EL REY LOCO

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EL REY LOCO
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Lealtad ante todo

—¿Ya viste lo inquieto que estaba Odín? Algo debió suceder. —Sif estaba convencida que Loki tal vez había actuado de alguna forma sospechosa. No lo culpaba pero temía por él.

—Sif, creo que debes dejar de ver a ese tal… Loki. —Hogun pronunció el nombre de Loki casi con desagrado—. Insinúas que nuestro rey lo está maltratando, ¿pero no has pensando que tal vez es el enemigo?

Sif quiso mencionarle que Loki hablaba idioma jötnariano pero no quería arriesgarse y más cuando Hogun siempre odió a los jötnar. Quizá Hogun tenía razón y ella estaba exagerando las cosas, quizá Loki se merecía todo ese daño.

—No, a Loki le están destrozado la vida, ¿no te das cuenta? Si es el enemigo, ¿por qué no exterminarlo en vez de encerrarlo detrás de unas puertas o quizá llevarlo a los calabozos? Además hablamos de los aposentos de Odín. ¿Qué protección amistosa o enemiga puede ofrecer unos aposentos?

Antes de que Hogun pudiera responder, Odín volvió y esta vez se puso delante de ellos  con cierta impaciencia para informarles que cada guardia tendría una reunión individual. Ellos serían los últimos por ser los que estaban en directo con sus aposentos.

—¿Crees que descubrió algo? —interrogó Hogun.

—Puede que sí, y hay mucho tiempo para ser nuestro turno así que iré a ver a Loki.

—No, no. Si nuestro rey se entera de esto, no dudará en encerrarte en los calabozos.

—Te tengo a ti, Hogun.

Y Sif se adentró por los pasillos asegurándose que Odín estaba entrevistando a los demás guardias. Una vez vio a Loki no pudo evitar su molestia al ver heridas en su cuerpo. Era evidente que el rey, a quien tanto había admirado, estaba golpeando y maltratando al chico.

—¿Por qué te ha castigado?

Papi a veces sufre.

Sif miró la copa de oro, estaba vacía, miró la cama algo desordenada sintiendo un aroma pero antes de asociarlo con lo peor, negó con la cabeza, y entonces tuvo que mirar a Loki, mirar sus golpes a detalle.

—Se detuvo en nuestro amor por algo que encontró aquí y salió —contó Loki confundido pero convencido de que Sif necesitaba saberlo. —Se enojó mucho.

—¿Amor? —no le importó qué había encontrado Odín, pero amor, esa palabra le causó escalofríos.

—Sí… —Loki agachó la mirada sintiéndose culpable de haber dicho esa palabra. Ni siquiera sabía por qué.

—¿Puedes enseñarme?

Loki mantuvo su mirada en el piso y negó después de un rato.

—No. —Alzó su vista mostrándole una tristeza profunda  y pronunció muy claramente otra palabra: —Merzne. Yo escuchó palabras.

Sif intentó sonreírle tomando las manos de Loki, dispuesta a sacarlo de ahí. ¿Amor? ¡Era un niño! Esas marcas a parte de los golpes, eran claras evidencias de que estaba siendo abusado.

—Tienes que salir de aquí.

—¡No! Los elfos oscuros…

—Loki, es muy probable que seas un príncipe. Merzne, merzne Loki. Todos deben saber de ti, haré que todos sepan de ti —y este último lo dijo más para ella que a Loki.

Loki preguntó qué era un príncipe y se negó a moverse un solo centímetro lejos de ahí.

Ya no supo cómo convencerlo que salir de ahí era mucho más seguro que estar encerrado. Pero se prometió que ese día haría que Loki saliera de ahí. Lo llevaría con Thor, sólo él podría salvarlos de la ira de Odín.

Volvió a su puesto y Hogun estaba preocupado por su regreso, al verla la obligó a correr hacia Odín para la reunión individual. Al parecer Odín no había tardado tanto como pensaba, ella era la única que faltaba.

Cuando Odín la vio, Sif juró que sabía todo lo que le escondía. Pero solo se limitó a asentir y negar algunas preguntas tontas hasta que preguntó si no había visto a alguien tratando de pasear libremente por la zona, Sif lo negó  y Odín preguntó si había alguien de quien sospechaba. Ella dijo que no se movía de su lugar siquiera para charlar con los demás.

—Quiero que hagas tu trabajo, Sif. Si alguien me traiciona demuéstrame tu lealtad dándome su cabeza.

La respiración de Sif se mantuvo entrecortada mientras asentía y daba una reverencia para salir. Una vez en su lugar de guarda, Hogun empezó a regañarla.

—¡Odín, nuestro rey, sospecha que alguien entra a sus aposentos!

—Pero nadie sabe que somos nosotros, Hogun.

—¿Nosotros?

—Sí, eres mi cómplice.

Hogun bufó molesto.

—Además, ese chico es al parecer un príncipe…

—Y lo es, Sif. Hace poco Odín lo dio a conocer y los guardias están hablando de eso. Ese chico es el hijo de Frigga. ¿Ves que solo te complicas las cosas? Ahora todos sabemos lo que custodiamos.

—¿Qué? Pero por qué…

—Su padre al parecer es Laufey. Descubriste todo eso para que al final todos nos enteremos como noticia real. Al menos Odín nos lo informará más tarde.

Sif no supo cómo reaccionar, si Loki era un príncipe de otro reino, por qué no estaba con su verdadero padre, y qué hacía escondido tanto tiempo.

—Ah, se me olvidaba, dicen que es muy enfermizo. Ahora que mencionas los golpes, tal vez él mismo se las causa, Sif.

Hizo oídos sordos, no le importó que Odín apareciera, pero ella fue directo donde Loki.

—Llévame contigo. Vamos a tu escondite, Sif.

Loki estaba a unos pasos de la puerta, sobresaltando a Sif. Parecía ansioso mientras se pellizcaba los brazos.

[Las heridas] Tal vez el mismo se las causa…”

—Mi cabeza… —Loki parecía tener un ataque de ansiedad mientras trataba de respirar. Sif tuvo que interrumpirlo, Odín volvería en cualquier segundo y sacarlo era riesgoso. Además necesitaba que Hogun viera a Loki, así podría entenderla y podrían sacarlo de ahí. Sí, tenía que arrastrar a Hogun hacia Loki.

—Esta noche vendré por ti, Loki. Lo prometo. Pero aguanta solo un poco.

Ni bien volvió a su lugar de guardia, dejando a Loki gimoteando, Odín apareció minutos después para perderse detrás del manto que cubría los pasillos. Iba a ir otra vez detrás de Odín pero Hogun la detuvo.

—¿Te volviste loca? No lo hagas, por favor. —Había una súplica casi tangible en los ojos de Hogun.

—Solo quiero ver qué le hace Odín… es que… no solo lo está golpeando, es muy posible que… sabes, Loki me dijo que hacen el amor.

—¡Basta! ¡No deshonres a nuestro rey con malas suposiciones, Sif!

—Y por eso necesito ver qué pasa.

—¿Y qué sigue?

—Debes conocerlo, Hogun. Tú y Thor deben conocerlo.

Cuando Sif se dio la vuelta para correr hacia Loki, Hogun la detuvo tomándola del brazo con fuerza. Forcejeó para soltarse del agarre mientras Hogun le recordaba que eran guerrero, fieles guerreros. Pero Sif necesitaba saber la verdad para dejar en paz a Loki o bien escapar esa noche con él. ¿Acaso Hogun no pensaba bien? le contó de los cadáveres custodiando todo el pasillo. Con pasos silenciosos, se acercó lo suficiente hasta la puerta que tantas veces había abierto y con toda la delicadeza que había jurado dejar atrás para ser una guerrera, empujó un poco la puerta, lo suficiente para ver lo que pasaba ahí adentro.

Hermoso, precioso y casi un ángel. Loki estaba acostado en la cama. Ninguna palabra era suficiente para describir su belleza a pesar de las heridas de los golpes. Ahí estaba el hermoso muchacho siendo acariciado por el pecado.

Una lágrima escapó de sus ojos mientras tapaba su boca para evitar gritar del horror. Aquel rey a quien había admirado desde niña, aquel rey a quien quiso como a un padre, aquel rey por quién tomó una espada para protegerlo, era un monstruo. Estaba separando las piernas de Loki mientras besaba o tal vez mordía el pecho de Loki. Dio un paso atrás mientras llevaba una mano a la vaina de su espada. No podía permitir esto.

Sif siempre había regañado a Thor al ser muy impulsivo. Pero ahora era ella la que estaba actuando sin cautela, y comprendió que Thor siempre estuvo en lo correcto: los planes eran para ciegos. Quizás en ese momento Thor ya habría azotado la puerta para salvar al chico.

Antes de sacar su espada, sintió una mano en su hombro izquierdo mientras un dolor profundo inundaba su corazón que no pudo evitar soltar un pequeño quejido. Bajó un poco su vista para ver la hoja de una espada atravesándole el corazón.

—Nacimos para servir a nuestro rey, no para desobedecerlo, Sif.

Con la última fuerza que le quedaba se volteó para ver el rostro de su asesino y tratar de empujarlo.

—Hogun, cómo pud…

Su cuerpo cayó en el silencioso pasillo forrado de guardias sin vida y Hogun empuñaba otra vez su espada, abrumado de haber matado a su amiga pero órdenes eran órdenes.

Los ojos de Sif empezaron a perder la luz de la vida pero el cielo de Asgard se iluminaba con el destello del Bifrost.

Thor había vuelto.

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