Nuestro escondite
Odín sabía que Sif le escribió algo importante a Thor, pero al parecer el tonto de su hijo estaba ebrio o tal vez había perdido la carta. Aun así le inquietaba.
Cuando miraba a Loki sentía un extraño miedo de perderlo, quería preguntarle más sobre Sif pero con la medicina que había tomado tal vez ya la había olvidado completamente, y no sería conveniente revivirla otra vez. Mas su mente lo atormentaba pensando en miles de posibles mentiras que Sif le hubiera contado, ¿qué pasaba si le dijo a Loki que estaba siendo solo usado? No, él amaba a Loki. ¿Qué si le dijo que no estaba enfermo?
Entre tantas reuniones y hablar con su hijo Thor sobre grandes asuntos, su tiempo con Loki se vio limitado, tanto así que lo dejaba comer solo. Ni siquiera pudo enseñarle nuevas cosas, no estaba seguro cómo podría llevar todo esto adelante con Thor como su sombra.
Esa noche se aseguró que Thor no los molestara, aunque nunca los molestaba pero Odín estaba casi seguro que si bajaba la guardia Thor se aparecería. Así que lo mandó a las puertas del Bifrost para buscar junto a Skurge algún pasaje secreto que podrían usar los jötnar para entrar en Asgard.
Pero nunca se enteraría que Thor y Skurge se fugaron a las tabernas para beber con otros guerreros el hidromiel mágico que Asgard producía.
Odín no llevó la cena, le urgía ver a Loki que siempre estaba a su merced. A Odín no le extrañó que fuera Loki quien se empujaba a él para besarlo con desespero. Mientras abriera las piernas para él, todo estaba bien.
Loki sacó su lengua para lamer la lengua de su padre, era un extraño beso que normalmente tenían, así Loki evitaba llenarse la boca con demasiada saliva. Las manos inquietas de ambos los despojaron rápidamente de sus vestimentas para admirar su desnudez con caricias fuertes.
—Papi, quiero sentirte —la voz de Loki sonaba tanto a una súplica que Odín frunció el ceño confundido pero al verlo tumbarse en la cama y abrir las piernas para hacer movimientos morbosos entre su miembro y ano, provocaron en Odín una especie de excitación salvaje.
Se frotaron intensamente y Odín lo penetró lo más fuerte que podía.
—Te amo, Loki. Te amo.
—Yo también te amo, papi.
Odín no dejó de abrazar a Loki después del sexo, tampoco dejó de besar sus hombros y cuello con delicadeza.
—Siempre fuimos los dos, solo te tengo a ti y tú a mí. Loki, moriría por ti.
Loki cortó su respiración para retomarla después con pesar y terminar llorando. Si morir era estar como Sif, también moriría al ver a Odín así.
—También moriría por ti, papi.
¿Qué sería de él sin Odín?
—Siempre fuimos los dos —repitió Odín limpiándole las lágrimas, y otra vez se inquietó sin saber exactamente por qué —, no importan los demás. Todos son malos, Loki. No nos quieren.
Loki abrazó a su padre dejando de llorar, Odín se preguntaba si la mente de Loki podría recordar siempre eso, pero se aseguraría de repetírselo todos los días.
—Este es nuestro escondite. Aquí estamos a salvo, ángel.
El cielo brillaba otra vez pero con tormentas que anunciaban una noche lluviosa.
—Desde hoy, puedes salir de aquí y ver la ciudad, ir al jardín. Solo hasta el jardín.
Tenía un montón de guardias que impedirían que Loki avanzara más allá y por eso le dio esa libertad. Además necesitaba convertirlo más humano para que no se consideraran los anteriores rumores.
—Si alguien te dice algo, o te da algo quiero que me lo digas inmediatamente o te castigaré.
Loki asintió.
—Papi, ¿podemos hacerlo otra vez?
Odín no se negó, a pesar su edad no podía negarse a Loki.
—Cabalga, mi amor.
🌟
El escuadrón de Brunilda se dividió. Ella mandaba por ser la más fuerte e ingeniosa. Ordenó que cada una hiciera una cacería y a su encuentro mostrar sus espadas con la sangre de los jötnar.
Y fue así como Brunilda terminó en Jotunheim. Cada una visitaría diferentes planetas mezclándose con los demás. Para Brunilda, Odín no estaba actuando con prudencia al mandar varios guerreros a todos los reinos y demás planetas para al final obtener noticias negativas. Pensó que la edad le quitaba la sabiduría al rey.
Encontró un jotun, Odín les dijo que los mataran sin pensarlo dos veces. Pero Brunilda rompió las reglas, ella y Sif siempre fueron la burla por no acatar bien las órdenes de los entrenadores. Pero al final ellas obtenían más que simples mechones de cabellos como solía indicarse que habían vencido al enemigo.
Intentó interrogar al jotun pero éste repitió la mentira que amenazaba la dignidad de Odín. Tuvo que matarlo.
En cambio, en tan solo dos días Odín recibió favorables noticias de que trece jötnar habían sido encontrados por las valkirias siendo su destino una muerte segura. Odín estaba feliz, al fin se desharía de Laufey.
—Veo que te regocijas en la muerte de inocentes —comentó Thor sentándose frente a su padre.
—Ellos asesinaron a tu madre…
—Lo sé, sé que Laufey tuvo que ver en eso pero no creo que cada jötnar la apuñalara por la espalda. ¿Por qué no los traes con vida y los encierras en los calabozos?
—Pondría en peligro el reino —suspiró Odín sin mirarlo.
—Bien. ¿Puedo ver a Loki? —ante el sobresalto de su padre Thor continuó hablando —. Es mi hermano, medio hermano, sería bueno que nos lleváramos mejor. También podría sacarlo del palacio, llevarlo a conocer mejores lugares.
—¡Te dije que está enfermo!
—Por eso mismo yo creo que sacarlo sería de ayuda. Has repetido que siempre ha estado en confinamiento, ¿no has pensando que tal vez eso no le ayuda mucho? Por favor, padre. Deja que Loki vea más de la vida.
Y Odín se rehusó empezando a hacer oídos sordos.
—Al menos déjame verlo, deja que seamos hermanos. Una vez que tú mueras, solo nos tendremos los dos.
Ante esa idea Odín quiso gritarle que eso nunca pasaría, que Loki era suyo hasta en la muerte.
—No, Loki no puede verte ahora Thor. Desde el primer encuentro no ha dejado de decir que no quiere verte, creo que lo asustaste.
Thor pensó que tal vez estaba sobreprotegiéndolo demasiado.
—¡Pero si solo me vio una vez! deja que me gane su afecto —sonrió esperando una aprobación.
—No. Le afecta estar con personas que eliminen su rutina. Entiéndelo.
Thor apretó sus manos con evidente enojo. Era obvio que había una mentira. Y le parecía injusto que su padre le negara algo tan conveniente, realmente quería ayudar a Loki.
—Está bien, padre. Ahora que las valkirias se hacen cargo de los jötnar, ¿puedes mandar a Hogun conmigo? —Demandó Thor —Es claro que esa misión secreta era acabar con los jötnar. —Se dio la vuelta para salir de la vista de su padre pero se detuvo al recordar algo mucho más importante —: y quisiera que Sif volviera. Eres el rey, estoy seguro que nadie se reusará a detenerla.
—Sí, claro que lo haré —contestó Odín después de algunos segundos. —Lo haré… y además, arreglaré una comida juntos, los tres. Con Loki.
Thor sonrió victorioso y salió dejando a Odín mordiéndose el labio inferior con molestia. No le preocupaba Loki, le preocupaba la noticia que debería inventarle a Thor sobre Sif y Hogun.