EL REY LOCO

Thor estaba planeando muchas cosas como secuestrar a Loki. Llevárselo lejos hasta descubrir qué tan verdad era lo que decía o insinuaba decir. También pensaba en enfrentar a su padre y exigir la verdad. Y luego consideraba las palabras de su padre y que tal vez era mejor dejar las cosas así como estaban. Loki estaba enfermo e inventaba cosas, ¿verdad? Pero tomarlo de sorpresa así, tocándolo de esa manera…

Si los rumores llegaban a ser verdad, Thor no podría soportarlo, así que trataba de pensar siempre en algo que le explicara todas las pistas que le hacían creer lo peor. ¿Por qué seguir confiando en su padre? ¿Acaso no había dejado de serlo desde la muerte de su madre? Tan distante, cuidando solo de Loki, solo. A solas.

Tuvo ganas de vomitar.

¿Y Sif? Loki dijo que ella le pidió no tomar de la medicina, incluso antes de eso, estaba seguro que Loki quería contárselo como un secreto por cómo miraba la copa. Y sin mencionar la carta de Sif y la flor de floripondio. No, tenía que volver a ver a Loki, tenía que revisarlo y preguntarle más.

Y entonces sus pensamientos fueron interrumpidos por Brunilda.

—Alteza —se reverenció con gracia ante él—. La ciudad dorada combina muy bien con usted.

Al estar sumergido en sus pensamientos, había olvidado ver con ella. Aunque en esos momentos no quería hablar con nadie más que con su padre.

—¿Por qué me tratas de usted si tú nunca me has respetado? —Thor intentó sonreír pero en vano.

—¿Pasó algo? Te oyes algo triste —Brunilda se sentó a su lado asegurándose que nadie estaba alrededor para acercarse más a Thor —He oído que tienes un hermano enfermo. ¿Es eso lo que te tiene preocupado?

Thor negó con la cabeza pensando cómo despedirse de ella y tratar de una vez resolver todo ese misterio que encerraba a Loki y Odín.

—¿Podría ser que descubriste algo? —inquirió Brunilda.

—¿A qué te refieres? —demandó Thor molesto.

—Tranquilo. Estoy aquí por Loki. Odín se niega a hablarme de él pero tú, tal vez tú sepas algo que busco.

—No sé qué quieres que te diga.

—Cómo luce, su forma de actuar, algo que no te guste en absoluto.

Thor se puso de pie molesto, no iba a perder el tiempo hablando con ella. En el pasado la quiso, tampoco negaba que ahora era mucho más bella que antes pero tenía que ayudar a su hermano.

—¿Tiene que ver con los rumores de mi padre?

—No pregunto por los rumores, Thor. Pregunto por Loki. Tal vez he encontrado algo que…

—Si es medicina no creo que sea lo correcto. Mi padre ya tiene todo controlado. —pronunció Thor, con amargura.

Brunilda ladeó una sonrisa triste mirándolo de reojo.

—Descubriste algo. Yo también descubrí algo y para estar segura necesito verificar una pequeña cosa.

Thor la miró por unos instantes.

—Encontré al rey Laufey y no lo maté.

Tras un corto silencio, Thor preguntó —: ¿Mi padre lo sabe?

—No, y te rogaría que no se lo mencionaras. Si lo dejé vivir es porque tal vez dice la verdad.

Thor volvió a sentarse junto a Brunilda, atento a sus palabras.

—Laufey dejó que lo encontrara. Me dijo tantas cosas: mira, ni tú ni yo supimos del paradero de Loki hasta hace poco y todo porque los rumores estaban atosigando a tu padre. Mencionó que desde la muerte de tu madre, hubo más problemas entre Asgard y Jotunheim, según tu padre porque Laufey había matado a Frigga pero según Laufey porque Odín se había… robado a Loki. Además me dijo que Frigga no es la madre de Loki, que tu familia no tiene nada que ver con él. No es tu medio hermano. Al parecer, todo es una mentira.

Resignado, Thor dejó salir el aire de sus pulmones. Lo que antes le pareció absurdo ahora cobraba sentido. Aunque una pequeña parte de su ser seguía aferrándose a una pequeña esperanza de que todo fuera un malentendido, solo tenía que hablar con su padre.

—Sé lo duro que sería para ti que eres su hijo pero necesitamos saber la verdad y por eso, necesito ver a Loki y asegurarme que realmente está o no  enfermo.

—¿Y cómo harás eso? Loki no puede recordar mucho, su medicina contiene floripondio y entre otras cosas.

—Floripondio o no, nada puede eliminar el pasado en su totalidad.  Recuerda que esa flor se usaba para hacerle algo a alguien como una violación y así la víctima no recuerde quién la violó… a veces ni sepa que fue violada…

—Realmente Loki no recuerda… —entonces pensó en Sif, Loki le dijo lo que Sif planeaba para con él: sacarlo de ahí.

—No necesito que me diga nombres, está bien con que intente hacer algo raro Thor, por favor. Si Laufey miente yo lo encontraré y lo mat…

—No miente. —Thor suspiró cansado y casi sintió alivio mientras hablaba —. Esta noche Loki escapará con nosotros.

🌟

Era de noche, y Loki estaba temblando. Sentía los pies helados, y temía lo peor, ni siquiera estaba seguro a qué.

Trató de entrar en calor mientras Odín estaba bañándose, y trató concentrarse en algo como en Thor, recordar su sonrisa y la forma en que le hablaba tratando siempre de hacerle sentir bien. Inmediatamente se sintió culpable al haber mencionado a Sif ya que Thor había puesto un semblante decaído.

Y otra vez la desesperación de hacer algo, los escalofríos lo invadían, y voces se hacían más claros en su mente.

Todo se detuvo cuando la silueta de Odín apareció con el cabello mojado, su cuerpo ya había sido secado.

—Loki, ayuda a tu papi a secar su cabello —y una toalla voló a su dirección. Loki la tomó y una vez Odín se sentó empezó a secarle el cabello. —¿Tomaste tu medicina?

—Sí.

Tras un largo silencio, Odín volvió a hablar.

—¿Has tenido pesadillas?

—No.

—¿Y por qué te noto diferente? Y no es la primera vez, Loki. Si estás escondiéndome algo –de nuevo-  recuerda que…

—Papi, tomé… —Loki calló de inmediato, no había usado el tono que normalmente usaba al llamarlo “papi”.

Odín se dio la vuelta para examinarlo detalladamente. Loki solo pudo tragar seco y esperar por alguna pregunta. Pero Odín se tomó su tiempo, y con cada segundo su semblante cambiaba, y no parecía nada contento

—Dime qué está pasando.

—Tomé mi medicina, papi.

Entonces, con un toque suave, Odín lo recostó sobre la cama para tenerlo boca abajo y mirarlo, distinguiendo entonces que Loki seguía teniendo la misma mirada del niño que una vez fue. Seguía pareciendo un niño y con lentitud bajó su cabeza para besarlo.

Y Loki se dejó, pensando en todas las veces que se habían besado, y esto no debería ser diferente pero lo era.

Sintió el miembro de Odín humedecerse entre sus muslos reclamando más territorio dentro de él. Loki no quería que lo tomara.

Quiso pedir se detuvieran pero gimió su nombre, “Odín”, lo dijo tan claro que el mismo Odín se detuvo para verlo a los ojos con evidente sorpresa. Loki quiso explicarse pero sus labios fueron acallados por un beso desesperado.

—No… —Loki trató de hacer a un lado a Odín pero fue en vano.

Tan solo hace dos noches, Odín le había lastimado quemándole la piel con una vela. Ese día, Loki quiso mostrarle a Thor sus heridas pero tenía tanto miedo de que Thor también mencionara su enfermedad y dijera que fue él mismo quien se las causó como Odín se encargó de decírselo: que fue un accidente, que Loki había tropezado y se había quemado. Loki sabía que no era cierto pero ¿quién más podría creer en él?

Y ahora, Odín estaba acariciándolo con fuerza y dolía, quemaba. Prefería ser golpeado, quemado pero ahora no quería que lo tocara así.

Uno de sus pezones fue a parar a la boca de Odín, estaba siendo succionado y Loki no lo soportó. Con la fuerza que poseía lo hizo a un lado para cubrirse con una sábana.

—¿Qué pasa? —le preguntó Odín, de muy mal humor.

—No quiero hacerlo.

—Esto no depende de ti. Ven aquí —le ordenó Odín. Loki solo buscó entre los suelos su túnica para ponérselo, ignorándolo por completo—¿Qué crees que haces?

Odín miró ahora a Loki con evidente confusión; y Loki también lo hacía pero su mirada era casi acusatoria.

—Loki, ¿qué hiciste con tu medicina? —Odín trató de soñar lo más tranquilo que pudo.

Loki miró la copa de oro, vacía pero aún sentía el sabor de lo que sea que le daba de beber.

—Loki, responde: ¡qué hiciste con tu medicina!

—¿Qué me has estado haciendo, Odín?

Odín levantó la quijada mientras miraba a Loki con molestia, obviamente se había percatado que Loki no había estado tomando de su medicina, ¿cómo pudo pasar eso?

—¿A qué te refieres, mi amor? —dibujó una falsa sonrisa en su rostro.

Ante esa pregunta, Loki hizo una mueca de disgusto y, como si las palabras tuvieran sabor, arrugó la nariz ante el asco.

—Tú me hiciste marcas, me mordiste, luego dices que fue mi enfermedad… me mientes. ¿Por qué me obligas a beber de esta medicina? ¿Para creerte cada palabra? Me has hecho hacer… cosas —entonces Loki tomó aire para no romper a llorar—. Era mentira sobre los elfos oscuros. Me encerraste aquí… ¿por qué?, ¿quién soy?

—¿Desde cuándo no tomas tu medicina? ¿Fue Sif o Thor quien te obligó a no tomarlo? —Odín supuso que sería Sif. —¡Te dije qué pasa si no lo tomas! Tu enfermedad confunde tu mente como ahora.

—No… —titubeó Loki—  estás mintiendo.

—¿Y quién podría creer en lo que dices? Nadie te escucharía.

Entonces Loki recordó que todos esos días en los que había salido, la gente saludaba y hablaba con Odín, incluso otros se veían felices como si lo quisieran. Pero nadie le hablaba a él a excepción de Thor.

—Te dije que solo me tienes a mí —Loki negó con la cabeza tratando de no escuchar las siguientes palabras, le causaban dolor, haciendo que su corazón se estrujaba —, somos solo nosotros. No puedo vivir sin ti, y tú tampoco podrías vivir sin mí. Somos almas gemelas.

—Pero me lastimas —Loki trató de mostrarle sus heridas.

—Te amo, Loki. Esas heridas siempre fueron nuestra forma de amarnos.

—Sif lloraba al ver estas heridas… además Thor no ha querido tocarme como tú, él es bue... —calló ante un fuerte sonido, retrocediendo hasta chocar con la pared: Odín le había abofeteado.

—¿Cómo que no ha querido? ¿Te has estado insinuando como una golfa? ¡Eh! Que sea la última vez que mencionas a Sif y Thor. ¡Eres mío y yo sé cuándo y cómo te quiero! ¡Solo yo puedo tocarte!

Odín se puso su ropa echando humo ante la idea de que Thor y Loki habían intentado algo, imaginar que estuvieron a solas…

—¿Cuántas veces vino Thor? —Loki no le contestó, solo se quedó acariciando su mejilla recién golpeada.

A todo eso, más le molestó que Thor hubiera desobedecido sus órdenes: se había atrevido a ver a Loki a escondidas, pero ahora se encargaría de todo.

—Et øyeblikk! —(un momento) Odín casi se cae al escucharlo hablar como un jotun. Pero se recompuso al instante caminando otra vez hacia él.

—¿Qué tanto recuerdas? —se mofó —¿o son palabras que te enseñó Sif? ¿O fue Thor? Claro que fue Thor. Escucha muy bien: voy a hacer que desentierren a Sif y te la vas a comer al igual que a Thor. —espetó molesto antes de salir.

Loki dejó escapar un sollozo que prontamente fue acompañado por su llanto; Sin querer había condenado a Thor.