
Dime un secreto
Cuando Thor se fue, Loki esperó un momento y salió a los jardines. Ahora no soportaba estar mucho tiempo encerrado ahí porque imágenes venían e iban. Y no eran algo que realmente le gustara.
A pesar de poder ir ahora a la sala y al comedor, prefería el jardín. Y siempre le extrañaba que los guardias no le dirigieran la palabra. Si se acercaba a ellos ni siquiera lo miraban, era como si lo evitaran o pasaban de su existencia. Cuando les saludaba ellos solo estaban quietos como si al verlo fueran a morir. Incluso las mujeres salían casi corriendo cuando las saludaba. Incluso creyó que Thor dejaría de hablarle con el pasar de los días pero no.
Mientras miraba unas flores que estaba más bonitas que el día anterior, Thor apareció otra vez.
No, no le molestaba su presencia, a veces deseaba que Thor se quedara siempre con él pero temía porque Odín lo matara. Y en todo ese tiempo, en esos encuentros con Thor supo que no era malo como Odín se lo repetía siempre, Thor jamás lo lastimaría. Pero ahora lo ignoró para olfatear las flores aunque pronto se incomodó ante la mirada penetrante sobre él.
—Hola, Thor.
—Hace un momento dijiste que no querías salir, ¿qué te hizo cambiar de opinión?
—¿Opinión?
—Cuando padre me deje verte te enseñaré todo lo que no sabes.
Loki vio una mariposa y trató de atraparla haciendo que Thor sonriera.
—Ven, hablemos un poco.
—No.
—¿Qué tengo que hacer para que podamos sentarnos a hablar? —Thor siempre insistía en hablar. Aunque ahora parecía estar realmente preocupado por algo.
—Papi ya va a regresar. Ya me tengo que ir —y Loki caminó hacia la habitación. Thor no perdió la oportunidad de seguirlo. Jamás se atrevió a detenerlo a la fuerza como era su naturaleza, no podía pensar en hacer el mínimo daño si se trataba de Loki.
Entraron a la habitación tan pobre de muebles. Quiso tomar de las manos a Loki y tratar de entablar alguna conversación mostrándole que todo estaría bien pero de solo pensar en tocarlo, recordaba el beso que le dio a su padre en la boca y un millar de voces de Loki llamándolo “papi.” Thor se recriminó de no aceptar ese acto, tal vez si lo hablaba podría relajarse.
Miró la copa de oro que estaba vacía con rastro de algo verde. La olisqueó encontrando varios olor, hasta creyó sentir el olor de una amapola.
—¿No te gustaría jugar a los secretos? —Thor dejó a un lado la copa de oro al ver la expresión de Loki—yo te digo un secreto y tú otro.
—¿Pero qué es un secreto?
—Pues… es algo que escondes y no se lo dices a nadie. Yo tengo varios secretos y puedo decirte si tú me dices uno. —Loki negó con la cabeza —¿por qué no? Vamos, es divertido.
Loki lo pensó por unos momentos hasta que asintió:
—¿Es un secreto que vengas a verme?
—Sí, muy bien Loki —sonrió triunfante Thor —. Ahora dime otro secreto.
Loki miró la copa de oro y Thor hizo lo mismo.
—No me gusta este juego. —suspiró Loki.
—Está bien. —Thor no lo presionó pero no olvidaría que algo tenía que ver la medicina de Loki—. Hace rato mencionaste que padre te castiga. ¿Por qué te castiga?
—Cuando no tomo de la copa de oro. O porque no obedezco.
—¿Y qué es lo que tienes que obedecer?
—Lo que me pide. ¿A ti te molesta que hable?
—Yo no me molesto, quiero que me hables más. Pero, ¿por qué lo preguntas?
Loki miró hacia la puerta y se encogió en su lugar.
—Ya llegará. Debes irte.
—Dime lo que tienes que obedecer. Además, ¿cómo te castiga?
Loki se puso de pie sin saber qué hacer exactamente, Thor le preguntaba mucho y deseaba decirle mucho pero no podía, si Odín se enteraba lo iba a matar.
—Me pega…
Con una exangüe sonrisa, Thor miró de la copa pensando que Odín golpeaba a Loki cuando no tomaba de la medicina, tal vez en un ataque de pánico de que el chico pudiera empeorar. Pero de todos modos no le pareció correcto.
—Pero igual, papi me ama mucho. Yo también amo a papi. ¿Tú amas a papi? —por la mirada tan profunda de Loki, Thor asintió.
—Claro que lo quiero, además padre nos quiere a ambos. Somos sus hijos. —Aunque lo último no era verdad, Odín no era el padre biológico después de todo.
—¿Y tú podrías amarme… —la suave voz de Loki casi hechizó a Thor pero no de la forma que hubiese deseado. —como papi y yo nos amamos?
Thor sintió que el aire le faltaba, de pronto la conversación le pareció muy tensa. Cerró los ojos con fuerza para despejar malos pensamientos que venían a su mente.
—Claro que sí, Loki.
Y fue cuando Thor no supo cómo reaccionar al ver a Loki deshaciéndose de su ropa: se estaba desnudando. Solo pudo cerrar los ojos para no verlo, y ante la oscuridad a la que se aferró, tanteó hasta traer consigo una sábana y tirárselo a donde estaba Loki.
—Loki, no tienes que desnudarte cuando estás en compañía de alguien. —Al fin había podido abrir los ojos.
—Pero tú dijiste que podrías amar…
“No, no, no. Sif dime que esto no puede ser verdad”, rogó en su mente masajeando un lado de su frente. Todos los rumores sobre Odín de estar abusando de un niño ahora parecían verdad.
—Sí, pero no tienes que desnu… no me digas que… ¿Padre te dice que te desnudes? —preguntó casi asqueado.
—Siempre.
“Es para bañarlo, es para bañarlo”.
Thor quiso preguntar qué pasaba cuando se desnudaba pero una nueva acción de Loki lo inquietó.
Ya anteriormente Loki le había acariciado el brazo pero en ese momento no fue algo que pudiera provocarle un escalofrío como ahora. Loki había dejado viajar su mano entre su pecho hasta sus genitales haciendo una suave presión alrededor de su miembro. Thor ni siquiera pudo respirar por un instante. Ese contacto lo alertó.
—¡Loki! —empujó sus manos mientras se alejaba unos pasos —¡esto no está bien!
—Estás sorprendido, preocupado—Loki dejó salir una corta risa con tristeza y así también se cubrió mejor, de pronto parecía alguien diferente —, ella también se preocupaba, ¿sabes?
—¿Quién? —le preguntó ahora confundido.
—Sif —con voz trémula Loki lo dijo una vez más. —Sif.
De pronto, Thor sintió la garganta seca. Ni siquiera supo cómo logró preguntar por ella cuando una parte de él insistía salir de ahí.
—¿Sabes dónde está? Oh, Loki, tienes que decirme dónde está.
—Papi… Odín hizo que… no sé, no sé, ella a veces me habla aquí —señaló su cabeza con nerviosismo, las manos de Loki temblaban como su propia voz —dice cosas y no las escucho bien a veces.
—Debes recordar, debes hacerlo.
—Dijo que me sacaría de aquí. Que no tomara de la medicina y… —entonces el llanto le impidió hablar haciendo que Thor se acercara para abrazarlo. —Sif no volverá nunca.
Thor ahogó un llanto al darse cuenta de lo que estaba pasando ahí no era nada bueno.