Capítulo 3
—Señor Stark, ¿podemos continuar donde nos quedamos? — preguntó el senador Stern al ver como Tony estaba sentado de lado viendo directamente a Stephen.
Cuando llegaron a compadecer frente al senado, Stephen se había sentado al lado de Tony de inmediato, y pese a lo mucho que intentaron pedirle que se moviera, no lo hiso y por el contrario, liberó algo de su magia para hacer que todos retrocedieran. Funcionó perfectamente, a decir por el senador que se aflojó ligeramente la corbata y pidió que lo dejaran sentarse en donde quisiera. Pepper estaba sentada un par de filas detrás de ellos. Ella había sido llamada por JARVIS en la madrugada para informarle que su presencia era requerida. Ella estaba algo enojada, pero se presentó sin problemas. Ho Yinsen también fue puesto sobre aviso, pero a él se le pidió que se encargara de Strange International mientras estaban ausentes. Ho, aunque preocupado, aceptó sin problemas y les dijo que si necesitaban que él compadeciera y diera su testimonio, lo que fuera, solo lo dijeran e iría ahí en un segundo. Stephen y Tony le agradecieron por ello.
—Señor Stark, por favor.
—Un segundo, senador. — levantó uno de sus dedos para pedir ese tiempo fuera antes de regresar la mirada a su esposo y seguir con su conversación: — y leche, necesitamos leche. Preparé flan ayer en la mañana y olvidé pedir que la agregaran a la lista de compras.
Stephen se rio por las payasadas de Tony pero le siguió el juego — Lo sé, pero el flan estaba realmente bueno.
Tony le sonrió de nuevo a Stephen de modo brillantes antes de girarse de nuevo para ver a los senadores — Lo siento, ¿qué decían?
—Señor Stark, ¿es cierto o no que usted posee un arma especializada?
—No, no es así.
—¿No es así?
—No es así. Bueno, depende de cómo defina “arma”.
—El arma “Iron Man”
Ante lo dicho, Stephen pudo sentir como Tony cambiaba. Ese senador jamás debió decir eso.
—Mi invento no se describe así.
—¿Y… y cómo la describiría? — preguntó sarcásticamente el senador Stern.
—Lo diría definiéndola como lo que es en verdad, senador.
—¿Y es?
—Es una prótesis avanzada. — La sala se llenó de risas. — Esa es la mejor descripción que puedo hacer de mi invento.
—Es un arma, señor Stark. Odio informarle, yo…
—Si la prioridad fuera en serio el bienestar de los ciudadanos norteamericanos…
—Mi prioridad es que el arma Iron Man se entregue al pueblo de los Estados Unidos.
—Pues entonces olvídelo. Yo soy Iron Man. El traje y yo somos uno. Entregar el traje de Iron Man sería entregarme yo mismo. Lo cual es similar a la esclavitud.
—O prostitución, dependiendo del estado, mi amor. — dijo Stephen con una cara totalmente seria sin apartar la vista de los senadores.
—Gracias, cariño. ¿Lo ve? No lo tendrá jamás.
—Mire, yo no soy un experto…
—¿En prostitución? ¡Como cree! ¡Usted es un senador, por favor!
Tony se volteó a ver a las personas detrás de él y les hiso una señal de paz. Pepper movió su cabeza de un lado a otro. Luego miró a Stephen, quien le sonrió.
—De verdad es un don, ¿no?
Tony le regresó la sonrisa, feliz. Sí, Stephen Vincent Strange era el indicado para él. Era el único para él.
—No soy experto en armas — dio el senador Stern mientras se acomodaba la corbata — pero tenemos a un gran experto en armas. Quisiera llamar a Justin Hammer, nuestro principal contratista de armas actual.
Tony se sorprendió por lo dicho mientras veía entrar al hombre al lugar y tomar asiento en la mesa de la izquierda.
—Que quede registrado que veo al señor Hammer entrar a la cámara, y yo me pregunto cuándo llegará el experto en armas del que habla.
Todo el mundo habló después de lo que dijo Tony, y una vez que Hammer bebió un poco de agua, se acercó el micrófono y dio una pequeña risa. Sonó tan falsa, que Stephen no pudo evitar poner los ojos en blanco.
—La verdad sí. No soy un experto. Ese eres tú, Anthony…
—Si está diciendo que un hombre que no ha construido armas en más de 13 años es el experto aquí, ¿me pregunto en que te conviertes tú, Hammer?, ¿un niño jugando con una arco y una flecha? Qué bajo se ha tenido que caer si tú eres el principal contratista. Ahora no cabe duda alguna de que Tony es necesario.
La voz de Stephen fue fuerte y firme, no dejando lugar a réplicas. Un par de toces incomodas sonaron en el lugar, una de ellas del senados de la corbata floja. Tony no se molestó en esconder su sonrisa en lo absoluto.
—¿Senador, si me permite? — Hammer se aclaró la garganta quizá un poco demasiado fuerte y continuó. — Puede que no sea un experto. ¿Saben quién era EL experto?, ¿quién crees? Howard Stark. Un padre para nosotros, y también para toda la industria militar, Tony.
Tony se acomodó mejor en su sillón mientras lo escuchaba hablar. Stephen colocó su mano en su muslo y lo apretó un poco.
>>Pero hay que dejar claro que él no era un hippie, era un león — afirmó Hammer mientras se recargaba y seguía hablando. El senados Stern, así como los que estaban a su alrededor, le dedicaron toda su atención. — Todos sabemos por qué estamos aquí. En estos seis meses, Anthony Stark ha creado un arma con muchas posibilidades, y el insiste que es un escudo. Él nos dice “confíen en mi” mientras nos acobardamos tras él. Como me gustaría sentirme seguro, Anthony, de verdad que sí. Me encantaría no cerrar con llave la casa, pero no es Canadá. Vivimos en un mundo lleno de amenazas, mismas que el señor Stark no tiene capacidad de prever.
—Gra…
—Y supongo que si Tony entregara, que no pasara, su traje, ¿eso significa que de pronto todos estaremos a salvo, Hammer? ¿Significa que la fundación Maria Stark ya no será necesaria para proteger a toda la gente a la que el gobierno le ha dado la espalda? ¿Significa que Strange International ya no tendrá que construir escudos para nadie? — Apartó la mirada de los senadores y miró a Hammer directamente a los ojos, enojado — ¿O significa que armaran a los militares con ellas y los mandaran a campos de guerra, uno tras otro, sólo para satisfacer ambiciones cubiertas con papeles que dicen que es por la paz mundial? Dime, Hammer, ¿protegerán ustedes con esas armaduras a todas las personas que lo necesiten… o sólo a los norteamericanos con poder? ¿Qué hay de la gente pobre? ¿Qué de los que no tiene millones o influencia en este país? ¿Y la gente de otros países? ¿A ellos los protegerán o les darán la espalda sólo porque sus botos no influyen en las elecciones de este país?
—Eso…
—¿O terminaran vendiéndose por debajo de la mesa del mismo modo que tus armas? Porque permíteme recordarte que aún estás bajo investigación por todas las armas de tu compañía que fueron encontradas en Afganistán cuando mi esposo fue secuestrado, así como en las misiones que él ha hecho para acabar con las armas Stark que aún circulan por los mercados negros… o están en las manos de los militares… sin un papel que respaldara la compra, debo agregar. ¿No es eso sorprendente, caballeros? — en la última parte se giró para ver a los ojos a todos los senados que estaban presentes. Más de uno de movió de modo incomodo y bajaron la mirada ante la suya.
La sala se quedó en silencio por completo después de eso, y Tony puso su mano encima de la de su esposo, apretándola levemente.
Después de unos segundos, en los cuales los senadores se limpiaron el sudor de las frentes con pañuelos, el senador Stern se aclaró la garganta y dijo, aunque un poco menos seguro que antes:
—El comité invita ahora al Teniente Coronel James Rhodes a la cámara.
—¿Rhodey? ¿Qué…? — Tony se giró ya listo para levantarse de su lugar y saludar a su amigo, pero Stephen apretó su muslo sin apartar la mirada de todos los senadores. Tony entendió el mensaje, por lo que se quedó en su lugar y únicamente se giró para poder ver a su amigo en cuento llegara a su lado. Cuando lo hiso, dijo: — Amigo, no esperaba verte aquí.
—Tony, ¿qué pasa? Ya vine. Acéptalo. — cuando soltó la mano de su mejor amigo, se sentó y, cuando vio que el medico no le dedico ni un poco de su atención, se sentó mejor en su lugar sin hacer el intento de saludarlo.
—Tengo aquí un informe completo del arma Iron Man compilado por el Teniente Coronel Rhodes. — Tony se recargó en su silla y movió su cabeza de un lado a otro, como si no pudiera creer que los senadores usaran a su mejor amigo y lo intentaran poner en su contra — Coronel, para el registro, ¿puede leer el párrafo 4, de la página 57?
—¿Sólo quiere que lea partes específicas de mi informe, senador?
—Sí, señor.
Rhodey de inmediato se dio cuenta de que había caído en una trampa.
—Se me dijo que iba a testificar de manera más comprensiva y detallada…
—Ha habido cambios. SÍ, lo entiendo.
—¿Usted entiende que leer un párrafo sin contexto no refleja mi investigación?
—Léalo, coronel. Entiendo, gracias.
—Muy bien, — resignado, Rhodey empezó a leer. — Señores, “ya que no opera en ninguna de las ramas del gobierno — tomó una respiración y siguió — Iron Man es un posible riesgo a la seguridad de la nación y sus intereses.
Rhodey de inmediato se giró a ver a Tony, pero él estaba con la cabeza girada hacia Stephen y no lo vio a los ojos.
>>Sin embargo — dijo con más ímpetu— después resumo que los beneficios de Iron Man son muy superiores a su riesgo potencial, y que les convendría incluir al señor Stark en la cadena de mando de seguridad…
En senador Stern se había apresurado a intervenir en cuando Rhodey había comenzado a hablar, tratando de impedir que dijera algo más, pero Tony decidió intervenir para darle un escape a su mejor amigo.
—No me gusta la idea, pero consideraría ser secretario de defensa si lo piden bien y bonito. Aunque tendríamos que mudarnos. ¿Qué piensas de cambiar de aires, cielo?
Stephen, sin dejar de ver al senador Stern, contestó—: Es un cargo grande, amor. No estoy seguro de que te deje tiempo para cenar juntos todas las noches.
El senador Stern se aclaró la garganta y continuo, más nervioso que antes, al sentir la mirada del doctor de modo insistente en su persona.
—Ahora quiero mostrarle las imágenes incluidas en su informe, si me permite.
—Perdóneme, pero yo creo que es prematuro que se revelen las imágenes al público en general ahora.
—Coronel, entiendo. Ahora, si pudiera narrárnoslas, yo se lo agradecería.
—¿Podemos verlas? — Rhodey hiso un movimiento con su mano e indicó al personal que pasaran las imágenes. — Inteligencia sugiere que las imágenes en estas fotos son intentos tripulados de copiar el traje Iron Man del señor Stark.
Tony vio intrigado las imágenes. Cuando vio un par, sacó su celular y empezó a hacer una búsqueda inmediata.
>>Esto ha sido confirmado por aliados e inteligencia local en tierra, indicando que los trajes están operando en este momento, en el mundo.
—¿Rhodey, me permites? — se estiró sobre la mesa y colocó su celular enfrente de la pantalla, dándole dos toques seguidos, tras lo cual se mostró el mensaje de “Bienvenido, Sr Stark”. Hiso lo mismo en la segunda pantalla. — Qué bueno soy. Tengo el control de sus pantallas. Las necesito. Es tiempo de ser trasparentes. Bueno, vamos a ver qué sucede. En sus imágenes no usaron satélites de Strange International. Eso fue un error.
—¿Pero qué hace? — preguntó el senador Stern levantándose de su asiento, nervioso.
—Si dirigen su atención a las pantallas, al parecer es Norcorea — un par de movimiento en su celular y en las pantallas se mostraron imágenes del traje que ese país estaba intentado recrear. No fue agradable.
—¿Puede apagar eso? Quítelo — de inmediato intervino el senador Stern. Hammer se levantó para ayudar.
Tony siguió.
>>Irán — más imágenes sangrientas de trajes que no funcionaban en lo absoluto, y que únicamente dejaban muertos a su paso. — Aquí no veo amenaza inmediata. ¿Ese es Justin Hammer?, ¿cuándo entró Hammer al juego?
Mientras preguntaba y se veía en las pantallas a un Justin Hammer haciendo pruebas con un hombre en un traje, el real estaba desesperado por desconectar las pantallas.
—¿Dónde está el cable?
—Justin, saluda, estas en la televisión. — Tony miró a Rhodey con suficiencia y una sonrisa de lado. Su mejor amigo le regresó la sonrisa, pero oculta detrás de una de sus manos.
Cuando en la pantalla se mostró al piloto girar por completo, todos en la sala empezaron a hablar y a soltar sonidos de asombro. Las pantallas fueron finalmente desconectadas.
—Wow. Yo digo que a la mayoría tiene 5 años de atraso, y Hammer Industries… 20.
—Sólo quiero aclarar que el piloto de la prueba sobrevivió.
—¡¿Y eso te parece suficiente, Hammer?! — la vos de Stephen se elevó, e hiso callar a toda la sala de inmediato — ¡¿Tienes una idea de lo que le provocaste a ese pobre hombre cuando lo obligaste a hacer eso?! ¡No, no la tienes porque claramente no eres un experto en nada! — tomó un par de respiraciones profundas y contuvo su magia de nuevo, sin preocuparse que las personas más sensibles a la magia en la sala estaban pálidas del miedo y a punto de desmayarse — Y quiero el nombre del hombre. Quizá nosotros podamos ayudarlo con lo que le hiciste.
—Ya terminamos — el senador Stern se puso de pie de inmediato para intentar dar por finalizada la sesión después del desastroso desarrollo.
Ante eso, Stephen se puso de pie, volviendo a callar a todos una vez que soltó parte de su magia nuevamente que, aunque en mayor cantidad, esta no reflejaba su enojo, pero si daba una advertencia de quedarse quietos. Incluso Tony sintió un escalofrió.
—¿Así que ahora que ya no tiene… "pruebas" para poder seguir con su cacería de brujas es cuando terminamos, senador? Eso me demuestra que esto no fue más que un acto para poderle demostrar al público que Tony es un riesgo nacional a base de mentiras y manipulaciones. Tony no es un riesgo, no es un peligro para la gente, y eso es lo que les irrita, ¿no es cierto?
—Señor Strange…
—¡Doctor Strange, senador! Y ya ha hablado suficiente. — Miró al resto de los senadores para ver si alguien apoyaba a Stern. Cuando nadie dijo o hiso nada, continuó: — Ustedes dicen que Tony es un riesgo porque no responde a ninguna esfera del gobierno — miró al Teniente Coronel rápidamente antes de regresar su mirada a los senadores — El Teniente Coronel Rhodes les dio una solución: integrarlo a las esferas de gobierno. Pero no lo harán, porque hay quienes en esas esferas le tienen miedo. Y le temen porque Tony no es alguien a quien puedan manipular. Y aun cuando lo aceptaran y le ofrecieran un puesto en una posición de poder, harían hasta lo imposible para mantenerlo controlado. Harían lo que fuera para que sirviera a sus intereses personales.
Stephen miró de modo aún más duro a los senadores.
>>Las armas de Tony han sido usadas para destruir pueblos, herir gente. Las armas que construyó para proteger a nuestros soldados fueron usadas para destruir pueblos llenos de personas inocentes… todo porque Obadiah Stane y la junta directiva de aquel entonces de Stark Industries decidió que no les importaba la opinión de Tony sobre esas armas, sólo el dinero que podían obtener de ellas. Ustedes dicen que quieren saber de dónde vendrán los siguientes peligros — miró a Hammer, que sólo se hiso más pequeño en su asiento — No lo sé, pero lo que sí sé es que no vendrán de este hombre. No vendrán de Anthony Stark.
>>¿Quieren responsabilidad de su parte? Bien. Tony será responsable, pero no sólo con el pueblo de esta nación. Iron Man no es un arma, es un escudo, y un escudo para todas las personas que lo necesiten, no para unos cuantos, del mismo modo que Strange International y la fundación Maria Stark lo ha sido por los últimos 11 años. Tony responderá al pueblo. A todos los pueblos. ¿Quieren su propiedad para sus propios beneficios? Ustedes jamás la tendrán. — Se abotonó el saco y se giró a ver a Tony con una mirada dulce y amable, conteniendo de nuevo toda su magia — Vamos, tenemos que ver si algo de flan pudo sobrevivir a Bats.
Sin perder el ritmo, Tony contestó—: puedo hacer más. Compramos más leche y hacemos más flan. Será una fiesta de flan. — Se puso en pie y se abotonó su propio saco mientras Stephen caminaba enfrente de la mesa y le ofrecía su mano viendo directo al coronel a los ojos.
—Si no le importa, Teniente Coronel, me gustaría leer su informe sobre… Iron Man. — Sin esperar una respuesta, empezó a caminar por el pasillo, seguido de Tony.
Cuando la pareja se alejó un par de pasos de Rhodey, Tony se detuvo y se volvió para ver a su mejor amigo — Estás invitado a la fiesta de flan, si quieres, Rhodey Bear. Y ustedes, senadores. El senador Stern no. Ya me cansé de intentar trabajar con ese payaso.
Cuando llegaron al lado de Pepper, Stephen le dijo:
—Consigue el nombre y toda la información del hombre de la prueba de Hammer, Potts.
—Sí, doctor.
—Hazle llegar nuestra información y dile que Stephen y yo consultaremos para ver qué se puede hacer por sus heridas. Y si Hammer no lo indemnizo, dile que nuestros abogados son sus abogados.
—¡Y este es Tony Stark, damas y caballeros, no la falacia que el senador Stern tanto se ha esforzado por hacerles creer!
El grito vino de algún lado cercano a la pared, en donde estaban todos los reporteros de los periódicos de Nueva York. Stephen reconoció a un par de ellos, asiduos asistentes de los eventos de Strange International. Al instante, todos los presentes se pusieron de pie y empezaron a aplaudir. Las cámaras los siguieron por todo el pasillo mientras Tony les sonreía a todos y estrechaba las manos de las personas que se les acercaban en el pasillo, dándoles promesas de que los protegería a ellos y a todos los que lo necesitaran, y que quería invitar a las personas de la ONU a dialogar con él en cuanto pudieran. Estaba seguro de que podrían trabajar en algo.
En Moscú, Iván Vanko veía la transmisión de la conferencia en las noticias mientras seguía con sus preparativos para destruir a Tony Stark. Cuando estuvo feliz con lo que tenía, se lo puso y, con un solo movimiento de su brazo, destruyó el tablero con recortes de Tony Stark junto con la pequeña televisión que aun mostraba su rostro.