
Un beso
A Loki le pareció extraño ver a Thor cada día. Ni Sif se atrevió a tanto.
Para él, Sif tenía una expresión más asustada y confundida que la de Thor; tranquila y curiosa.
Trató siempre de evitarlo, recordando siempre las palabras de Odín: Thor es malo, Thor lo golpearía si habla demasiado, Thor lo castigaría…
Ahora que podía salir del escondite, Loki se sofocaba y muchas veces regresaba corriendo al escondite. A veces deseaba que todo estuviera igual que antes porque entonces nunca pensaba demasiado las cosas y no le interesaba salir del único lugar que era seguro.
Ese día salió para caminar por los pasillos y salir al jardín y ver si las flores seguían igual de bonitas que el día anterior. Odín le dio permiso de salir pero nunca en compañía de Thor. Y temía tanto que la muerte acorralara a Thor.
Además empezaba a incomodarle la presencia de Thor, más cuando éste le hacía preguntas constantemente, preguntas que él mismo se preguntaba en silencio. No sabía su edad, no sabía cuándo era su cumpleaños, ni cómo sufría con su enfermedad. No sabía nada, estaba igual que Thor. Pero de algo se había dado cuenta: tanto como él y Thor eran hijos de Odín.
“Pero Odín parece no hacerle cosas a Thor como a mí.”
Odín pasaba mayor tiempo con Loki, claro estaba. Y en ese tiempo o le enseñaba cosas o le hacía cosas como el amor a lo brusco o el suave. Cuando Odín estaba ausente, Thor venía a él a hacerle preguntas y siempre las mismas preguntas. Al menos Sif le había enseñado a no tomar de la copa de oro, ¿y Thor?
—Papi dijo que no hablara contigo —se atrevió a decirlo. Miró la ciudad mientras Thor se ponía a su lado.
—Mientras, padre no esté puedes hablarme de lo que quieras, Loki. Hacerme preguntas, pedirme lo que quieras. Ah, esto me recuerda que te traje algo —sonrió con complicidad sacando un pequeño libro del bolsillo trasero de su pantalón —Padre me dijo que te gusta leer.
Loki tomó el libro para abrirlo encontrando manchas. No había dibujos.
—No tiene dibujos —le devolvió el libro.
—Pero… —Thor confundido le volvió a entregar el libro —¿acaso no sabes leer? —entonces la flor de floripondio vino a su mente, era obvio que Loki no sabía leer. Debió imaginar que Loki leía dibujos. —Perdón, mejor me lo quedo yo.
Loki volvió a desviar su vista de Thor. No resistía verlo mucho tiempo, Thor era guapo y tenía una hermosa sonrisa. Incluso se parecía en algo a Odín y eso lo llenaban de más preguntas.
Pero, lo que realmente le importaba era saber si ambos hacían lo mismo con Odín.
—¿Padre… —se detuvo por una corazonada, sintió prohibida su pregunta pero lo hizo de todos modos—tú amas a padre?
Thor lo miró un segundo y dando un suspiro bajó la mirada asintiendo no muy convencido.
—Amaba más a madre, sabes.
—¿Madre? —preguntó Loki, confundido.
—Frigga, nuestra madre —dijo Thor con obviedad pero al ver la expresión de Loki algo de molestia se apoderó de él pero no con Loki —¿Padre no te habló de ella?
Loki quiso volver al escondite al ver molesto a Thor, ¿y si lo castigaba como Odín? Entonces se dio cuenta que su papi tenía razón. Le había dicho que a Thor no le gustaban las preguntas ni que le hablaran mucho.
—Tal vez lo olvidaste por tu enfermedad.
—Papi ya va a llegar —no lo soportó y se encaminó al escondite pero Thor le siguió.
Loki quiso pedirle que no le siguiera pero al darse la vuelta Thor se detenía y miraba el cielo como si buscara algo. Con pesar entró a la habitación y detrás Thor.
Se sentó en la cama que le pertenecía a su padre. Thor parecía entender que ya no debían estar juntos.
—Loki, no menciones a padre que vine, ¿sí? Por alguna extraña razón, él no quiere que…
Loki quiso sonreírle como Thor siempre lo hacía pero no pudo. Tampoco pudo decirle que jamás podría arriesgar su vida contándole a Odín sobre sus encuentros. Aunque no confiaba del todo en él, no quería que le cortaran la cabeza.
—No lo haré. No le diré que viniste si…
Loki se acercó más a Thor, necesitaba saber si ellos podían hacer eso… levantó su mano para acariciar el brazo derecho de Thor. Al primer contacto, Loki sintió una especie de chispa pero luego pudo tocarlo mejor, sintiendo la cálida piel bajo sus dedos. Acarició la piel tersa, fuerte, no como la de Odín toda arrugada, flácida.
—Ya me voy. —La voz de Thor lo sacó de su pequeño ensueño. Y lo vio marcharse.
Inmediatamente, Loki salió otra vez para observar más de la tranquila ciudad de Asgard. Asgard, si la ciudad tenía ese nombre, Jotunheim también era un lugar donde se podía vivir. Esperaba encontrar a la persona correcta para que le explicara más. A veces, Sif aparecía en sus sueños pero ya no se quedaba para hablarle como antes. Ahora solo lo observaba o lo asustaba.
Al rato, su padre apareció con la copa de oro.
—Es hora, Loki. —Ambos se dirigieron a la habitación y una vez ahí, Odín le dio de la copa para que bebiera —y desnúdate.
Por su tono de voz, el cuerpo de Loki empezó a temblar sin saber por qué su mente empezó a revivir violencia. Hizo lo posible para deshacerse de la medicina y ya desnudo ante Odín, éste empezó a acariciarle las mejillas hasta tomarlo del cabello con brusquedad. Loki no pudo evitar soltar un quejido.
—Dime que no piensas en él —su confusión hizo que Odín sonriera creyendo que Loki no sabía que hablaba de Thor. —Para mañana no recordarás nada esto, amor.
Entonces sentía el palpitante miembro de su padre entre sus nalgas y sin ninguna preparación era embestido con fuerza. Loki pensó en Thor, en el brazo que había tocado y una extraña imagen vino a su mente: Thor tomándolo en sus fuertes brazos.
Negó con la cabeza, sintiéndose culpable, él era de Odín y Odín era suyo. Se pertenecían.
—Me duele —se quejó ante los rudos pellizcos que Odín propinaba a sus pezones.
—Loki, no hables.
Ya no se sentía bien, Loki no estaba sintiéndose bien ahora con las mordidas en sus muslos. Con una mano tapó su boca para ahogar sus gritos.
—Silencio.
“Aguanta un poco más”, la voz de Sif hizo eco en sus oídos. Aguantó sus ganas sollozar.
Quiso preguntar por qué le lastimaba. Odín siempre dormía después y Loki iba al baño, pero esta vez corrió a ver todas esas marcas, las marcas que a Sif no le gustaban.
Toda la noche solo pensó. Escuchó los ronquidos de Odín que nunca lo habían molestado hasta ese día.
Intentó dormir en la cama que estaba destinada para él, aunque a la mañana siguiente Odín le preguntó por qué lo hizo y se limitó a contestarle hasta que las palabras de Odín el revolvieron el estómago.
—Tus marcas nunca las debes mostrar, por eso debes vestirte. Nadie puede tocarlas solo yo —acarició la herida de su muslo y Loki gimió —a veces te lastimas mientras duermes, Loki.
Odín lo dejo por poco tiempo para volver a la hora de comer, pero esta vez se lo llevaría para que comieran junto a Thor. Loki quería explicarle que sentía un extraño picazón en sus partes íntimas. Se había rascado haciendo que la picazón aumentara. Pero Odín no tenía tiempo al hacerle repetir muchas cosas.
—Loki, cuando terminemos de comer, tú vienes aquí y tomas tu medicina. Esta es otra, te ayudará con las heridas que tienes. Y que Thor no se entere que tienes heridas o va a molestarse.
Loki asintió mirando la maldita copa de oro. Antes de salir, Odín le regaló un beso húmedo que no pudo aceptar tan gustosamente como antes. Su alma gritaba y no sabía por qué.
Tantos recuerdos venían a su mente que no sabía cómo definir a Odín. ¿Acaso no le había obligado a comer mierda? ¿Acaso no le había lastimado sin ninguna razón? Siempre estaba Odín, Odín y la copa de oro que incontables veces estaba en sus manos mientras el mayor le reclamaba que por qué no se lo había tomado. Imágenes iban y venían, se escuchaba a sí mismo llorando con una voz mucho más joven. ¿Qué había de malo con él? ¿Cuál era esa enfermedad?
Cuando llegaron a la sala, Loki vio a gente extraña que rodeaba la mesa y ahí estaba Thor sentado, observándolo.
—Loki, saluda a tu hermano.
—Hola, hermano —saludó Loki evitando mirar a Thor a los ojos.
Intentó distraerse viendo a las personas de ahí que dejaban comida en la gran mesa; eran mujeres, ellas se mostraban tan delicadas y lindas. Thor y Odín no eran como ellas, entonces Thor tenía…
—Loki, tiempo que no te veo pero mira cómo has cambiado —sonrió Thor haciendo contacto visual y notó complicidad en los ojos de Thor.
—Thor. —Odín le llamó la atención. —Bien, vamos a comer como la buena familia que somos y, por favor traten de conocerse mejor chicos, hijos míos —aunque las palabras no parecían muy sinceras, Thor inmediatamente jaló a Loki a su lado para sentarse juntos, Odín no pudo hacer nada.
No, Odín estaba molesto. No, estaba celoso. Había estado tan acostumbrado a la ausencia de Thor que ahora era un tormento verlo ahí.
Thor partió una manzana para dársela a Loki que muy apenado y con manos temblorosas la aceptó pero no quiso comerla, solo la puso ahí buscando algo que sí pudiera comer.
Entonces Thor escogía moras y uvas para pasárselas a Loki que otra vez aceptó y comió solo las moras. A Thor se le apagó la mirada, era la primera vez que podía ver a Loki comiendo y juntos, la forma en que Loki comía era extraña, parecía batallar para masticar y por segundos hacía ruiditos de chupar y luego absorber. Hizo lo mismo con las peras.
Incluso Odín estaba al tanto, preocupado de que Thor pudiera sospechar algo y culpándose de no haber arreglado eso con Loki. Carraspeó y empezó a hablar con Thor de temas triviales.
—Madre me enseñó que si pensaba poner cabeza fuera cuando mi corazón latiera con locura por una mujer y con impaciencia al no verla. —dijo Thor contando las veces que tuvo que rechazar a algunas mujeres que habían reclamado ser su pareja formal. Odín sonrió como en los viejos tiempos al recordar a Frigga, la buena madre que fue y sería por siempre para Thor.
Su conversación entristeció a Loki. No entendía cómo podían hablar de tantas cosas, de viajes, de batallas y aventuras. ¿Acaso no estaban todos escondidos de los elfos oscuros? Miraba la diversión en sus palabras, no entendía algunas pero por la forma en que Thor las decía hacían que Loki sintiera envidia. También quería saber de todo eso.
Sif le dijo que no había nada malo con él, que no estaba enfermo. Loki era un príncipe.
Desde ese momento ya no creyó en su enfermedad aceptando la realidad; Odín le estaba mintiendo y no sabía por qué. Se puso de pie haciendo que Thor callara una anécdota. Iba a retirarse y volver al único lugar que podía protegerlo pero ver a Thor con esa sonrisa hermosa le causaba dolor.
Se acercó a Odín, dispuesto a averiguar qué pasaba, quería ver la expresión de Thor. Y entonces besó a Odín en los labios para decir quedamente:
—Papi, me voy al escondite.
Al darse la vuelta vio a Thor con una sonrisa diferente, una sonrisa forzada. En los ojos de Thor pudo ver miedo que por alguna extraña razón le hizo sentirse aliviado.
Cuando su delgada silueta desapareció por los pasillos hacia los aposentos de Odín, solo entonces Thor se atrevió a preguntar a su padre tomando del hidromiel servido en un vaso grande.
—¿Qué fue eso? —se alabó al no hablar tan molesto como lo estaba en su mente.
Odín agachó su mirada para empujar su plato y salir de ahí pero Thor también se puso de pie.
—¿Qué hijo besa a su padre en la boca? —preguntó Thor, elevando más su voz.
—A veces hay accidentes, era claro que Loki quiso darme un beso en la mejilla.
—No, Loki te besó directamente en los labios. Padre, eso no está bien, no debes dejar que pase eso —intentó seguir controlando su molestia.
—Lo sé pero su enfermedad… —y Thor cerró los ojos arto de escuchar siempre lo mismo.
Padre e hijo se mantuvieron en silencio, ambos claramente preocupados por diferentes cosas.
—Creo que ya es tiempo. —Thor inhaló y exhaló, sentía innecesario una discusión—. Ya estoy listo para tomar mi lugar.
—¿Perdón?
—Padre, ya es momento de que el reino reciba a su nuevo rey.
Odín ladeó una sonrisa tomando un poco de vino, Thor no perdió el tiempo y bebió un poco del hidromiel.
—Hijo, eso requiere de mucho tiempo, además de invitar a los gobernantes de otros reinos, preparar…
—Si empezamos desde ahora, seguro se lleva a cabo muy pronto mi coronación.
—¿No podrías esperar un poco más? acabas de llegar hace días.
—Padre, temo por Loki. Está muy enfermo. Mientras yo gobierno los reinos, puedes buscar junto a Loki alguna medicina que pueda ayudarle. He sabido que en Midgard la gente avanza muy rápido en la medicina.
Odín asintió convencido por fuera pero furioso por dentro. Ahora estaba otra vez en aprietos. Esperaba que las valkirias pronto le trajeran una buena noticia.