
Demon form
Fandom: Harry Potter
Cuando escuchó a Sirius hablando sobre la "forma demoníaca" que su mamá tomaba forma cuando estaba molesta, Albus nunca pensó en que iba a tener que enfrentarse a ella.
Y aún así, ahí estaba sentada frente a él en su vestido negro con detalles de encaje delicado. Su rostro no era el mismo que el de aquella niña que él había conocido años atrás, más bien se veía delgada y demacrada.
- Señora Black, no voy a negar que su presencia aquí me ha sorprendido - Albus sonrió, centelleando sus ojos a azules.
Walburga se ajustó el monóculo, sus ojos negros fijos en él, sin mostrar ninguna emoción.
- Deja de hacerte el amable conmigo - respondió cortante.
- No sé que quieres, hi...
- No. Te. Atrevas. - Walburga pegó en el piso con el bastón - ¡No te atrevas, Albus o te sacaré los dientes uno por uno! - La mirada fría de ella pareció congelarse mientras lo miraba - Tu sabes lo que quiero, y que no descansaré hasta encontrarlo.
- Morirás antes de lograrlo y lo sabes.
- Tu destino no es mucho mejor.
- Ve a casa.
- ¡Quiero a mi hijo!
La voz de Walburga tembló, sus dientes chocaron uno con otro tras escupir esa frase y la saliva se hizo densa dentro de su boca.
- Él no es tu hijo - Albus suspiró y sonrió de nuevo - No creo que él estuviera de acuerdo con que lo llamaras así.
- Lo que quiera o no Sirius me importa una mierda.- Walburga pasó saliva antes de seguir - No vas a hacerle esto. ¡Sirius será un idiota pero jamás un asesino!
- Tú no lo conoces. Él es impulsivo, capaz de muchas cosas, tal vez hasta un traidor.
Walburga gritó y se ajustó el monóculo de nuevo, sus ojos llenos de rabia parecían sacar destellos rojos, sus colmillos parecían alargarse y la forma en la que su cuerpo entero se recargaba contra el escritorio, enterrando sus uñas en la madera, la hacían parecer el mismísimo demonio.
- ¡Yo lo parí! - Walburga se puso de pie, recargada en el bastón - Yo lo parí, es mío, lo conozco mejor de lo que él cree. Él no mató a los Potter.
- Es la única explicación posible... Sé que ninguna madre quiere escuchar esto pero es la verdad, Sirius lo hizo.
- Tu sabes que no es así - El tono de Walburga era casi suplicante - Y aún así dejaste que lo encarcelaran.
- Al menos aquí no lo hemos torturado por años. Yo le ofrecí un hogar, algo que no tenía contigo.
- ¡SACA A MI HIJO DE AHÍ! - Walburga lanzó un zarpazo hacia Albus, alcanzando a arañarle la mejilla. Sus uñas se sentían como las filosas garras de algún animal.
Albus retrocedió, llevándose la mano a la mejilla y sintiendo la sangre salir. Walburga parecía aún más imponente ahora, dando vuelta al escritorio y caminando hacia él.
Se paró frente a él, viéndolo hacia abajo antes de sujetarlo de la barbilla, dejándolo ver los colmillos afilados dentro de su boca.
- Tienes 13 años para dejar a mi hijo en libertad. Quiero que sea libre de verdad. - Walburga sonrió grande y empezó a susurrar contra el oído de Albus - De lo contrario, me haré cargo de que el mismísimo demonio venga por tí.
Albus parecía embelesado, mirando a la mujer hablar, sin poder moverse o siquiera respirar. Walburga se reajustó el monóculo y sonrió.
- Un hombre de capa negra va a enviarte hacia mí. No puedo esperar para eso.
Y con eso ella desapareció de la oficina, muriendo poco tiempo después en la soledad de su casa. Esa fue la última vez que alguien la vio con vida.
Sin embargo, no fue hasta años después, mientras caía de la Torre de Astronomía directo hacia la muerte, que Albus comprendió las palabras de la mujer. Haciéndose aún peor cuando al abrir los ojos en el otro mundo, solo se topó con la figura demoníaca que tanto asustaba al pequeño Sirius.