
Él me ama
Odín estaba furioso; había sido vilmente engañado. El Bifrost estaba abierto a muchos mundos y, Skurge estaba nadando contra la corriente del mar para no caer al vacío. Si Odín decidió ayudarlo fue simplemente para preguntar qué había pasado.
—Fue una valkiria —contó Skurge mientras tosía y trataba de recuperar la respiración. —Llegó de la nada, solo sentí cómo era empujado al mar. Tal vez creyó que me tragaría el vacío infinito pero usted…
Odín lo dejó ahí, caminó hacia el palacio casi con impaciencia. Una parte suya quería creer que Loki seguía ahí, pero lo buscó en vano, gritó en vano, incluso sus guardias y sirvientes lo ayudaron sin encontrarlo. Y ante esa realidad, Odín se sintió devastado, le habían robado lo que era suyo. Y Brunilda tenía que estar detrás de todo eso.
Mandó llamar urgentemente a todos sus guerreros, y otros más de los reinos que protegía, para buscar a Thor y Loki. Y si avistaban a Brunilda también informárselo rápidamente.
Ahora, Odín estaba decido a tomar grandes decisiones, primero se aseguraría de encontrar y traer de vuelta a Loki, mientras que a Thor lo ejecutaría. Tenía miles de razones para hacerlo y que nadie pudiera cuestionarlo.
En cuanto a Thor, arrastraba a Loki entre la gente con esfuerzo. Loki parecía algo aterrado de estar entre tantas personas que sin ninguna malicia reían, gritaban o simplemente caminaban en silencio. Y cuando ambos llegaron a lo que sería su escondite, Loki empezó a sollozar. Ambos jóvenes estaban solos, ambos engañados por el mismo hombre pero solo uno había cargado la peor parte.
—Loki, hay algo que debes saber —a Thor le afectaba más de lo que diría, tal vez Loki no lo entendería pero debía intentarlo antes de que los descubrieran. —Odín no es tu verdadero padre. Tu padre se llama Laufey y es el rey de Jotunheim. —Loki había dejado de sollozar. —Tú eres su hijo y te convierte en un príncipe. Así como yo soy el príncipe de Asgard, tú lo eres de Jotunheim.
—Papi debe estar furioso —Loki adoptó una personalidad temerosa, casi infantil —, me va a castigar cuando me encuentre y ya no sé qué más se le podría ocurrir para lastimarme… si volvemos ahora, tal vez me perdone… nos perdone.
—No vamos a volver hasta que entiendas que…
—No, él nos encontrará. Además, él me necesita —dijo al borde del llanto, otra vez —y yo también.
Thor caminó hacia el rincón donde Loki se había sentado, ignorando el sillón y la cama.
—Loki, quiero que olvides todo lo que Odín te dijo. Olvidas los elfos oscuros, olvida todo. Solo piensa en Sif. Una vez, ella me habló de ti, dijo que…
—Viví una mentira.
El sonido de la calle era casi imperceptible pero por el silencio de ambos, podían incluso escuchar a la gente que estaba caminando fuera.
—¿Nunca estuve enfermo?
—Nunca lo estuviste, Loki.
—Si es todo es mentira, los elfos oscuros… no, tiene que haber algo de verdad, porque los elfos oscuros nos obligaron a escondernos, estuvimos días encerrados sin poder comer nada… en la oscuridad, en silencio —Loki dijo muchas otras cosas que ponían en dudas sus propias palabras y Thor solo escuchó con paciencia, ya que si quería conseguir algo debía ir lentamente.
—Voy a contarte algo que no da miedo, y que es verdad. Y no nos lastimaré.
»Existe un lugar como Asgard, como este mundo al que vinimos, y se llama Jotunheim. Los elfos oscuros sí son algo tenebrosos, que dan miedo, pero los jötnar lo son más, además de ser más fuertes. El rey de Jotunheim es Laufey y tiene un hijo, y ese eres tú. Al único que puedes llamar “papá” es a Laufey.
—Ji a merzne qo Jotunheim? —Thor sonrió suavemente por el excelente acento que había usado Loki.
—Sí, eres el príncipe de Jotunheim. ¿Cómo sabes hablar esa lengua?
—No sabía que podía hablar de otra forma, había voces que escuchaba pero no los entendía hasta que Sif llegó y me pidió ya no tomar de la medicina, entonces empecé a entender —su mirada bajó hacia sus pies —Sif me entendía al igual que tú.
—Sif era muy inteligente y curiosa. Por eso te descubrió y…
—Thor, debemos volver con Odín —suplicó poniéndose de pie —. Hará que te corten la cabeza…
—Si volvemos te seguirá lastimando.
—¡A veces me portaba mal! — Loki —a veces me lo merecía pero él me ama.
Thor apretó los puños de impotencia, deseaba haberle podido asestar un golpe en el rostro de su padre por Loki.
—Mataré a Odín —Thor lo dijo sin pensar que tal vez Loki reaccionaria de forma negativa. Y no tardó en dos segundos en descubrirlo cuando este empezó a gemir aterrado y cayó de rodillas a los pies de Thor para suplicarle que no lo hiciera.
—¡Thor, si padre se muere yo también moriré!
—¡Odín te engañó! —Thor no aguantó y si no se lo decía ahí mismo, Loki tal vez podría escapar —Todo lo que te hizo estaba mal, nadie tenía que tocarte como él lo hizo, ¡es un cerdo que abusó de ti! Por eso Sif lloraba al verte, por eso te dijo que te sacaría de ahí, pero Odín la mató porque no quería perderte, no quería que supieras la verdad. Él no te ama, él te lastimó y…
Loki rompió en llanto al no poder negar a todo lo que Thor le decía y es que sabía que tenía razón, solo que tenía miedo de aceptar que estaba mal, que todo estaba mal. ¿Y cómo iba a saberlo? A pesar de eso seguía confundido.
—¡Detente! Sé que es verdad y que estaba mal pero detente — gritó conmocionado, se tapó las orejas sin dejar de pedir a Thor se detuviera a pesar que había dejado de hablar.
Thor tardó en tranquilizar a Loki, lo suficiente para que cuando Loki se acostara en la cama ya el sol estaba saliendo. No durmieron, Thor estaba molesto, triste, y Loki estaba nervioso. Pasarían días antes de que pudieran darse un respiro.
Thor necesitaba a Loki un poco mejor para que pudieran salir de ahí y mezclarse entre la gente. Loki necesitaba ver cómo era sentirse vivo y fuera de peligro. Aunque su paz duraría poco por las noticias en todo Midgard sobre extraños “personajes” guerreros que decían venir de Asgard en busca de dos príncipes. Mientras no aparecieran en la ciudad donde estaban Thor y Loki, podrían seguir a salvo.