Traducción: "Adventures Of A Suicidal Gentleman" de GallaPlacidia

Harry Potter - J. K. Rowling
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Traducción: "Adventures Of A Suicidal Gentleman" de GallaPlacidia
Summary
Draco quiere suicidarse, pero está tratando de no ser dramático al respecto. Harry quiere acostarse con Draco, pero está tratando de no ser muy obvio al respecto. ¡Malentendidos! ¡Anhelo! ¡Dolor! Desprecio por uno mismo, pero ¿De una manera encantadora?Con Misty, la elfa doméstica que no acepta una mierda de nadie, una Astoria que tiene sus propios objetivos misteriosos, un Draco que está decidido a usar el humor para superar las cosas, y un Harry que no sabe lo que quiere, excepto tal vez tocar el lindo rostro de Draco.
Note
IMPORTANTE: La presente es una traducción del fanfic de GallaPlacidia “ADVENTURES OF A SUICIDAL GENTLEMAN” . Quien ha eliminado su cuenta en esta plataforma, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo. Nota de GallaPlacidia en la versión original: ¡Únanse a mi boletín de newsletter.gallapod.com! Notas de la traductora: Enlaces de contacto a Gallaplacidia: Gallapod.podbean Y newsletter.gallapod Fanfics de Gallaplacidia Descargados La Portada utilizada en esta historia es una edición hecha por mí, utilizando una variedad de imágenes de internet. LA UTILIZACIÓN DE CADA IMAGEN ES SIN FINES DE LUCRO.
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CAPÍTULO 12

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CAPÍTULO 12

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“Realmente está sucediendo”, pensó.

 

El viento sonaba fuerte en sus oídos.

 

“Esto realmente está sucediendo”.

 

El viento le arrancó las lágrimas de los ojos. Todo era surrealista y lento, como nadar en un sueño.

 

“Realmente está sucediendo”.

 

Aterrizó con una sacudida.

 

Lo primero que notó fue lo alto que fue y la confusión. Se sentía como si hubiera tenido un sueño en el que caía y se había despertado con un golpe sintiéndose plano y como un panqueque en su cama. Su cuerpo se sentía extraño. No desagradable, simplemente extraño. Vacío, como si lo hubieran llenado de aire.

 

   —Draco —estaba diciendo alguien. Se apoyó en los codos. Era Granger.

 

   —¿Estoy vivo? —le preguntó a ella.

 

Le estaba lanzando hechizos.

 

   —Costillas rotas. Sí, estás vivo. Gracias a Dios, Harry y yo lanzamos un hechizo de amortiguación al mismo tiempo, o dudo que hubiera sido lo suficientemente fuerte. Zacharias, cállate, ¿Quieres?

 

Draco se dio cuenta de otra voz singular entre todo el ruido. Giró la cabeza y vio a Zacharias Smith, sollozando en sus manos.

 

   —Pensé que lo esquivarías, pensé que me habías visto, solo estaba siendo un imbécil, pensé que me habías visto…

 

   —Te vi —dijo Draco vagamente.

 

   —Estás en estado de shock —dijo Hermione— Tenemos que llevarte a la enfermería.

 

   —Lo llevaré —dijo otra voz; una voz familiar y segura, una en la que Draco confiaba. Harry se arrodilló a su lado y Draco se apoyó en su brazo— ¿Él está bien? —preguntó Harry.

 

   —Estará bien —dijo Hermione— Está un poco conmocionado. No le presiones, no sé cómo se le astillaron las costillas. Podría perforar su pulmón.

 

   —Tendré cuidado —dijo Harry. Entonces su voz llegó al oído de Draco, un poco demasiado fuerte y cercana— ¿Puedes levantarte?

 

Draco asintió, aunque cuando trató de moverse, tuvo que detenerse por un fuerte dolor en las costillas. Harry puso sus manos debajo de los brazos de Draco y tiró de él para que se pusiera de pie.

 

   —¿Puedes caminar? —preguntó.

 

Draco dio unos pasos. Uno de sus brazos todavía estaba echado alrededor de los hombres de Harry.

 

   —Lento —dijo Harry— No tan rápido.

 

El ruido se apagó cuando dejaron atrás el terreno de juego. La sangre de Draco fluía a través de él, exultantemente viva. Los colores lo abordaron con su brillo.

 

   —Smith es un cabrón —dijo Harry— Y no tiene excusa, como tú. Sus padres son encantadores, aparentemente.

 

Draco sabía que Harry pensaba que era un cabrón, pero aun así era desalentador escucharlo decir eso. Intentó soltar el hombro de Harry, pero Harry apretó su cintura.

 

   —¿A dónde vas? Aférrate a mí —dijo, por lo que Draco obedeció.

 

   —Voy a matarlo —dijo Harry— Si Hermione no hubiera actuado tan rápido, estarías muerto.

 

   —¿Cómo es ser bueno? —preguntó Draco.

 

   —¿Qué?

 

   —No importa —dijo Draco. Parecía que no podía llenar sus pulmones con suficiente aire; no por sus costillas, sino porque estaba respirando demasiado profundo. Todavía estaba tan asombrado de estar vivo.

 

   —Realmente no creo en el bien y el mal —dijo Harry— No desde Snape. ¿Estás bien? ¿Te golpeaste la cabeza?

 

Draco se tocó la parte de atrás de su cráneo.

 

   —No lo creo —dijo. Se inclinó más cerca de Harry— Eres tan cálido.

 

Harry respiró hondo y aplastó su mano contra el costado de Draco. Draco inclinó su cabeza hacia la de Harry.

 

   —Estás bastante conmocionado —dijo Harry. Draco no respondió. Su mente todavía estaba confusa.

 

Madam Promfrey hizo que Draco se acostara en una cama. Se quitó la camisa (Harry desvió la mirada deliberadamente, a pesar de que Draco había escondido su Marca… pero Draco no lo culpó por no querer arriesgarse a verla. Draco odiaba mirarla) y le lanzó varios hechizos para reparar huesos en su pecho.

 

   —Como nuevo —dijo— Puedes quedarte aquí toda la noche, si quieres.

 

   —¡No! —dijo Draco. Las explosiones eran peores cuando dormía en lugares nuevos— Gracias.

 

   —Señor Potter, ¿Sería tan amable de traer un plato de comida del Gran Comedor para la cena del Señor Malfoy? —preguntó Madam Promfey— No quiero que la gente se acerque a él esta noche.

 

   —Sí, por supuesto —dijo Harry.

 

Regresó diez minutos más tarde con un plato repleto de todas las opciones para la cena una cena vegetariana.

 

   —No trajiste nada de carne —dijo Draco, balanceando el plato sobre sus rodillas. Se había vuelto a poner la camisa, para que Potter no tuviera que mirar su brazo.

 

   —¿Pensé que ya no la comías?

 

   —Ya no —dijo Draco.

 

Potter sería un buen Auror. No se le escapaba nada.

 

   —¿Por qué te volviste vegetariano? —preguntó Potter, inclinándose hacia adelante. Estaba sentado en la silla al lado de la cama de Draco.

 

   —Hubo un incidente con un pavo real —dijo Draco.

 

Potter se rio.

 

   —Bien, no me digas.

 

La culpa carcomió a Draco. Lo menos que podía hacer era facilitar que Potter lo vigilara.

 

   —No me gusta la sangre —dijo Draco— Sé que la carne no suele tener sangre; Pero no quiero estar ni siquiera mínimamente involucrado con eso.

 

El rostro de Potter se puso serio.

 

   —Sí, lo entiendo —dijo.

 

Siempre había algo vertiginoso en la compañía de Potter. Él era tan importante. Era como pasar el rato con alguien sacado de un libro de texto de historia. Potter probablemente odiaría eso. Potter probablemente quería ser considerado como una persona, lo cual era ridículo, porque todos sabían que él era la Bondad Encarnada y básicamente divino. Tendría que serlo, para llevarle la cena a Draco, a pesar de lo que pensaba… ¿Sabría?... que Draco era un cabrón.

 

Draco dejó su tenedor. No tenía hambre, después de todo. Lo último de la alegría que se había apoderado de él cuando sobrevivió a la caída se esfumó, dejando el mundo sin color y en blanco.

 

   —Lamento lo de Goyle —dijo Potter, sin mirarlo— No debieron haberlo enviado a Azkaban. Quiero decir, Azkaban es un desastre, de todos modos. Hermione ya comenzó a redactar una Ley de Reforma Penitenciaria. Pero, sí. No quería que Goyle fuera a prisión. Debe ser realmente una mierda visitarlo. No puedo imaginarlo.

 

Draco dejó su plato de comida casi intacto en la mesita de noche. Fue difícil tragarse su orgullo, pero como antes, cuando le pidió a Potter que hablara con los elfos en nombre de Misty, se obligó a hacerlo.

 

   —¿Crees que acortaría su sentencia si dijeras algo? —preguntó.

 

Potter suspiró. No se había afeitado esa mañana. La oscura barba remarcaba limpiamente su rostro, enfatizando sus pómulos. Era impensable imaginar que algún día alguien pudiera besarlo.

 

   —Hable con Kingsley al respecto —dijo— Mucho, en realidad. Pero es difícil, porque no mostró remordimiento, ¿Cierto? Mientras que tú intentaste dejarlo.

 

Había sido un intento a medias. Su padre lo había Cruciado y le había dicho que no fuera estúpido. Draco no lo había vuelto a intentar. No estaba seguro de que hubiera hecho una diferencia, si lo hubiera logrado.

 

   —Me lo imaginaba —dijo Draco— Solo debía preguntar.

 

   —Lo mencionaré de nuevo —dijo Potter.

 

Draco asintió.

 

   —Gracias.

 


 

Varias cosas cambiaron después del Incidente del Quidditch, como lo denominó Draco en su cabeza. Primero, Zacharias Smith se convirtió en su devoto acólito.

 

   —Estoy bien —dijo Draco con exasperación, cuando Zacharias fue tan lejos como para ver cómo estaba hasta su dormitorio una noche.

 

   —Leí que a veces, las personas se golpean la cabeza y luego están bien durante una semana, pero luego, de repente, simplemente mueren —dijo Smith.

 

   —Si muero, prometo no demandar —dijo Draco. Escuchó una pequeña risa desde la cama de Potter. Las cortinas de Potter estaban corridas.

 

   —¿Pero te sientes bien? —preguntó Smith.

 

   —¿Te gustaría meterte en la cama conmigo, cariño? ¿Qué tan cerca necesitas estar para sentirte tranquilo? ¿Bastaría el sexo anal o el oral sería suficiente?

 

Hubo un sonido estrangulado desde la cama de Potter.

 

   —Solo estaba tratando de ser amable —dijo Smith— No hay necesidad de hacer todo sobre… eso.

 

   —Puedo ser más gráfico o puedes irte.

 

Smith se fue.

 


 

Segundo, Misty comenzó a aparecer en momentos inesperados con tazas de té. Ni siquiera estaba seguro de cómo se había enterado del incidente del quidditch, pero parecía sentir que, si lo atiborraba de suficientes bebidas calientes, se salvaría de la muerte con un palo de escoba. Casi nunca estaba solo por un minuto antes de que ella apareciera y comenzara a hablar sobre sus diseños de moda.

 

Eran buenos, para ser justos. Draco revisó sus bocetos con ella, aunque su consejo fue banal e inútil. Tenía que ver principalmente con consideraciones prácticas. Misty tenía la costumbre de diseñar atuendos para humanos que restringían por completo su movimiento.

 

   —Escucha. Las mangas se interpondrán en el camino si trata de hacer algo —dijo Draco.

 

   —¿Qué estaría haciendo, señor? —preguntó Misty.

 

   —Se incendiará si intenta fumar un cigarrillo.

 

Misty se quedó mirando el boceto, consternada.

 

   —No pensé en los cigarrillos —dijo.

 

   —¿No puedes acortar el… eso es gasa?

 

   —No, no, no debe ser todo rediseñado. ¡Oh, gracias, Amo Draco!

 

   —Recuerda que no todo el mundo tiene un elfo doméstico. Mucha gente cocina para sí misma, por ejemplo.

 

Misty negó con la cabeza con tristeza.

 

   —No me gusta pensar en eso, señor —dijo.

 


 

La Tercera cosa que cambió después del incidente del quidditch no fue tanto un cambio como un desarrollo. Esto era, el desarrollo de un deseo que lo consumía de tocar a Potter cada segundo del día y de la noche.

 

Este no era un territorio nuevo… Draco había estado lanzando puñetazos a Potter con intenciones cuestionables desde la pubertad… pero nunca antes había alcanzado un punto tan febril. Encontró imposible concentrarse en clase, porque su atención estaba enfocada, nítidamente, en el pequeño espacio vació entre su pierna y la de Potter debajo del escritorio. Continuamente tenía que sacudirse de las fantasías en las que miraba, psicóticamente, los brazos espantosamente sexys de Potter.

 

Lo más horrible de este desarrollo (aparte del dolor de las expectativas que nunca se cumplirían, del deseo que nunca se cumpliría) era que sabía que estaba asustando a Potter. Potter estaba claramente raro después del incidente del quidditch. Parecía estar evitando a Draco, lo cual era un cambio para los libros. Cuando vio a Draco mirándolo fijamente en el Gran Comedor, su expresión se volvió de pánico.

 

Draco y Astoria se besaban limpiamente en los labios cuando estaban solos; solo una vez cada vez, como para marcar que esto todavía era algo que estaban haciendo. Tenía algunas teorías, ahora, sobre lo que ella quería de él. Los matrimonios de los Sangre Pura eran notoriamente sexistas. Su propia madre casi no tuvo poder en la mansión. No era probable que Astoria se conformara con una existencia así. Se casaría con Draco, un hombre que le debía todo, y seria tratada como una igual.

 

Se preguntó dónde encajaba Mirth en todo esto.

 

Iba a menudo al nicho del sexto piso, pero Misty siempre aparecía, por lo que la cuestión de si se suicidaría ahora o más tarde era, por el momento, teórica.

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...CONTINUARÁ...

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