Chispitas de Chocolate Blanco

The Avengers (Marvel Movies) Avengers Academy
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Más allá de un simple mayordomo

El mayordomo de la familia Stark observó a los dos chicos, que en ningún momento se habían separado de su señorito y todo esto después de desayunar o mejor dicho almorzar y también una vez explicado lo de su situación en la escuela. –Jóvenes. –les llamó. –Ya han estado aquí por mucho tiempo, ¿Por qué no van a su casa, se bañan y descansan un rato?

Steve y Bucky se quedaron pensativos por unos buenos segundos, era cierto desde que se habían enterado de la situación de su Tony, en ningún momento dejaron el hospital, ya necesitaban asearse un poco.

-Jarvis tiene razón. –apoyó el castaño menor. –Necesitan descansar del aire de hospital.

-Bien podemos bañarnos aquí. –Bucky se encogió de hombros. –Y usar batas.

-Bucky. –suspiró el rubio, a veces su amigo podía ser muy... se los dejo a su imaginación. –No es mala idea, pero ¿Usted se quedará con Tony mientras no estamos?

-Por supuesto. –respondió el mayordomo.

-De acuerdo. –continuó Barnes. –Solo será un rato.

-Les pediré un taxi.

-Gracias, Jarvis. –habló Steve.

-Pero antes de irnos. –dijo James acercándose al menor. –Mi beso. –Le besó la mejilla tiernamente a lo que el contrario solo se sonrojó.

Rogers hizo el mismo acto que su amigo, se acercó al castaño menor y le besó la frente avergonzándolo. –Entonces regresaremos en unas horas. –ambos fortachones se despidieron de Tony y Jarvis para después salir de la habitación dejando a los dos nombrados anteriormente solos.

-¿Cómo se ha sentido, señorito?

-Bien... ya estoy mejor. –le sonrió al mayordomo y eso solo hizo que Jarvis pudiera relajarse, al parecer el brillo en los ojos del menor estaba regresando.

El tiempo en el hospital pasó rápido hasta que Yinsen hiso aparición en la habitación de Tony. –Buenas tardes. –saludó a los presentes. –¿Cómo estás, Tony?

Stark lo vio detenidamente por unos segundos, por el amor de Dios, no se acordaba quien era y que tipo de relación tenían, pues muy pocas veces lo ha llegado a ver, y la última vez que lo vio, si mal no recuerda tenía 7 años. –Ya me siento mejor... –sonrió confundido.

El de lentes acarició la cabeza de Tony, si Jarvis no decía nada ni evitaba que ese tipo se le acercara significaba que era una persona de confiar. –Parece que no te acuerdas de mí. –se rio. –Soy tú tío.

-Ah...

-Por cierto. –el de lentes le extendió una caja de regalo. –Espero que te recuperes pronto.

-Gracias, Tío. –se emocionó el menor, rápidamente abrió la caja para ver que le había regalado.

-No sabía que comprarte así que pensé en regalarte algo que a todos los chicos de tú edad les encanta. –sonrió orgulloso.

El castaño al abrir la caja se sorprendió, ¿Cómo debería de reaccionar? –Eh... gracias...

-¿Puedo ver, señorito? –Jarvis se acercó al menor para ver lo que Yinsen le había obsequiado y en cuanto lo vio, se avergonzó, si Howard supiera que su amigo le estaba regalando revistas pornográficas a su hijo, se volvería loco. –Señor Yinsen... –llamó serio. –No creo que deba de regalarle eso a mí señorito.

-¿Por qué no? –es algo natural después de todo, o eso pensaba Yinsen.

-Porque, en primera no creo que le agrade al señor Stark que le dé eso su hijo y en segunda porque eso puede malinterpretarse a creer que usted es un pervertido.

-No había pensado en eso. –se llevó una mano a su barbilla. –Como sea, vine para despedirme, ahora que Tony ya estar mejor y será dado de alta puedo regresar a mi casa tranquilo. –se relajó. –Me surgió una emergencia en el trabajo y debo volver. –se acercó a Tony y lo abrazó cariñosamente acto que fue correspondido por el menor. –Fue un placer verlo a usted también Jarvis, por favor cuide de Tony. –se despidió de mano.

-No se preocupe.

-No tuve tiempo de despedirme de Howard, háganlo por mí. –abrió la puerta de la habitación. –Nos vemos en... no sé cuánto tiempo para ser honestos.

-Adiós. –se despidió Tony con una sonrisa.

-Que tenga buen viaje y cuídese por favor. –se despidió Jarvis.

Finalmente Yinsen se había ido y otra vez los dos quedaron solos, platicaban sobre cualquier cosa o a veces simplemente se Tony se limitaba a dormir un rato o ambos veían la tv, cabe mencionar que Jarvis desechó las revistas en la basura, en un lugar donde Howard no las viera porque estaba seguro que armaría un alboroto.

Las horas pasaron, y antes de que el padre de Tony llegara, Steve y Bucky regresaron con compañía, al parecer sus amigos querían ver como se encontraba de salud, eso sin duda alegró a Tony pues sus amigos se preocupaban por él.

Jarvis salió de la habitación para darles espacio a los jóvenes de hablar con libertad antes de que Howard llegara. Aprovecharía el tiempo para regresar a la mansión y verificar que todo estuviera bien.

-Chicos... –habló un emocionado Tony.

Pepper corrió a abrazar al menor fuertemente. –Estoy tan feliz de que estés bien, no nos vuelvas a asustar así... –unas lágrimas de felicidad cayeron de sus ojos, esa chica era muy sentimental.

Rhodey también se acercó a Tony y le dio un abrazo pero más que nada le revolvió los cabellos. –Cuando salgas del hospital, Tones, te llevaré a casa de mis padres, quieren verte...

Bruce también se acercó a abrazar a su amigo, su hermano de la ciencia. –Como vuelvas a darme un susto así, me pondré verde.

Janet corrió y sin mucho cuidado le brincó al menor para abrazarlo fuertemente. –Cuando estés mejor vayamos a celebrar con helado...

-Mi bella cerecita. –Thor cargó a Tony como si de un muñeco se tratara, restregando su mejilla contra la del más bajo, Steve y Bucky solo se aguantaron las ganas de golpear a su amigo y solo lo hicieron por el momento. –Me moriría si algo te llegara a pasar, no puedo vivir sin tu ternura. –lo abrazó fuertemente.

-Detente Thor. –se burló Clint. –Vas a apachurrarlo...

-Oh... cierto, perdóname cerecita. –besó su mejilla. Ok, eso si no les gustó para nada a los otros dos fortachones.

-Me sorprende que después de tanto escándalo no nos saquen a patadas del hospital... –suspiró Sam, se aproximó a Tony y le dio palmaditas en la espalda demostrándole apoyo. –Yo sabía que no te rendirías así nomás.

-Tony. –mencionó el rubio cenizo. –Como somos pobres, nos cooperamos para comprarte la caja de edición limitada de donas, fue difícil conseguirla, me tuve que pelear con una viejita para ganarle al final la derroté con un dorito.

-Habla por ti, Barton. –dijo Loki con arrogancia. –Tú serás el pobre, porque yo no lo soy.

-Ni yo. –se encogió de hombros el rubio de cabellos largos.

-Yo no me quejo. –apoyó Rhodey.

-Como sea. –se quejó Clint, le entregó la caja a Tony y éste le agradeció. –Por lo menos mi nivel de maldad no se compara con el tuyo.

-Claro que no. –el pelinegro hablaba con superioridad. –Tú nivel de maldad es tan bajo que lo peor o más malo que has hecho fue comerte el cereal sin leche. –se refirió a Clint. –En fin. –se acercó a Tony. –Que bueno que estás bien chaparro. –lo despeinó y le dio una pequeña cajita. –Esto es de mi parte y la del mapache.

-¿Yo? –se confundió Barnes pero de inmediato recibió un codazo del ojiverde. –Sí, yo...

-Gracias... –el menor se confundió y al abrir la cajita para ver de qué se trataba se avergonzó puesto que era un par de anillos de esos que usan para casar a los estudiantes falsamente en las quermeses. –Es muy bonito...

-Por fin llega mi turno. –habló la pelirroja. –La próxima vez, Tony, que termines en el hospital, solo tienes que decirme quien fue el pen... pensativo que te lastimó. –Miró a Steve y Bucky. –Pero dejando eso de lado, Steve me pidió que te diera esto, él no podía ir a comprarlo ni elegirlo porque tiene gusto de viejito.

Steve también estaba igual de confundido, ¿en qué momento había pasado eso? –No recuerdo eso Nat. –se calló al instante en que recibió la mirada asesina de su compañera. Ni Loki ni Natasha querían perder pero sin darse cuenta ya habían perdido.

La pelirroja de su mochila sacó una libreta y una pluma muy encantadoras. –Son para tus nuevos apuntes o lo que quieras poner ahí.

-Muchas gracias, chicos. –sonrió Stark. –Me alegra que hayan venido... –De ahí en adelante los jóvenes platicaron sobre cualquier cosa; escuela, momentos divertidos, etc.

Mientras tanto afuera de la habitación, Jarvis estaba sentado en una de las sillas de afuera mientras leía el periódico, ya había ido a revisar que todo estuviera bien en la mansión, sin duda los jóvenes de hoy eran muy lentos, pero al saber que venían con su señorito no le dio mucha importancia.

-¿Jarvis? –habló Howard que recién venía llegando. –¿Qué haces afuera?

-El señorito tiene visitas, sus amigos vinieron a verlo. –bajó el periódico. –También el señor Yinsen vino a despedirse, le surgió una emergencia de trabajo y se tuvo que ir, me pidió que le dijera.

-Ya veo. –se sentó al lado del mayordomo, ya estaba más relajado al saber que su bebé estaba bien. –Me hubiera gustado despedirme de él... de darle las gracias adecuadamente.

-No se preocupes señor.

-Ahora Jarvis, solo debemos cuidar de nuestro hijo... –soltó el castaño y eso avergonzó al mayordomo, Howard al notarlo decidió explicar. –Porque vamos, Jarvis, debes admitirlo, Tony te ve como su madre incluso más que María... además de que tú eras el que iba a los eventos de Tony cuando yo no podía ir, si no es que íbamos juntos, tú eres él que cuidaba de mi bebé cuando enfermaba y no podía quedarme con él.

-Le soy sincero, señor Stark. –Jarvis sonrió sinceramente. –Yo veo al señorito como si fuera mi propio hijo, así que voy a tomarle la palabra.

-Nuestro hijo ha crecido mucho. –el castaño le siguió, parecía que estaba jugando.

Era increíble que después de tantos años de trabajar y convivir con la familia Stark, Jarvis se avergonzara con esas simples palabras, ¿o sería porque nunca Howard le había hablado así? "No es momento de tener confusiones emocionales" pensó Jarvis. –Tiene razón, mi niño ha crecido bastante.

-Nuestro niño. –recalcó el Stark mayor.

De rato los amigos de Tony se habían retirado y entre risas y abrazos de despedida los chicos salieron del hospital dejando a Tony y a los fortachones solos en el cuarto, Howard y Jarvis entraron a la habitación.

-No es por ser grosero, jóvenes. –Habló Howard. –Pero ya se han quedado mucho tiempo aquí, necesito saber qué es lo que están buscando con mi hijo.

-¡Papá!

-Señor Stark. –trató el mayordomo de aligerar el ambiente. –Mi señorito tiene que decirle algo muy importante al igual que el joven Steve y el joven James.

El Stark mayor observó a los fortachones, presentía algo malo, no como el presentimiento de hace varios día, esta vez era diferente, como si le quisieran arrebatar a su hijo. –¿Qué cosa?

Tony de inmediato se ruborizó y empezó a jugar con sus dedos, era difícil de explicar que tenía dos novios. –Pues... es algo muy importante.

-Cariño, me estas asustando... ¿acaso esos mocosos te hicieron algo? Porque de ser así... –fue interrumpido.

-No papá... Steve y James... son mis novios...

-Así es. –añadió Steve.

-Usted será nuestro suegro. –trató de animar Bucky.

-Tómeselo con calma, señor. –Comentó Jarvis.

-¿Papá? –Howard se había quedado callado.

De la nada se escuchó un grito en la habitación, un grito de Howard al enterarse que su inocente hijo tenía pareja, mejor dicho, que tiene dos novios. –¿¡Qué!?

En la calle iba el grupo de amigos, y hasta atrás iba Loki y Natasha, caminando con la mirada baja, perdieron su apuesta. –Así que... –dijo la pelirroja.

-No debimos apostar... o por lo menos meter a Thor. –se quejó Loki.

-Por mí no hay problema. –el rubio de cabellos largos estaba feliz. –Tengo dos esclavos por un mes. –se encogió de hombros, miro a Loki con unos ojos pervertidos. –Voy a disfrutar esto.

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