
Capítulo 4
Tony colocó su plato con una generosa rebanada de flan en la mesa de trabajo antes de aplaudir y extender sus manos para que el taller cobrara vida.
—Ya llegó papá. Despierta.
—Bienvenido a casa, señor. Felicidades por la inauguración. Fue un gran éxito, igual que su audiencia en el senado. — En una de las pantallas, JARVIS mostró el video de su audiencia desde la página de YouTube — Debo decir lo refrescante que es verlo en un video donde no aparece comiéndose a besos al doctor Strange. Aunque también es algo perturbador. ¿Todo está bien en su relación, señor?
Tony se rio por ese comentario. Cuando escuchó la licuadora, se giró a ver a U, quien estaba haciendo un desastre.
—Te prometo que te voy a desmantelar y me hare un triciclo con tus tuercas.
—Amor, si no hubieras hecho la misma amenaza por 14 años, realmente me la creería. — Stephen se agachó para tomar parte del flan de Tony con una cuchara que él llevaba, y cuando lo hiso notó el vaso de algo verde en la mano de su esposo.
—Es clorofila. Aunque los síntomas y el paladio retrocedieron casi por completo, quiero que los niveles lleguen a 0. ¿JARVIS, cuanto de esta asquerosidad debo beber para eso?
—No hay una cantidad recomendada, señor. Con el nuevo reactor y los cuidados del doctor Strange no se requiere establecerla.
Jarvis presentó la imagen del pecho de Tony en la pantalla central. Parecía que todo estaba en orden.
—El núcleo funciona correctamente, señor. Y las pruebas semanales no arrojan datos diferentes a las anteriores, doctor.
Stephen sonrió ante lo dicho y, con cuidado, levantó la camisa de Tony por encima del reactor. La zona se veía sana, no existía enrojecimiento y las cicatrices no mostraban ningún cambio.
—Doctor Strange, me parece que me hiso una promesa mientras estábamos en la Stark Expo — mientras lo decía, Tony pasó sus manos por los brazos de Stephen, apretó ligeramente sus hombros y finalmente dejó descansar sus brazos en sus anchos hombros mientras juagaba con el cabello de la nuca de su esposo.
Las pupilas de Stephen se dilataron de inmediato, y sin esperar invitación, acercó a Tony a su lado. Se sentó en el escritorio y obligo al castaño a subir para que quedara de rodillas en este, y firmemente sentado en sus muslos. Mientras lo besaba para robarle el aliento, apretó con fuerza su trasero. La magia permitía que sus manos tuvieran un poco más de fuerza que otros días, por lo que sabía que ese apretón podría fácilmente darle moretones a su esposo. Tony se quejó, pero Stephen lo ignoró. Él deseaba enterrarse en Tony y cumplir su promesa de hacerlo rogar en su cama… o su taller. Era flexible con el lugar.
—Caballeros, se acerca la señora Potts.
Ante lo dicho, Stephen bajó a toda prisa la camisa de Tony y la acomodó, pero sin dejar de besarlo. Lo hiso justo a tiempo, pues de inmediato Potts uso sus credenciales y entró al taller.
—¿Es una broma? — Tony se separó de la cara de su esposo, haciendo que Stephen empezara a atacar su cuello con fuertes mordidas, succiones y lamidas de su parte — ¿Qué estás pensando?
—Largo, Potts. — Pasó la lengua por el hermoso moretón que ahora tenía su esposo en su cuello — Estamos en medio de algo.
—¿Qué?, ¿a qué te refieres?
Tony y Stephen respondieron al mismo tiempo, por lo que Pepper dudo un segundo, pero su enojo la hiso imprudente y continuó con su regaño hacia Tony.
—¡¿Qué estás pensando?!
El grito de Potts mató todo deseo sexual de parte de Stephen. Nadie le gritaba a su esposo. ¿Cómo se atrevía? Rápidamente ayudó a Tony a bajar de su lugar, agarrándolo de la cintura para estabilizarlo y, cuando estuvo seguro de que Tony estaba firme en sus pies, se colocó delante de él de inmediato — Le sugiero que mantenga su voz sin elevarse, señora Potts.
Pepper se detuvo y reino su expresión.
—Siento que estoy ocupado y tú estás enojada y no sé por qué. — Tony se asomó detrás de su esposo antes de rodear su mesa de trabajo y alejarse de ambos al empezar a caminar por el taller. — ¿Estás resfriada? No me quiero enfermar. No te me acerques.
Pese a la petición, Pepper se acercó a él, volviendo a enojarse al verlo tan tranquilo, siguiéndolo mientras caminaba por el taller.
—Y sí. Donaste nuestra colección de arte moderno a los… a los…
—A los Boy Scauts de América.
—¿A los Boy Scauts de América? — dijo Pepper casi al mismo tiempo que Tony
—Sí, es una organización que vale la pena — hiso bola un prototipo y lo lanzó detrás de él. — Personalmente no la empaque, pero básicamente sí.
—El arte moderno no lo entiendo. ¿El arte clásico? Ahora, eso es algo que yo puedo apreciar correctamente. Y no diga “nuestra colección”, señora Potts. Es… era la colección de Tony y mía. No se incluya.
—No. ¿Y sabe una cosa, doctor? creo que puedo decir que es “nuestra” colección considerando el tiempo que invertí por 10 años curando las obras.
—Eso no estaba en sus funciones. Recuerdo perfectamente que pidió que eso fuese agregado 9 meses después de que empezó a trabajar para Tony. De saber que le molestaba tanto invertir ese tiempo en la curación, habríamos conseguido un experto en vez de… bueno, a usted.
—Además es una deducción de impuestos.
—Tony, escucha — Pepper desvió la mirada de la del doctor y se concentró en el castaño — Hay unas ochocientas cosas más de las que tenemos que hablar. En serio, tenemos que hablar.
Stephen pudo ver como Pepper no se rendiría en su persecución de Tony. Ya cansado, tomó un cubrebocas y se acercó a la mujer.
—Póngaselo. Solo verla me ofende. — la mujer se mostró apenada, pero se lo colocó enseguida. — Mucho mejor. Ahora puede seguir mientras nosotros la ignoramos.
Stephen fue al lado de Tony mientras Pepper se quedaba viendo al hombre antes de acercarse de nuevo a ellos, ahora más insistente.
—La Expo es una pérdida de tiempo.
—Nada es más importante que la Expo. Es mi preocupación principal y no sé por qué tanto…
—La Expo es tu ego desquiciado.
—¿Cómo dice? — Stephen se acercó a la mujer y se interpuso en su camino. Cuando ella se detuvo, se giró de nuevo hacia Tony y le dijo: — Por cierto, feliz… ¿sábado? No estoy seguro del día, pero de todos modos, es un regalo. Espero que te guste — le mostró el cuadro de la armadura de Iron Man.
—Oh, lindo.
—Eso sí es arte moderno. — le aseguró con una sonrisa mientras lo abrazaba por detrás y le daba un beso en la mejilla.
—Las adulaciones te llevaran a todas partes conmigo, cariño. Hay que colgarlo. Buscaré dónde ponerlo.
—¿Es en serio? — preguntó Pepper incrédula.
—Sí.
Se separó de Stephen y empezó a caminar por el taller, buscando un buen lugar. Pepper se dio cuenta de a dónde se dirigía.
—Oh, no, no, no, no, no, no. ¡No puedes quitar el Newman para colgar eso!
—No lo voy a quitar, lo voy a remplazar.
—Además, ese cuadro no es más que una línea negra en un fondo blanco. Una clara muestra de falta de imaginación.
—Ok, bien. Mi punto es que ya firmamos los contratos con las granjas de viento…
—No digas viento porque siento que me dan gases.
—… y las plantaciones de los árboles de plástico, que fueron tú idea, por cierto. Ya tienes a esas personas en la línea…
—¡Todo fue idea mía!
—… y no quieres decidirte…
—¡Suficiente! — Stephen tuvo la previsión de colocarse entre Potts y Tony antes de elevar la voz, de modo que Tony no se viera afectado. — Señora Potts, podrá ser muy buena en su trabajo, y Tony podrá tenerla en alta estima, pero le recuerdo que está hablando con su jefe… no con un amigo, no con un igual, ¡sino con su jefe! Ahora haga favor de entrar en el papel de PA y escuchar atentamente lo que le voy a decir. — se acercó a la mujer un par de pasos, y esta vez no permitió que la mano en su codo por parte de Tony lo detuviera. — La Expo no es el ego desquiciado de Tony. Comprendo que… alguien como usted no pueda ver todas las repercusiones que esta Expo tendrá para el futuro, para las generaciones futuras, así que le explicare de un modo fácil y sencillo de entender para usted: esta Expo está trayendo a las mentes más brillantes de todo el mundo porque queremos que todos se unan y hagan algo bueno por el planeta. ¿Ya sabe, esa pequeña roca en donde vive, señora Potts? — dio un paso más cerca de la mujer, haciendo que ella retrocediera — En cuanto a los contratos que han sido firmados, se están tratando de modo correcto por los abogados y las personas que fueron designadas para seguirlas. Si no está informada de quienes son, no es nuestro problema, sino suyo. Y por favor, colóquese esa mascarilla correctamente.
Potts no sabía que responder a eso. Todos en la empresa sabían que el doctor Strange era un extraordinario jefe, pero siempre ponía en su lugar a aquellos que consideraba que estaban sobrepasándose, sin importar el lugar en la empresa que tuvieran. Ella, al ser la PA de Tony, nunca había sido blanco de un regaño de su parte. Y salvo aquella vez que fueron juntos a recoger a Tony cuando llegaba en el vuelo desde Afganistán después de pasar meses secuestrado, nunca le había levantado la voz. Había pensado que en esa ocasión le gritó por lo frustrado que se sentía en esos momentos. Ahora se preguntaba si no era realmente porque se estaba sobrepasando en sus funciones.
—Sí, doctor.
—Bien. — Stephen se acercó de nuevo a donde estaba Tony parado en el mostrador, lo tomó de la cintura y lo bajó de ahí — Y somos conscientes que hay muchas cosas que hacer, señora Potts, pero nuestras vidas se encuentran sobrecargadas en estos momentos. Tony esta con la Expo y sus misiones como Iron Man, además de que pronto se podrían entrar en negociaciones con la ONU sobre un tratado para proteger a Tony y a toda la gente que protege, lo que consumirá aún más su tiempo. Y yo estoy con proyectos sensibles al tiempo que no puedo dejar pasar, así como mis investigaciones posteriores y el tiempo que sirvo como consultor para el Hospital Metro-General. Es por eso que hemos decidido que lo mejor es delegar ciertas funciones. — miró a Tony con una sonrisa para que viera lo razonable que podía llegar a ser — Strange International será manejada de modo temporal por la mesa directiva, y posteriores esta le prestará apoyo al doctor Ho Yinsen, quien ocupará el cargo de CEO hasta que sea necesario. La subdivisión Stark, por su lado, no tiene a nadie a la cabeza.
—¿Qué? — se acercó a ellos un poco y los olfateo un poco — ¿Qué bebieron?
—Tony ha estado bebiendo clorofila, y yo un jugo de mango.
Cuando la mujer se quedó sin palabras, Tony intervino.
—Ya es oficial. Te nombramos CEO de la división Stark a partir de hoy. Rendirás cuentas a Strange International, así como a Stephen y a mí, claro… pero Pepper, tienes las llaves de la división que más le interesa a los militares ahora. — puso sus manos en los hombros de la mujer y luego se alejó hacia Dumm-e, que llevaba una botella de champagne y tres copas. — De hecho, lo hemos estado pensando mucho, aunque no lo creas. Buscamos candidatos.
Mientras Tony abría la champagne, Stephen se sentó en uno de los sillones colocados ahí y miró a la mujer directamente a los ojos mientras hacía lo mismo, completamente sin palabras.
—Yo sugerí mover a alguien de la mesa directiva de Strange International. Una joven promesa… pero Tony la sugirió a usted, señora Potts. Pese a su comportamiento con él, o quizá debido a este, él confía en usted para que se haga cargo. Sin duda sabe que administrativamente está comenzando a tomar forma. Esperamos que la pueda poner en forma, tal como Tony lo ha hecho con Strange International a lo largo de los años.
—Esa subsidiaria lleva el nombre de mi familia, y quería un digno sucesor que se encargue de ella. Ese eres tú, Pepper.
—Pero… ¿no sé qué decir? — aceptó la copa de champagne ofrecida por el castaño, aun aturdida por la noticia que le acababan de dar.
—No tiene que decir nada, señora Potts. Pero permítame aclararle que a pesar de que se le está dando el cargo, no significa que no pueda ser removida de él si demuestra que no está a la altura de las expectativas para el puesto, sin importar si Tony la apoya o no. ¿He sido claro?
—Sí, doctor.
—Bien. — dejó que Tony se sentara a su lado, tomó una de las copas de sus manos y brindo con él, luego con Pepper — Felicidades, señora Potts.
Pepper se quedó aturdida por lo menos otros 20 minutos pese a que bebió con ellos e intentó llevar una conversación más bien decente. Una vez que se recuperó un poco más. Se marchó, dejándolos solos. Tony aprovechó que ya no estaba ella para poderse acurrucar en el más alto.
—Así que está hecho. Strange International queda en manos de la mesa directiva y Ho.
—Ho hará un muy buen trabajo, estoy seguro. — le dio un beso en la cabeza antes de continuar — Delegar de ese modo nos dará un poco más de tiempo para pasar juntos.
Tony se giró para verlo, sorprendido, pero rápidamente sonrió de modo perverso.
—¿Más tiempo juntos?
—Oh, sí.
—¿Y cómo crees que podríamos gastarlo?
—Se me ocurren algunas cosas.
Al termina de decirlo, bebió el resto de su copa y la dejó en el piso, a un lado de su asiento antes de atacar el cuello de Tony nuevamente. El más bajo apenas tuvo tiempo de dejar la copa a un lado antes de caer de espaldar y empezar a pelear con la ropa de su esposo entre risas.
En Moscú, Ivan Vanko logró encontrar a un falsificaste lo suficientemente bueno que le diera identificaciones para poder salir del país. Cada vez estaba más cerca de acabar con los Stark. Y lo haría en el premio de Mónaco.