Inquietud
Últimamente Odín estaba en largas reuniones que le quitaban no solo horas sino la paciencia, a veces tenía ganas de decirles la verdad y hacer que todos aceptaran que él y Loki se amaban. Pero esa gente no lo aceptaría, ellos eran unos retrasados y en vez de verlo feliz le quitarían a Loki.
—Estos últimos días han estado llegando misivas a diferentes reinos con la firma del difunto rey Laufey en las que se le acusa a usted, Padre de Todo, haber robado a su hijo para fines… sexuales, sin duda, una inmensa falta de respeto. —El visir de Vanaheim hablaba escandalizado por esas misivas como si fuera de alguien tratando de hacer una mala broma.
Todos en la sala estaban al igual que el visir incrédulos ante tales palabras, era imposible y todos dieron ideas de cómo tratar al bufón detrás de las misivas: buscar a Heimdall, buscar otro nuevo Heimdall, aumentar más guardias, y entonces un guardia interrumpió la reunión. Era Skurge.
Skurge solicitó hablar urgentemente con el rey. Hizo que todos en la sala se alborotaran ya que éste sangraba de un brazo. Odín lo llevó lejos de la sala de reunión, a uno más privado para poder escuchar lo que tenía que decir.
—Fue un jotun, su majestad… no sé cómo entró ni de dónde. Me atacó, ¿no deberían los jötnar estar extintos ya? No, no me dijo nada…. Sí, lo maté.
Odín gruñó irritado al enterarse de un jotun muerto, bien podría haberlo interrogado hasta matarlo. Ahora sabía que el enemigo le estaba pisando. Se molestó consigo mismo de haber matado a Heimdall, el único guerrero que le fue fiel y útil en todo. Le pidió a Skurge que buscara a las sanadoras para que le atendieran la herida, y que él se encargaría luego del asunto de los jötnar. Y claro que se encargaría, no descansaría hasta encontrar a Laufey y los otros que sobrevivieron al apocalipsis que una vez les había lanzado.
Regresó a la sala y explicó a todos que Skurge ya estaba mejor y que había sido atacado por un jotun. No tuvo otra opción que decir la verdad, si seguía mintiendo nadie volvería a confiar en él. Era el momento correcto de hablar sobre Loki.
—Hay algo que les escondí. —Empezó Odín haciendo que todos tomaran total atención a sus palabras —. Estoy custodiando al hijo de Laufey. Es verdad que tengo al hijo de Laufey. Frigga, mi amada esposa que en paz descansa, es la madre del niño ahora ya un adolescente. —Se detuvo, no sabía si su nuevo plan de último momento estaría siendo verídico ya que siempre pensó hacerlo de diferente forma, pero los jötnar no la ponían fácil. Miró a los de la sala, atentos a sus palabras y supo que no había ya vuelta atrás por sus expresiones —. No tengo idea cómo pero Frigga trajo al niño. Lo hemos cuidado ambos, Laufey nunca quiso al niño por ser…diferente. Años después mandó asesinar a Frigga y dice querer al niño de vuelta…
—¡Queremos ver al niño! ¿El niño es un jotun? ¿Qué edad tiene? ¿Por qué no se nos informó de su estadía? ¿Entonces el bufón que juega con la firma de Laufey dice la verdad? ¿Dónde está el niño?...
Muchas preguntas resonaron en la sala y ninguna pudo responderse tan bien como Odín quiso sin descuidar la mentira detrás de todo. Y todos exigieron ver a hijo bastardo en ese momento pero Loki no estaba preparado para ver a otras personas.
—Él está enfermo, no tiene buena memoria…
Mentiras y más mentiras salieron de su boca, tal vez ese día había mentido más que nunca al decir muchas cosas de Loki que lo hacían comportarse como un niño. Incluso habló de los elfos oscuros, lo mucho que lo asustaban.
—Nunca vio uno pero él les teme mucho.
🌟
Interrogado hasta de si decía la verdad, Odín no pudo controlar los golpes para con Loki, era su culpa, si tan solo no lo hubiera hechizado desde que lo vio… luego lo besó y lo abrazó diciéndole que todo estaba bien, que no volvería a pasar.
Puso sus arrugadas manos en la cintura de Loki para que empezara a cabalgarlo y así tratar de enfocarse en algo que no fueran todos esos problemas que estaba seguro los resolvería poco a poco pero no podía hacer a un lado la inquietud que causó en algunos gobernantes de diferentes reinos.
Ellos no estaban para nada convencidos, al menos sus miradas hacia su persona eran acusadoras. Tenía tanto que hacer.
Mientras Loki cabalgaba, algo tímido, Odín lo miró fijamente, tal vez ver el hermoso rostro de su amante podría también apaciguarlo pero se encontró con algo inusual. Nunca había visto a Loki tímido, cerró los ojos pensando que tal vez era el estrés que le mostraba cosas que no podían ser verdad. Pero tenía problemas, desde que los jötnar estaban detrás de él, y ahora los gobernantes de otros reinos, no tuvo el tiempo suficiente como antes para con Loki, ni siquiera se había dado cuenta que Loki lo había esperado algo decaído y… estaba cubierto con la sábana. No, tal vez recién se había levantado de un sueño…
—¿Hay algo que no me has contado, Loki?
Ante el sobresalto de Loki, Odín lo inspeccionó mejor, tal vez alguien pudo haber entrado y abusado de él… miró su cuerpo pero solo estaban las marcas que le dejó hasta que vio algo.
Con su mano vieja y regordeta, tomó del hombro de su amado un cabello, largo y negro. Loki no tenía el pelo largo, él sí pero no era negro y tampoco tan largo.
Furioso, empujó a Loki a un lado olvidado su posición. Se vistió rápidamente para salir de ahí y tratar de averiguar quién de todos sus guardias lo había traicionado. Tal vez incluso Laufey no estaba vivo, sino era alguien que había descubierto a Loki y ahora quería volverlo loco haciéndole creer que los muertos seguían vivos.
Miró a los guardias: algunos con pelos largos y otros cortos. Parecían estatuas, firmes y obedientes. Estaba dispuesto a preguntar si alguien había entrado a sus aposentos en su ausencia pero no quería causar más sospechas. Miró a los principales, Sif y Hogun, ellos serían los que realmente sabrían si alguien entró o no. Solo tuvo que pensar cómo alguien se podría dar cuenta de que Loki era el hijo Laufey. Loki no tenía memoria, no había nada en él que pudiera hacer sospechar a otros de ser un jotun.
Mas descubriría quién o quiénes eran.