EL REY LOCO

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EL REY LOCO
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INTRODUCCIÓN

Había pasado tan solo un mes desde que Odín había traído un supuesto prisionero de Jotunheim para mantener la paz en los reinos  menos en la realeza. La muerte de la reina Frigga había sido tan impactante no sólo para el príncipe Thor sino para el pueblo entero de Asgard.

Frigga no era la reina porque Odín la escogió al azar, Frigga era la reina por su magia, belleza y sabiduría: y descubrió a Loki. Ella había entendido que tener a Loki sería una tregua para mantener la paz entre Jotunheim y Asgard pero desconoció a su esposo al verlo tan fuera de sí, la forma en que miraba y tocaba a Loki no era normal.

Discutieron, Odín negaba tal especulación y Frigga pedía que Loki fuera trasladado a Vanaheim. Para Odín tener a Loki lejos de él lo llenó de furia y sin pensar un solo segundo, le atravesó el corazón a la que creyó era el amor de su vida.

Hizo que el funeral fuera rápido para luego enviar a su hijo primogénito, Thor, al único reino donde los guerreros se forjaban de habilidades prometiéndole que cuando cumpliera la mayoría de edad, Thor podría regresar a casa y reclamar el trono.

Quizás Odín en ese momento sí pensaba darle el trono en el futuro, quizá realmente quería que el dolor de Thor por la pérdida de su amada madre pudiera sanar lejos mientras él no solo pudiera reinar Asgard sino gozar de la dicha de estar envuelto entre las cálidas sábanas con el niño robado.

Claro, Loki ya tenía memoria para una temprana edad. Y sus llantos no hicieron el trabajo de Odín nada fácil, pronto lo irritaron que no tuvo otra opción que mantenerlo despierto pero fuera de su consciencia. Mientras pasara el luto de Frigga, Odín no perdió el tiempo de averiguar entre los libros de hechizos, de su ex esposa, aquello que pudiera facilitarle las cosas con el niño del otro reino.

“Asesinaron a la reina: el prisionero de Jotunheim lo ha matado.” La lengua de todos los asgardianos murmuraba eso porque no había otro culpable para tan cruel sangriento asesinato.

Asgard había reclamado el sacrificio del prisionero de Jotunheim pero Odín  no podía matar al niño, no cuando su propósito era satisfacerse con él de alguna u otra forma. Así que ideó un plan para satisfacer a su pueblo sin tocar aún al niño. Además nadie sabía que el prisionero era un niño… el príncipe de Jotunheim, en específico.

La proclamación jamás habría sido sentenciada si Odín no hubiera descubierto entre los libros un hechizo de transmutación.

Dos vidas fusionadas por el precio de tres

Dos respiros puros

Tres respiros impuros

Para Odín era tan claro como el agua. Ser Padre de Todo le beneficiaba a no ser sólo un Dios en fuerza y sabiduría sino también en el uso de la magia.

Llamó en secreto a cuatro guerreros. Cuatro guerreros que pasarían desapercibidos por su muerte. Uno tenía sangre real. El muchacho había sido asignado recién a las filas de la guardia real, su nombre era Fandral. De sangre tan pura como su familia y al ser llamado por Odín era una buena señal según él sin saber que estaba en el borde de la muerte.

Cuando el rey los reunió en una sala del palacio les presentó a Loki; el prisionero que sería sacrificado en conmemoración a la difunta reina.

Al principio los guerreros esperaban ver a un jotun maduro y no a un niño, pero antes de que pudieran indagar cayeron en una especie de vértigo. Tres de ellos fueron separados del niño y Fandral, ellos eran el principal asunto del rey. Ninguno supo cómo describir la expresión que llevaba Odín por tomar al niño en brazos.

La magia siempre había sido tan difícil de entender a pesar de ser vista. Pasó tan rápido que ahora Loki, el ex niño azulado tenía ahora la piel más perlada y los ojos color esmeralda mientras Fandral se convertía en aquello que Loki era: un Jotun y aumentaba de tamaño con cada segundo hasta volverse en uno bastante real.

—Mi rey –llamó con horror el guerrero disfrazado de un Jotun, se miraba las manos a pesar del pandemónium que llenaba su mente –¿Qué es lo que hace?

—Un sacrificio exigió el pueblo y un sacrificio voy a darles –dijo Odín mientras ponía una mordaza al pobre ex guerrero Fandral, que intentó luchar contra su rey pero no tenía fuerzas ni para poder mantenerse bien de pie.

El día del sacrificio había sido un regocijo para los asgardianos que no se detuvieron a maldecir,  escupir al supuesto Jotun que encadenado y amordazado intentaba gritar la verdad hasta el último segundo de su vida cuando una espada terminó con ella.

Mientras el niño, arrebatado de su reino y su trono, estaba ahora en las cálidas sábanas de una cama dorada.

—Loki, sabes lo que quiero, ¿verdad?

Y Loki empezaba a llorar, no le gustaba donde estaba ni qué le había pasado a su piel y quería estar con su papá. Intentó gritar pero una bofetada lo cayó al instante. Pronto aquella sensación fría a la que estaba acostumbrado desaparecía con el ardor punzo quemante en su mejilla. Por primera vez sintió terror al ver los ojos del hombre que le había levantado la mano.

—Toma esto.

Le tendió una copa de oro con un líquido verdoso. A simple vista Loki supo que algo malo iba a pasar.

 

🌟

 

El sacrificio del jotun llegó a todos los reinos vinculados con Asgard, incluso a Jotunheim que se horrorizó ante tal noticia. No creyeron que Padre de Todo pudiera asesinar a un niño aunque Laufey no estaba convencido pero pronto el gélido reino obtuvo visitas que los mantuvo ocupados: guerreros de varios reinos allanaban sus tierras dispuestos a arrebatarles la vida. Pronto la raza jötnar se veía expuesta a constantes peleas sin fin y una extinción alarmante por haber sido los que planearon la muerte de la reina Frigga.

Mientras en Asgard, Odín valoraba los libros de Frigga. Eran de una gran utilidad. Gracias a ellos había logrado domar a Loki, hacerlo sumiso y empezar una vida completamente diferente sin ninguna interrupción.

Cada día Loki tomaba de la copa de oro. Y cada día Loki aprendía nuevas cosas mientras las anteriores quedaban en el olvido y cada vez entendía esa obsesión del viejo por tocarlo. Y pronto olvidó todo.

—Pronto sanarás, Loki —su padre le daba la copa de oro y Loki lo tomaba.  Padre le había dicho que estaba enfermo.

Cada mañana, los ojos de Loki se encontraban con la imagen de su padre. No podía pensar si le gustaba o no la claridad con la que lo veía. Pero añoraba algo, y no sabía qué.

Los labios de Odín le habían enseñado todos los días que el mundo estaba destruido y la vida fuera de esa habitación era peligrosa. Sí, tal vez extrañaba esa vida libre.

—Hace semanas intenté llevarte afuera pero enfermaste, amor. Ahora debes tomar siempre tu medicina.

Claro. Loki recordó entonces la invasión de los Elfos Oscuros y cómo habían destruido todo lo que pisaban hasta dejar en una ruina su hogar.

—Son seres repugnantes, con el corazón oscuro que es alimentado con la muerte. Ellos nos privaron de una vida normal —le explicaba Odín casi todos los días—, el único lugar seguro es estar aquí.

Si Loki tomaba demasiado de la copa de oro, Odín tomaba nota de cómo reaccionaba como ahora que Loki había entrado en una especie de sueño sin comprender nada. Le interrogó qué era “repugnante”, “corazón”.

Y Odín lanzaba un suspiro cansado.

—Ya sé qué dosis ahora darte.

Después de varias horas, Loki volvía a reconocer las palabras y volvía a ver a su padre como su único salvador. Y otra vez Odín le explicaba cómo estaban las cosas. Cómo el hechizo de los Elfos Oscuros había borrado la mente de los demás hasta volverlos locos.

—Volveremos a ser como antes, mi amor.

—Sí, papi.

Odín le pedía llamarle papi, como en los viejos tiempos.

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