Iron Man II

Marvel Cinematic Universe Iron Man (Movies)
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Iron Man II
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Summary
Otro año, otros problemas.Stephen empieza a acostumbrarse a que Tony ahora sea Iron Man, y después de la visita del director Fury de SHIELD, cree que ahora su esposo puede tener un respaldo. Todo empieza a asentarse una vez mas... o eso pensaba.
Note
La verdad sea dicha, por mucho tiempo pensé en la manera en que debía abordar esta parte de la serie. Esta me pareció la mejor manera posible, y espero que a ustedes también.
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Capítulo 9

No era la primera vez que estaba en prisión. Aunque esta vez, por tener la oportunidad de golpear a Stark, aunque no lo pudo matar, valió la pena. Además, había estado en lugares mucho peores que esta prisión. Por lo menos la comida no era del todo mala.

El guardia de siempre llegó a la misma hora con su bandeja de comida, así que se levantó por ella. noto algo raro bajo la taza de agua. Cuando quitó el pocillo y se dio cuenta que era una nota, tomo la bandeja y se alejó rápidamente de la puerta, viendo a ambos lados esperando que nadie lo viera.

"Disfruta de las papas"

Cuando levanto "las papas" se dio cuenta que era masilla con una bomba en ella. ¿Era esta una prueba o…?

El carcelero que le dio la comida regreso, pero esta vez abrió la puerta de su celda para meter a otro recluso que en cuanto a complexión se parecía a él. El otro hombre se miraba confundido, y si bien él también lo estaba cuando reconoció el número en el mono que el otro llevaba, no lo demostró. Casi se rio cuando el otro hombre siguió su vista hacia el número del mono y luego, para ayudarlo a comprender lo que estaba a punto de pasar, vio su propio número. El hombre lo captó finalmente y él se permitió sonreírle un instante antes de atacarlo, golpeándolo contra una de las paredes de la celda y luego contra el lavamanos. El ruido que hiso el cráneo del hombre contra este no fue el único que se escuchó, sino también el de metal contra metal. Cuando se giró para ver qué era eso, vio la llave de su celda descansando en la apertura de la celda. Esa era su señal.

La bomba no era difícil en lo absoluto. Solo la pegó cerca de la puerta de la celda, apretó el botón rojo y listo, inició la cuenta regresiva. Abrió la puerta y salió con total tranquilidad del lugar, intentando no llamar la atención. Cuando se topó con un policía se mantuvo con la mirada baja hasta que este le habló y puso su mano en su hombro izquierdo. Eso fue lo último que hiso.

Un par de golpes y luego le rompió el cuello. Dos pasos más y la celda explotó.

No conocía el mapa de la prisión, pero recordaba el camino por el que llegó. Apretó el paso cuando llegó a las escaleras. Entre más tiempo pasara desde la explosión, habría más y más vigilancia. No se equivocó. En el pie de la escalera ya había un policía hablando para dejar entrar al resto. Intento subir de nuevo, pero fue detenido por dos jóvenes oficiales. Uno de ellos era el mismo que le dio su cena ese mismo día. Ambos lo tomaron de los brazos, le pusieron una capucha blanca para cubrirle la cabeza y lo llevaron por los pasillos de la prisión. Cuando sintió el frío de la noche tuvo poco tiempo para disfrutarlo, pues fue arrojado a un vehículo. Las puertas se cerraron de inmediato.

 


 

No estaba seguro de cuánto tiempo tardaron, pero no fue mucho. Por lo menos le habían permitido sentarse en lugar de quedarse tendido en el piso. No le quitaron la capucha sino hasta que se estacionaron y las puertas se abrieron. Se sorprendió un tanto cuando se dio cuenta que estaba en un hangar. Uno privado a decir por el jet, la mesa bien puesta y la fila de meseros a un lado.

—Wow, ahí está. — dijo el hombre vestido de blanco sentado a la mesa con la boca llena. — ahí está. — se levantó de su silla para poder saludarlo — este si es un verdadero placer. Bienvenido. — luego puso una cara de ofendido cuando vio sus manos. — oigan, esas esposas que están haciendo ahí. Quítenselas, por favor. Perdóname, lo lamento. — uno de los escoltas que estaban a su alrededor le quitó las esposas de inmediato, y el aprovechó el tiempo para poder ver bien su entorno.

—Yo soy fanático tuyo. No quería… dejas nuestro primer encuentro así. No es un animal. ¿Qué les pasa? Es un ser humano. Gracias.

El hombre le hiso una señal con la mano, indicándole que se retirara, pero el policía le dijo algo en francés. Era obvio que el hombre no entendía una palabra cuando sólo le respondió tonterías. Se fueron de ahí.

>>Mi nombre es Justin Hammer. Quiero hacer negocios contigo. Por favor siéntate. — El hombre le tendió la mano y luego de estrechar su mano, se sentó a la mesa. Decidió seguir su ejemplo — A comer. ¿Qué tenemos hoy, Jack?

—Eh, tenemos carpacho de salmón. — contesto un hombre mientras colocaba un plato cubierto delante de él.

—¿Carpacho de salmón? Lo que se te antoje, aquí está. A mí me gusta primero el postre. Lo mandé a traer de san francisco, aunque es italiano. — era obvio que ese hombre intenta demostrar que era poderoso. No lo impresionó. — Helado orgánico — y parecía tener una manía de hablar con la boca llena. Incluso él, que había vivido en lo peor de rusia tenía mejores modales que él — Siempre me lo acabo — un mesero le colocó una servilleta en el regazo — Como a ti te gustaría hacer con Tony Stark. — los meseros empezaban a incomodarlo — Lo que te vi hacerle a Tony Stark en esa carrera. Vi cómo te le paraste ante Dios y… a todo el mundo estuvo de… wow. Con lo que hiciste me mandaste un mensaje — apunto a su oreja mientras el mesero servía vino en su copa — Y yo sé que tu sabías que te escucharía. Por eso no podía dejar que te enviaran a no sé dónde y desperdiciar tu talento — se recargo en la mesa, suspirando al escuchar el estúpido que tenía delante suyo.

>>Pero si me dejas hacerte una sugerencia: uno no sólo llega, lo asesina y ya está. Yo creo, si me dejas, lo que hay que acabar es el legado, ¿sí? Es lo que matas — puso mala cara, ya arto de escuchar a este hombre hablar. — A ti y a mi nos gustan cosas iguales, Vanko. La única diferencia entre tú y yo es que yo tengo todos los recursos. Yo creo, si me permites, que tú necesitas mis recursos.

Era claro que el hombre intentaba hacer que entendiera quien estaría a cargo. A él no le importaba fingir que el otro hombre tenía el poder si con eso accedía a esos recursos que, claramente, eran muchos.

>>Un apoyo, un benefactor. Y ese puedo ser yo.

Dejó salir una pequeña risa. Era tan estúpido, pero esa estupidez le iba a jugar a su favor, no al de él. Intentó probarlo, por lo que habló en su lengua materna.

>>Ok, ¿hablas inglés? porque si hace falta hago que venga un traductor. Ya no sé si comprendiste todo lo que te comenté.

—Muy buen hombre.

—Muy bien, hombre.

—Muy bien hombre. — Entupido.

Ambos empezaron a reír y chocó una botella de vodka contra la copa del otro. Antes de regresa a su lugar, extendió la otra mano para intentar tomar la del otro hombre.

>>Oye.

—¿Sí?

—Quiero mi pájaro.

—¿Un pájaro? ¿Quieres un pájaro?

—Quiero mi pájaro.

—¿Quieres un pájaro? Te traigo 20.

Golpeó la mesa con su mano para llamar su atención — Quiero mi pájaro.

—Pues claro, no hay imposibles. Te lo traigo. ¿Y estás hablando que esta mascota habrá que traerla de Rusia?

 


 

—Los fundamentos de la compañía se mantienen firmes, a pesar del evento en Mónaco. — dijo Stephen por sus manos libres mientras movía un vaso de brandi en la mano sin despegar la vista del televisor. Bats se encontraba acostado a su lado, luciendo molesto mientras veía a la mujer en pantalla.

Pepper estaba trabajando a pocos metros de él en una laptop mientras hablaba por el teléfono que tenía entre la oreja y su hombro. Clint, quien estaba en el asiento al lado de ella se encontraba en igual posición.

—La AP quiere que declare. — le comentó Clint a Pepper en voz baja mientras cubría su teléfono con una mano para que la persona al otro lado no lo escuchara.

—Diles que vas a mandar por fax el comunicado de prensa. — respondió la mujer en voz baja.

Justo en ese momento entró el Teniente Coronel Rhodes.

—¿Dónde está?

—No quiere que lo molesten.

—Está abajó.

—Ni siquiera lo pienses, Rhodes.

Las tres respuestas se dieron al mismo tiempo, pero fue la de Stephen Strange la que se escuchó por encima de todas, pese a que ni siquiera se tomó la molestia de voltear a verlo. Antes que el Teniente Coronel pudiera decir algo, la mujer de la tv empezó a hablar de nuevo.

—Pero "su continuo y errático comportamiento puede hacer que muchas personas se cuestionen si este hombre puede protegernos." Eso es lo que dice el senador Stern, y lo que varios otros han empezado a decir y pensar desde lo ocurrido en Mónaco.

Ante ese comentario, el Teniente Coronel hiso una mueca de desagrado.

—Tony ha estado protegiendo a la gente desde la fundación de Strange International y la fundación María Stark. No dudo que ese sea el mayor argumento, por no decir el único, de las personas que creen que Tony es un peligro para este país y sus intereses. Y creo que debemos ver esto como lo que es: una cacería de brujas en la cual algunas personas con poder quieren ponerle las manos a cualquier cosa que pueda ser usada como arma que sea de la creación de Tony. Además, desde la última vez que vimos al senador Stern, Tony ha entrado en conversaciones con representantes de la ONU. No dudo que saldrá algo bueno de ahí.

Después de ese argumento, Rhodey aprovechó que el Doctor Strange parecía distraído y se dirigió al taller de Tony.

 


 

—Búsqueda completa, señor. — JARVIS inició la proyección de los resultados delante de él — Anton Vanko fue un científico ruso que desertó y se fue a los estados unidos en 1963. Sin embargo, se le acusó de espionaje y se le deportó en 1967. Su hijo, Iván, quien también es físico, fue acusado de venderle armas soviéticas de plutonio a Pakistán. Paso 15 años en la prisión de Kopejsk. No existen más registros.

No sabía si sentirse sorprendió o no cuando vio aparecer el nombre de su padre en las imágenes de los periódicos de los años 60's en los que se hablaba de Anton Vanko, pero no tuvo mucho tiempo para pensarlo, pues escuchó la puerta intentando ser abierta, pero cuando no escuchó a nadie, se giró para poder ver qué sucedía.

Rhodey intentó poner su contraseña nuevamente, pero la puerta no se abrió.

—JARVIS, déjame entrar.

—Lo siento, Teniente Coronel Rhodes, pero el Doctor Strange ha iniciado un protocolo para cerrar el taller.

—Oh, por favor. Eso es…

—Si fuera tú, Rhodes, no terminaría esa frase.

Rhodey cerró los ojos un instante antes de girarse hacia las escaleras, donde Strange bajaba estas con total calma, seguido de Bats. Al parecer ahora incluso se caía mal al perro de Tony, a decir por la mirada gruñona que le estaba dirigiendo.

—Tony debería de estar ahí afuera, enfrentando…

—Tony está trabajando, por eso soy yo quien se está encargando de todo.

—Esto es sobre él. Debe dar la cara.

Stephen arqueo una ceja antes de caminar hacia la puerta, obligándolo a quitarse del camino. Él solo tuvo que empujar la puerta. A veces realmente odiaba al tipo.

Contó hasta 3 antes de entrar al taller.

>>Tony, tienes que subir y dar la cara, ahora. — Suspiró antes de continuar, olvidando por completo reinar sobre su temperamento — Oye, estuve hablando con la guardia nacional todo el día. Trate de convencerlos que no era necesario mandar tanques a que tiraran tus puertas y te los quitaran — terminó mientras señalaba estos. — Ellos quieren los trajes, Tony. Se cansaron de jugar. Dijiste que nadie tendría esta tecnología en 20 años, ¿y adivina qué?, supimos que alguien ya la tiene. Ya no es sólo teórico, comprende.

Rhodey podía ver a Strange vigilándolo como un halcón desde su lugar al lado de Tony, y no le despegó la mirada sino hasta que terminó de hablar, que fue cuando dirigió su mirada hacia Tony un segundo para luego asentir y abrir la puerta del auto en el que se encontraba Tony y dejarlo bajar.

—Rhodey, en el escritorio hay una caja de puros. Ábrela.

Aunque extrañado, Rhodey hiso lo que le pidieron.

—¿Qué es esto?

—Es paladio. — Tony se recargó en su escritorio antes de sacar el reactor viejo de uno de los cajones del escritorio. — ¿Ves esto? —  señalo el núcleo que aún se encontraba en el reactor.

—Se ve quemado.

—Es porque tiene daño de neutrones. Por la pared del reactor.

Rhodey sacó el centro, completamente destrozado.

—¿Tony, le metes esto a tu cuerpo?

—Sí — Stephen, que hasta el momento se había mantenido al margen, intervino — Bueno, lo hiso hasta hace unos meses. Tony estaba sufriendo envenenamiento por paladio. El porcentaje de concentración del paladio en su sangre fue… superior al 97%

—Debiste ver el crucigrama tecnológico que tenía en el cuello — aunque el comentario fue dicho de un modo ligero, Stephen colocó su mano en la parte baja de su espalda como un modo de mantenerlos a ambos concentrados.

—¿Enve… envenenamiento por paladio? — se cubrió la boca e intentó buscar qué decir mientras sentía un nudo formársele en el pecho — ¿Por eso cediste Strange International al doctor Yinsen y condujiste en esa carrera?

—No, Rhodey. Stephen y yo redescubrimos un elemento que sirve como sustituto para el paladio. Mi papá dejó el… “esquema” en las construcciones de la Stark Expo.

De inmediato el nudo en el pecho de Rhodey se deshizo. Incluso sintió que pudo respirar un poco mejor.

>>¿El reactor miniaturizado que ese hombre tenía? La única manera en que podría haberlo conseguido era con los planos del reactor. Y los planos que mi padre hiso y que estuvieron en manos de Stark Industries han estado en las bodegas de Strange International desde que me llevé todo.

No mencionó que desde hace un par de horas todos los planos de Howard Stark y los de las armas que había creado para Stark Industries se en una dimensión de bolsillo a la que solo Stephen podía acceder.

—Pero si te los llevaste, ¿de dónde…?

—El reactor Arc fue diseñado originalmente por mi padre y su padre, Anton Vanko.

—¿Qué?

—Ellos hicieron el reactor juntos, Rhodey. Con el centro modificado nuestros reactores son mucho más estables y poderosos de lo que jamás podrán llegar a ser los de ellos con su centro de paladio… pero aún siguen siendo lo suficientemente poderoso como para mover un traje.

—Tony… entiendo que quieras detenerlo tú, pero este acto del llanero solitario no es necesario. No tienes que hacerlo solo. ¿Para qué…?

—La verdad quisiera creerlo, en serio que sí. Pero tienes que creerme. Contrario a la opinión de los senadores y demás retractores, sé justo lo que estoy haciendo. — se enderezó y colocó sus manos en los hombros de su mejor amigo — Y lo que estoy haciendo es confiar en ti, mi mejor amigo, y darte un traje.

—Pero acabas de decir…

—No confió en poner mi tecnología en manos de personas que no conozco. Nunca se verá un ejército de armaduras Iron Man tripuladas por personal militar. Pero a ti te conozco, Rhodey. Has estado conmigo en las buenas, las malas y las peores. Siempre a mi lado. Confió en ti con mi vida. No tendremos un ejército, así que el mundo tendrá que conformarse con nosotros dos.

—Sabes que me pedirán que se los lleve.

—Lo sé, y es por eso por lo que lo voy a codificar para que seas el único que pueda pilotarlo. Y si alguien más intenta hacerlo… me estoy debatiendo entre electrocutarlos y hacer sonar alguna canción pop.

Rhodey miró a su amigo con ojos asombrados antes de abrazarlo — Nunca cambias, Tony. Gracias.

—De nada. — se separó de él y se dirigió hacia los trajes — tengo que ponerle algunas mejoras. Ya sabes, lo básico: sonido envolvente, revestimientos cómodos, un paracaídas, calefacción. Oh, y lo más importante: soporte ergonómico para que no te pellizque en la entrepierna. Créeme, es incómodo cuando lo hace. Lo tendré listo para mi cumpleaños, así que cuando vengas, te lo podrás llevar.

—¡Vaya bolsa de regalo!

—¡Le pondré un moño, sólo para ti, ornitorrinco!

 


 

Desde el viaje en avión privado hasta el traslado a un edificio que tenía "Hammer" en letras grandes a un costado fue toda una experiencia nueva. Aunque supuso que era de esperarse ahora que “trabajaba” para el idiota de Justin Hammer.

—Este es mi taller. Es mi humilde morada. Puedes trabajar en paz completa — intentaba parecer desinteresado, pero se le veía nervioso. — debe ser divertido estar muerto, ¿no? sin presiones.

Caminaron un poco más hasta llegar a un montón de armaduras alineadas.

>>Ah, aquí están. Me encantan. Listos para pelear. Tal vez tengan algún mínimo detalle, y apresuré la producción del prototipo. ¿Y qué? Soy entusiasta. Ahí están, son tuyos.

Se acercó a la computadora que estaba delante de una línea de producción, se colocó los lentes y empezó a teclear. — Eh, no, no, así no funciona. Vas a poder acceder al sistema en cuanto creemos claves encriptadas. ¿Le podríamos generar un par de claves encriptadas? ¿Te las encargo, Jack?

Apenas terminó de decir eso su sistema se mostró en pantalla.

>>Olvídalo. — el resto de las pantallas se prendieron consecutivamente. — Wow. Ok, eres hábil.

Le dijo un par de palabras solo para molestarlo.

—¿Qué dices?

—Tu software es un asco.

—Eres bueno. Lograste burlar mi sistema de seguridad con una...

Él ya no le prestó atención. Se subió a una de las escaleras de ahí para poder ver mejor el material que tenía para acabar con Stark.

>>Quiero mostrarte donde estarás trabajando. O si quieres súbete. Velos. ¿Qué te parecen? Son lo mejor, ¿no? aunque estos solo son de muestra. Pero valen 125.7 millones cada uno así que… no… ay…

La cabeza del prototipo salió con mucha más facilidad de lo que esperaba. Empezó a revisar lo que tenía unido el casco para verlo mejor e ignoró las quejas del otro hombre.

>>El piloto va ahí adentro. Y no he tenido suerte para encontrar voluntarios. Yo me encargo, ya déjalo.

—¿Que quieres que hagan?

Claramente esas cosas eran basura, pero podría trabajar con esto y convertirlo en algo que le ayudara a terminar con Stark. Bajó las escaleras para enfrentar al ambicioso, pero estúpido hombre.

—Que a largo plazo estos trajes me metan al pentágono por lo menos 25 años. Quiero que Iron Man parezca una antigüedad. Quiero ir a Stark Expo y echarle a perder su fiesta a Tony. ¿Sí me comprendes?

—Yo comprender. No problema.

—¡Grandioso, lo amo! Jack, si era él. ¡Te dije! Lo presentía.

Ese tipo era tan estúpido.

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