
Saluda a Thor
Thor no estaba tan interesado de conocer a su hermano, no cuando le preocupaba ver a su padre caminando de un lado a otro: atendiendo el reino y luego a Loki. No le pareció justo que un pobre viejo hiciera tanto esfuerzo.
Mientras Asgard no mostrara una sola amenaza, Thor se entregó por completo a su tiempo libre para preguntar a los guardias sobre Hogun y Sif.
Muchos ni siquiera sabían quiénes eran porque no venían de Vanaheim o no se habían entrenado ahí. Otros sí los recordaban pero al igual que Thor no sabían nada de ellos. Uno de ellos le explicó que Odín había dividido varios pequeños escuadrones para vigilar y custodiar el palacio. A Thor le pareció extraño en cuanto el guardia explicó que nadie ni la servidumbre tenía el derecho de entrar a los aposentos de Odín y que sólo Hogun y Sif vigilaban directamente el pasillo que llevaba a dicho aposento real.
Imaginó que Sif y Hogun, por ser sus amigos, estaban bajo la confianza de su padre. Tal vez ellos conocían a Loki y por eso Sif le escribió. A veces quería golpearse la cabeza para tan solo recordar la carta. “Necesitas volver, hay un muchacho, un niño, te necesitamos…” y no recordaba más. Ya el floripondio quedó en el olvido por la aclaración de su padre.
Ahora exigió a su padre ver a Loki, quería conocerlo. Tal vez si lo tenía en frente podría recordar algo más de lo que sea que Sif le escribió.
🌟
Sif estaba otra vez con él, hablándole casi a gritos pero Loki no podía escucharla. Odín entraba por la puerta para arrancarle la cabeza y tirárselo pero esta vez ya no gritaba ni corría. Aunque una parte quería hacerlo pero se sentía inválido, como si necesitara que alguien lo controlara, incluso empezó a dejar de respirar ahogándose sin entender cómo de pronto se sintió inútil. No sabía ni respirar. Entonces Odín desaparecía y Sif abría la boca derramando sangre y emitía un grito tan desesperado lleno de dolor hasta apagarse en un lamentable gemido. Y con una voz tan gélida y susurrante, lejos de ser ella misma le hablaba repetidas veces hasta apagarse en débiles susurros:
—Du qo Jotunheim, Loki merzne. —entonces todo se volvía negro y Loki abría los ojos.
Dio vueltas por la habitación intentando tranquilizarse y no ponerse a llorar. Sif le dijo tan claramente que era el príncipe de Jotunheim. Y lo peor, es que le entendió. No supo cómo. Entonces recordó que Sif se lo dijo hace tiempo, y sin querer escuchaba la voz de Sif diciéndole que Odín no debía enterarse de eso. Ante esa idea, Loki se sintió mal por no decirle muchas cosas a su padre.
Caminó hacia la puerta, quería salir de ahí ahora que vio lo grande que era el mundo. Pero siempre retrocedía con miedo de que alguien pudiera lastimarlo.
Al poco rato Odín apareció pidiéndole que se vistiera y lo acompañara afuera. Loki caminó a su lado para ver otra vez lo mismo haciéndosele cada vez más familiar todo. Hasta los guardias le parecían buenos mientras no se acercaran.
—Este es el pueblo de Asgard, Loki. Nuestro hogar. Siempre sales a verlo cada mañana pero a veces olvidas hacerlo por tu enfermedad.
¿Y si realmente estaba olvidando muchas cosas por no tomar de la copa de oro? Respiró profundamente siguiendo a su padre, temeroso de perderlo.
—Hoy veremos a tu hermano y…
—Lo saludo y no digo nada más porque Thor puede castigarme si hablo mucho.
Odín se detuvo para analizarlo con la mirada. Loki esperó no haber mostrado algo sospechoso, pero al parecer había sorprendido a Odín con su memoria casi impresionante. Pero Odín solo podía dar créditos a la medicina.
—Thor, tu hermano —habló volviendo a caminar—pidió que te mantuvieras en silencio. La anterior vez le molestó que le hicieras preguntas. No olvides que mientras estés a mi lado y no te separes hasta quedar a salvo en nuestra habitación, no podrá hacerte daño ni Thor ni nadie.
“Saar”
Loki se dio la vuelta. Alguien detrás de ellos habló pero no había nadie. No pudo reconocer la voz pero quiso correr hacia ella. Se sentía diferente ese hijo.
Odín presionó su mano con cariño mientras seguían avanzando.
—Y no olvides que a Thor no le gusta hablar de los elfos oscuros.
Últimamente Loki solo asentía, a veces quería decirle que no era necesario repetirle lo mismo. Pero estaba feliz porque Odín parecía preocupado de que algo le pasara, se sintió protegido a pesar de que no recordaba para nada a Thor.
A pocos pasos estaba alguien. Loki tomó aire para no salir corriendo. Mientras más se acercaban notó que la persona extraña tenía el pelo claro como el sol. Apenas pestañeó y el extraño empezó a acercarse a ellos. Loki no pudo más y desvió su mirada del extraño hacia su padre para saber si no estaban en peligro. Odín estaba sonriendo al extraño.
—Hola, padre —Thor saludó educadamente mientras miraba hacia Loki.
—Thor, él es tu hermano Loki. —Odín trató de empujar un poco a Loki hacia adelante para que pudiera saludar a Thor pero Loki estaba como piedra detrás de él —. Vamos Loki, saluda a tu hermano.
—Hola. —Loki saludó y se escondió aún más detrás de su padre.
—Te creí azul o rubio como mamá —habló suavemente Thor intentando acercarse pero Odín innecesariamente se opuso deteniéndolo con su mano libre causando en Thor una confusión hasta que recordó que Loki estaba enfermo. —Es un gusto conocerte, Loki.
Cuando Loki levantó su mirada, los ojos de Thor apreciaron el bello rostro que el pelinegro ocultaba detrás de Odín.
—Bueno, Loki debe volver… —Odín estaba decidido a marcharse.
—¿Tan pronto? —Thor estaba deseoso de verlo más, escucharlo más.
—Loki no se siente bien desde esta mañana. Si lo traje hoy fue por tu insistencia.
—¿Puedo tan solo verlo mejor? —Thor habló bajito para que Loki no escuchara.
—Thor… —Odín le miró como rogándole que no insistiera pero Thor no le hizo caso y se acercó hacia Loki tomándolo de la mano, y entonces Loki empezó a llorar.
—Me llamo Loki… —su voz tan pura pero en ese momento temerosa hizo que Thor lo soltara y se volviera hacia su padre en busca de una explicación. —Vamos… —Loki empezó a jalar a su padre.
—Luego hablamos, hijo —Odín dejó a Thor con la duda, la preocupación de que Loki pudiera sentirse peor.
Y así es como Thor los vio desaparecer en los pasillos y se recriminó al darle tal vez una mala impresión a Loki.