
Debimos ir a Durmstrang
Harry pensó que las cosas no podían haber salido peor, aunque le sorprendió más el eco de qué no fueron enviados con el loco viejo de DumDum como Hansel le gusta decirle.
McGonagall los llevo a su despacho con ella iba el profesor Snape, sinceramente Harry no se arrepentía, el volvería a golpear a esos idiotas, suspirando ignorar a los profesores que hablan para mirar a Hermione, Neville ya Bèl je.
Hermione a pesar de que temblaba no parecía arrepentida al igual que Neville, mientras que Bèl je parecía aburrido.
La profesora McGonagall dejó de hablar con Snape para mirarlos con seriedad—Nunca lo habría creído de ninguno de ustedes—Dijo mirando a Hermione, Neville y Bèl je—Pelear de tal forma y decir tan insulto—McGonagall mira con decepción a los tres niños quienes parecen culpables o incómodos
Harry bufa divertido ¿Acaso ella esperaba que el peleará? Sé siente un poco ofendido la verdad, aunque McGonagall tiene razón, el sería el primero en meterse en una pelea entre todos los leones.
La voy de Snape lo sobresalta—¿Encuentra algo divertido señor Potter?—Harry examina al hombre, no parecía enojado—Usted tocó a compañeros de casa, incluso le rompió la nariz a una chica — Dijo Snape con tranquilidad.
Las palabras de Snape hacen que McGonagall lo mire después de que terminar de regañar a los otros.
Ella lo mira con seriedad —Esto no es divertido señor Potter, no debe golpear a sus compañeros ni mucho menos a una chica —Dice con un poco de decepción McGonagall
Harry puede notar como Bèl je, Hermione y Neville se vieron molestos por las palabras de McGonagall, antes de que alguno pueda hablar lo hace el.
—Ellos no deberían hablar mal de otros Profesora. No me arrepiento y lo volvería hacer mil veces más —Dijo con arrogancia y burla.
McGonagall frunce el ceño—Debió avisar algún maestro, pelear como bárbaro no es forma de solucionarlo—Dice con seriedad
Sin poder evitarlo Harry estalla en risa—Debes estar bromeando como si alguna vez un adulto hizo algo para ayu-darnos—Murmuro el azabache, entre risas que sonaba un poco loca.
Tanto adultos como los niños lo miraron con preocupación, Snape y McGonagall se miraron pensativos para volver su mirada a Harry quien poco a poco su risa se detenía.
McGonagall observa con seriedad al niño—No estoy bromeando señor Potter—Ella suspira cuando sus palabras hicieron que Harry volviera a reír—Lo que dijo se tomará en cuenta, se castigará a la señorita Robinson, al señor Jones y al señor Davies por lo que dijeron —Dijo con tranquilidad mirando a los cuatro niños.
Harry inclina la cabeza con diversión, sin creer en McGonagall pero curioso a saber los apellidos de los idiotas, era increíble ahora no desperdiciaria su tiempo buscando a los idiotas.
Un suspiro llama su atención—McGonagall tiene razón, pero ustedes no saldrán con facilidad—Snape hace una mueca—Se les descontarán cincuenta puntos a cada uno—Dice mirando fijamente a Bèl je quien hace una mueca.
Tanto Hermione y Neville parecen abordé del llanto mientras que Harry frunce el ceño, no le importa perder puntos, ya había perdido bastante antes, pero se siente culpable de que lo demás terminen afectados.
— ¿Cincuenta? —Dijo sorprendida Hermione.
—Cincuenta puntos cada uno —Hablo está vez la profesora McGonagall, resoplando a través de su nariz puntiaguda.
Bèl je acepto lo que dijo con orgullo y tranquilidad mientras que Hermione como Neville trataron de suplicar pero fue inútil, terminaron siendo llevados por los profesores a su sala común
Ciento cincuenta puntos perdidos. Eso situaba a Gryffindor en el último lugar. En una noche, habían terminado con cualquier posibilidad de que Gryffindor ganara la copa de la casa.
Realmente a Harry no le importaba, pero de igual manera sentía culpa, porque para Hermione, Neville y Bèl je si era importante.
Harry no durmió aquella noche. Podía oír el llanto de Neville, que consumió horas. Harry se la paso toda la noche a su lado, escuchando la preocupación del niño y su miedo de que amaneciera. ¿Qué sucedería cuando el resto de los de Gryffindor descubrieran lo que ellos habían hecho? Era lo que Neville temia.
Al principio, los Gryffindors que pasaban por el gigantesco reloj de arena, que informaba de la puntuación de la casa, pensaron que había un error. ¿Cómo iban a tener; súbitamente, ciento cincuenta puntos menos que el día anterior? Y luego, se propagó la historia.
Harry Potter; El famoso Harry Potter, El héroe de dos partidos de quidditch, les había hecho perder todos esos puntos, él y otros dos estúpidos de primer año lo perdieron en una pelea.
De ser una de las personas más populares y admiradas del colegio, Harry para su propia alegría paso a ser el más detestado.
Hasta los de Ravenclaw y unos pocos Hufflepuff lo miraban mal, porque todos habían deseado ver a Slytherin perdiendo la copa.
Por dondequiera que Harry pasara, lo señalaban con el dedo y no se molestaban en bajar la voz para insultarlo.
Los insultos solo iban para el cuando en una ocasión insultaron a Neville, dicho idiota termino con varios dientes menos, después de eso nadie se atrevió a insultar a Neville o Hermione.
Los de Slytherin, por su parte, lo aplaudían y lo vitoreaban, diciendo: «¡Gracias, Potter; ¡te debemos una!». Harry encontró la situación divertida, incluso se burló de Bèl je diciendo que esperaba su agradecimiento. El rubio solo lo insulto, el desagradecido.
Por otro lado su hermano se rió de la situación, felicitado a los tres leones por los puntos ganados para gran desconcierto de todos, menos Harry quien también reía por la confusión de todos.
Después de felicitarlos, Hansel siguió a Ron por todas partes preguntándole si podría enseñarle a jugar ajedrez mágico, el pelirrojo a principio se negó quejándose que le enseñó durante navidad.
Se negó hasta que vio como Smith se ofrecía para enseñarle a Hansel, molesto por el rubio, aceptó ayudar a Hansel, incluso si debía lidiar con el azabache tratando de darle a Scabbers cómo bocadillo para Diaval, Snoopy, Roopy y Mamá.
En este momento Ron, Hansel y Neville estaban en la biblioteca, Ron decidió enseñarle ahí a Hansel, después del tercer intento de asesinato a Scabbers.
Hansel dejó que el gato de Bulstrode entrará a su habitación, para que atrapará a Scabbers.
Sin sorprenderse por eso, Ron decidió ir a la biblioteca para enseñarle a Hansel, encontrándose con Neville quien estaba terminando su tarea de Herbología.
Ron miró exasperado a Hansel quien hablaba animadamente con Smith, el maldito transfiguraba las piezas de Hansel en gatitos, y ahora le enseñaba el hechizo.
El debía admitirlo el rubio no sabe rendirse
Ignorando al dúo de serpiente y tejón, Ron mira a Neville, notando lo deprimido que está por los puntos perdidos.
Suspirando Ron, le dio unas palmaditas a Neville —Se les olvidarán en unas semanas. Fred y George han perdido puntos muchas veces desde que están aquí y la gente los sigue apreciando.—Dice el pelirrojo tratando de animar a Neville
—Pero nunca perdió ciento cincuenta puntos de una vez, ¿verdad?—Dijo con tristeza Neville
El pelirrojo hace una mueca —Bueno... no —admitió con timidez.
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Harry había escuchado sobré qué debería renunciar al equipo, qué Wood no quería a alguien como el en su equipo, con curiosidad se acercaba a Wood para preguntarle sí el fue quien lo dijo,... sí lo fue entonces renunciaría.
El muchacho lo miraba como si perdió la cabeza—¿Renunciar? —Pregunto incrédulo—. ¿Quien diablos te dijo eso? No te preocupes, podemos recuperar puntos jugando—Dice Wood con tranquilidad despeinado el cabello de Harry
Harry se relajo y dejó que lo despeinara, sonriendo levemente por esa conversación, pero de igual manera sintió que el quidditch había perdido su atractivo.
Oye a el no le importaba las opiniones de los demás, pero definitivamente no confía en su equipo y dicha desconfianza aumentó más, cuando el resto del equipo no le hablaba durante el entrenamiento, y si tenían que hablar de él lo llamaban "el buscador" o "El niño matón".
Hermione y Neville también sufrían. No pasaban tantos malos ratos como Harry, pero nadie les hablaba.
Hermione había dejado de llamar la atención en clase, y se quedó con la cabeza baja, trabajando en silencio.
Una semana antes que empezará los pedidos, los gemelos se encontraron juntos saliendo de la biblioteca, para buscar la cocina a petición de Hansel.
Harry mira a su hermano curioso a notar como solo su rostro tenía lentejuelas—Golden... ¿Porque no tienes flores?—Pregunta mirando como su hermano no tenía ninguna flor en su cabello o ropa.
Antes de que Hansel pueda responder, oyeron un gemido en un aula que estaba delante de ellos se miraron para luego acercarse lentamente al lugar.
Mientras se acercaban, escucharon la voz de Quirrell.—No... no... otra vez no, por favor...—Parecía que alguien lo estaba amenazando.
Los gemelos se miraron curiosos para luego sonreír, quien sea que esté amenazando al hombre eran agradables para ellos.
—Muy bien... muy bien. —Escucharon como Quirrell sollozaba.
Al segundo siguiente, Quirrell salió apresuradamente del aula, enderezándose el turbante. Estaba pálido y parecía a punto de llorar.
El hombre desapareció de su vista y Harry pensó que ni siquiera los había visto. Esperaron hasta que dejaron de oírse los pasos de Quirrell para entrar al aula examinando el lugar.
Parecía vacía, pero la puerta del otro extremo estaba entreabierta. Harry estaba a mitad de camino, cuando fue agarrando por Hansel quién escucho la voz de Filch aunque no era toque de queda el hombre los regañaria igual.
Mientras esperaban que la voz de Filch se alejara Harry pensaba, tal vez era Snape quien salió por la otra puerta.
Los gemelos regresaron a la biblioteca mientras Hansel se fue a la mesa de las serpientes, Harry fue con sus amigos.
Harry chasquea los dedos cuando se le ocurre una idea—Yo creo que ambos trabajan juntos, hay que deshacernos de Quirrell y amenazar a Snape con Golden, diciéndole qué sí quiere la piedra, Hansel pintara toda su ropa de rosa con brillos y flores—Dice animado por su increíble idea.
Los dos leones lo miran incrédulos, mientras que Ron estalla en risa por lo que dijo, Hermione ignorar como Harry le dice en voz baja a Ron, sobre como vengarse de Snape y sí sé arrepiente perdonarlo.
Ella mira a Neville quien ríe un poco al escuchar las ideas de Harry y Ron—Es probable que Snape lo hizo—Dijo llamando la atención de los niños—. y Harry, Quirrell no está trabajando con Snape, seguramente el le dijo cómo romper su encantamiento anti-Fuerzas Oscuras...—Hace una mueca por esa idea.
—Pero todavía queda Fluffy —Dijo Neville con un ligero temblor por el perro.
Ron le da una palmada al hombro de Neville como consuelo—Bueno, es fácil extraer información a Hagrid—Dice el pelirrojo con una mueca—¿Qué vamos a hacer?—Pregunta curioso.
La luz de la aventura brillaba otra vez en los ojos de Ron, pero Hermione respondió antes de que Harry lo hiciera.
—Soy muy Dumbledore. Eso es lo que deberíamos hacer hace tiempo. Si se nos ocurre algo a nosotros solos, con seguridad vamos a perder.—Dice mirando con reproche a Ron.
Harry bufa cuando su idea de deshacerse de Quirrell fue rechazada—Pero no tenemos pruebas—Dice con una mueca de desagradó al escuchar el nombre del viejo.
Hermione frunce el ceño pensativa—Si investigamos sólo un poco...—Mira con duda a Harry quien levanta las cejas
Harry niega—No —Dijo en tono aburrido—: ya hemos investigado demasiado.—Acercó un mapa de Júpiter a su mesa y comenzó a aprender los nombres de sus lunas.
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A la mañana siguiente, llegaron notas para Harry, Hermione y Neville, en la mesa del desayuno. Eran todas iguales.
El castigo tendrá lugar a las once de la noche. El señor Filch les espera en el vestíbulo de entrada.
Profesora M. McGonagall
En medio del furor por los puntos perdidos, Harry había olvidado que todavía les quedaban los castigos. De alguna manera esperaba que Hermione se quejara por tener que perder una noche de estudio, pero la muchacha no dijo una palabra.
A las once de aquella noche, los tres leonés bajaron al vestíbulo de la entrada. Filch ya estaba allí y también Bèl je.
Draco devolvió el saludo a Harry y Neville para luego ignorar la presencia de Hermione.
La voz de Filch sobresalta a los cuatro—Seguidme —dijo, encendiendo un farol y llevándolos hacia fuera—Seguro que pensaran dos veces antes de faltar a otra regla de la escuela, ¿verdad? —Murmuro, mirándolos con aire burlón.
El hombre sonríe con crueldad—. Oh, sí... trabajo duro y dolor son los mejores maestros, si queréis mi opinión... es una lástima que hayan abandonado los viejos castigos... colgarlos de las muñecas, del techo, unos pocos días. Yo todavía tengo las cadenas en mí oficina, las mantengo engrasadas por sí alguna vez se necesitan... Bien, allá vamos, y no piensen en escapar, porque será peor para ustedes si lo hacen.—Dice Filch mientras caminaba cruzando el oscuro patio .
Harry mira al hombre mayor con incredulidad, ¿Qué diablo con los adultos de este lugar? se arrepiente de no elegir Durmstrang, piensa abriendo la boca para insultar a Filch por asustar a los demás, pero nisiquiera dice una palabra cuando siente un pellizco en su brazo.
Con indignación acariciar su brazo mirando con reproche al culpable, quien resultó ser Bèl je, que lo mira para luego negar exasperado con la cabeza.
Harry rueda los ojos al entender la razón del pellizco, refunfuña un poco por no lograr decir su humilde opinión sobre el anciano.
La luna brillaba, pero las nubes la tapaban, dejándolos en la oscuridad. Adelante, Harry pudo ver las ventanas iluminadas de la cabaña de Hagrid.
Entonces oyeron un grito lejano.—¿Eres tú, Filch? Date prisa, quiero empezar de una vez.—Los cuatro niños se aliviaron al escuchar la voz de Hagrid.
El alivio de todos debió ser demasiado obvio en ellos, porque Filch dijo—Supongo que creen que van a divertirse con esos papanatas, ¿no? Bueno, piensenlo mejor, muchachos... es al bosque adonde van y mucho me habré equivocado, sí vuelven todos enteros.—Al oír aquello, Neville dejó escapar un gemido y Bèl je se detuvo de golpe.
Harry miro curioso como Bèl je parecía alarmado —El bosque? —Dijo el rubio, y no parecía tan indiferente como de costumbre—. Hay toda clase de cosas allí...dicen que hay hombres lobo—¿Los hombre lobo existe? Piensa incrédulo Harry al escuchar las palabras del rubio.
Neville se aferró de la manga de la túnica de Harry dejando escapar un ruido ahogado. Con algo de diversión Harry le da unas palmadas de consuelo.
—Eso es problema suyo, ¿no? —dijo Filch, con voz radiante—. Tendríais que haber pensado en los hombres lobo antes de meterse en líos.—Harry rueda los ojos al escuchar otro regaño.
Al escuchar pasos los cuatro asustados y aburrido miraron de dónde proviene resultando ser Hagrid.
Hagrid que se acercaba hacia ellos, con Fang pegado a los talones. Llevaba una gran ballesta y un carcaj con flechas en la espalda.—Menos mal —Dijo— Estoy esperando hace media hora. ¿Todo bien, chicos?—Pregunto mirando a los cuatro niños.
—Yo no sería tan amistoso con ellos, Hagrid —Dijo con frialdad Filch—. Después de todo, están aquí por un castigo.—Dice con desagradó Flich.
—Por eso llegan tarde, ¿no? —Hagrid lo miro con su rostro ceñudo a Filch—. ¿Has estado dando sermones? Eso no es lo que tienes que hacer. A partir de ahora, me hago cargo yo.— Hagrid Dice malhumorado.
—Volveré al amanecer —Dijo Filch— para recoger lo que de ellos —añadió con malignidad. Se dio la vuelta y se encaminó hacia el castillo, agitando el farol en la oscuridad.
Mirando con molestia por dónde se fue el anciano la voz de Bèl je llama su atención—No iré a ese bosque —Dice el rubio con miedo.
—Lo harás, si quieres quedarte en Hogwarts —Lo miro con severidad—Todos hicieron algo malo y ahora lo van a pagar—Dijo Hagrid mirándolos a todos con seriedad.
Harry apretó la mandíbula enojada, antes de que pueda decir algo es interrumpido por Bèl je—Pero eso es para los empleados, no para los alumnos. Pensé que nos harían escribir unas líneas, o limpiar algo. Si mí padre supiera que hago esto, él...—Dice Draco mientras golpea con su codo a Harry quien resopla dejó ir su enojo.
Hagrid frunció el ceño con desaprobación—Te dirá que es así como se hace en Hogwarts —gruñó Hagrid—.¡Escribir unas líneas! ¿Y a quién le serviría eso? Harán algo que sea útil, o sí no sé van. Si crees que tu padre prefiere que te expulsen, entonces vuelve al castillo y toma tus cosas.—Dice con decepción el hombre
Harry siente las miradas preocupadas de Hermione y Neville, pero las ignorar, mirando a Hagrid indignado solo la mano de Bèl je en su brazo lo detiene de insultar al hombre.
Draco no se movió. Solo miró con ira y tristeza a Hagrid, suspira ligeramente el brazo de Potter recibiendo una mirada preocupada de éste, sé recuerda a sí mismo que a Hansel y Potter le agrada Hagrid.
El sabe que el enojado Potter dirá cosas hiriente, sí el hace eso, no hay duda que Hansel se alejara del hombre y siendo unos de los pocos adultos que Hansel confía probablemente se pondrá triste, y el realmente no quiere eso así que solo baja la mirada. .
Hagrid suspira—....Bien, entonces —Dijo mirado a los otros niños, quienes aparta la mirada de el incómodos—. Escuchen con cuidado, porque lo que vamos a hacer está noche es peligroso y no quiero qué ninguno se arriesgue. Seguidme por aquí—Hagrid los condujo hasta el límite del bosque.
Levantando su faro, señaló hacia un estrecho sendero de tierra, que desaparecía entre los pesos árboles negros. Una suave brisa les levantó el cabello, mientras miraban en dirección al bosque.
De repente Hagrid señala un extraño líquido plateado—Mirad allí —Dijo Hagrid—. ¿Ven eso que brilla en la tierra? ¿Eso es plateado? Es sangre de unicornio. Hay por aquí un unicornio que ha sido malherido por alguien. Es la segunda vez en una semana. Encontré uno muerto el último miércoles. Vamos a tratar de encontrar a ese pobrecito herido. Tal vez tengamos que evitar que siga sufriendo.—Dice con seriedad mirando a los cuatro.
Los cuatro niños palidecieron al escuchar las palabras de Hagrid.
— ¿Y qué sucede si el que hirió al unicornio nos encuentra a nosotros primero? —Dijo Bèl je, incapaz de ocultar el miedo de su voz.
—No hay ningún ser en el bosque que los pueda herir si están conmigo o con Fang —dijo Hagrid—. Y siga el sendero. Ahora vamos a dividirnos en dos equipos y seguiremos la huella en distintas direcciones. Hay sangre por todo el lugar, debieron herirlo ayer por la noche, por lo menos.—Dice pensativo y preocupado Hagrid
Draco miro a Hagrid por unos segundos para luego aparte la mirada con incomodidad—...Yo quiero ir con Fang —Dijo con tranquilidad, ignorando las miradas de los demás
Sin notar nada Hagrid asintió—Muy bien, pero te informo de que es un cobarde —Dijo Hagrid—. Entonces yo, Harry y Hermione iremos por un lado y Draco, Neville y Fang, por el otro. Si alguno encuentra al unicornio, debe enviar chispas verdes, ¿de acuerdo? —Dice con seriedad Hagrid, después de varios segundos y que los cuatro prometieron enviar chispas al menor peligro, Hagrid ordeno separarse.
El bosque estaba oscuro y silencioso. Después de andar un poco, vieron que el sendero se bifurcaba. Harry, Hermione y Hagrid fueron hacia la izquierda y Bèl je, Neville y Fang se dirigieron a la derecha.
Anduvieron en silencio, con la vista clavada en el suelo. De vez en cuando, un rayo de luna a través de las ramas iluminaba una mancha de sangre azul plateada entre las hojas caídas.
Harry vio que Hagrid parecía muy preocupado, a el no le importa su preocupación, ahora no. Realmente tiene curiosidad.—¿Podría ser un hombre lobo el que mata los unicornios? —Preguntó Harry, un poco fascinado que realmente existe.
—No son bastante rápidos —Dijo Hagrid—. No es tan fácil cazar un unicornio, son criaturas poderosamente mágicas.—Dice frunciendo el ceño pensativo.
Pasaron por un tocón con musgo. Harry podía oír el agua que corría: debía de haber un arroyo cerca. Todavía había manchas de sangre de unicornio en el sendero serpenteante.
De repente Hagrid se tensa al escuchar un ruido—... ¡VAYAN DETRÁS DE ESE ÁRBOL!—Grito mientras agarraba a Harry y Hermione y los arrastró fuera del sendero, detrás de un horrible roble.
Hagrid rápidamente sacó una flecha, la puso en su ballesta y la levantó, lista para disparar. Los tres escucharon. Alguien se deslizaba sobre las hojas secas.
Parecía como una capa que se arrastrara por el suelo. Hagrid miró hacia el sendero oscuro pero, después de unos pocos segundos, el sonido se aleja.
—Lo sabía —murmuró—. Aquí hay alguien que no debería estar.—Dice con seriedad
Harry entrecierra los ojos intentando ver qué era la cosa, que se alejo por el sendero—¿Un hombre lobo? —Pregunto con un poco de esperanza.
Hagrid niega levemente—Eso no era un hombre lobo, ni tampoco un unicornio —Fijo con un gesto sombrío—. Bien, sigueme, pero tengan cuidado.—Murmuro mirando por dónde provino el ruido.
Anduvieron más lentamente, atentos a cualquier ruido. De pronto, en un claro un poco más adelante, algo se movió visiblemente.
Hagrid se tenso—¿Quién está ahí? —gritó apuntando con la ballesta donde se escuchó el ruido—. ¡Déjese ver... estoy armado!—Dijo en un tono amenazante.
Y apareció en el claro... ¿era un hombre o un caballo? De la cintura para arriba, un hombre, con pelo y barbas rojizos, pero por debajo, el cuerpo de pelaje zaino de un caballo, con una cola larga y rojiza.
Harry y Hermione se quedaron boquiabiertos.
—Oh, eres tú, Ronan —Dijo aliviado Hagrid—¿Cómo estás?—Pregunto mientras se acercaba para estrechar la mano del centauro.
—Qué tengas buenas noches, Hagrid —Dijo Ronan. Tenía una voz profunda y acongojada—. ¿Ibas a dispararme?—Pregunto mientras miraba a Harry.
—Nunca sé es demasiado cuidadoso —Dijo Hagrid, tocando su ballesta—. Hay alguien muy malvado, perdido en este bosque. Ah, éste es Harry Potter y ella es Hermione Granger. Ambos son alumnos del colegio. Y él es Ronan. Es un centauro.—Dice Hagrid presentando a lo dos niños.
Harry saluda al centauro animado, mientras que Hermione todavía parece incrédula—Nos hemos dado cuenta —Dijo débilmente Hermione.
Ronan asiente—Buenas noches —Los saludó con cortesía—. ¿Estudiantes, no? ¿Y aprendéis mucho en el colegio?—Pregunto el centauro.
Antes de que Harry pueda contestale Hermione habla—Un poquito—Dijo con timidez la niña, mientras que Harry río levemente.
Ronan parpadea curioso—Un poquito. Bueno, eso es algo. —Dice de manera tranquila.
El centauro torció la cabeza y miró hacia el cielo—. Esta noche, Marte está brillante.—Murmuró como si observará algo que ellos no.
—Ajá —Dijo Hagrid, mirándolo confundido—. Escucha, me alegre de haberte encontrado, Ronan, porque hay un unicornio herido. ¿Has visto algo?—Pregunto Hagrid con impaciencia.
Ronan no respondió de inmediato. Se quedó con la mirada clavada en el cielo, sin pestañear, y susspiró otra vez.—Siempre los inocentes son las primeras víctimas —Dijo—. Ha sido así durante los siglos pasados y lo es ahora.—Murmuro con tristeza el centauro.
Harry extremadamente divertido, es una lástima que su hermano no esté, porque seguramente se llevaría de maravilla con Ronan.
—Sí —Dijo Hagrid—. Pero ¿has visto algo, Ronan? ¿Algo raro?—Pregunto Hagrid suspirando un poco.
Ronan para gran diversión de Harry, ignoró de nueva la pregunta—Marte brilla mucho esta noche —repitió, mientras Hagrid lo miraba con impaciencia—. Está inusualmente brillante.—Dice tarareando un poco.
—Sí, claro, pero yo me refería a algo inusual que esté un poco más cerca de nosotros —Dijo Hagrid—. Entonces ¿no has visto nada extraño?—Harry hace un puchero cuando Hermione lo golpea con su codo, al escuchar como soltó una risita cuando Hagrid volvió a preguntar.
Otra vez, Ronan se tomó su tiempo para contestar. Hasta que, finalmente, habló—El bosque esconde muchos secretos.—Dijo como si eso respondiera todas las preguntas
Un movimiento arrepentido en los árboles detrás de Ronan hizo que Hagrid levantara de nueva su ballesta, pero era sólo un segundo centauro, de cabello y cuerpo negro y con aspecto más salvaje que Ronan.
Hagrid levanto la mano saludado—Hola, Bane. ¿Qué tal?—Dice Hagrid mientras que Hermione y Harry levantan la mano en modo de saludo
El centauro mira unos segundos a Harry—Buenas noches, Hagrid, espero que estés bien.—Devuelve el saludo apartando la mirada del azabache.
—Sí, gracias. Mira, le estaba preguntando a Ronan si había visto algo extraño últimamente. Han herido a un unicornio. ¿Sabes algo sobre eso?—Pregunto esperanzado Hagrid por tener una respuesta
Bane solamente se acercó a Ronan. Mirando hacia el cielo.—Esta noche Marte brilla mucho —Dice con tranquilidad.
Harry sonríe cuando escucha el resoplido de Hermione—Eso dicen —Dijo Hagrid de malhumor—. Sí alguno ve algo, me avisan, ¿de acuerdo? Bueno, nosotros nos vamos.—Dice el hombre haciendo un gesto para que lo digan.
Harry y Hermione lo siguieron, saliendo del claro mirando por encima del hombro a Ronan y Bane, hasta que los árboles los taparon.
—Nunca —Murmuro irritado Hagrid— Traten de obtener una respuesta directa de un centauro. Son unos malditos astrólogos. No se interesan por nada más cercano que la luna.—Dice exasperado.
—¿Y hay muchos de ellos aquí? —Preguntó curiosa Hermione.
—Oh, unos pocos más... Se mantienen apartados la mayor parte del tiempo, pero siempre aparecen si quiero hablar con ellos. Los centauros tienen una mente profunda... saben cosas... pero no dicen mucho.—Dijo Hagrid.
Harry frunce el ceño pensativo—¿Crees que era un centauro el que oímos antes? —Pregunto el azabache.
Hagrid niega—¿Te pareció que era ruido de los cascos? No, en mi opinión, eso era lo que está matando a los unicornios... Nunca he oído algo así.—Dijo preocupado.
Pasaron a través de los árboles oscuros y tupidos. Harry y Hermione cada poco segundos vieron por encima de su hombro, con nerviosismo. Tenían la desagradable sensación de que los vigilaban.
Estaban muy contentos de que Hagrid y su ballesta estuvieran con ellos. Acababan de pasar una curva en el sendero cuando Hermione se aferró al brazo de Hagrid. —¡Hagrid! ¡Mira! ¡Chispas rojas, los chicos tienen problemas!—Dijo preocupada y pálida de miedo.
Harry da unos pasos listo para correr hasta ahí para ayudar a Bèl je y Neville, pero la mano de Hagrid en su hombro lo detiene—¡Ustedes esperen aquí!—grito el semiligigante—. ¡Quédense en el sendero, iré a buscarlos—Hagrid le presionó el hombro a Harry para que se quedara en su lugar.
Solo la expresión de miedo de Hermione evitó que Harry saliera corriendo, mirando con preocupación por dónde se era Hagrid, sin oír nada más que las hojas que se movían alrededor.
—Crees que le habrá pasado algo? —Dijo con voz temblorosa por el miedo y los nervios mirando por dónde Hagrid se fue.
Mirando por dónde fue Hagrid, Harry intenta sonríe tranquilizadoramente—...Seguramente están bien, No te preocupes Hermione —Dice estirando la mano para dar palmaditas al cabello de esta.