...that gossamer thread

Jessica Jones (TV)
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Summary
La locura y el genio van de la mano, pero nunca tan cerca como en la sangre de Bruce Banner y Will Graham. Una conexión inesperada los encontrará uniendo fuerzas y sus mundos colisionando mientras un asesino en serie deja un rastro de sangre en los rascacielos de Nueva York...
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Get You 4

*New York, 1992.*

 

La “ fiesta íntima” estaba en su apogeo cuando Tony Stark, tambaleándose un poco, se asomó a la terraza que continuaba la sala de juegos del hotel y daba a la magnífica piscina, iluminada hasta parecer un zafiro. Había que ser un experto en lenguaje para moverse por la elite de New York: una “ intimate party” significaba una cuarentena de personas en una secuencia de copas y charlas que acababa normalmente en negocios y nuevas parejas: una “ party of intimacy” significaba una secuencia de sexo con profesionales, generosamente pagada y catereada, por supuesto. Y Tony estaba realmente irritado de haber entendido mal.

Considerando que las relaciones se le daban como la callampa, y además tenía una líbido que debería haber tenido su propio auto, si no quería meterse en líos, el camino habitual eran profesionales ( francamente, estaba en una base de tratar de tú a todas las madamas de New York, California, Boston, y estaba en camino con las de Florida) y estaba muy decepcionado de haber asumido que habrían profesionales en la fiesta. No había encontrado sino las mismas solteras desesperadas por atraparlo, las mismas divorciadas ídem, y los mismos aventurero/as entusiasmado/as con la idea de engancharse a Tony Stark. Y realmente, Tony sospechaba que si salía con otra demanda por paternidad, Obadiah lo mandaba matar.

Estaba buscando su chaqueta para largarse cuando una figura en la piscina lo hizo detenerse y acercarse al balcón. Un hombre con una figura exquisita, esbelto y fuerte, nadaba con las brazadas metódicas de un verdadero nadador, atravesando el agua con facilidad, algo elegante en su ballet con el agua. Tenía el cabello desflecado caído en los ojos, y con las luces azules no podía adivinar su color siquiera: podía haber tenido piel azul, o negra. Pero Tony entrecerró los ojos, porque semejante atractivo era inconfundible: no lo conocía, si lo hubiera visto antes habría reconocido ese aspecto de predador en el agua…

Hmm. Ahora quería conocerlo.

Aparentemente su inspección no había pasado desapercibida al bañista, que al verlo salir al patio se volvió y con mucha naturalidad ascendió los escalones goteando, sus muy breves briefs de baño pegados a la piel, el color claro imposibilitando cualquier disimulo.

Tony lo miró de arriba abajo con un leve, pero descarado asentimiento aprobatorio.

- te puedo convencer de probar un deporte más… caliente?- dijo Tony, manos en la cintura. El desconocido se secó la cara con una toalla de mano y empezó con los atléticos brazos.

- Veo que los rumores sobre sus malos modos no le hacían justicia, Mr Stark.-

- Es que mi boca está para hacer cosas mejores.-

- Y debo asumir que ninguna de las personas que consentirían entusiásticamente en el interior de la mansión despertó su interés?-

- Qué modesto.-

- En verdad es justo lo contrario.- dijo Hannibal sin mayor entonación, yendo a ponerse encima una elegante bata de baño y sandalias de deporte de marca.

Tony parpadeó.- me acabas de insultar?-

- Es muy joven para mí, Mr. Stark.- dijo Hannibal, yéndose rumbo al dormitorio de terraza que parecía ser el vestidor de la pileta. La música resonaba allí, el retumbante techno de los 90: desde donde estaban, podían oír los pies que golpeaban el enmaderado rítmicamente, y los dejes de un bajo y unas palabras:

 

Get up in your feet before the night is through for YOU and ME

 

- Me tienes en desventaja, porque no tengo idea quién eres.- dijo Tony siguiéndolo sin vergüenza.

- No le es necesario.-

- Dijiste que era un maleducado y mira cómo eres, maldito ruso…-

- No soy ruso.- dijo con severidad el alto bañista, cerrando la puerta tras suyo, que Tony abrió, se metió en la habitación, fue directo al bolso de cuero sobre la cama y abriéndolo, miró el monograma en el cuero del exterior, con gran interés.

- HL. HL? Hannah Lee? Te llamas así?-

Hannibal se cruzó de brazos.- Hay una extraña, caótica cualidad en tu grosería, jovencito.-

- No seas exagerado, no debes tener ni diez años más que yo. Y oh, oh… “ Doctor Lecter”? Eres doctor? Mmm, me encantan los doctores. Mira, tengo una enfermedad terminal, tienes que tratarme.-

- Sí?-

- Sí, estoy terminalmente aburrido. O estaba. Tienes una cara de desaprobación que encuentro muy hot, te han dicho?-

- Anthony.- dijo Hannibal con voz con un deje exasperado.- No precisas fingir una seducción para conseguir atenciones, seducción que debo añadir, fallaría en tu estado, entre el alcohol y los alcaloides. Normalmente no consideraría esto de no ser porque planeo invitarte a mi mesa después, pero… supongo que compartimos esa afección terminal.- agregó, dejando doblada la bata sobre una silla, abandonando las sandalias en un rincón y quitándose el traje de baño húmedo, quedándose desnudo de pie en el centro de la habitación. Había una simetría asombrosa, animal entre los fuertes hombros, las grandes manos y pies, y lo torneado de las pantorrillas y brazos: pero Tony se relamió son su atención centrada en la poderosa masculinidad frente a él, y se arrodilló con entusiasmo, yendo directo a paladearla.

- Tu voracidad tiene un efecto… sugestivo.- dijo Hannibal a pesar de la hábil boca que se movía con remarcable habilidad arriba, abajo y en torsiones expertas.- Hay un fuego en ti, Anthony, que es una fragua… -

Tony no respondió, acelerando su boca, mirando a los ojos con todo su desafío al hombre de pie, pero antes de lo que esperaba, Hannibal lo agarró de los hombros, lo arrastró como un muñeco a un pilar de estuco frente al ventanal, y Tony lo sintió separar su ropa con brusquedad, antes de usar mínima preparación para enterrarse en él en una presión invasora que no parecía acabar nunca.

 

*We got to take a stand now we’re in demand*

- Ah! Sí! Me encanta…!- gimió, sintiendo los inmisericordes empujes de algo que parecía una máquina. Tony había conocido muchos excesos en sus veinte años, y no era un hombre que conociera el miedo: pilotando jets, surfeando olas gigantes, trabajando con explosivos, Tony nunca se sentía más vivo que cuando el peligro lo envolvía y lo arrastraba en picada. Pero ahora, mientras ese desconocido se hundía en sus tripas con algo que se sentía como el dildo más enorme que nunca probara, justo en el borde en que tu cuerpo dice “ esto no está bien, algo anda muy mal aquí”, mientras dos manos enormes y extrañamente duras envolvían su cráneo y parecían sostenerlo sólo con esa sujeción, su visión enjaulada por esos dedos, sintió un ramalazo de ese miedo. Ese miedo cuando el explosivo en tu mano emite un leve suspirito. La sensación en las piernas de que la tabla de surf bajo tuyo está escapándose de tu control. El leve, incontenible empuje de una barrena empezando a atrapar las alas de tu avión.

No, no estaba aburrido. Aún más, estaba sintiendo un placer extraño, diferente y profundo que lo hacía jadear como un animal mientras el abuso continuaba y su propio pene intocado amenazaba con correrse sin ninguna intervención bamboleándose a los empujes, mientras sus manos estaban engarfiadas por su vida en esos brazos de mármol alrededor suyo. Sí, era como ser follado por una estatua viva, una máquina, un animal, algo no humano. Un golem, pensó vagamente. Un monstruo.

Los jadeos de Hannibal eran mínimos, y luego susurró algo en el oído de Tony. Con las luces azules de la piscina reflejándose en la cara, Tony echó la cabeza atrás, vio ese rostro inhumano, y se corrió como nunca en su vida, sintiendo esa presión imposible en su próstata como un cuchillo.

Sintió a Hannibal recostarlo en el lecho, y limpiarlo. No podía hablar. Lo sintió manosearlo, palparlo, para al fin oír unos discretos jadeos y oírlo tener un orgasmo con sus manos en sus muslos, algo impersonal, casi cruel. Luego, lo oyó abriendo su maletín.

- Quién podría negarse a algo tan impúdico, tierno y joven, no es así? Los dioses depositan extraños regalos en las mesas de sus favoritos.- dijo Hannibal, antes de sacar lo que parecía un estuche de maquillaje.

 

- TONY STARK!-resonó una voz, y Tony se sentó en la cama, y manchas rojas entre sus muslos le dijo la mala idea que eso era.

 

- Ay, no…-

La directora de SHIELD, Margaret Carter, abrió la puerta de un tirón y le dio una mirada a ambos que hubiera hecho que hombres tímidos se encogieran, de todas las formas en que se puede encoger un hombre. Pero Hannibal y Anthony Stark no eran hombres tímidos, y si hubo una mirada de curiosidad, decepción y algo de admiración de parte del doctor Lecter a la madura mujer que entró, agarró a Tony de la piel del cuello como a un cachorro y se lo llevó, desnudo como estaba, ladrándole desde ya sobre su inconsciencia, estupidez, y sobre cómo había un solo hombre que podía dejarla plantada, y Tony no era ningún Steve Rogers para atreverse. Hacía mucho que Tony había perdido la vergüenza, y francamente, Peggy Carter lo había sacado a la rastra de situaciones peores antes de cumplir los 20 ( el problema de tener una madrina que manejaba más información que el FBI y tenía más brazos que la CIA) pero la situación era tan absurda que con el tiempo olvidó ese momento de miedo para achacárselo a las drogas y su depresión por la muerte de sus padres, para sumarlo a otras docenas de aventuras de una noche más o menos sórdidas.

Hasta este momento, por supuesto.

******************************

 

- Oh, por Dios, ahora tiene sentido lo que dijo cuando estaba follándome. Por un momento pensé que era en otro idioma, lo europeo se le notaba a los lejos, pero claro… bueno, sí es en otro idioma.-

- Qué dijo?- dijo Steve, que no podía disimular el rostro de preocupación por la historia que Tony acababa de contar.

- Pues, me salvé de ser un rosbif flamé por pura suerte, por nombre mi madrinita Peggy…-

- Por el amor de Dios, Tony!- ladró Bruce, largándose con las manos en la cabeza, de un modo que si no hubieran sido puertas automáticas, habría acabado en un portazo. Tony lo miró irse con un encogimiento de hombros, antes de volverse a Will.

- Tú también eres un celópata retroactivo, o la psicología te calma los genes Banner de troglodita?-

- Ah?- musitó Will, que se veía bastante shockeado y tan perdido en sus pensamientos como para que su expresión fuera bastante poco inteligente.

- Estos dos me hacen pensar que la eugenesia no es tan, tan terrible.- le dijo Tony conversacionalmente a Nat, que le sonrió y le dio un gancho que habría partido una sandía en el vientre, haciéndolo doblarse.

- La eugenesia tiene sus usos, esto es por ser un cabezahueca, imbécil, mocoso intragable.- dijo Nat, sosteniendo su cabeza en la mano mientras Tony tosía.- No estará Margaret Carter para rescatarte ahora, pero si vuelves a hacer algo semejante, te voy a ir a buscar, y no es del cuello que te voy a traer de vuelta a casa. Me entendiste?-

- * voz ahogada*…también te quiero, Natashita.-

- Tu Diary Of A Call Boy no nos lleva a ninguna parte, Stark. Will?-

- Hm?-

- Si intentas irte, Clint, yo o Thor nos vamos a pegar a ti como parásitos. Sería mejor que te quedes en la Torre, por supuesto, si fueras un ser razonable, pero como eres hermano de Bruce, pregunto.-
continuó ella con eficiencia, a lo que Thor asintió con calor.- Team detectives se ocupará de expandir la información que nos diste, Will. Hay que atrapar a ese hombre antes de que mate de nuevo.-

- Si estás hablando de ese asesino de soldados, soy el indicado para ayudarlos a atraparlo.- dijo Will sin entonación, con cansancio en su voz que era todo menos arrogancia.

- Y si hablamos de Hannibal, Will?- dijo Clint en voz muy baja y tranquila.

- Si se trata de atraparlo a él.- dijo Will serenamente.- Soy el mejor.-

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