CAPÍTULO 13
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CAPÍTULO 13
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No estaba claro en qué momento la reunión se convirtió en una fiesta. Ciertamente, la aparición de Seamus con una caja de whisky de fuego contribuyó al cambio, pero era difícil señalar un preciso momento. Un minuto eran solo unos de octavo año holgazaneando en el dormitorio de los chicos de Ravenclaw, al siguiente, alguien había conseguido un gramófono mágico y Neville estaba haciendo un striptease borracho.
La pubertad había sido realmente buena para Neville.
Harry estaba agradablemente borracho, lo suficientemente borracho como para tomar decisiones estúpidas como imponerse a Draco Malfoy.
Había estado evitando a Draco desde la enfermería. Draco inclinándose hacia su toque. Draco diciendo «“Eres tan cálido”» … y luego Draco volviéndose frío y morboso mientras volvía en sí… todo había servido para resaltar la imposibilidad del enamoramiento de Harry. Le había gustado que Draco se apoyara en él. Mucho. Demasiado. No podía confiar en sí mismo para no ser raro al respecto. Y estaba incómodamente consciente de que Draco sentía que le debía algo a Harry. La idea de que pudiera sentirse culpable por hacer algo con Harry era una pesadilla.
Harry trató de interesarse en Justin Finch-Fletchley, en cambio. Solo funcionó a medias. Finch-Fletchley tenía una risa modesta y, además, Harry no estaba enamorado de él.
Pero el borracho Harry no tuvo reparos, al parecer, en balancearse hacia donde Draco estaba tirado en el suelo sobre una pila de cojines y dejarse caer a su lado.
Afortunadamente, Draco también estaba borracho, hecho que se hizo evidente por la forma en que inmediatamente se inclinó hacia Harry.
—¿Por qué no juegas de Cazador? —preguntó Harry, tratando de fingir que esa era la razón por la que había venido.
Draco tenía varios botones desabrochados. Llevaba delineador de ojos. Se veía abrumador.
—Jugabas de Buscador —dijo Draco— Necesitaba vencerte.
—Patético —dijo Harry, con una sonrisa. Pero Draco se alejó como si Harry lo hubiera llamado escoria. Su rostro se torció en una mueca.
—¿Es por eso que viniste aquí, Potter? —dijo, escupiendo el nombre de Harry— ¿Para decirme lo que realmente piensas por una vez?
—Te traje una bebida —dijo Astoria, apareciendo como de la nada frente a ellos. Le dio a Draco una taza de whisky de fuego y Draco dejó de mirar a Harry para que se la bebiera.
—Era una broma —dijo Harry.
Astoria lo evaluó con ojos de piedra. Era obvio que no le gustaba lo que veía. Se movió ligeramente al lado de Draco para que ya no lo bloqueara de la vista y le quitó la taza vacía.
—¿Estás borracho? —ella preguntó.
—Sí —dijo.
De repente, levantó la voz, como si hablara para que la escuchara toda la habitación.
—Draco, nunca te lo he preguntado. ¿Te arrepientes de tus acciones durante la guerra?
—Sí —dijo Draco al instante, luego frunció el ceño.
—¿Por qué? —preguntó Astoria. La habitación se había quedado en silencio. El gramófono fue diseñado mágicamente para sintonizarse con el nivel de ruido de las personas que lo rodeaban, por lo que la música también se apagó.
Draco respondió tan rápido que fue como si no pudiera evitarlo.
—Porque las cosas que hice fueron malas y cuando las recuerdo quiero tirarme de la Torre de Astronomía y no puedo imaginar cómo alguien podría vivir consigo mismo con tanta culpa y dolor… ¡¿Me drogaste?!
Astoria se apartó de Draco como si fuera más que una molesta mosca en un picnic.
—Eso es terrible —dijo simplemente— No sabía que te sentías así.
Draco estaba luchando entre los muchos cojines en el suelo, tratando de ponerse de pie murmurando —¡Jode, joder!
Pero algo que había dicho saltó al frente de la mente de Harry.
—La Torre de Astronomía —dijo Harry— ¿Es ahí a donde ibas, después de visitar a Goyle?
Draco lo fulminó con la mirada.
—Sí —dijo— No me preguntes nada más.
—¿Ibas a saltar? —preguntó Harry, horrorizado.
—¡Sí, cállate!
—Espera —dijo Zacharias Smith. Draco finalmente logró ponerse pie y comenzó a abrirse camino hacia la puerta, derribando innumerables tazas de alcohol a medida que avanzaba— ¿Viste que te golpeé con esa bludger?
—Sí —dijo Draco, con los dientes apretados.
—¡Y no la esquivaste, imbécil suicida! ¡Me habrías cargado con la culpa por el resto de mi vida!
—Sí —dijo Draco. Se giró para mirar a Astoria, que parecía perfectamente tranquila y serena— Vete a la mierda.
Abrió la puerta de un tirón y huyó.
—Draco, espera —dijo Harry, saltando para seguirlo. Ni siquiera sabía lo que quería decir, solo que no quería que Draco se marchara, borracho, solo y avergonzado. Pero Draco no esperó, por supuesto. Estaba a mitad del pasillo cuando Harry lo alcanzó. Harry agarró su brazo.
—¿A dónde vas? —preguntó Harry.
—No sé. A algún lugar alto.
—¿Para saltar?
—No sé. No sé. No lo sé —dijo Draco salvajemente. Harry tomó su otro brazo. Draco se mostró extrañamente dócil y se tambaleó hacia adelante hasta que estuvieron mejilla con mejilla— No necesitas esperar hasta que este malditamente drogado con Veritaserum para interrogarme, Potter, ya te lo dije, responderé cualquier pregunta que quieras, ¡Te lo debo!
Las manos de Harry se movieron, por voluntad propia, hasta que sostuvo a Draco cerca, una mano en el cabello de Draco y la otra en la parte baja de su espalda.
—¿Realmente crees eso? —preguntó Harry. Sus labios rozaron la oreja de Draco con cada palabra— ¿Qué me debes?
—Por supuesto —dijo Draco, en el cuello de Harry.
—¿Es por eso que me dejas tocarte? —preguntó Harry.
—No —dijo Draco— Se siente bien.
El corazón de Harry dio un vuelco.
—¿Sí?
Draco asintió, su nariz moviéndose contra la piel sensible del cuello de Harry. Harry giró la cabeza empujando el rostro de Draco hacia arriba hasta que se miraron el uno al otro. Draco parecía catastróficamente borracho. Se lamió los labios y lentamente, vacilante, inclinó su rostro hacia el de Harry.
Sus bocas se encontraron tan brevemente que Harry ni siquiera estaba seguro de si contaba.
La puerta del dormitorio se abrió, escupiendo borrachos de octavo año en el corredor.
“Astoria”, pensó Harry, y se alejó. Draco parpadeó, confundido. Harry vio el cabello castaño de Astoria acercándose a ellos.
—¿No estás con Astoria? —le preguntó a Draco. Draco se tambaleó ligeramente.
—Sí. Creo que estamos comprometidos —dijo.
—Oh —dijo Harry. Astoria se acercó con gracia al lado de Draco.
—¿Hay algún problema? —le preguntó a Harry.
—No lo sabía —dijo Harry estúpidamente.
Astoria levantó una ceja. Era quince centímetros más baja que Harry, pero lo hacía sentir como un niño. Por supuesto que Draco terminaría con alguien así. Alguien intimidante, hermosa y culta.
—Qué estaban comprometidos —dijo Harry, porque ella todavía lo estaba mirando. Astoria miró a Draco, quien se encogió de hombros.
—Todavía estoy enojado contigo —dijo.
—Esta es la primera vez que escucho de nuestro compromiso —dijo Astoria a Draco— Pero acepto, por supuesto.
Harry la miró boquiabierto. No solo no había tenido éxito en seducir a Draco. De hecho, le había propuesto matrimonio a la novia de Draco por él.
Draco agarró el brazo de Harry.
—Llévame lejos antes de que la maldiga —dijo.
—Fue por tu propio bien —dijo Astoria, mientras Harry obedientemente guiaba a Draco de regreso a su dormitorio.
—¿Le acabas de proponer matrimonio a mi novia por mí, Potter? —preguntó Draco, arrastrando las palabras.
—Sí —dijo Harry.
—Buena de tu parte —dijo Draco, tropezando con sus propios pies mientras cruzaban el umbral de su dormitorio. Harry puso su mano en la cintura de Draco para estabilizarlo. Draco se acurrucó en el toque de Harry, acercándose al pecho de Harry— Hueles mucho mejor de lo esperado —dijo.
—Qué cumplido de mierda —dijo Harry. Sus brazos estaban llenos de Draco de alguna manera otra vez. Draco estaba comprometido y Harry estaba borracho y no tenía ni idea de cómo proceder.
—Ha sido una noche de mierda —dijo Draco— ¿Es por eso que me besaste? Para animarme.
—Tú me besaste —dijo Harry. Draco gimió.
—Lo hice, ¿No es así? Y tú lo aceptaste, porque eres perfecto —dijo, hundiendo su rostro en el hombro de Harry. Harry no lo corrigió. Estaba horrorizado ante la idea de que Draco descubriera sus sentimientos y se sintiera en conflicto sobre su relación con Astoria. No quería que Draco pensara que le debía a Harry… eso.
—Eso fue una locura, con… ¡Oh! —dijo Ron, entrando al dormitorio con Dean y Seamus— ¿Están ustedes dos follando, entonces?
—No —dijo Harry con tristeza. Draco se liberó de su agarre y se subió, completamente vestido, a su cama. Corrió las cortinas. Un segundo después, su mano reapareció mientras arrojaba sus zapatos al suelo.
Harry se metió a su propia cama y se quedó despierto, escuchando el sonido de Draco quedándose dormido.
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...CONTINUARÁ...