
Lo que está bien/mal
Thor había hecho llorar a Loki, por días.
No lo golpeó, y mucho menos se atrevió a tocarlo como Odín lo habría hecho.
Es solo que había días en los que Loki suplicaba volver con Odín, que lo necesitaba y que todo lo que le hizo no eran siempre cosas malas, contándole cómo le mimaba, le decía cosas lindas. Pero también a veces rogaba a Thor que pudiera ayudarle a detener lo que pasaba en su cabeza, repitiendo que le dolía todo lo que estaba pasando ahí.
Por supuesto, la mente de Loki era un caos. Con años de drogas, poco a poco empezó a sentirse ansioso, necesitado de la medicina. También se empujaban recuerdos tras recuerdos que no sabía cómo detenerlos, todos eran dolorosos, vergonzosos. Incluso a veces escuchaba voces cada vez más claras, por un instante hasta le parecían familiares como también desconocidas, al parecer no fue Sif la primera en descubrirlo, quizás habían sirvientes, alguien más porque sus voces al final eran desgarradoras, de dolor, siendo… asesinadas.
—Necesito de la medicina, Thor, ¡tienes que conseguirla o llevarme con Odín! Si estoy en el escondite… no lo tomaré pero necesito estar ahí… solo ahí puedo estar a salvo.
Los días fueron un completo tormento para Loki, también para Thor al no saber cómo ayudarlo, trató de conseguir algunos fármacos para el dolor de cabeza, pero Loki desconfiaba de que ahora fuera Thor quien le haría daño.
En esos momentos, una parte de Thor se quebraba.
—Me harán lo mismo, todos ustedes —Loki rompía en llanto.
Thor deseaba que fuera sencillo hacerle entender que nadie le volvería a hacer daño, que ni siquiera él se atrevería.
Estaban situados en una ciudad grande, Thor trató de alejarlo de las calles concurridas, donde no hubiera tanta gente, a un lugar más tranquilo, un edificio de tan solo cuatro pisos donde consiguieron refugio sin levantar tantas sospechas por sus vestimentas. Al salir estaba una pequeña plaza donde mayormente la gente salía en las mañanas a correr, más tarde usaban como punto de encuentro entre amigos, o sacaban a pasear a los perros. Todo lo podían ver desde la ventana, y Loki siempre estaba mirando.
—¿Había también más gente en Asgard? —Thor le dijo que sí, que había mucha gente. —¿Por qué nunca los vi cuando salía?
—Porque Odín te dejaba salir donde no los vieras…
Loki negó con la cabeza pero por extraños recuerdos que se agrupaban, casi todos nítidos, y algunos raros, y eso complicaba su capacidad de diferenciar cuál podría ser real y cuál podría estar imaginándolo. A veces intentaba contárselo a Thor, pero la vergüenza se lo impedía.
Mientras pasaban los días, a Loki le gustaba ver a los niños, los miraba con nostalgia, deseando ser otra vez como ellos.
—Si una persona me da medicina, ¿por qué es bueno y Odín es malo?
—Porque la persona buena es un doctor y te está ayudando, Odín solo te estaba mintiendo.
—¿Y cómo puedo saber si alguien es malo o bueno?
Y Thor no sabía cómo responder. Parecía sencillo decirlo, y no lo era.
—No lo sé. Yo creí que Odín era bueno —suspiró Thor, sentándose en el sillón frente al que Loki estaba sentado. —Si nunca me hubiera alejado de Asgard, tal vez habría descubierto que era malo.
—Para mí no fue tan malo…
Thor fue hacia el reproductor de DVD, sacó la película que Loki había visto con anterioridad, Harry Potter, para poner una de Shrek. Tratar de explicarle a Loki todo lo que se perdió de la vida, todo lo que desconocía, fue complicado, Thor no era de los que podía ser un maestro. Quiso darle libros para que los leyera, pero Loki no sabía leer, así que las películas fueron una buena opción, de todos modos lo mantenían distraído. Aunque no pasó mucho tiempo para que Thor quedara sorprendido: Loki aprendía rápido, incluso al hablar repetía algunos diálogos o palabras complicadas de alguna película que había visto.
Para más sorpresa de Thor, Loki estaba acostumbrándose a la vida en Midgard, poco a poco salió a las calles para mezclarse entre el gentío, mientras no fueran un montón, Loki se mantenía tranquilo. Se sentaba largas horas en la plaza para ver a la gente, a veces solo miraba el cielo o cerraba los ojos.
—Todos estos niños están en peligro, no deberían salir hasta ser grandes.
—Están con sus padres, no…
—Yo también estaba con mi padre cuando me secuestraron.
Loki siempre tenía la vista triste a pesar de tratar de sonreír, cualquiera que lo viera sabía que algo no estaba bien. Y para empeorar, no comía bien desde hace días. En las noches, sufría alguna crisis, haciendo que un escalofrío lo asustara, o vomitaba. Y una noche, Thor descubrió que Loki tenía magia. Ni siquiera debió sorprenderlo, después de todo era un jotun, y trató de explicarle que era bueno, que su magia estaba despertando después de su largo sueño. Pero Loki no estaba seguro de poder controlarlo, tampoco de siquiera entender qué era la magia. Thor le dijo que todo estaría bien.
Cuando Loki estaba tranquilo y se sentía a salvo, no dejaba de pensar en muchas cosas, a veces quería poder decirle a Thor que sentía mucho insinuar que era una mala persona que se aprovecharía de él como Odín, pero no podía, no se sentía capaz de expresar todo lo que sentía. ¿Y si al final, Thor lo odiaría por tener tantos problemas?
Y cuando Loki salía a dar una vuelta o como Thor decía tomar aire, algunas personas le miraban con simpatía, le regalaban sonrisas o le saludaban si es que Loki se les quedaba viendo sin disimulo. A nadie parecía darle desconfianza, tampoco parecía que lo desearan de manera descarada, ni siquiera Thor lo hacía. Y era un alivio que nadie lo estuviera ensuciando. Aunque poco a poco dejó de insistir en volver con Odín, temía por su futuro.
—¿Cómo moriremos si él no nos encuentra? —Loki dejó caer su cabeza en el hombro de Thor, dejando que el café calentara la palma de sus manos.
—No lo sé, nadie puede saber cómo morirá —contestó Thor. —Pero no debe asustarte la muerte.
Más tarde salieron a comprar algunos alimentos, ambos estaban bien camuflados con sus ropas midgardianas, aunque sus alturas no dejaban de llamar la atención de otros.
—El mundo necesita más héroes —en una gran pantalla del supermercado, se mostraba a Iron Man. Daba su discurso de los sucesos e investigaciones que habían hecho con los guerreros asgardianos que habían llegado tras ellos y ahora estaban capturados. —Nos invadieron una minoría de otro mundo, mañana podrían ser miles, tal vez millones. Buscan a Thor, un dios mitológico…
—Tiene una barba extraña —Thor sonrió ante el comentario de Loki. —Dios mitológico. —repitió por último en un intento de no olvidar nada.
—Tal vez deberíamos conocerlo, ir con él y decirle la verdad. —Sugirió Thor, mirando la pantalla—. Podríamos hacer una tregua, si nos ayuda, nosotros podremos ayudar a su mundo una vez recuperemos nuestras vidas.
Loki no contestó, solo tomó unas galletas para que Thor las uniera con las demás compras. Luego se encaminaron hacia su hogar. En el fondo, Loki sabía que nada iba a cambiar, que pronto las cosas volverían a ser como antes. Odín no se daría por vencido con él, si durante tantos años se atrevió a hacerle tantas cosas a pesar de amarlo, qué no haría por recuperarlo.
Tenía miedo. Tal vez temía más por Thor. Odín lo había secuestrado de niño, y Thor lo hizo recientemente pero a diferencia de Odín, Thor era su salvador. Y Loki no podía estar más agradecido, por muy poco que durara ese escape, estaría siempre agradecido con Thor. Gracias a ese tiempo estaba aprendiendo y comprendiendo muchas cosas.
Y Loki estaba siendo malo. No podía evitarlo, a pesar del esfuerzo que hacía por dejar de pensar cosas malas para con Thor, su cabeza ya estaba llena de posibles imágenes de ellos juntos. Thor era apuesto, fuerte, amable y estaba siempre al pendiente de él, ¿cómo no sentir esas extrañas ganas de unirse a él? ¿Acaso no estaban “enamorándose” poco a poco como en las películas? Pero Loki no era una mujer… y entonces todo se nublaba hasta que la imagen de Odín se interponía en su propia mente, diciéndole que solo ellos podrían amarse, que nadie podría amarlo. Y eso hacía que Loki se reprendiera mentalmente, a pesar de saber que no debería.
“Le pertenezco a Odín, mi amor le pertenece a él”, sin estar de acuerdo en ello, igual lo murmuraba. Loki no sabía si odiar realmente a Odín, no es como si todos esos años lo hubiera tratado mal. Lo había amado, cuidado…
Encendió la televisión para repetir algunos diálogos de películas, tratando hasta de imitar por completo las voces, solo así podría calmar sus sentidos.
Y en otras circunstancias, a Thor le habría parecido bastante tierno.
Su hogar, era el más silencioso de todo el edificio, solo se escuchaba la televisión, más de dos veces habían tocado la puerta. La vecina que vivía lado, una ancianita, siempre les preguntaba si se encontraban bien, a Loki no le agradaba porque, Thor no podía culparlo, era evidente que sentía algo de repulsión y hasta miedo de los ancianos.
A Thor tampoco se le pasó desapercibido los largos baños que Loki se tomaba, a veces lo escuchaba sollozar en las duchas. Loki evitaba hablar mucho sobre lo que sentía y Thor no insistía.
Los dos últimos días, Loki había salido a la calle para sentarse en las bancas de la plaza casi todo el día, para sentirse tal vez parte de ese mundo, o parte de la gente. Thor no estaba seguro. Tampoco estaba seguro qué hacer con su padre. ¿Esperar que Odín muriera? Serían años para eso. Negó con la cabeza, decepcionándose cada día de aquel hombre a quien admiró y creyó que era el mejor padre. En su adolescencia siempre creyó que Odín era el mejor rey, a pesar de la muerte de su esposa, Frigga, no se atrevió a tomar como esposa a otra mujer. Thor siempre estuvo orgulloso de ello, hasta que se enteró que en verdad tenía un secreto.
Ahora Thor quería poder viajar en el tiempo, salvar a tiempo a Loki, a su madre, a Sif. ¿Cómo no sintió curiosidad el volver más antes? No le consolaba pensar que solo era un chico esos tiempos, y le pesaba más haberse negado por años volver a Asgard. Si al cumplir la mayoría de edad hubiera regresado, quizá habría logrado salvar a Loki mucho antes, evitar la muerte de Sif, ¿o habría terminado muerto también?
—¿Hoy podemos dormir juntos? —Loki lo sacó de sus pensamientos —no he podido dormir bien, nunca dormí solo tantos días…
—Loki, tal vez ahora…
—O puedes llevarme de vuelta con Odín —Thor suspiró ofendido, a veces Loki trataba de bromear pero de la peor forma. Y no lo culpaba, Loki aún no sabía cómo hacer bien una “broma”.
—¿Estás consciente que Odín te matará o te seguirá haciendo lo mismo de antes?
—¡Mi padre Laufey no lo volvería a permitir! —Thor alborotó con suavidad el cabello de Loki, quien siempre temblaba un poco ante el contacto.
Desde que habían visto películas de reencuentros o algo emotivo, Loki ansiaba ver a su padre pesando en lo lindo que sería sentirse seguro en sus brazos. Thor no estaba tan seguro, los jötnar odiaban a los aesir, y Loki parecía uno. Pero que Laufey buscara la libertad de su hijo, cambiaban mucho las cosas.
—Dime más de Sif.
—Algo que no te haya dicho… a Sif nunca le gustó… —y ahí iba Thor contando algo sobre Sif. Con la diferencia de que ambos estaban acostados en una misma cama, sin un solo contacto, sin saber que ambos querían abrazarse (sin llantos como la primera vez), y dormir hasta encontrarse en el mundo al que Sif viajó
Como muchos otros días, Thor estaba repasando viejos recuerdos de Loki, procurando no tocar temas muy delicados que pudieran desorientarlo o alterarlo. Hablaron de la medicina, Loki ahora comprendía cómo funcionaba una droga, hablaron de la intimidad forzada que tuvo, completando así que Loki no sentía nada por Odín, que solo lo había obedecido y vivió siempre con miedo.
—Tú creíste que estaban rodeados de peligro, y tenías miedo de que Odín fuera asesinado, pero al volver contigo, igual sentías miedo por lo que fuera a hacerte.
—¿Si él nunca me amó, qué es lo que sentía? ¿Lujuria, deseo?
—Sí, Odín perdió el juicio desde que te… secuestró.
—¿Y por qué me dijo que me amaba?
—Mentía, Loki.
Entonces Loki buscaba entre los CDs una película en concreto: Titanic.
—Ellos se amaban y tenían sexo. Yo y Odín…
—No, Loki, tú no lo querías, él te obligó.
—… Yo sí quería que pasara, Thor —Loki desvió su mirada, poniendo el CD entre los demás —, me hacía sentir bien a veces.
Estuvieron en silencio por varios minutos hasta que al fin, Thor supo qué decir pero escucharon un ruido seco chocar con la puerta que los protegía.
Thor apagó inmediatamente las luces jalando de Loki detrás de él. Y esta vez se escuchó tres golpes casi suaves y una queda voz llamando por su nombre: Thor.
Era una voz femenina, a pesar de la sospecha, abrieron la puerta y ahí estaba Brunilda. Al volver a encender las luces la notaron exhausta, casi moribunda.
—Thor, tenemos problemas, tienen que escapar. Odín se ha vuelto loco. —Brunilda entró en el pequeño apartamento con pasos débiles, hasta su voz se escuchaba triste y alarmada.
Loki la escuchó también, sintiendo cada miedo en sus palabras. Esperaba alguna noticia favorable, al menos para él y su padre Laufey pero cada vez eran peores las noticias.
—Odín lo capturó, a Laufey. Apenas escapé, solo para que nos vayamos lejos, tenemos que… Thor, no sabes cómo están sufriendo los reinos que una vez clamaron a Odín como el único Padre de Todo. Ha mandado al destructor a quemarlo todo, hasta a las personas… hay miedo. No habrá guerra, nadie se atrevería a enfrentarlo. Además ha mandado… —entonces Brunilda miró hacia Loki con algo de culpa por lo que iba a decir—Los elfos oscuros están destruyendo planetas enteros con una gema… que él mismo se los entregó.
—Loki, te lo dije, ningún elfo oscuro te hará daño —Thor intentó tranquilizar la repentina ansiedad que estaba teniendo Loki —, Odín los está controlando, ellos son débiles, recuerda que él te mintió y ahora es más claro…
—Y… tiene dos cuervos vigilándolo todo… Thor, tu padre se arrancó el ojo para dárselos de comer y así poder controlarlos. Dicen que grita porque le devuelvan…—miró hacia Loki con profundo pesar —lo que es suyo. Además se rumoró que ya había atrapado a Loki, y fui a Asgard… Odín está loco, mandó capturar a todos los jóvenes de la edad de Loki… con el pelo negro para… quiero algo de agua.
—¿Cómo lograste escapar? —Thor trató de reponerse de todo lo que había escuchado, tratando de no mirar a Loki, sin éxito. Loki estaba llorando en silencio.
—Mi caballo… mis hermanas valkirias me ayudaron y ahora ellas están… —Brunilda no pudo continuar para tragar, a pesar la sequedad de su garganta, por evitar el llanto. Respiró hondo para continuar —: es mejor que nos vayamos ahora.
Thor empezó a buscar algunas bolsas, las que fueran y una vez las obtuvo, volvió para entregarle uno a Loki y ordenarle que pusiera algo de ropa porque su viaje sería largo y no tendrían tiempo para conseguir ni ropa ni alimentos. Si tenían que salir de la galaxia, lo harían. Solo esperaba que…
El sonido de sirenas alertó a los tres, pero más los alertó el temblor, casi un terremoto que se produjo por breves segundos.
—¡No, no! No pueden haberme seguido…
Al parecer, era el turno de Midgard sufrir un ataque devastador.