
CAPÍTULO 14
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CAPÍTULO 14
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Cuando Harry llegó a desayunar, Draco estaba sentado entre Ron y Hermione en la mesa de Gryffindor. Tenía restos del delineador de ojos de ayer. Su cabello lucía completamente alborotado. Estaba sexy, que no era en lo absoluto lo que Harry quería durante el desayuno.
—Eh, buenos días —dijo Harry.
—Se supone que no debes golpear a las mujeres —dijo Draco, cortando un huevo escalfado— Así que me mantendré alejado de Astoria hasta que pase el impulso —dijo.
—Se supone que no debes querer golpear a las mujeres —dijo Hermione.
—Eso es sexista —dijo Draco— Quiero golpear a todos.
—¿Así que el compromiso está cancelado? —pregunto Harry.
Draco puso los ojos en blanco.
—Uno no cancela un matrimonio por algo tan pequeño como una traición, Potter.
—No, cierto, por supuesto que no —dijo Harry— En qué estaba pensando.
—Estuvo muy mal de su parte drogarte —dijo Hermione— Pero en cierto modo, me alegro de que lo hiciera. Es preocupante saber que has estado luchando contra la depresión.
—No es cierto —dijo Draco— Estoy bien. Estaba siendo dramático.
—Admitiste, bajo Veritaserum, que quieres suicidarte —dijo Hermione.
Draco le envió a Harry una mirada suplicante.
—Déjalo, Hermione —dijo Harry— Es demasiado pronto.
Hermione frunció los labios.
—Creo que deberías ir con Madam Promfey —dijo ella.
Draco se burló de ella. Era extraño darse cuenta de que no pretendía que fuera tan desagradable como parecía.
—¿Para qué? ¿Crees que tiene una poción mágica para hacer que mis padres vuelvan a vivir?
Hermione se sonrojó, pero no retrocedió.
—Claramente, necesitas ayuda —dijo.
—Si alguna vez quieres hablar, Draco —dijo Parvati inclinándose frente a Harry para tomar la mano de Draco— Estoy aquí.
Draco retiró su mano de la de ella con una aguda sonrisa.
—Te puedo asegurar que nunca querré hablar —dijo.
—Es tan difícil para los hombres hablar de sus sentimientos —suspiró Parvati en el oído de Harry.
—Eh —dijo Harry.
—Soy muy buena escuchando, Draco —dijo Parvati— No tenemos que hacerlo aquí. Mi puerta siempre está abierta.
Los ojos de Draco adquirieron una repentina mirada traviesa.
—Eso es amable, Parvati —dijo, dejando su cuchillo y tenedor para fijarla con una expresión de sinceridad enfermiza— Hay… algo en ti… sabes, es difícil para mí hablar sobre sentimientos, debido a mi relación con mi padre.
Parvati se inclinó hacia delante ansiosamente.
—Ese es la razón más común —dijo.
—Él solía azotarme con un remo —dijo Draco, serio— Y me sentía humillado, pero también… —rodó los hombros, cerró los ojos, separó los labios. La respiración de Parvati se hizo más lenta.
—¿Sí? —dijo ella.
—… también excitado —dijo Draco. Abrió los ojos— ¿Qué crees que eso significa?
Ron que había estado conteniendo la risa, finalmente se rindió, resoplando ruidosamente. Draco sonrió. Parvati miró a Ron con frialdad.
—Los problemas con el padre de Draco no son divertidos, Ron —dijo.
Draco se esforzó para mantener su rostro serio.
—No —estuvo de acuerdo— Son muy serios en verdad. Espera a que te cuente sobre el traje de sirvienta francesa que el Señor Oscuro solía hacerme usar —Parvati balbuceó— Está bien, ha sido encantador Gryffindors, pero tengo un puente que saltar.
—Es broma —dijo Harry.
Draco sonrió bastante amargamente.
—Si, Potter. Bromeo.
Pasó las piernas por encima del banco y se fue.
—Me agrada —dijo Ron, en medio de un bocado a su bollo de mantequilla.
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Draco no tenía un recuerdo muy claro de la noche anterior, pero los fragmentos que volvieron a él fueron suficientes para llenarlo de vergüenza. Vergüenza adicional. Mas vergüenza que su porción habitual. Recordó haber besado a Potter. Recordó a Potter diciendo «“Me besaste”». Recordó haberle dicho a todos los de octavo año que quería suicidarse. Aunque claramente sin ningún seguimiento, lo cual era malditamente típico, ¿No? ¿Cuándo había sido capaz Draco de vencer su cobardía y hacer lo correcto?
Probablemente pensaron que estaba fingiendo ser suicida para llamar la atención. Tal vez lo era. Había tenido muchas oportunidades, ¿No?
Solo había una solución, y era desvergonzada. Simplemente actuaría como si todo estuviera bien hasta que la gente dejara de mirarlo. Estaba razonablemente seguro de que Potter tendría la decencia de no burlarse de él por el beso.
En Defensa, todavía estaban practicando Legeremencia.
—Odio esto —dijo Potter.
—Eres muy malo en eso —dijo Draco. Los intentos de Potter tenían el efecto de un niño pequeño golpeando las rótulas de su padre.
—Inicia tú —dijo Potter.
—¡Legeremens! —dijo Draco, y se hundió en los recuerdos de Potter.
Harry yacía muerto en el Bosque Prohibido. La madre de Draco se inclinaba sobre él. «“¿Draco está vivo?”», ella preguntó.
Draco bajó su varita, saliendo del recuerdo.
—Lo siento —dijo Harry.
—¿Qué fue eso?
—Ella le mintió a Voldemort —dijo Harry, frotándose la cicatriz. Draco se moría por apartar su mano— Es complicado
Draco miró hacia el techo.
—Lo siento —dijo Potter de nuevo.
—Eres realmente una basura en Oclumancia, Potter.
—Si, lo sé. Escucha, inténtalo de nuevo, pensaré en otra cosa.
—¡¿Por qué era eso en lo que estabas pensando?!
—¡No sé!
—¡Legeremens! —dijo Draco, sin darle tiempo a Potter para prepararse. Potter estaba parado debajo de un muérdago. Cho Chang estaba llorando mientras ella lo besaba. Potter irrumpió en lo que parecía ser la sala común de Gryffindor y se arrojó sobre Ginny Weasley. Se besaron. Draco salió.
—Lo siento —dijo Potter de nuevo.
—¿Eso es todo en lo que piensas? —preguntó— ¿Chicas con las que te has besuqueado y mi madre? ¿Te gustaba mi madre?
Potter se sonrojó furiosamente.
—¡No! —él dijo.
—Suenas a la defensiva —dijo Draco, que comenzaba a divertirse— No puedo creer que quisieras besarte con mi madre.
—¡No quería besar a tu madre!
Varias personas se giraron para verlos.
—¡Legeremens! —dijo Potter.
Era solo una serie de recuerdos en los que Draco había mirado hacia abajo desde una gran altura. La Torre de Astronomía, con Dumbledore; escapando del Fuego Maligno, mirando hacia abajo desde el techo de la Mansión, la caída desde la ventana en el nicho del sexto piso hasta los Claustros…
Las imágenes desaparecieron. El salón de clases parpadeó de vuelta a la existencia.
—No estaba listo —dijo Draco.
Potter lo miraba con una expresión complicada. Draco no pudo entenderlo.
—Siempre está cayendo, para ti, ¿No es así? —dijo Potter.
Draco pensó en fingir que no entendía lo que quería decir, pero fue inútil. El asintió.
—Como volar —dijo Draco— Volando lejos.
No había querido decir eso. Se mordió el labio, avergonzado.
—Profesor Sen, tengo un dolor de cabeza extraño —dijo Potter de repente— ¿Puede Draco llevarme a la enfermería?
El Profesor Sen, quien estaba aterrorizado de Potter en el mejor de los casos, asintió.
—Vamos —dijo Potter en voz baja. Draco lo siguió fuera del salón de clases. Estaba desconcertado.
—¿Cuál es el plan, salvador? ¿Tu cicatriz psíquica se enteró de un gato atrapado en un árbol? —preguntó, una vez que estuvieron afuera. Potter los estaba dirigiendo al campo de quidditch.
—Solo quería hablar correctamente —dijo Potter.
—¿Sobre qué? —preguntó Draco, empezando a sentirse algo alarmado. El rostro de Potter se veía severo y amenazador. Draco se preguntó si había hecho algo malo sin darse cuenta y Potter lo había atrapado de alguna manera. No era una idea tan descabellada. Había pasado toda su vida haciendo cosas terribles, sin darse cuenta de que estaba equivocado. No tenía mucha fe en su brújula moral.
—Tú —dijo Potter. Habían llegado a la cancha. Potter se sentó en el césped, y cuando Draco vaciló, le indicó que se sentara también.
—Deberías saber que no he intentado matar a nadie en meses —dijo Draco.
—¿Qué?
Draco puso su rostro entre las manos.
—Trato de ser inteligente. Lo siento. Pregunta —dijo.
—Crees que me debes algo —dijo Potter.
—Sé que te debo.
—Y te quieres suicidar.
—No mucho, claramente —dijo Draco.
—Lo suficiente como para que esté en la superficie de tu mente.
—Simplemente me imagino a mí mismo como un héroe trágico —dijo Draco— No es importante.
—Dime la verdad —dijo Potter, su voz dura y terrible.
Draco levantó la cara de sus manos y lo miró a los ojos.
—Bien —dijo— Sí. Lo pienso mucho.
—¿Por qué?
—¿Por qué? —repitió Draco con incredulidad.
—Mis padres también fueron asesinados, Draco. Todavía vale la pena vivir mi vida.
Draco se rio, pero Potter no.
—Oh —dijo Draco— Hablas en serio… Potter, no hay parte de nuestras situaciones que se pueda comparar. Tus padres fueron asesinados en la lucha del bien contra el mal. Pasaste el resto de tu vida trabajando valientemente para traer luz al mundo. Es malditamente diferente.
—No creo que lo sea —dijo Potter.
—Entonces eres tan tonto como siempre te he acusado de ser.
Potter se recostó en la hierba. Después de un momento, también lo hizo Draco. Se acostaron uno al lado del otro.
—Está mojado —dijo Draco.
—Sí, no lo noté —dijo Harry.
Draco lanzó un hechizo cálido sobre ambos.
—Gracias —dijo Potter. Giró la cabeza para mirar a Draco— Soy una mierda hablando de las cosas.
Draco lo miró, fijándose en el ligero hueco debajo de los pómulos de Potter, la pronunciada curva de sus gruesas cejas.
—¿Qué quieres de mí, Potter? Porque lo haré. Lo digo en serio. Lo que quieras.
Potter apartó la cabeza. Su nuez de Adán se balanceó mientras tragaba. Draco lo observó fascinado.
—Quiero que no te suicides —dijo Potter— ¿Puedes hacer eso?
Draco suspiró.
—Realmente no quiero que me salves —dijo— Sé que eso es algo tuyo, pero realmente creo que estaría mejor muerto. No me estás haciendo ningún favor.
—No es un favor —dijo Potter enojado— ¡No quiero que mueras! ¡Porque me gusta tenerte vivo! ¡Y me lo debes, Malfoy!, tú mismo lo dijiste, así que, ¡Por una vez en tu vida, no seas idiota y haz lo que te digo!
Hubo un largo silencio. «“Me gusta tenerte vivo”». Draco no sabía dónde poner eso. ¿Por qué a Potter le gustaba tener a alguien con quien obsesionarse? ¿Era por qué Potter extrañaba tener al Señor Oscuro como némesis, y Draco era mejor que nada?
Pero se sentía bien. Que te dijeran explícitamente que no lo hicieras. Se sentía bien.
—Yo… lo intentaré —dijo Draco.
Potter dejó escapar un fuerte suspiro.
—Quiero que sepas que esta es la conversación más vergonzosa que he tenido —agregó Draco— Estaré avergonzado por el recuerdo de esto en los años venideros.
Potter se rio.
—Mientras sea por años —dijo.
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...CONTINUARÁ...