...that gossamer thread

Jessica Jones (TV)
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Summary
La locura y el genio van de la mano, pero nunca tan cerca como en la sangre de Bruce Banner y Will Graham. Una conexión inesperada los encontrará uniendo fuerzas y sus mundos colisionando mientras un asesino en serie deja un rastro de sangre en los rascacielos de Nueva York...
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The Bed Of Bruce Banner

- Honestamente, fue el hecho de que me comiera a tu cuñado, aunque fuera totalmente a priori, o es otro motivo por el que te ha dado un ataque de idiotez? Porque prefiero que te pongas verde de una vez, a Verdecito lo calmo con pasteles, a ti no hay cómo calmarte…- Tony se metió en la sala del apartamentito de Bruce Banner en la Torre, de la cual después de todo era el dueño. El sereno apartamento, con sus muebles de bambú habría estado a oscuras, porque ya había atardecido: pero las luces de la ciudad y una luna enorme y blanca se colaba por las cortinas de simple algodón blanco, tendidas a lo largo en los enormes ventanales, que le daban algo exótico al frío rascacielos. Habían alfombritas en el suelo, y un estante de frágil madera de naufragio, pero Bruce no estaba arrellenando en sus habituales sillones de ratán, envuelto en afganas lo más suaves y cálidas posibles: estaba afuera en el balcón, mirando el vacío, y ciertmente Tony hubiera preferido sus verdes ojos de ira a unos tan tristes.

- Dónde está Will?-

- Clint y Nat están con él.-

- Van a seguir interrogándolo sobre ese asesino?!-

- Cuando me vine lo estaban llenando de alcohol y galletas, francamente.-

Bruce hizo un sonido de alivio y exasperación mezcladas, echando la cabeza atrás: y Tony fue a su lado, aprovechando de hundir los dedos en los espesos rizos despeinados.

- Hey. Mé vas a decir a qué vino la huida? Te ofendió mi yo veinteañero? Si te sirve de algo, tenía más coca adentro que los rinocerontes de Pablo Escobar.-

- Me horroriza que hayas estado tan alocado y sin vigilancia a esa edad. Te podría haber ocurrido tanto…-

- Sí, bueno, siempre pensé que era un milagro que me salvara de una sobredosis letal, el HIV o un accidente de auto. No tenía idea que había estado así de cerca de convertirme en un salchichas.-

- Tony… - Bruce inspiró por la nariz, y al fin lo miró. Estaban lado a lado, casi se tocaban sus hombros.

- Hm?-

- Cómo puedes soportar esto?-

- Eh, qué cosa? Tener al Brady Bunch de superhéroes en casa, este chaleco de Galliano, vivir con un rostro tan devastador como éste…?-

- Una relación conmigo. Una relación…- Bruce se mordió los labios.- … con alguien que no puede darte lo que necesitas.-

Tony hizo una sonrisa que era una mueca llena de dientes.- Y de dónde sacas esa idea, Banner?-

- No me digas que te emocionaste contando tu encuentro con Lecter. Vi tu entusiasmo, tu humor, y … no sé si soy el indicado para esto, Tony.- dijo Bruce, meneando la cabeza, un tartamudeo en su voz. Alejándose de él, su paso inseguro, volvió a la sala, y se sentó en el sofá, los brazos cruzados. Era un gesto que en la mayoría parecía amenazante, pero en Bruce siempre daba la patética impresión de estarse abrazando a sí mismo.

Tony se paró a unos metros, su figura segura de sí misma muy enhiesta, y extendiendo una mano encendió un lámpara de toque que decoraba la esquina.

- Cómo pasamos de si yo puedo soportar esto, a que tú no eres el indicado?- Tony se metió las manos en los bolsillos.- Explícate, puedes explicar supernovas e índices orwellianos, explícame esto. Pensé que tú y yo estábamos perfectamente. O no estás contento?-

Bruce le echó una mirada sombría.- Tú sabes que estoy perfectamente feliz.-

- Sí, se te nota la alegría, si la derrochas, Banner.-

- Tony, tengo un hogar, mi ciencia, un propósito, amigos y alguien a quien amo. Por supuesto que tengo más de nunca más de lo que nunca me atreví a soñar.-

- Entonces?-

- Esto es sobre ti!- estalló Bruce, abriendo los brazos en un gesto exasperado.- Te pones a hablar de un encuentro sexual de hace casi veinte años y lo haces sonar como una porno cinco estrellas! Está claro que una relación sin sexo no es para ti?-

Tony, que había parpadeado a la explosión, se lamió los labios, y dejándose caer en el sillón de enfrente, extendió ls piernas y entrelazó los dedos sobre su cinturón.- Y cuál es tu corolario, Doctor Banner?-

- Que obviamente no eres feliz conmigo.- murmuró Bruce, bajando la vista a un cojín que se había puesto en el regazo en una vaga metáfora de protección.-

 

- Bruce.- dijo Tony con un suspiro.- Mírame a la cara.-

Hubo un largo suspiro, pero si los ojos pardos de Bruce eran temerosos, los de Tony era color chocolate, cálido, decidido.

- Eres la única persona en el mundo que habla mi idioma. Que me entiende. Que me hace feliz. Me he pasado la vida esperando encontrar a alguien que a quien querer yo, que me quiera de regreso. Contigo a mi lado, he tenido los días más felices de mi vida.- acabó.- Y si entre todo lo que me das, no puedes darme sexo por temor a Verdecito, aunque ya te he dicho que mí podemos tratar hasta que te sientas seguro, estoy perfectamente feliz con seguir así hasta que nos muramos.-

- Tony, eres un playboy!-

- Era. Y el mismo hecho de que lo fuera debería decirte que ya me follé todo lo que quise, cuanto quise y en los ángulos que quise, hasta agotar stock, por lo que francamente, tengo muy claro que la felicidad no significa diecisiete orgasmos en un día.-

- Eso es lo más… 17? En serio? Cómo no te dio un paro?-

- Tenía veinte años, y tenía muchas ganitas y mucha coca…-

- Tony, si… prefieres que volvamos a ser amigos simplemente, o si quieres… si quieres…-

Tony se levantó, fue hasta Bruce, puso ambas manos en los brazos del sillón de ratán y apoyó sus labios en los de Bruce en un beso inmenso, poderoso, que invadía todo un cartón se empapa en el agua. Cuando lo soltó, Bruce ya no balbuceaba.

- Eh…- dijo Bruce, lamiéndose los labios y parpadeando lento.

- Decías?-

-… no tengo carajos idea de qué estábamos hablando.-

Tony hizo un gesto de triunfo satisfecho y le pellizcó la nariz.

- Ay!-

- Mandaré a ChibiBanner a acostarse, espero que no lo hayan dejado como un pescado esos desaprensivos. Buenas noches, amor mío.- dijo Tony, yéndose con un paso bastante alegre. Bruce parpadeó un poco más, pero luego se lanzó detrás, y lo detuvo en la puerta, sujetándolo el brazo y de una solapa con cierta indecisión.

- Tony… si alguna vez necesitas… con alguien más, puedo entender… lo que te haga feliz, poly o… alguien…-

- Bullshit, Banner.- dijo Tony, arqueando una ceja.- Te narré cómo me follé a alguien hace 20 putos años y casi te da un aneurisma de rabia! Me has dejado muy claro que la poligamia no es lo tuyo… pero no te preocupes, que el que no me acueste con nadie no significa que no tenga sexo.-

- Eh?-

- Bruce.- dijo Tony metiéndose al ascensor.- Si alguna vez te sientes capaz, pídele a JARVIS que te muestre los videos de lo que es capaz de hacer el mejor ingeniero del mundo con el concepto de muñeca inflable. Que duermas bien, y tengas sueños calentitos conmigo.- agregó, cerrándole un ojo mientras se cerraban las puertas del ascesor.

Bruce se apoyó en la puerta, se tocó los labios, y le vino una risa exhausta que no paraba.
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Bueno, lo habían dejado más o menos como pescado. Thor fue quien subió a Will en brazos, en donde venía plegado como una mantis y aún moviendo un pie al ritmo de Hillbily Bone, que todos sabían que tras cinco cervezas Clint se iba derecho al piano y Thor lo celebraba. Bruce abrió la cama y le quitó la camisa y el sweater, dejándolo en camiseta, mientras Thor con mucha solicitud y cero timidez se ocupaba de zapatos y jeans, antes de arroparlo como un niño.

- Me gustaría asegurar que tenga dulces sueños, pero me temo que ni todos mis rezos pueden calmar el oleaje en su mente.- dijo Thor con remordimiento.- La Dama y el amigo Clint han hecho lo posible.-

- Gracias por cuidar de él, Thor.-

- Qué tiene Midgard, que hace sufrir a seres tan dignos de amor y alabanza? Pensaba que tu caso era una injusticia terrible, pero ver a tu hermano sufrir daños paralelos ha desafiado mi comprensión.-

- Will y yo tenemos… mucho en común. Me alegro de haberlo encontrado, a pesar de todo.- dijo Bruce, al fin poniendo en palabras ese pensamiento con decisión.

- Tener un hermano esa responsabilidad terrible y hermosa.- dijo Thor en voz baja, y sin timidez acarició los rizos de Will.- No tengo dudas que la llevarás más responsable y felizmente que yo, mi sabio amigo.-

- Thor…- Bruce le palmeó el brazo torpemente, tan desmañado él como elegantes eran los movimientos del guerrero. Estaba claro que Thor pensaba en Loki y que jamás dejaría de culparse: pero sonrió a pesar de todo, dejando un vaso de agua y una toalla al alcance del dormido profiler, y despidiéndose de Bruce con una sonrisa, aunque en la puerta le sujetó el hombro.

- Todo bien con el amigo Tony? No deberías reprocharle sus aventuras de juventud, amigo mío. Todos cuando jóvenes cometimos una imprudencia. Una vez me vestí de la novia de un legendario enemigo, rey de los gigantes, por una apuesta, y lamento decir que la perdí.-

- Y qué pasó?-dijo Bruce, interesado a su pesar, mientras Thor le hacía un gesto de adiós con la mano desde el ascensor.-

- Me folló.- dijo el asgardiano, antes de esbozar la más enorme y simpática de las sonrisas. Cuando es ascensor de fue, Bruce descubrió que se había atorado en su propia saliva. Con qué gentes estaba viviendo, por el amor de Dios.

- Bruce.-

- AAAH!- el grito no despertó a Will sólo porque la mano de Nat le tapó la boca, pero darse vuelta y encontrarse a la silenciosa asesina a menos de diez centímetros era para ponerle el pelo blanco a cualquiera. Iba a preguntar cómo carajos habían entrado, pero Clint, que supuestamente estaba borracho, le hizo un saludito, sentado en la baranda del balcón a ochenta pisos de altura.

- Porqué gritas? No ves que Will está durmiendo al fin?- reprochó Nat, a lo que Bruce se tragó lo que pensaba decirle y sólo alzó manos exhaustas. Nat asintió, y ella y Clint procedieron, sin hacer un ruido, a revisar su apartamento de arriba abajo, y para su sorpresa, traer el bolso de Will, su ropa, y revisar hasta las costuras de sus calzoncillos.

- Qué se supone que están haciendo?-

- Nadie podía saber que Tony llevaría a Will al festival. Pero Lecter estaba allí.- dijo Clint, mientras Nat sin ningún revolvía el estuchito de materiales de baño de Will.- O tiene informantes, o está muy cerca, o lo ha chippeado de alguna forma. JARVIS escaneó y no encontró nada, pero nosotros somos bastantes expertos en eso.- explicó Clint, sus agudos ojos revisando unas agendas.

- Creen que ese psicópata… realmente creen que venga a buscarlo? Hasta la Interpol tiene su nombre. Sería una locura venir a buscarlo a la Torre de los Avengers.- dijo Bruce.
Hubo un silencio, y Clint alargó una mano, entregándole las maltratadas zapatillas de Will a Nat, que las llevó a la mesa de la cocina y las revisó hasta por dentro de las costuras, pero no sin que Bruce notase la más leve caricia, un dedo sobre otro, en las manos de ambos durante el intercambio.

- Yo lo haría.- dijo ella en voz baja.

 

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No encontraron nada. Eran más de las dos cuando Bruce al fin se plantó su pantalón de pijama y se acostó, cerrando los ojos: pero sintió que apenas había parpadeado cuando miróel reloj de su mesita, cuyos números iridiscentes en amarillo mostraba 03:47,, y se preguntó qué lo había despertado.

Un quejido angustiado. Bruce, que respondía al dolor como responde un curador de corazón, estaba de pie y en el pasillo descalzo antes de acabar de despertar bien: y al asomarse al cuarto de Will, le dolió verlo enredado en la manta, los brazos aferrándose el costado como si le doliera, gimiendo y suplicando en sueños.

- Will…-
El profiler, su rostro tan joven a pesar de todo lo que había vivido, hundió el rostro en la almohada, y sollozó, un sollozo tan libre, tan dolorido, que a Bruce le partió el corazón. Súbitamente se vio a sí mismo, llorando así en sueños en sus años de huida y horror, y la compasión se mezcló con el deseo de mostrarle a es hombre que compartía su sangre, pero sobre todo tanto de sus dolores, que no estaba solo.

- Will!- agregó, con más firmeza, una mano yendo al hombro de su medio hermano. Aún antes de que lo tocara, Will se aquietó, extrañamente inmóvil, como un animal aterrorizado, y cuando abrió los ojos, estaban tan enloquecidos de pánico como para resultar inhumanos.- Will, es una pesadilla, estás a salvo en la Torre…- repitió Bruce, frotándole el brazo.

El joven jadeó, su respiración aún sollozante y entrecortada, tratando de calmarse, mirando alrededor con esa expresión desesperada. Pasaron unos momentos, y luego hundió la cara en las manos, y se recogió sobre sí mismo, en un silencio tembloroso, apoyando la mejilla en sus propias rodillas.

- Will, estás a salvo ahora. Te protegeremos… es normal que tengas pesadillas con todo lo que ha pasado. Pero son sólo memorias… nada que esté en tu cabeza puede herirte. Will, estás completamente a salvo, inhala… respira… vamos, recuerdas la tarde? Me dijeron que estuviste bebiendo…-

Will asintió sin levantar la cara, y cuando Bruce le acarició la mejilla mojada, se presionó como un gato.

- Will..-

- Para qué le sirve una voz tan convincente a un físico cuántico?- musitó Will en voz baja.

- Me quedé un tiempo en Calcuta, y asistía a los enfermos. A veces no tenía ni codeína para darles mientras de morían de cáncer o disentería. Lo más que podía hacer era tomarles la mano, darles bolitas de azúcar asegurándoles que calmaría el dolor, y ayudarlos a morir bien.- dijo Bruce en voz igualmente baja.

Will asintió despacio, y levantando la cara al fin alargó la mano e imitó el gesto de Bruce, poniendo su propia palma contra la mejilla agostada del científico.

- Eres una buena persona, Bruce Banner.- susurró.

- Soñabas con Lecter?-

Will asintió, y con el pulgar rozando la mejilla de Bruce habló muy bajo:

- Soñaba que él… quería llevarme lejos, a su lado, y yo… yo lo traicionaba y él me acuchillaba. Aún siento el cuchillo. Pero mientras me desangraba, lo miraba y era como si sus ojos se desangraran y me dolía más el haberle hecho daño…-

- Will, eso es…-

- Eso es exactamente lo que pasó.- dijo Will, emitió una risa amarga, y al fin se recostó.- Crees que tu voz podrá convencerme de que hice lo correcto?-

- Hiciste lo correcto.- dijo Bruce con firmeza, ahí sentado en la cama.- Crees que si te hablo un rato podrás dormirte?-

- Te quedarás?- murmuró Will, como si no se lo creyera. Por toda respuesta, Bruce se levantó, rodeó la cama, y se acostó al otro lado, doblando las sábanas a rayas verdes con mucha prosopeya, acomodando la almohada, y luego recostándose de lado para mirarlo.

- Es el deber de un buen hermano mayor.- dijo con una sonrisa levemente satírica. Pero la expresión de Will era conmovedoramente confusa: estaba claro que estaba sorprendido, y azorado, pero no se atrevía a decir nada porque no quería que se fuera. Hubo un largo silencio, y al fin Bruce se desplomó de espaldas a su lado, se estiró y los dos, en posiciones idénticas, miraron el techo, las manos de Will moviéndose nerviosamente retorciendo el edredón.

Bruce alargó la mano, se la tomó, y entrelazó sus dedos. Hubo un suspiro, y luego los dedos de Will acariciaron los suyos despacio. Ninguno de los dos supo quién se durmió primero, pero a la mañana siguiente, cuando Bruce abrió los ojos, una cabeza rizada estaba rendida como una fruta madura en su hombro, quieta, roncando levemente y sin la más mínima señal de ningún mal sueño.

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