Amor de dioses

Sería una mentira decir que todas las relaciones de Aether iniciaron bien. Aunque todos sus matrimonios fueron arreglados la mayoria de ellos fueron con personas amables y cuya relación era buena, pero había una persona que todo inició mal desde el principio. Su nombre era Scaramouche. 

Uno de los mayores enemigos de los gemelos y en general de Teyvtat eran los fatui y su ambición desenfrenada. Para garantizar que hubiera paz se decidió que el matrimonio era una buena idea. La tsarita estuvo de acuerdo de inmediato porque al tener de su gente cerca de los emperadores era una gran estrategia. 

Cuando Aether se enteró de su inminente boda con Scaramouche pensó que no iba a ser nada problemático. Si algo le había mostrado su matrimonio feliz con el fatui Viktor y su amistad con Childe era que la mayoria de los fatui eran en realidad gente normal. No esperaba amor, pero aun así nada lo había preparado para la relación tan hostil que tendría con su esposo. 

Desde el momento en que se conocieron, Kunikuzhushi fue grosero con él. Aether al principio se portaba amable con él pensando que tal vez tenía miedo y por eso se portaba agresivo pero sin importar lo gentil que fuera nada cambiaba. Era como un gato al cual lo alimentabas y le dabas una cama y en agradecimiento te dejaba con un brazo lleno de rasguños. 

Aether no recordaba un solo momento en la cual las cosas fueran pacíficas entre ellos. Cuando se conocieron lo llamó perdedor, el día de su boda lo besó tan fuerte que le dejó una herida en el labio, cuando entrenaban estaba seguro que que su vida estaba en riesgo y durante negociaciones buscaba hacerle las cosas más difíciles.

Hasta cuando tenían sexo este era violento, era un milagro que cuando se levantaba no estuviera lleno de moretes y que el dolor no fuera demasiado doloroso, y lo peor de todo es que en realidad era muy bueno en la cama. Cada vez que lo hacían perdía la cuenta de cuantas veces se había venido y no le molestaba que entre sabanas fuera agresivo, al contrario lo disfrutaba demasiado pero el problema era que Aether en el fondo quería sentirse amado aunque eso sonara muy cursi. Quería que despues del sexo poder  despertarse y ver a Scaramouche a su lado, a veces cuando se besan Aether siente como si hubiera algo más entre ellos y se siente feliz pero luego todo termina el muro que los separa vuelve a construirse. Quiere hacer algo en su tiempo libre como ir a una cita y quiere ver su lado más vulnerable, no sabe nada de su infancia o de sus gustos. 

Pero Aether no lo culpaba. Al final de cuenta fue obligado a estar en un matrimonio sin amor. 

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-¡Ei! ¡Miko! Que gusto verlas. ¿Qué hacen aquí? 

Aether sintió gusto al verlas. Las dos mujeres lo saludaron de abrazo y luego se sentaron, ordenando que trajeran comida para las recien llegadas.

-Vinimos a visitarte a ti y a Lumine.

-Lumine no se encuentra. Esta en el desierto con Jeht y van a regresar mañana.

-Oh, es una lastima. Traje unos libros que ha estado buscando y quería darselos pero voy a tener que dejartelos a ti. 

Aether sonrió y le aseguró a Miko que iba a darselos en cuanto la viera. 

Durarón una hora más platicando y cuando llegó la hora que se fueran fue que Ei dijo algo que lo sorprendería.

-Fue un gusto verte de nuevo, entiendo porque a  Kuni le gustas tanto. 

Aether se quedó mudo. No sabía que pensar. ¿Acaso creían que su relación era buena? ¿Era un comentario sarcástico?

No supo si Yae Miko se dio cuenta de sus emociones o si todo fue casualidad pero comenzó a hablar y a confundirlo más. 

-Pobre Scaramouche, tuvo que ser tan parecido a Ei, ninguno de los dos tiene un gramo de romanticismo en su cuerpo y toca a los demás darse cuenta de su amor, la única diferencia es que mientras que Ei es fria y se cierra, Kuni es más violento y agresivo. Es una lastima ya que cuando era niño era tan tierno, lloraba mucho y se veía tan lindo con sus trajecitos blancos y amaba abiertamente los peluches. Antes creía que su cambio de actitud se debió a la adolescencia pero ahora ya tiene 200 años y sigue comportándose de esa manera. ¿Qué hicimos mal como sus madres? ¿Le hizo falta más afecto o más nalgadas? 

Aether no pudo evitar reír al escuchar eso. En un solo instante la imagen que tenía en su cabeza de Scaramouche se desmoronó. Ya no era el cruel fatui si no alguien más....humano. 

-¿Podrían contarme mas de él?

Ambas aceptaron enseguida para alegría de Aether. 

Al final de esa noche descubrió muchas cosas mas sobre su esposo:

-Sabe tocar Shamisen.

-Su sueño era viajar por el mundo.

-De niño era muy cercano a Ei y lloraba si se iba. 

-Ama los peluches todavía pero lo oculta por temor a parecer infantil.

-Ha ayudado muchas veces a Aether sin que este se de cuenta. Lo protegía desde las sombras y sin que se diera cuenta. Si habia una futura  amenaza él peleaba para que Aether no tuviera que hacerlo, cuando durante peleas Aether perdía el conocimiento era él quien lo llevaba a un lugar a salvo y lo curaba de sus heridas. Esto lo llevó a darse cuenta que en realidad Scaramouche no lo dejaba cuando hacían el amor, si no que lo ayudaba a sanar y solo después se alejaba. 

Se fue directo a la habitación de Scaramouche. Este se encontraba acostado en la cama usando solo su ropa interior y Aether quedó perplejo no solo por ver aquel cuerpo que lo dejaba sin aliento si no tambien al ver que conservaba las marcas de sus actividades nocturnas. ¿Por qué sanaba a Aether pero él se dejaba así?

-¿Ya terminaste de devorarme con tus lindos ojos?

Su comentario lleno de sarcasmo y coquetería lo sacó de su ensoñación. Puso su sonrisa más cálida y decidió molestarlo un poco. 

-Aun no. Ka.Bu.Ki.Mo.No 

Scaramouche palideció al escuchar su nombre de la infancia. 

-Tu...¿Cómo?....Tu

-Tus madres vinieron de visita. 

Kunikuzhishi maldijo.

-¿No tienen nada mejor que hacer que venir a avergonzarme? ¿Qué más te dijeron? 

Aether sonrió y se sentó a su lado. 

-No mucho. Solo lo adorable que eras de niño aunque ahora que lo pienso aun eres bastante lindo. 

Scaramouche siguió maldiciendo pero sus palabras obscenas no sonaban tan intimidantes viendo su cara sonrojada. 

Sin poder resistir la tentación se acercó y le dio un beso en la mejilla, callándolo por completo. 

-Sabes, no tienes que actuar tan duro todo el tiempo. Nadie va a pensar menos de ti solo porque te gusten las cosas tiernas. Me seguirás gustando.

Kunikuzushi lo volteó a ver  sorprendido. 

-¿Te gusto? ¿Cómo te puede gustar un bastardo como yo? 

Tomando su mano y dándole un rápido beso le respondió con total honestidad.

-Eres un bastardo pero eres bueno por dentro. Amo verte pelear y amo ver como eres amable con niños y ancianos y siempre has estado allí para mí aunque apenas me dí cuenta. Kabukimono, quiero pasar la eternidad contigo, quiero pelear contigo y a tu lado, quiero me cuentes quien eras y quien eres,  escucharte tocar música y levantarme contigo. 

Levantó la mirada y vio en sus ojos que todo lo que dijo era verdad. Aether de verdad sentía cosas por él y no sabía como reaccionar ante eso, había imaginado por mucho tiempo lo que se sentiría estar en su corazón y ahora no sabía como actuar al obtener lo que anhelaba. Por suerte para él, Aether tomó la delantera de nuevo y unió sus labios. Scaramouche decidió mostrarle lo que sentía por acciones y lo tumbó sobre la cama, quitando la ropa que les estorbaba y uniendo sus cuerpo, recorriendo cada centímetro de su piel con sus manos y bocas. 

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A la mañana siguiente cuando Aether se levanto Scaramouche seguía con él. 

-¿Por qué me ayudabas a borrar las marcas de mi cuerpo pero tu conservabas las tuyas? 

-Porque quería que mi cuerpo tuviera tus marcas. Quería ver mi cuerpo en el espejo y recordar las cosas que hicimos.  

Aether sintió como su corazón se aceleraba. 

-La próxima vez quiero que me dejes conservar cada rasguño y mordida que me hagas...Aunque creo que lo mejor esta vez sería borrar las marcas o por al menos esconderlas.

Scaramouche lo miró, esperando que se explicara.

-Tus mamás vienen de visita hoy y quieren verte a ti también. 

Fuera de la habitación, se escuchó un grito enojado.

-¿¡No tienen trabajo que hacer!?