EL REY LOCO

Marvel Cinematic Universe Marvel
M/M
Other
G
EL REY LOCO
All Chapters Forward

El rey loco

Asgard había perdido su brillo, hasta el sol parecía triste y gris, incluso el aire parecía apestar: y los asgardianos eran la maldición para un centenar de mundos, ellos eran los culpables de tener un rey loco.

A pesar de que algunos mundos nunca habían oído sobre Thor, se vieron en la devastadora advertencia de ser destruidos si se lo estaba escondiendo. Niños fueron asesinados, y jóvenes que podrían parecerse al amado Loki eran decapitados como cruel amenaza. De pronto ya ni siquiera se pronunciaba su nombre, ya no existía Odín, ahora era el rey loco. El rey que arrastraba la muerte a donde fuere.

Y después de tantos días, al fin los ataques pararían, el rey loco había encontrado a Loki. Al verlo entrar por las puertas hacia el palacio, los asgardianos lanzaron gritos de angustia al ver cómo Odín traía de la mano a Loki.

—¡Lo atrapó! —exclamaron con dolor y llanto, algunos empezaron a rasgar sus ropas, otros sus rostros en tormento. —¡El rey loco lo atrapó! ¡Huye, Loki! ¡Loki!

Muchos asgardianos intentaron abalanzarse para separar a Loki de Odín pero los elfos oscuros disparaban de sus armas para desintegrarlos.

Loki trató de mantener su vista en frente, evitando a los demás, aguantando las ganas de correr hacia ellos y decirles que fue él quien se dejó atrapar, que fue él quien quiso volver junto a Odín para que ya nadie muriera solo por él.

Quiso contarles cómo había escapado de Thor, que solo tuvo que pronunciar su procedencia en jotnariano a los elfos oscuros –a pesar del temor- y entonces entre ellos y asgardianos se arrodillaron ante él e hicieron una señal hacia los cielos,  y cómo todos bajaban sus armas hasta que Odín apareció a lado de El Destructor. Mientras los soldados escoltaban con cuidado a Loki, Odín corrió hacia él. Sintió cómo su corazón se estrujaba cuando se vio envuelto en los brazos de Odín, y otra vez lo llamó papi como antes y, con voz trémula, le pidió dejar ese apestoso planeta, mientras señalaba el lugar exacto donde se escondían Thor y Brunilda, sus raptores.

Ahora, Loki desconocía su futuro, y aun así quiso darles una pequeña esperanza a los que sufrían su regreso, una a la que también se aferraba.

Más gritos de desdicha salieron entre la multitud, Loki no tuvo que adivinar; habían visto a Thor y Brunilda entrar tras ellos. Ambos encadenados y las bocas selladas con una mordaza.

Los guerreros nunca esperaron ese final, a pesar de su búsqueda casi imposible, habían esperado que el rey loco muriera en su cama o entrar en el sueño que reparaba su poder y ser ellos quienes acabarían con él. Habían manchado sus armas con sangre inocente y en vano.

Y en ese momento, un guerrero le atravesó con una lanza el cuello de un asgardiano que había tratado lanzarse sobre Odín. Este acto hizo que todos guardaran algo de silencio, hasta el mismo Odín estaba sorprendido, que tomando la mano de Loki con más fuerza, lo jaló más rápido hacia el palacio, como si temiera que fuera a escaparse otra vez. No, que lo secuestraran otra vez.

Una vez dentro del palacio, Odín mandó a los guerreros encerrar en los calabozos a Thor y Brunilda mientras prepararía su ejecución en la plaza principal de Asgard.

—Una vez muertos, sus cabezas colgarán en la entrada al puente arcoíris —Odín pronunció cuidadosamente cada palabra para ver las reacciones de Loki, como esperando una aprobación —, y mandaré buscar la cabeza de Sif para hacerles compañía.

Loki intentó abrir la boca para protestar pero la mantuvo cerrada, sin dejar de mirar al hombre, no, al viejo que se había hecho pasar por su padre.

Odín desvió su mirada para juntar sus arrugadas manos sin saber si entrecruzarlas o solo secarse el sudor en el torso de cada mano. Le ponía nervioso cómo Loki lo observaba. Tal vez ahora estaba viendo al gracioso viejo que había sido su único salvador detrás de los muros del escondite. Y fue así, ahora a Loki le daba asco.

Odín nunca apestaba, siempre se bañaba pero ahora a pesar de los pocos centímetros que los separaban, Loki sintió su hedor. Pensó en la miseria que Odín debió sufrir, buscándolo hasta el hecho de descuidarse en sobremanera, ¿qué anciano podía envejecer peor? ¿A qué anciano podía ponérsele el pelo más blanco y opaco? Odín parecía un vagabundo, con la ropa casi descolorida, el cabello grasiento, los labios agrietados con surcos blanquecinos. Hasta las expresiones de su rostro ya no era como antes, ahora solo mostraban demencia.

—Te extrañé, mi amor —Odín gimió, tomándole de las manos con fuerza. —Thor va a pagar muy caro por separarnos.

—¿Qué pasará con Brunilda? —habló Loki con suavidad, luchando por no empujar las manos contrarias.

—Ahora que has visto más de los mundos, mi amor, ¿hay algo que te gustaría conservar? —Odín sonrió sin cerrar un milímetro del ojo que le quedaba.

—¿Por qué…?

—Claro, claro, mi Loki. Pero dime, ¿Thor se atrevió a tocarte? —con la expresión trastornada, Odín tomó cada vez con más fuerza la mano de Loki —¡Dime que no te tocó, que sigues siendo mío!

—Solo me besó, nada más —pronunció Loki mirándolo con cautela.

Odín apretó la quijada con furia y agachó la cabeza, moviéndola de un lado a otro, como si quisiera deshacerse de lo que había escuchado.

—Iremos a nuestro escondite, mataré a todos los elfos oscuros, seremos otra vez solo tú y yo…

—No quiero volver a tomar tus medicinas, Odín. Y quisiera que me escuches lo que te digo.

—Tú no decides sobre eso —le espetó molesto. —Pero primero vamos a matarlos, a todos los que nos lastimaron, ¡Oh, Loki! vamos a darles de comer a…

—¿También matarás a Laufey?

Antes la mención del nombre, Odín soltó una carcajada con sorna. Miró a Loki con dulzura y soltó:

—Me prometí que si atrapaba a Laufey lo mataría después de que viera cómo te cogía delante de él —su sonrisa se hizo más morbosa —Le enseñaremos que nuestro amor es puro y que no necesitó preocuparse.

Odín se acercó con la intención de acariciarle la mejilla pero un golpe retumbó en la vacía sala. Loki se había alejado de él con una mueca de asco, dándole un golpe a la mano que Odín había levantado.

—N-no me toques.

—Eres mío —Odín exclamó consternado ante esa negación a su caricia —. No sé qué mentiras estuvieron diciéndote Thor y Brunilda pero…

—¿Y tú cuándo me has dicho la verdad? —expresó con fastidio, caminando un poco más lejos de Odín, no quería tenerlo pegado a él —, me has convertido en un juguete. ¿Dime, te divertiste? Me encerraste en una habitación, llenándome de mentiras sobre los elfos oscuros. Me has destrozado la vida.

—No, Loki, ¿cómo pude haberte destrozado la vida si sigues vivo y hermoso?

—Abusaste de mí. Desde que era un niño, tu…

—Loki, cariño —Odín se acercó con desesperación para apoyar su mano en el antebrazo del joven —Nunca te toqué de niño, esperé a que crecieras. Yo te cuidé, ¡te alimenté! Y entonces nosotros…

—¿Nos amamos? —Loki luchó por no llorar de la rabia—Si yo también “te amo”, ¡Entonces haz lo tuyo conmigo aquí! Vamos, ¡hazlo! Odín, tócame con tus viejas y asquerosas manos, ¡maldita sea, hazlo! —Loki tenía puesta una camisa celeste, tres botones superiores salieron volando cuando la rasgó en un intento de quitársela a la fuerza, mostrando su pálido pecho, donde Odín siempre dejaba marcas.

—Loki…—sollozó Odín, buscando conmover al pelinegro, sin éxito. —Yo te amo…

—Tú no puedes amar a nadie —espetó Loki, retrocediendo cuando sintió cómo Odín amenazaba con besarlo.

—Pero tú sí me amas, Loki. Volviste por mí, traicionaste a Thor por mí. Solo recuerda todas las veces que nos dijimos lo mucho que nos amábamos.

—Era un niño, no sabía lo que era amar de esa forma.

—Y al conocerme todo cambió. Fuiste un niño muy travieso, ¿sabes? Aún recuerdo cuando fuiste tú quien me besó.

Las lágrimas de Loki empezaron a caer, sentía tanta ira crecer en su interior y no paraba de pensar en lo bien que se sentiría asesinarlo en ese instante. Pero una parte aún se aferraba a las palabras de Odín, dudando de todo, ¿y si decía la verdad? Tenía tantos recuerdos bloqueados, no podía traer todos a su mente, pero estaba seguro que esa medicina fue un bloque ante  las peores cosas que puedo haberle hecho el hombre que en ese momento estaba secándole las lágrimas.

—Somos solo nosotros, si te mentí fue para protegerte —con voz amable, Odín le regaló un beso fugaz en los labios.

Inmediatamente, Loki apretó los labios ante la repulsión que sintió. Sin pensarlo dos veces, empujó con fuerza el cuerpo de Odín. Solo bastó ese pequeño contacto para que un recuerdo se estrellara en su mente: una dulce voz de niño, que gritaba ante el dolor entre sus piernas mientras por atrás Odín lo sujetaba y se empujaba a él con fuerza, varias veces.

Abrió los ojos, tratando de acompasar su respiración agitada. Miró a su alrededor, esperando que alguien socorriera a Odín que estaba en el piso, pero nadie apareció. Estaban solo los dos. Loki caminó en su dirección mientras observaba los torpes movimientos del viejo por tratar de levantarse. Ya era demasiado viejo y débil.

Odín empezó a sollozar mientras con esfuerzo lograba ponerse de pie, tal vez lloraba de la vergüenza o quizá no podía creer que su amado lo hubiese empujado.

—¡Hice todo por ti! ¡Mate por ti! —Odín empezó a gritar furioso —¡Destruí mundos para encontrarte! ¿Y así es como me tratas? Todo este tiempo solo te he dado amor y así es como me pagas.

—Los asgardianos van a odiarte al enterarse, por mí, todo lo que me hiciste…

—Ya lo saben. No cambiaría nada repetirlo —Odín trató de burlarse pero cada vez ansiaba poder sentir a Loki contra su cuerpo.

—Escuché que dijiste que yo era tu amante y que nunca me abusaste de niño. ¿Cuánto podrán creerte si se los digo a detalle?

—No tienes pruebas, no tienes a nadie que te respalde para creerte. Solo me tienes a mí.

—Entonces te abandonaré, Thor me enseñó a usar parte de mi magia —mintió Loki, caminando hacia el trono.

Ante la mención del nombre del rubio, Odín frunció el ceño con claro enojo. Tenía tanta rabia que Thor hubiera besado a Loki. Pero luego se percató de algo más importante: magia.

—Donde tú quieras huiremos, Loki. Ya no te encerraré pero no me dejes solo, no me obligues a volverte a hacer daño…. Solo dime qué tengo que hacer para que podamos estar juntos otra vez.

Loki se dio la vuelta para sentarse en el trono, a pesar de la tensión que sentía estar frente a Odín, mantuvo la calma, pensando en cada momento liberar a Thor y Brunilda, incluso a su verdadero padre.

—Volví por ti —empezó, Loki —. No importa ya el pasado, si me das el trono… —lo miró sin pestañear y tratando de sonar lo más creíble pronunció—: volveré a ser tuyo.

El rey ya casi entrando en la ridícula desesperación, se arrodilló ante Loki, complacido al oír eso, dejando atrás los planes que tenía para él: ¿cómo podría lastimarlo si había regresado por él? ¿Cómo podría volver a encerrarlo si estaba dispuesto a amarlo? Podrían gobernar juntos. Aunque en la mente de Odín siempre picaba la idea de darle en cualquier momento algo de droga ya sea en la comida o una bebida,  ¿pero para qué? Si Loki estaba dispuesto a seguir con él y solo tenía que darle el trono.

—Y quisiera ser yo quien sentencie a los prisioneros.

Odín sonrió satisfecho, se puso de pie para correr a abrazar a Loki con fuerza. Era claro que Loki en todo ese tiempo, en vez de odiarlo, lo había extrañado más.

Forward
Sign in to leave a review.