su voz bien despierta y suplicante.

 

   —Potter —dijo.

 

Harry abrió un ojo.

 

   —¿Esto realmente te está estresando? —preguntó, pero Draco pareció escucharlo como una acusación más que como una pregunta.

 

   —No estoy estresado, solo soy consciente del hecho de que, si Seamus lo sabe, Parvati lo sabrá, y si Parvati lo sabe, la escuela lo sabrá, y desde allí tenemos tres días antes de que sea noticia de primera plana, y quién diablos sabrá las cosas horribles que dirán…

 

Harry lo detuvo con un beso. Para su sorpresa, Draco inmediatamente dejó de entrar en pánico y se volvió manso como un cordero.

 

   —Está bien —dijo Harry, una vez que Draco estuvo suave y jadeando— Te veré en unas horas —besó los párpados de Draco para cerrarlos— Vuelve a dormir.

 

Draco emitió un gemido insustancial y se dejó caer sobre sus almohadas. Harry podía sentirlo mirando mientras salía y cerraba las cortinas.

 

Harry estaba bastante seguro, a estas alturas, de que le gustaba a Draco. No estaba seguro de cómo había sucedido, dado que Draco era a) Hermoso, b) Buscado por toda la escuela como el chico malo de la guerra, c) Malditamente elegante, d) Marcado permanentemente por la estupidez de Harry y e) obligado a asociar a Harry para siempre con sus peores experiencias de la vida. Pero de alguna manera, Draco parecía haber desarrollado un enamoramiento, tal vez incluso sentimientos por Harry, y Harry no iba a discutirlo. Sin embargo, sospechaba que Draco iba a hacerlo.

 

Sin embargo, estaba acostumbrado a luchar contra Draco. Era algo en lo que era bastante bueno. Estaba listo para luchar contra Draco para poder salir con él, si era necesario.

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...CONTINUARÁ...

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