...that gossamer thread

Jessica Jones (TV)
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Summary
La locura y el genio van de la mano, pero nunca tan cerca como en la sangre de Bruce Banner y Will Graham. Una conexión inesperada los encontrará uniendo fuerzas y sus mundos colisionando mientras un asesino en serie deja un rastro de sangre en los rascacielos de Nueva York...
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The Bed of Will Graham

Steve no llamaba la atención en Washington, Bethesda, en la plaza enfrente del hospital de la fuerza aérea, sentado aguardando en una banca en lo que parecía el uniforme habitual de los soldados de civil que entraban y salían del edificio: jeans oscuros, camisetas, casacas o cuero o parkas oscuras. No era el más alto ni el más voluminoso, aunque quizá sí el que se paraba más derecho: y pesar de las gafas y de la gorra de baseball que llevaba, algo en su postura lo señaló de inmediato al hombre de color que salía del edificio balanceando una carpeta, un teléfono en la oreja, dos tazas de café de cartón, una bolsa de papel manchada de grasa y dos manzanas, todo eso en los brazos. Steve alargó una mano para ayudarlo, y colocó el improvisado almuerzo entre ambos en la banca, sacando de su propia mochila un grueso tapperware rojo.

- Man.- dijo Sam Wilson, asintiendo con energía.- Me gustan tus sobornos, Steve Rogers. –

- Pensé que te ibas a resistir más…- dijo Steve un poco desconcertado mientras Sam le arrebataba la cajita plástica, poniéndole en las manos la carpeta y destapándolo mientras se sentaba sin siquiera mirarlo ojear los papeles.

- Soy un hombre sumamente fácil y sin principios cuando hablamos de la comida india de Bruce Banner.- dijo Sam, que ya había sacado una cuchara de alguna parte.- Además, juré proteger los secretos de mis pacientes, nunca nadie dijo nada sobre otros terapistas…- agregó, y esperó a saborear un cucharada con delectación antes de continuar.- Y dónde está tu villanosa sombra, Rogers? Está en algún edificio, apuntándome a la nuca por si no te convido chapatis? Que aviso, son todos míos, tú vives con Banner y sus recetas, ni siquiera los mires…-

- Cómo es posible que cada terapista atienda 78 pacientes en una semana? Cómo memorizan los nombres?!- bufó Steve sin hacerle caso, revisando el archivador en sus manos.

- Esos son los cortes de presupuesto del gobierno. Para que sepas, la recomendación del colegio de psicólogos es 30.- suspiró Sam.- Nunca hemos sido suficientes, y se está poniendo ridículo.-

- Por eso no abandonas y te vuelves a la Torre?- dijo Steve, tras una pausa. Sam masticó un minuto, antes de hablar con voz suave, el día soleado, pero frío creando reflejos rojizos en su pelo oscuro.

- Ustedes están en Torre para hacer una diferencia. Yo puedo hacerla mejor acá, día tras día marcando mi tarjetita a las 8:00 am, para gente que me necesita.-

- Ustedes son héroes.- dijo Steve, despacio.

- Lo que soy es un terapista con hambre, y si tu información es correcta, uno de mis colegas en New York es un asesino.- Sam paladeó, enlenteciendo su ritmo y tomando un sorbo de su taza de té frío.- Pero cuando quieras, puedes traerme a Banner de tributo para que nos cocine, eso hará muy feliz a mis colegas también…- suspiró.- la verdad estamos tan cansados y estresados, que tentado estoy de decirte que dejes a ese tipo con sus hobbies, no podemos permitirnos ni un psicólogo menos en el sistema, vaya…-

- Sam!- protestó Steve.

- En que reemplacen a ese psicólogo, algunos de sus pacientes quedarán sin tratamiento. La estadística dice que el 22% de los veteranos son un peligro para sí mismos u otros. Y se los asignarán a otros, que ya tienen 80 pacientes…- Sam bufó.- Es un desastre.-

- Ese hombre es un asesino.-

- Mata a hombres que han cometido crímenes.- dijo Sam, acabando su tapperware, su gesto deliberado.- Steve, están rodeado de veteranos. Todos aquí hemos matado. Todos somos soldados. Probablemente maté algún soldado adolescente en Afganistán que era mucho, muchísimo más inocente que el general Eiling. Dónde trazas la línea?-

- Nadie tiene derecho a matar a otro si existe un sistema de ley funcionando.- dijo Steve con severidad.- Tenemos que creer eso, o estamos hablando de anarquía.-

Sam suspiró, frotándose los ojos.- No me hagas caso. Es mi frustración hablando.- acabo, apoyándose en el respaldo con un suspiro.- Man, no me sorprende que el tipo se haya quebrado y haya empezado a matar. Yo mismo he tenido un par de pacientes, que han hecho cosas… y no puedes hacer mucho más que medicarlos y soltarlos de nuevo, es más fácil meterlos en Miss Universo que meterlos en un programa de internación por salud mental.-

- No sabía que la situación era tan desesperada.- dijo Steve tristemente.- Pero eso no es excusa.-

- No.- Sam meneó la cabeza.- No lo es.-

- No puedo creer que no le hayas dado ni un solo chapati a Steve, ser miserable.- dijo una voz, y aunque Sam dio un respingo, porque había sonado directamente detrás suyo, antes de volverse se metió el medio chapati que le quedaba entero en la boca y entonces se volvió para mirar al hombre detrás suyo, masticando abiertamente.

 

Bucky Barnes rodó los ojos.

 

- Ya habían pasado mucho ratos separados, te estaba faltando el aire, Barnes?- dijo Sam después de tragar, mientras Steve le alargaba su taza a Bucky, que se la bebió.- Considerando todo, qué planean hacer con el tipo cuando lo identifiquen? Le vas a meter un tiro, o se lo van a dejar de squicky toy a Natasha?-

- Lo podremos a disposición de la justicia.- dijo Steve severamente, pero meneaba la cabeza con desánimo.- Y quizá cuando lo atrapemos, podamos llamar la atención del público a las condiciones en las que ustedes están trabajando.-

- Es tan tuyo encontrar algo bueno que sacar aún en medio de todo esto.- suspiró Sam, y le palmeó el brazo afectuosamente. Quería a Steve profundamente, pero además le encantaba ver a Bucky respirar hondo por la nariz, cruzarse de brazos y mirar a otro lado.

 

Ser el tipo que le sacaba celos al mismísimo Winter Soldier, que de paso parecía modelo de Abercrombie&Fitch, era bálsamo y ambrosía para su ego, yes.

 

- Sam, gracias por la información. Vamos a atrapar este tipo, gracias a ti.- Steve respondió con el mismo calor, dándole un abrazo. San no pudo contener, aflojándose como una colegiala enamorada, porque además de que un abrazo de Steve era como ser envuelto por un oso teddy gigante, Bucky estaba con las manos en la cintura dando pataditas y apretando la boca tanto que ya no tenía labios.

- Puedo pedir una transferencia temporal, siempre hay cursos en New York.- dijo Sam enseguida, recogiendo vasos y cartones vacíos. -Meterme en la unidad, darme una vuelta… Definitivamente soy menos conspicuo que ninguno de ustedes.-

- Si, el concepto de éste de un disfraz sigue siendo el uniforme de gorrito, casaca y gafas.- bufó Bucky.

- Sam, no puedo pedirte eso. Te estarías poniendo en peligro, además de complicar tu vida y tus pacientes.-

- Me gustan mis complicaciones de tanto en tanto. Y supongo que es cuestión de tiempo hasta que ese tipo mate un inocente.- dijo Sam, entregándole a Steve todos los cartoncitos y papeles sucios.- Ve a hacer tu buena obra del día, el punto de reciclaje está detrás del edificio…-

Con una sonrisa y un meneo de cabeza, Steve partió, cruzando la explanada de césped frente al hospital. Se había quitado el gorro, y el sol brillaba en su pelo espeso: un par de asistentes se dieron vuelta a mirarlo, mientras un par de enfermeras se daban un codazo y una casi volcaba el té de su picnic, porque la verdad Steve no sonreía mucho, pero cuando lo hacía te hacía pensar en arcoíris y cachorritos.

- Y todavía no te lanzas a la piñata patriótica?- dijo Sam con un tono muy diferente, pegándole en el pecho a Bucky con la bolsa grasosa que contenía su abandonado sándwich de bologna.- Por Dios, Barnes, qué quieres, una invitación con sobrecito? O todavía estás pegado con Natasha, para la cual sólo eres algo que a veces le tapa la vista de su arquero?-

- No estoy pegado con Natasha, desde que me enteré que durante nuestra relación, palabra entre tantas comillas que no podré usar otras hoy, era MUY menor de edad, no puedo mirarla sin que se me suba la bilis.- dijo Bucky sin entonación, rasgando el papel grasoso y sacando el sándwich blandengue, que devoró de dos mascadas.- Y no tengo ninguna intención de nada, pero si te sirve de consuelo para tus deseos de daytime TV, dicho arquero anda con todo el pelo de la nuca erizado porque ha vuelto el abogado ese a rondar a Nat, aunque tengo entendido que duerme con esa detective de los ojos preciosos.-

- Jessica? La chica que controlaron mentalmente no sé cuántos años?-

- Yup, Clint, Nat y yo tenemos un club con ella, con tarjetita de identificación y cuotas anuales, en serio.- Bucky acabó su pan y se sacudió las migas con cara inexpresiva.

- Barnes, ese hombre te está esperando a ti para empezar a vivir. Mira su cara… se va a sentar en tu umbral y esperar hasta morirse si hace falta, pero es Steve Rogers, el tipo que es perseverancia forrada en un poco de carne. Porqué no quieres hacer feliz a ese pobre tipo, y de paso agarras un poco de felicidad tú también?-

- Considerando que a la mayoría de los miembros de mi club nos pones una mano encima románticamente y te la rompemos, creo que es el despropósito más grande que te oído en una vida de despropósitos.- dijo Bucky con severidad.- En mi época, a la gente que se metía en la vida personal de otra gente le decían chismosa.-

- En esta época les decimos terapeutas, es una profesión, me pagan con impuestos y todo.- Sam se recostó en la banca, brazos abiertos en el respaldo: Steve ya venía caminando de regreso, para deleite de la gente que comía su picnic por ahí.- Y follar no es todo.-

Bucky le echó una mirada ácida y disgustada, pero Steve ya llegaba, manos vacías y sonrisa amplia.

- Oye, Rogers. Verdad que follar no es todo? Tú dí que sí, nada más, no preguntes.-

- Como esa frase es una verdad como un templo, diré que sí, pero opino que es sumamente agradable con alguien que ames. Yo personalmente no tendría ninguna objeción. Bucky, no te atores. Te comiste ese sándwich sin agua? Vamos a comprar una botella de bebida ahora mismo…-

 

******************

 

- Te paralizaste.-

La voz de Matt no era acusadora, aunque tenía ese reborde de abogado que no admitía réplica. Natasha, que al regreso de Montauk lo había ido a dejar, bastante maltrecho, a su apartamento y a las pacientes manos de Foggy Nelson para alimentarlo y acostarlo, había regresado a los dos días, y revolvía con paciencia una olla de goulash en la diminuta cocina. Estaban solos: Foggy lo había dejado en sus manos para ir por más provisiones y una muda de ropa, y Jessica, a la que le daba alergia cuidar heridos ( ni a ella misma: en su caso se pegaba las heridas con pegamento de cianocrilato, se bebía media botella de whisky y se autodeclaraba curada) se había limitado en hacerle un par de encargos y traerle cosas de la oficina sin subir ni a decir hola.

Nat se había desconcertado un poco, pero continuó revolviendo mientras con la otra mano iba añadiendo verduras picadas. Llevaba un sweater rojo sumamente ajustado, una suave falda de terciopelo gris con aplicaciones en el borde y unos lindos botines negros con borlas sobre medias negras: con el pelo rizado en rulos anchos de inspiración sesentera y un collar muy decorado de perlas crema, Matt se había dado cuenta al verla entrar que estaba interpretando un papel. Había sido criada así: para ella era un esfuerzo consciente mantenerse auténtica, y la femenina y pizpireta chica cocinándole era una construcción, no mucho más falsa que si hubiera llegado con un bigote pegado. Cuando algo la incomodaba, Nat desaparecía tras sus disfraces: era sutil, pero si la conocías, era imposible no verlo.

Estaba incómoda pero se había forzado a venir a verlo, y Matt apreciaba eso.

- Probablemente soy muy pequeña para que Lecter haga un buen plato de mí. Pero no me apasiona la idea de acabar entrufada en sopa.- dijo ella con un mohín, tapando la olla y yendo a revisar en el horno cómo subía la masa de miga.

- Nunca te había visto dudar.- dijo Matt con calma, tendido en el sillón. Estaba bastante dopado, lo que podía culpar por el que le siguiera buscando cosquillas a la Black Widow, la cual había tomado un cuchillo para picar chocolate: pero aunque había tensión en su espalda, ella habló con burla ligera.

- No creo que nunca me hayas “ visto” hacer nada…-

- Natasha, corta ya el fingimiento. Pudiste haberlo agarrado. Se les escapó. Va a matar de nuevo, seguro. Porqué lo dejaste escapar?-

- No lo dejé escapar.- dijo ella con firmeza, poniendo el chocolate a derretir.

- Te paraste en el borde del claro.-

- Matt.- dijo ella suavemente.- Basta.-

- Barnes no se detuvo, pero tú ibas más adelante. Pudiste haberlo tacleado. Media docena de superhéroes esa noche, y se nos escapó ese asesino!- exclamó Matt, dando un manotón al borde del sillón. Nat guardó silencio, sacando el chocolate para bañar unas galletas que ya había colocado en una fuente. Hubo un silencio, y luego ella llevó las galletas y las puso al alcance del inválido.
Matt se metió una en la boca y la masticó lentamente, antes de volverse a ella.

- Le tienes miedo.-

- No. No es eso.- dijo Nat, y se abrazó a sí misma, levantándose para ir al ventanal que de día, sólo mostraba las callejuelas detrás del edificio. – No siempre. Pero en ese momento…- bufó, y de repente fue la Nat real, la que una vez Matt había amado.- Llámalo superstición. Pero lo miré a la cara, y supe que si nos enfrentábamos, uno de los dos iba a morir. Lo supe tan claramente, y no quería matarlo delante de Will Graham y no quiero… no se me antoja morir justo ahora.-

- Te gusta ser un Avenger, verdad?- dijo Matt, y había algo frío en su voz. Nat lo miró por sobre el hombro, y de nuevo era un disfraz, sofisticado y duro.

- Los dos sabemos que no lo soy, sólo finjo que lo soy, pero qué quieres, las boy bands pasaron de moda en los 90, es mal visto no tener una chica en el grupo.-

- Te importa mucho lo que Will Graham piense de ti? Qué vas a hacer cuando el Capitán América entienda a cabalidad lo que eres un día de estos y te saque a patadas, Nat? No te cansas de engañar…?-

- Matt, cuidado con lo que vas a decir. No soy Elektra. Nunca te mentí.- dijo ella secamente.

Él se recostó en el sillón y había frustración en su cuerpo herido.- Me mentiste haciéndome creer que compartías mis sueños. Que algún día querías dejar todo atrás, y empezar de nuevo en paz como una persona normal…-

- Comparto tus sueños, Matt.- dijo ella, y su voz era puro hielo.- Pero pensé que te había dado cuenta que no son nada más que sueños.-

- Lárgate.- gruñó él, apartando la cara. Nat se quitó el delantalito que llevaba encima con parsimonia, y tomó su bolso, dejando la comida lista sobre la cocina.

- Steve te llamará para que ayudes con el arraigo cuando atrapen al asesino. Cúrate pronto, te tardas tanto.- dijo ella, saliendo un deje de burla en su voz. Cuando la puerta de cerró tras ella, Matt le dio un puñetazo al brazo de su sofá y maldijo furiosamente, el rostro contraído de dolor.

 

***************************************

 

- Comparte las salchichas, no seas así!!- suplicó Clint mientras los perros de Will se peleaban por las tiras de embutidos. Will había abierto la puerta al oír el escándalo, y aunque un poco ojeroso, se veía bien: pero a la semana siguiente de la debacle, con Bruce de pie nerviosamente en el porche de la casa de Wolf Trap, sólo Winston atragantándose con una cadena de vienesas más largas que él podía romper el hielo, lo que acabó con los tres salvando al perro de ahogarse. Clint sacó un cuchillo para picar los embutidos, discutiendo con los animales para quitárselos y devolvérselos en trozos masticables, y Bruce y Will acabaron lavándose manos llenas de baba en la llave de agua del jardín, lado a lado.

- Perdona por venir sin avisar.- dijo Bruce tras una pausa.- Sé que no te gustan las visitas inesperadas, pero… estaba preocupado. No me gustó cómo nos separamos.-

Will tuvo la decencia de verse avergonzado. Asintió, mordiéndose los labios, antes de echar una mirada al jeep aparcado en su entrada y a Bruce.

- Quieren entrar? Hace un frío de mierda, y tengo sopa, café y whisky…-

- Tony insistió en mandarte unas cosas, también.- dijo Bruce, rascándose el mentón que tenía la misma peludez salvaje de dos días incontenible de Will.-Y Steve te mandó las carpetas del caso, pero si no quieres verlas…-

- Baja todo eso. Asumo que te quedas hoy? Va a llover fuerte.-

- Si me invitas? Clint tiene que volver, pero…-

- Yo no vuelvo a ninguna parte, me quedo a vivir acá, me jubilo ahora mismo.- dijo Clint debajo de tres perros que lo mordisqueaban jugando.

- No se coman al superhéroe, chicos.- dijo Will con una sonrisa.

 

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Clint se puso a descargar y guardar Algunas Cosas ( marca Stark) del jeep ( cobertor eléctrico, mini AI para la cocina, juguete de perro hipertecnificado que vigilaba hasta sus niveles de azúcar, cajas de comida gourmet de humano y canino, una cafetera que te leía las noticias mientras hacía frapuccinos…) y Will desplegó las carpetas que Sam Wilson se robara fotocopiadas y ordenó las notas en la mesa de la cocina, la madera marcada de uñas de perro. Bruce había bajado su bolsito de viaje y se había sentado en la poltrona más cercana mirándolo con curiosidad, pero Will no levantó la vista, sus ojos entrecerrados en las hojas.

- Son cuatro opciones, si somos lógicos. Y sólo tres son veteranos ellos mismos: necesitas fuerza, y tamaño para hacer lo que hacen. No debe haber sido fácil subyugar a Eiling. Dos estuvieron en Vietnam, y uno en Afganistán.-

- Los van a seguir a los cuatro, y esperamos agarrarlos con las manos en la masa. Pero si quieres decirme cuál crees que es más probable…?-

- A ése le ponen a Natasha Romanov?-

Bruce rió, antes de mirarse las manos, los codos en las rodillas.- No sabía si querrías… verme, después de que ella revelara que soy… bueno, lo que soy.-

Will golpeó los nudillos despacio en la mesa, una docena de hojas impresas entre sus dedos, y me mordió los labios, antes de mirarlo de reojo con un leve tartamudeo.- Cómo?-

- Bueno, aparentemente la radiación se condensa en masa en un punto en el espacio, el que eclosiona…-

- No te estoy preguntando cómo lo haces. Estoy preguntando… cómo lo controlas. Barton dijo que todas las emociones fuertes…-

Bruce enarcó las cejas, antes de cruzarse de brazos con un gesto miserable.- Ah, sí. Eso. Por eso, yo…-

La mueca de ambos fue idéntica. Will meneó la cabeza y volvió a las hojas con el historial de los terapeutas, algo de humor en su cara.

- Qué?-

- A los dos nos persigue un monstruo prendido a la ropa, te das cuenta?-

- Y a los dos se nos da igual de mal controlarlo?- Will se sentó en el brazo del sillón, y le alargó a tres de los cuatro terapeutas, reteniendo la última hoja.- Porque lo controlas, verdad?-

- Generalmente.-

- Eso es como decir que “ generalmente” controlas una bomba atómica.-

- O a un asesino caníbal?- soltó Bruce secamente, a lo que Will parpadeó y se quitó los lentes despacio.

- Whoa. Me merezco eso, supongo.- agregó, sosteniendo la última hoja.

- Qué pasó esa noche?- preguntó Bruce tras una pausa.- Qué es… cuál es tu relación con ese tipo, Will?- continuó, mirando el suelo.- No soy como tú, no me basta mirar a la gente para entender todo de golpe, no soy…-

- Si pudiera definirla, no existiría.- dijo Will secamente.- Y no creo que puedas entenderla, tú eres un científico.-

- Vivo con un dios nórdico que come pizzas como sándwich. Prueba.-

Will dejó la hoja sobre la maltratada mesa de centro se sentó a su lado al fin, el gastado sillón de cuero cediendo para dejarlos semi recostados a ambos. Bruce era más grueso que Will, y más ancho de hombros, pero eran exactamente de la misma estatura, y el científico notó de repente, que sus manos, y el tamaño de sus zapatos, eran como dos gotas de agua.

- A veces… sé cosas, como certezas, sin poder explicármelas. No se siente como algo paranormal. Es como a veces, cuando levantas la vista al cielo, y piensas “ azul” sin que haya ningún razonamiento detrás. Como cuando alargas la mano para atrapar algo que cae, no es consciente, pero… sabes que tiene que haber habido un pensamiento, pero no serías capaz de explicarlo. Sabía… sabía que Hannibal estaba ahí afuera. Y después entendí porqué supe que tenía que salir.-

- Porqué?-

- Porque sino él iba a entrar, y eso siempre acaba en sangre.-

- Will…-

- Si, los Avengers, y toda la tecnología que quieras, pero todos tienen yugular y ninguno es inmortal. Y tampoco sé cómo se sentirá cuando lo maten a él.-

- Qué es lo que quiere de ti?- dijo Bruce. Afuera empezaba a oscurecer, y en el silencio, los dos estaban muy quietos.

- Creo que ni él lo sabe. Me ha tenido en sus manos varias veces. Me ha herido otras. Creo que lo único que los dos sabemos es que nuestra conexión… antes de conocerte, creo que era la única persona ante quien quise mostrarme como soy, que me vio… que vio quién soy. No alguien, roto, enfermo… alguien como él.-

- Tú no eres como él.- dijo Bruce rápidamente.- Eso lo sé seguro.-

Will sonrió, sin humor.- Y si yo te dijera que sé seguro que soy un monstruo?-

- Te das cuenta a quién se lo estás diciendo, no?-

Will bufó, y recostado, se giró para hundir la frente en su hombro.- Sabes, es bueno que seas gay. No deberíamos pasarle estos genes jodidos a nadie, Bruce.-

Bruce rió con la misma amargura.- Considerando que no puedo, literalmente, con hombre, mujer o sandía, tú eres la única esperanza de nuestro apellido, hermanito.-

- Estamos fritos, entonces.- dijo Will con absoluto convencimiento, que hizo a Bruce al fin emitir un gorgorito ácido.- Bruce… siento lo que dije. Me alegro… me alegro de poder h-hablar contigo, me alegro… de haberte encontrado, a pesar de todo.-

- También yo, Will.- dijo Bruce volteando la cara hacia él, ahí apoyado con el mentón en su hombro. Los dos respiraron hondo, sus rostros pegados, y luego Bruce alargó una mano para tocar los rizos despeinados y besar su frente. Will se apegó más con un sonido de placer, y los dos se abrazaron, una extraña sensación de bienestar y calma dominándolos.

- Whoa, prometo no contarle nada a nadie pero se ven tan lindos…-

 

Will dio un respingo, pero Bruce solo habló por sobre su hombro.

 

- Lárgate, Barton.-

- Sólo digo que si te entusiasmas y acabas verde quiero que tu hermanito me herede esta casa y sus perritos, tomaré el mejor cuidado de ellos lo prometo, lo prometo…-Clint, en el umbral, fue a buscar la bolsa de comida de los animales, se aseguró de llenarles los bols de agua y luego agarró su chaqueta, antes de pararse junto a la pareja.- Ahora van a vivir así? Qué le digo a Tony cuando a su armadura le aparezcan cuernos pegados de plástico?-

- Quién le va a poner cuernos?-

- Yo por supuesto!- Clint tomó la hoja que Will aún sostenía en la mano.- Este es el ganador de tu concurso? Es éste el más probable?- dijo tomando la hoja.

- Es ése. Ustedes averiguen cómo.- dijo Will con total seguridad, devolviendo su mejilla al hombro de Bruce.- Gracias por la comida y las cosas que trajiste, Clint.-

- Les mandaré mensajes, para que sepan cómo vamos, si no es interrumpir.- dijo Clint, cuya sonrisa se ensanchaba más y más.- Si necesitan cualquier cosa me llaman… más datos… comida… lubricantes…-

- Largo!- exclamó Bruce, a lo que Clint se fue con un carcajada. Hubo una larga pausa, antes de que Will hablara.

- Ese hombre te quiere tanto que pararía una bala con la cabeza por ti.-

- Y yo a él.- dijo Bruce con un temblor en la voz. – Y yo a todos ellos, tanto, y ellos conviven con el monstruo y lo hacen parecer fácil. Con ellos me siento humano, Will, por primera vez en un década, y saber que Thor puede pararme si hace falta… es todo lo que podría querer.-

Will asintió, pero su rostro se había aflojado: sus ojos eran lejanos. Bruce lo miró largamente, sus labios casi en su frente.

- Es eso lo que crees que Hannibal consigue de ti?-

 

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20:40

 

“ por supuesto que me alegra saber que estás juntos y cuidados en la casa del escuadrón canino, pero hubiera preferido que Barton se quedara con un lanzallamas. Me encantaría ver que te transformes y le muestres a ese asesino si asoma la nariz exactamente cómo se hace un rollito primavera, pero sé que te traumatiza cuando Verdecito se pone en plan WWF…”

“ Yep, estoy vigilando a todo el mundo, esto es Sliver pero hasta ahora nadie está teniendo sexo vigoroso, es muy triste, si descuento que Thor pasó a una heladería… vieras lo que es capaz de hacerle a un litro de pistacho… nah, Jones siempre protesta pero siempre usa mis camaritas… yup, team Detectives está en cacería y team pesos pesados estamos detrás de llamada si algo se pone feo… a mí me toca cuidar el feo culo del cieguito, no te pongas celoso Brucey…”

 

******************************************

 

Cerca de medianoche, Bruce, que se había adormecido, despertó y encontró a Will preparando una cena tardía de huevos, ensalada de verduras calientes y picadillo de carne en su modesta cocina. Se había puesto a llover con furia, lo que demostraba lo diferente que era de New York, en donde estaba nevando: pero el ruido de la lluvia era realmente calmante, igual que el aspecto de la media docena de perritos durmiendo alrededor de la estufa, algunos con el lomo humeando vapor tranquilamente. Los dos sirvieron la comida en silencio, y ya tenían buena parte consumida cuando Bruce le alargó su teléfono a Will.

- Nat está siguiendo a Richard Grimes, tu sospechoso favorito. No ha salido de su casa en Queens. Clint está siguiendo a la chica, Jennifer Coldman, que está en una fiesta con unos amigos en Brooklyn. Jessica está siguiendo a Maxwell Goulding, el ex sargento de color: está en el Bronx, en casa de su madre. Y Matt Murdock está siguiendo a Leslie Norris, el tipo rico que hace trabajo social también, que está en un albergue en la quinta y Newton colaborando con una soup kitchen.-

-Y no pueden entrar e interrogarlos hasta tener evidencia y probable causa, no? No les envidio el trabajo, al menos el FBI me permite hacer esas cosas.- Will sopeó su picadillo con el pan, con pésimas maneras.

- Los Avengers tenemos un estatus bastante… complejo.- Bruce se bebió la sopa de la verdura pensativamente.- No somos policías, ni una verdadera fuerza de choque. La policía nos escucha, y técnicamente dependemos de su llamada para legitimar nuestras acciones, pero no tenemos más derecho a hacer arrestos que cualquier ciudadano. Una vez que nos equivoquemos e infrinjamos los derechos de un inocente, y se acabó. La opinión pública nos apoya, gracias a Tony y Steve principalmente, pero eso puede cambiar en cualquier momento.-

- Ese tipo es quien puede quebrarse en cualquier momento. Es un peligro público, sabes.- dijo Will, apartando las mondas del pan, seguro para los perros.

- Ya sé que Tony es un peligro público.- sonrió Bruce.

- No hablo de Stark. Ése tiene suficiente culpa encima para cometer errores, sí, pero sabe lo que está haciendo. Hablo de Rogers. – dijo Will, y juntó las manos, mirándolo fijamente.- No es como que una depresión clínica pasando a manía sea una cosa muy sutil. Si me preguntas a mí, yo lo pondría en suicide watch.-

- De verdad piensas eso?-

- De verdad sé eso. Te pregunto yo si de verdad existen los hoyos negros? Es mi trabajo.-

 

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00:25

 

“ Se está moviendo. Oh, vaya que se está moviendo. Y yo también. Estamos en una rave clandestina en la 42, y la música está fantástica…”

“ Se supone que estás vigilándola, no bailando con ella!”

“ Estoy bailando con su amiga, qué tan poco profesional crees que soy?!” ”

Bruce rodó los ojos, mientras Will emitía una risita, encogiéndose de hombros.

- Deja que se divierta. No es ella.-

- Tenía los mismos pacientes, y hay mujeres que poseen muchísima fuerza, no podemos descartarla.-

- No es ella.- dijo Will, antes de apuntar a la carpeta con el meñique, un vaso de whisky negligentemente sujeto con los demás dedos.- Está tratando de dejar su adicción a las benzodiacepinas para inseminarse y tener el hijo que quiere, probablemente con un amante ocasional que es más barato…- le mostró las palmas a Bruce.- Pero no es una asesina. Si Barton tiene ganas de procrear, por otro lado…-

- Cómo deduces todo eso de un archivo…?-

Will ensanchó su sonrisa, antes de beberse todo el vaso y mirarlo de reojo.- no estoy suficientemente ebrio como para explicarte… más tarde tratamos eso y tú me explicas cómo te pones grande y color arveja…-

 

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01:18

“ Me trepé a su escalera de incendios, y está durmiendo. En su living. En el sillón. Con una olla de sopa coagulándose en el suelo, una botella de cerveza de litro abrazada y la tele a todo lo que da con un rerun de las Golden Girls. Estoy empezando a pensar que hay trabajos peores y menos alegres que el mío, saben”

“ Al menos tu tienes tu cardio relajante de romperle las narices a los perps, Matt”

“Ajá.”

- Ser psicólogo es la peor profesión, es como ser limpiador de desagües. La gente que tiene el albañal limpio y bonito nunca va a verte, los que te llaman son los que tienen la mierda al cuello…- dijo Will cruzado de brazos. Bruce, que atendía al Starkpad en el que Matt Murdock les daba su reporte, asintió tristemente.

- Sam Wilson nos ha explicado lo horrible que es.

- Hannibal era un excelente psicólogo. Era el tipo de persona que te hace hablar sin que te des cuenta.- dijo Will, el vaso contra la mejilla. Claramente empezaba a estar ebrio, porque le sonrió a Bruce sin notar de que sonaba nostálgico.- Tú también serías un buen psicólogo, Bruce…-

- No tú también.- dijo Bruce frotándose el entrecejo cansado.

- Cuando un psicólogo es bueno, por un rato vuelves a ser niño. Le explicas todo lo que te pasa y lo dejas que te lo explique de vuelta. Por esa hora, no te sientes responsable de tu vida… es como desarmar un motor defectuoso y mostrárselo al especialista. Él te dirá que hacer: por un rato al menos no es todo tu responsabilidad…-

- Te sentías bien con él?- dijo Bruce en un susurro. Will asintió, los labios apretados, de pronto los ojos muy tristes.

- Quieres saber algo terrible?-

- mmm?-

- Aún me siento bien con él. Sé todo lo que ha hecho y… cuando está conmigo, no tengo miedo de sonar… anormal. Toda mi vida he sabido que estoy loco y merezco que me encierren. Me paso la vida fingiendo, para que la gente no se dé cuenta demasiado descaradamente de lo … anormal que soy. Y con él… con él, no tenía que fingir.- acabó, la frente contra su vaso, que luego se empinó de golpe. Hubo una pausa larga con el fuego crepitando, y Bruce tomó el vaso de Will, vacío, dejándolo a un lado. Era un vaso de cristal cortado con tintes ámbar en el fondo, un objeto de belleza que pesaba lo mismo que una olla de hierro, y que parecía muy fuera de lugar en la desordenada casa. Luego, tomó su mano, y entrelazó sus dedos, oprimiendo la mano áspera de Will en la suya más suave.

- Ahora me tienes a mí. Y te prometo que no dejaré que nadie te encierre, Will, ni que ese desgraciado te ponga las manos encima de nuevo.-

 

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01:58

 

“ No es por dudar de las opiniones de tu hermanito prodigio, Banner, pero este tipo tiene unas actitudes bien sospechosas. Primero se compró media ferretería, y ha estado en su casita martilleado toda la noche… quién hace bricolaje a esta hora?”

“ Gente que tiene horarios muy extensos?”

“ Gente que no está bien del techo, esa gente” dijo Jessica, antes de que se oyera movimiento.” Oigan, va saliendo. A esta hora? Y lleva unas bolsas enormes. Voy detrás suyo… estamos bajando por la cuarta hacia el río…”

“ Pudiste ver que hay en las bolsas?”

“ No alcanzo a ver… las está descargando frente a un porche en la zona baja… qué está haciendo este desgraciado… maldita sea, tengo un segundo para chequear que son antes de que lo pierda…!”

“ Jessica, ten cuidado, puede ser una bomba!”

“ … es ropa. Y un laptop. Y frazadas… chicos, estamos frente a un refugio para desposeídos”

“ El tipo anda donando ropa y su computador a las dos de la mañana?” dijo Bruce confundido.

“ Miss Jones” interrumpió Will.” No lo pierda, el tipo se va a suicidar”

“ Oh, maldita sea!”

Los esperaron ansiosamente las noticias de Jessica, a la que oían acelerando y maldiciendo semáforos, los dos tensos como si oyeran un partido de basket, esperando oír la voz de ella: pero luego oyeron un portazo, el jadeo de ella corriendo y una colorida maldición.

“ Se va a tirar al East River! MALDITO IMBÉCIL NO HAGAS ESO!”

Bruce se llevó las palmas a los ojos cuando oyeron el chapoteo: pero luego Will se llevó las manos a la boca porque había oído el ruido del aire rápido, y luego, un segundo chapoteo.

“ MISS JONES, NO!”

Interferencia, y silencio. O el golpe, porque era una caída de veinticinco metros, había roto el micrófono satelital, o se había soltado de la ropa de Jessica e iba directo al fondo. No que ella y su vigilado no fueran camino al fondo también probablemente, porque el río tenía fuerza suficiente para activar dos hidroeléctricas y desembocaba en el mar con auténtica furia.

“ Hermanos míos, tranquilos” resonó la voz de Thor desde otro comunicador.” Yo soy el back up asignado a la valiente Miss Jones, y estoy llegando al río, ella me llamó mientras estaba en persecución… la he de encontrar aunque tenga que dragar este mar… “

- A Jessica. Mujer de pelo negro, vestida de negro, en un río negro en una noche negra.- ladró Bruce, poniéndose de pie y caminando bruscamente por el livingcito.

- No me rompas la casa.- dijo Will desde su asiento, los labios apoyados en las manos entrelazadas.

- Jessica, por Dios…- gimió Bruce, mesándose el cabello. Una pausa que parecía eterna, y entonces la voz de Thor serena, aunque oían a alguien toser detrás.

“ Tengo a nuestro depresivo profesional y a la valiente Miss Jones en la ribera. El joven se encuentra en buen estado, pero Miss Jones no me responde.- musitó, y Will cerró los ojos, maldiciendo, mientras oían a Thor haciendo masaje cardiaco y respiración artificial. Había sido un buen estudiante de Bruce cuando todos aprendieron, pero empezaban a perder las esperanzas cuando hubo una tos, un gemido, y lo que parecía un chisporroteo.

“ Por el amor de Dios, la has electrocutado!” exclamó el empapado y desconcertado terapeuta.

“ Tu discreción deja mucho que desear…” musitó Thor, al mismo tiempo que oían sirenas en la distancia. Oyendo a Jessica toser y maldecir a todos incluidos en río, Will desplegó su sonrisa con un gesto de victoria, pero Bruce había fruncido el ceño.

- Thor, estás bien?-

“ La que casi se ahoga soy yo, Banner, cómo eres… LA MADRE QUE TE PARIÓ! THOR! BANNER, El ALIEN TIENE UN PARACHOQUES COMPLETO ENTERRADO EN LA ESPALDA!”

“ Es sólo metal, me curo rápido….” La tos húmeda de Thor espantó a Bruce, pero siguió hablando.” Había un pedazo de metal en la corriente… lo vi muy tarde para esquivarlo y la habría decapitado si no lo paro yo…”

“ Por favor no te mueras, He-Man… BANNER! HAZ ALGO! Tú, desgraciado problemático hijo de puta, hazle señas a las ambulancias YA!”

Will y Bruce se quedaron pegados al teléfono hasta que oyeron el ruido familiar de unos repulsores, y en medio del caos tuvieron imágenes tomadas por Tony de Thor, boca abajo en una camilla, con suero y cubierto con mantas de choque, subido a un helicóptero con un pedazo de metal que salía de su espalda semejando a un ala: a Jessica, muy pálida y cansada pero de pie siendo abrazada contra su voluntad por Steve, que insistió en llevarla al hospital para que la revisaran: y Tony, que tras unos comentarios ácidos dejó al pobre terapeuta en las manos del grupo psicológico de sus colegas en vigilancia antisuicidio. Jessica había intentado sacudirlo para que les hablara de los asesinatos, pero antes de que lo agarrara, el tipo habló, temblando en su manta de shock:

-… sé que no me van a creer… pero… creo que uno de mis compañeros… está matando a mis pacientes…!- gimió. Tony se levantó la visera, y Jessica, aún en brazos de Steve, trató de acercarse más.

- Te creemos. Cómo sabes eso? Cómo no dijiste antes? Y por Dios, porqué te has tirado al maldito río?-

- Se llama Richard Grimes. Traté de hablar con él ayer. Le dije… que sabía. Que tenía que parar. Amenazó a mi familia… dejé un correo… programado para que se mande hoy temprano… lo grabé… hay un audio, pero el va a saber que fui yo… - su cara se deformó en llanto.- Sabía que me haría cosas horribles… no quería… -

- Para que no te matara, decidiste hacerle el favor?- dijo Tony confuso.

El tipo se echó a sollozar y el equipo se lo llevó al hospital, Steve siguiéndolos con Jessica herida en la van de Tony. Pero antes de elevarse tras ellos, Tony se detuvo mirando el río, la mano en su intercomunicador en la oreja.

“ Oyeron eso, hermanitos Banner? El tipo sabe que está descubierto. Nat no se ha comunicado? Saben algo?”

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- Y resulta que tenías razón, Nat no contesta, Jessica tiene los pulmones llenos de agua, Thor metal encajado en una vértebra, y Steve está que se sube por las paredes. Bucky es el back up de Nat y tampoco contesta. Maldita sea… sabes, casi te envidio. Me encantaría estar ebrio.-

- Me falta la mitad de esa botella para estar realmente ebrio.- dijo Will, extendido en la cama de espaldas, Winston a los pies durmiendo panza arriba, mientras Bruce seguía paseándose en el pasillo. Iban a ser las tres, y aún no tenían noticias de la última pesquisa, aunque Clint, Matt y toda la tecnología de Tony los estaba buscando.-Ven a echarte aquí conmigo. Duermo mucho mejor cuando estás.-

- Dudo que pueda dormir, honestamente. Estoy demasiado ansioso…- confesó Bruce, pero se sentó a su lado en la cama.

- Por eso bebo.- enfatizó Will.

- No deberías beber mucho. Nuestra familia tiene una pésima historia con el alcohol. Mi padre…- Bruce se mordió el labio.- No, la bebida no es excusa. Pero cuando bebía, era todavía más violento. –

- Te golpeaba?- dijo Will, y su voz era tranquila, clínica. Había rodado para estar de costado, y cuando Bruce se recostó a su lado, apoyó la cabeza en su brazo.

- A mí, y a mi madre. Nuestro padre no era un buen hombre. Era un hombre… furioso.- agregó, en voz baja.- Por favor no hagas todos los análisis obvios sobre de dónde viene Hulk. Ya he oído suficiente psicología al respecto.-

- No diré nada.- Will miró al techo, y cerró los ojos.- No estoy muy sorprendido, la verdad.-

- Él mató a mi madre.- susurró Bruce. Will lo miró a los ojos, y en un impulso que lo sorprendió, lo abrazó, los dos acurrucados en las mantas de lana de la cama de Will, el corazón de Bruce latiendo contra su rostro. Will inhaló el sweater de cachemira, la esencia calmante, y se preguntó porqué ese hombre, tan calmo y tímido, que albergaba un monstruo, le daba tal sensación de paz: era sólo la sangre reconociendo sangre, o había algo más?

- Will?- susurró Bruce, apoyando en mentón en su pelo.- Sé que esto puede parecer muy extraño, pero… me siento bien cuando estás conmigo.-

- Tú me haces pensar que hay un futuro.- dijo Will despacio, arrastrando algo las palabras: aún tenía whisky en el cuerpo.- Bruce, dijo Barton que no puedes… hacer nada. Que no puedes tener sexo. Nunca has hecho nada con Tony Stark?-

- Besarnos es lo más que puedo tolerar. Cuando me empiezo a entusiasmar, siendo a Hulk removerse… siento, es como un zumbido en mi cabeza. No puedo arriesgarme. No puedo ponerlo en peligro.- murmuró Bruce.- Pero, lo quiero…-

- He visto cómo lo miras.- dijo Will despacio. – Es muy parecido a como miraba yo a Hannibal al comienzo.-

- Ah?-

- Sí. Una mezcla de “ Porqué este tipo es tan bueno conmigo?” y “ Este tipo es demasiado bueno para ser cierto, dónde está el gato encerrado?”-

Bruce rió, lentamente.- Sé que no durará. A pesar de sus juramentos de amor y fidelidad, Tony es… bastante veleta. Sé que no se va a satisfacer toda la vida con besos y promesas. Pero… es dulce, mientras dure.- dijo al fin, la voz entristecida. A su lado, Will se apoyó en el codo.

- Pero conmigo… te sentí, Bruce. Estabas reaccionando y no pasaba nada malo.-

- No lo sé y no voy a arriesgar tu casa para probar.- dijo Bruce con voz que quería ser severa, pero era un suspiro.

- Déjame tratar.- dijo Will despacio, los ojos entrecerrados. La mirada dudosa de Bruce elevó ambas cejas.- Oye, cuánta confianza. Si algo te alarma, paramos, pero aunque rompas la pared, al otro lado sólo hay bosque en kilómetros, y yo…- agregó, su mano sobre el corazón de Bruce.

- Tú qué?-

- No me gusta que me toquen. No me gusta… el contacto. Desde antes de Hannibal, pero de él… era el único que se sentía bien. No sé si has oído el término de “ hambre de tacto”?-

- Will…-

- No ha habido nadie que deseara tocar, hasta ti.- dijo Will en voz muy baja, y apoyó la frente en su pecho, con Bruce yendo a acariciarle el pelo inmediatamente. Hubo una pausa, los dos oyendo sus respiraciones, y entonces Will se abalanzó como un niño a una golosina, acomodándose con torpeza en codos y rodillas encima de Bruce para besarlo, en un brusco, torpe encuentro de bocas carnosas. No fue torpe por mucho tiempo: Bruce sujetó la cabeza de Will, y era claro que aunque se lo negara tanto, Bruce Banner sabía besar, con una succión continua, un roce íntimo, el encuentro de lenguas y labios que se parecía más a devorar una fruta madura y ansiada que a una simple caricia. Will reaccionó al beso con un profundo suspiro de alivio, pero reaccionó con un sobresalto y un auténtico gemido de placer cuando las manos de Bruce dejaron sus sienes para meterse entre la camiseta y su carne y acariciar con firmeza su cintura y espalda. Habían cicatrices bajo sus manos, pero Bruce las ignoró mientras Wil enterraba la cara en su cuello y dejaba todo su peso sobre él.

- Cómo te sientes?- dijo Will, y los dos emitieron una risa bajo su aliento, porque sonaba como un parodia a la típica pregunta de un psicólogo.- Sobre esto? Asustado? Inquieto? Irritable?-

- Hambriento.- dijo Bruce con sinceridad, la expresión oscurecida. Will asintió, y retrocediendo un poco, alineó sus caderas, dejando una pierna entre las de Bruce, y apoyándose con los nudillos en la cama, se balanceó, friccionando sus entrepiernas juntas.

Aún a través de la ropa, el efecto fue eléctrico. Will emitió un sonido de alivio al sentir su sexo erguirse en respuesta, algo que no había tenido en mucho tiempo: pero Bruce se arqueó con un grito en su exhalación, estremeciéndose, sus rodillas temblando. En respuesta a Will, el profiler podía sentir claramente algo duro y persistente contra su pene, y aún envueltos en la tela, los latidos y el calor de ambos aumentaron la sensación, la fricción excitante cuando Will volvió a moverse, sus manos ahora en el pecho de Bruce.

Con los labios entreabiertos, los dedos engarfiados en la manta, Bruce clavó los talones en la cama y alzó las caderas en respuesta, buscando en un gesto lujurioso y antiguo como el tiempo más placer para su pene. Su rostro estaba enrojecido, nada verde, y aunque se mordiera el labio para acallar más gemidos, el modo en que se empujaba contra Will, ofreciéndose así, era completamente claro.

Sus ojos se encontraron, y Will se permitió una sonrisa: sus pupilas estaban dilatadas y el deseo era claro en su cara, pero nada comparado con la cara de Bruce y la desesperada necesidad de su expresión.

- Ssh, te tengo… susurró Will, besándolo: Pero Bruce tomó control de su beso, devorándolo, y lo hizo sentir sus manos, sin mucha sutileza, apartando ropa como si fuera un enemigo personal, hasta que los dedos suaves de científico de Bruce estuvieron entre sus piernas, envolviéndolo con habilidad. Will fue quien gritó ahora cuando la fricción de los dedos de Bruce en su pene tumefacto fue brusca, casi ruda, pero endemoniadamente placentera: y movió las caderas con la misma necesidad primal mientras se estiraba buscando torpemente lubricante en el velador, un tubo casi olvidado, y se las arreglaba para meter esa mano en los slacks de Bruce, encontrándose algo que realmente no le hacía justicia al aspecto tímido y discreto del científico.

Hacía muchísimos años que Will no tenía a un hombre dentro suyo. Décadas. Por primera vez en mucho tiempo. Will tuvo ganas de eso al ver a Bruce arquearse en la cama y gemir desesperado, el enorme pene en su mano dando un sacudón húmedo al borde de eyacular.

- Will!- gimió Bruce, y aunque había un reborde verde en sus ojos, Will no sintió ningún miedo, sólo excitación. Jadeó, los labios apretados, obligándose a mantener la vista en el rostro de Bruce aún mientras el placer que sentía a los movimientos de la mano de Bruce entre sus piernas creaban olas de fuego. Le tomó un esfuerzo de voluntad detener esa deliciosa fricción mutua para moverse, sacar los slacks de Bruce del camino y quitarse de un tirón jeans y ropa interior: pero el sonido de deleite de Bruce cuando volvió a tenderse encima suyo desnudo y sus penes se frotaron alineados era todo lo que se podía pedir. Había calor, e intimidad, y Will se sintió increíblemente seguro mientras se movía, dando rienda suelta a un deseo feral y sombrío pero extrañamente travieso al mover las caderas con abandono, dejando hilos de semen escapándosele en gotas en el vientre de Bruce: y cuando hundió los dedos en el espeso vello de su pecho y tironeó sus pezones, Bruce clavó en él esa mirada verde y oprimió los penes de ambos contra su vientre con la palma, mientras su otra mano iba a sus nalgas y sin pedir permiso ni avisar hundía un dedo lubricado tan hondo como podía, y luego otro.

Atrapado entre esta doble estimulación, Will echó la cabeza atrás, apoyándose en una mano, los talones, para moverse con más furia, esa conflagración entre sus piernas llegándole al cerebro. No se había imaginado nunca como un ser tan sexual: ni siquiera recordaba en su adolescencia haber sentido un placer tan poderoso, tan embriagante. Vagamente se preguntó si a eso se referían en que la base del amor era la confianza, el saber que estás a salvo y eres deseado: pero parecía ser la desesperada necesidad de Bruce lo que lo excitaba al límite, y eso después de todo no era raro: era un émpata.

Por Dios, estaba disfrutando tanto que no quería que nunca se acabara, pero sabía que el aguante de ambos tenía un límite. Los dedos de Bruce alcanzaron su próstata, y la fricción en ambos sitios se volvió insoportablemente deliciosa. Agarrándose de los hombros de Bruce, arqueándose adelante, Will se dejó llevar en un orgasmo tan poderoso que olvidó quién era, dónde estaba, qué cara tenía mientras se derramaba interminablemente sobre su vientre y su pecho, clavando las uñas en su carne, gimiendo con la boca abierta. Aún mientras chorreaba y su recto se tensaba apretando esos dedos Bruce llevó una mano a sus rizos y lo atrajo a él, abrazándolo estrechamente sin importarle la humedad, y Will se le aferró con manos y piernas drogado en su éxtasis mientras Bruce gruñía como un animal, y con los dedos enterrados en su pelo, se arqueaba y sacudía, hasta que una segunda oleada de calor los empapó y su otra mano, dedos dentro de Will aún, lo presionó contra sí tan fuerte que Will pudo sentir cada latido y sacudón del pene de Bruce contra su ombligo casi como si lo tuviera adentro. Deseaba eso, diablos. Sí, lo deseaba: y mordió una vena oscurecida en el cuello de Bruce, hinchada y verdosa, que cuando el placer acabó volvió a su tono normal, aunque todo su cuerpo temblaba y estaba mojado de sudor y enrojecido…

- Y no te transformaste.- dijo Will con un susurro triunfante. Bruce, que parecía perdido aún, abrió ojos muy castaños y confusos.- Si ésas no son fuertes emociones, no sé qué más podrían ser…-

Bruce emitió un gemido y hundió el rostro en su cuello: sus jadeos se transformaron en un llanto bajo, aliviado, anonadado, exhausto. Will aún lo abrazaba, y su sudor empezaba a secarse aunque el relajo del placer aún no se iba, cuando a las 6:10 sonó el comunicador. Era Bucky.

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