EL REY LOCO

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EL REY LOCO
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La ejecución

Ni Loki, ni Odín habían dormido esa noche. El último estaba algo decepcionado porque Loki no había querido entrar a la misma cama con él.

Odín lo quiso coronar Rey de Asgard a solas, Loki no aceptó. Odín quiso coronarlo rey delante de los guerreros, y Loki tampoco aceptó. Loki pidió que fuera al día siguiente y delante de la gente del Asgard.

Además, Loki había empezado a hablar sobre su relación, explicando que no podían seguir siendo odiados por todos, que todos debían entender que se amaban, que tal vez fue un error haber sido secuestrado pero que ya no importaba, lo que realmente debía importar era el presente.

Los antiguos  y nuevos representantes de los reinos que aún quedaban en pie, se presentaron inmediatamente y no por la coronación, querían poder llegar a un acuerdo con Loki, darle una oportunidad de salvarlo pero éste se negó a verlos.

Y es que para nadie era correcto que el amante del rey, fuera el nuevo gobernante. No odiaban a Loki. De hecho, sentían lástima por él. En las calles de Asgard, los cantantes no dejaban de cantar en cada rincón canciones que hablaban del posible engaño al que Loki había vuelto a caer: “El rey loco le ha ofrecido, le dijo al joven raptado, el trono te entrego y, seguimos con lo nuestro.”, mientras esperaban que el sol saliera, cada asgardiano y nuevos visitantes, para la coronación, cerraron los ojos mirando el cielo, pidiendo a algún dios salvara al príncipe Loki de las garras de Odín.

También estaban enterados que después de darle el trono a Loki, Thor sería ejecutado para que nunca pudiera reclamar el trono.

Loki estaba en una amplia sala con el Gungnir, trataba de adivinar cómo funcionaba. Dijo en voz alta hechizos de una película quedando apenado al final porque no funcionaron.  Después de varios intentos, logró destruir algunos muros, no supo ni cómo pero lo había logrado. Trató de practicar más pero estaba corto de tiempo, no importaba qué tan larga fuera la noche en otros mundos, en Asgard estaba cada vez desapareciendo, tal vez el estrés, el aura negativa había hecho que el tiempo corriera demasiado deprisa.

Buscó entre los guardias, a algunos asgardianos. Al verlos les pidió discreción y que por favor pudieran llevarle donde estaban los prisioneros. Ellos no se negaron, e inmediatamente lo escoltaron hasta las profundidades del mismo reino. No había nadie encerrado en las celdas. Brunilda había mencionado que hasta los prisioneros habían sido liberados para buscarlo. Y llegaron a una celda que desprendía humo helado.

Los guardias se alejaron para que Loki pudiera hablar con los prisioneros. Estaba casi oscuro, pero Loki pudo sentir la colosal presencia ahí. Y en la siguiente celda estaban al parecer Thor y Brunilda.

—Loki. —el pelinegro reconoció esa voz, y sonrió con suavidad, quiso acercarse más pero  no pudo por una barrera que de la nada iluminó el lugar. Entonces pudo verlo bien: su verdadero padre. —Saar. (Hijo)

Far (padre).

Y Loki empezó a alejarse poco a poco al no soportar un dolor en su pecho: habría deseado abrazarlo, reclamarle su tardío rescate pero no pudo, y mientras pasaba el tiempo, su dolor de esfumaba.

—En unas horas seré el nuevo rey —pronunció en voz baja. —Thor y Brunilda serán ejecutados, pero a ti te salvaré…

Un guardia apareció algo apresurado informándole que Odín lo estaba buscando. Loki asintió y pidió que le dijeran que estaba en los jardines, que mintieran por él.

Y otra vez solos, Loki descubrió la manera de liberar de la celda a Laufey. Se miraron a los ojos, sin decirse una sola palabra, Loki solo pudo pronunciarle una pequeña orden para luego marcharse a su encuentro con Odín. Ya no pudo ver a Thor y mucho menos a Brunilda.

La bulla ya estaba retumbando los mismos suelos del palacio. La gente se acomodaba, sin ganas, sin alegría ni esperanza, ante el gran salón. Los gobernantes de otros mundos tenían las caras demacradas, mirando cada movimiento de Odín y Loki con desagrado, parecían ya no soportar sus vidas de ver cómo Odín ahora se daba la libertad de dar pequeños besos a Loki delante de todos, ya sea en la boca en las manos.

Ese día, después de la coronación, muchos padres, hermanos que perdieron hijos, hermanos en las ejecuciones que Odín había mandado como advertencia, estaban ahí, esperando la hora de ver a Loki como rey y luego entre ellos celebrarlo con sus muertes.

Loki no necesitó vestirse finamente, y a Odín parecía no importarle. Pero escogió detalladamente el último traje que usaría.

El traje cubría todo su cuerpo, y tenía una capa verde. Thor le había dicho lo bien que le quedaba ese color, y esperaba que pudiera verlo bonito antes de separarse.

Y como Loki no tenía idea de cómo era una coronación, hizo todo lo que un sirviente le pidió. Se puso delante de la silla donde Odín se había sentado recientemente. Odín sí tenía puesto un traje dorado, y un casco con cuernos. Con el Gungnir en sus manos, pidió que Loki se pusiera de pie para poner la lanza en sus manos y así nombrarlo como el nuevo rey de Asgard y los reinos que aún estaban en pie. La gente intentó aplaudir para no enojar a Odín.

La servidumbre salió para armar un banquete pero nadie estaba con ganas. No era un día de triunfo ni gloria, para nadie.

Odín no paraba de sonreír y no justamente porque Loki fuera un rey sino por darle lo que Loki le pedía, esperaba poder al fin volver a estar juntos como Loki se lo había prometido, y sin importar mucho su nuevo puesto, lo besó con gula.

Y esa sola acción causó un silencio sepulcral.

—Q-que empiece la ejecución —ordenó Loki con fastidio, poniéndose de pie para que Odín no se subiera encima de él. Simplemente faltaba poco.

En silencio se abrieron paso para salir por la puerta y encontrarse con todo el pueblo de Asgard. Estaba de diferentes mundos, tenían diferentes tamaños, colores, tal vez hasta formas, y entre ellos más elfos oscuros.

El sonido de cadenas arrastrándose por el piso invadió los oídos de todos. Thor y Brunilda estaban siendo traídos por guardias delante de Loki. Ambos jóvenes encadenados se veían aún bien, no había pasado ni un día por lo que no tendrían que estar débiles. Loki evitó mirarles a los ojos, no quería ver sus miradas de odio. Para ellos, era un traidor.

Thor y Brunilda fueron puestos de rodillas delante de Loki, a unos dos metros, con las cabezas caídas por el peso que ahora caería sobre ellos.

—¿Y Laufey? —Preguntó Odín hacia los guardias, pero ninguno se movió ni l miró —¡Traigan a Laufey! —ordenó rojo de la ira.

Los guardias querían informarle que Laufey había escapado y probablemente con la ayuda de Loki, pero ninguno se atrevió, acusar a Loki era tal vez ponerle una soga al cuello y no estaban dispuestos a traicionar a su nuevo rey.

Loki usó el Gungnir para golpear el piso, deseando que pudieran poner atención y así fue, la lanza realmente parecía escuchar sus deseos.

—Odín, mi… “amante” —habló Loki, con una voz fuerte y clara, a todos los presentes —, me ha concedido el trono. —Trató de sonreír dulcemente pero todos notaron cierta malicia en ella—. Yo soy Loki Laufeyson, el niño robado, el niño que dejó su hogar… —Loki buscó la forma de continuar sin que la voz le temblara—. Asgard ha tenido al rey loco que abusaba de un niño, lo llenó de mentiras mientras debajo de este majestuoso palacio; ustedes bebían, comían y dormían felices, glorificando el nombre de un violador.

—¡Basta! —Odín salió en su dirección para quitarle el Gungnir, pero un niño atravesó corriendo entre ellos.

Todos se sorprendieron al verlo; el niño tenía la piel azulada, con hermosos ojos rojos que despreocupado por lo que sucedía, sonreía mientras perseguía un copo de nieve y ante el mínimo contacto con un muro, desaparecía para todos.

Loki miró hacia Odín, quien se encontraba agitado, y temeroso. Quizá porque había reconocido al niño. Dos jötnar aparecieron entre la gente, otros más entre los guardias, y detrás de Odín, Laufey apareció empujándolo. Odín cayó al piso con las manos al frente. Aturdido ante los inesperados sucesos que estaban presentándose en ese mismo instante.

Loki entregó el Gungnir a Laufey, quien con agilidad apuntó hacia Odín para encadenarlo como una vez el mismo Odín lo había hecho con Thor. Loki quiso sonreír al verlo indefenso.

Y cuando Odín quiso pronunciar algo, Laufey lo amordazó.

En ningún instante, Loki apartó su mirada. Ahora con pasos lentos se acercó a Odín, tomando el Gungnir otra vez, apuntó a un elfo oscuro, destruyéndolo al instante. Otros elfos quisieron protestar contraatacando pero solo fueron pocos y cesó al instante su intento. Loki quería decirle tan solo una cosa a Odín, no le importaba si los demás lo escuchaban o no.

Desde el momento en que supo el daño al que fue sometido, Loki estuvo preguntándose constantemente, que ahora que sabía todo, qué es lo que tenía que hacer. Desde niño había creado un enfermo afecto por Odín, a pesar de que lo castigaba de innombrables manera, Loki no dejaba de verlo como su héroe, como su papi. Aunque le temía, sí sentía, para su desgracia, pena por Odín. Esas últimas semanas en las que vivió con Thor, se dio cuenta de que el amor que creyó sentir por Odín no era normal, sino enfermiza.

Lo mataré, se repitió tantas veces, a veces llorando, a veces molesto, y ahora se sentía acobardado con cada segundo que pasaba.

—Pensé en mantenerte con vida para hacerte daño de las peores formas, incluso pensé en cogerme a todos los hombres y mujeres de todos los mundos delante de ti, pero… —Loki se acercó más a su oído para susurrarle con seriedad—. Solo pensar que sigues con vida me da asco. No quiero seguir existiendo sabiendo que en algún lugar estás esperando por mí.

Se dio la vuelta hacia Laufey, ahora se sentía más sucio, tal vez por eso no se había atrevido a abrazar ni llorar en los brazos de su padre, no quería deshonrarlo más, aunque lo odiaba por haberlo descuidado de niño.

—Viviré la vida que me robaste y la viviré con Thor —Loki se irguió mientras se alejaba unos pasos atrás—. Tusen takk for at du holder meg i live (gracias por mantenerme con vida)

Odín hizo un último intento de gritar, nadie supo qué estaría gritando, si le pedía perdón o que se detuviera. Tal vez la segunda opción era más certera.

Laufey dio unos cuantos pasos después de la señal que Loki le envió, se agachó frente a Odín, y levantando una mano mientras una navaja de hielo se formaba, le sonrió recordándole que le había prometido ser su rostro el que vería antes de morir.

La cabeza de Odín fue puesta a los pies de Loki. Y Laufey estaba arrodillado ante Loki pero antes de que alguna palabra pudiera salir de sus labios, Loki lo interrumpió aclarándose la garganta. Se miraron y Laufey vio llorar por primera a su hijo.

—Llegaste demasiado tarde —Loki le apuntó con el Gungnir, acabando con su vida del rey jotun.

Y aun con rabia, Loki clavó la punta del Gungnir en la cabeza de Odín. Lo clavó unas tres veces sin éxito. Para luego arrojarla a la gente que entre gritos de euforia destrozaban de lo que quedaba de Odín.

Loki liberó a Thor y Brunilda, para arrodillarse luego ante Thor como muestra de que lo reconocía como el rey de Asgard.

—Mi reino rompe la tregua con Asgard. —fue lo último que dijo Loki para marcharse por el puente del arcoíris junto a los jötnar. Brunilda fue la última en seguirlo.

Thor entendió muchas cosas ese día, y el que más le dolió fue saber que estaría siempre solo.

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