YO VIVO
…the gossamer thread.
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Terrible thing you
Beautiful thing you.
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(------ el rojo y el blanco se alternaban: el blanco viejo, marmolado, lejano y seco, como huesos, y el rojo vivo, palpitante y ciego del interior de sus párpados: ese interludio en el que sentía su corazón palpitar, y luego el blanco como una losa, como una tumba, la luz deslizándose por el blanco como olas sucesivas, girando, girando como una persecución inacabable, eterna.
Cuando creía que iba a gritar, el rojo de nuevo, e inspiraba: un pensamiento regresando: VIVO. YO VIVO, todavía, suspendido en el rojo---)
Había una mujer envuelta en rojo en el campo de su visión. El deseo de huir de ella y de mirarla a la vez con mayor claridad, el sobresalto que sientes al despertar y encontrarte una araña en la almohada, que te hace saltar de la cama pero igualmente no perderla de vista, lo hizo moverse, pero entonces sintió algo sujetando su mano y dio un grito de alarma, antes de notar al hombre a su derecha.
- Whoa! Cálmate, por favor, estás convaleciente… William, cálmate, todo está bien, estás a salvo…-
Debía ser un doctor, aunque no llevaba bata blanca: lo que lo había sujetado era su mano, grande y callosa, en su muñeca en donde aparentemente había estado tomándole el pulso. Will no estaba seguro de porqué había pesado doctor, porque recién entonces registró que estaba en una cama de hospital, en una sala privada sumamente cuidada, y que el blanco de sus sueños era el techo, perfectamente estucado.
Había una mujer junto a la puerta, pero no estaba vestida de rojo. Llevaba una casaca grande color mostaza, jeans y sólo su moño era rojo, del rojo oscuro de la terracota. No lo miraba, su vista en la puerta entreabierta. El hombre a su lado hablaba, pero la atención de Will se fijó en la mujer, aunque no hubiera sabido decir porqué.
- Estoy drogado?- fue lo que pudo decir, los labios secos. Su voz rasposa alertó al hombre, que le pasó con naturalidad un brazo por los hombros, sosteniéndolo para que bebiera agua despacio de un vaso con pajita. Estaba tibia, pero sabía a gloria, y mientras bebía, la mujer salió. Sólo entonces pudo volver su atención al hombre, porque era tan poco remarcable como la mujer había sido extrañamente cautivante: no era alto ni bajo, delgado ni grueso, joven ni viejo. Tenía arrugas en los ojos, y unas pocas canas en los rizos: pero había fuerza en el brazo que lo sostenía, y una inteligencia inmensa en sus ojos castaños y vivos.
Y algo más.
- Estás hasta el cuello en analgésicos, te rompiste la pierna en dos sitios y unas costillas. William, estuviste en un accidente de auto, no recuerdas? Tu camioneta se salió del camino.- la forma lenta y expresiva con la que hablaba ese hombre, sus ojos paseándose por su cara buscando signos de comprensión, era un excelente indicador de qué tan feo había sido el accidente. Will se forzó a respirar hondo, antes de hablar con labios partidos por el frío y la sed.
- Qué día es?-
- es el 23 de enero.- dijo el hombre, su brazo haciendo un gesto como para ir a frotarle al brazo, pero que contuvo. Vagamente, Will notó el nerviosismo del hombre, mientras estaba ocupado haciendo inventario de sus manos y pies.
- La nariz todavía la tengo?... por Dios, tengo que irme…-
- William, no puedes irte a ninguna parte con el fémur fracturado!-
- Tengo cosas que hacer!-
- Si es por tus clases, tus jefes el FBI están enterados del accidente. Si es por tus mascotas, Dr. Bloom está atendiéndolos y me mandó una foto.- dijo el hombre de rizos, sacando un Starkphone de última generación y enseñándole una foto de Winston revolcándose en el pasto.- Ambos te mandan deseos de una pronta recuperación…-
- Perdón, pero por muy drogado que esté, todo esto no tiene sentido. Dónde estoy, qué hago aquí, quién está pagando esto y sobretodo, quién carajos eres tú, se puede saber?-
El hombre oprimió los labios, pero asintió, como quién considera justa una pregunta, y luego inspiró, como antes de una conversación difícil, antes de alagarle la mano grande y gastada.
- Bruce Banner, vivo en New York. Ibas camino a verme cuando tuviste el accidente. Me enviaste un montón de papeles y llevabas mi nombre en el celular, así que cuando te encontraron me notificaron… vine en cuanto pude. Llevas tres días inconsciente.-
- No recuerdo nada de eso.- dijo Will tras una pausa.
- Es normal, tras un trauma,…- ofreció Bruce.
- No, no es un… no estoy negando tu aseveración. Lo que digo…- Will esbozó una sonrisa sin humor.- … es que no recuerdo nada, y eso no es raro. Pierdo tiempo a veces.- agregó, sus manos entrelazándose, un gesto de autoconsuelo al frotarlas.- Tengo un nódulo en el cerebro que a veces hace que me dé… encefalitis. Brotes del exorcista.- agregó, meneando la cabeza.- Aparte de eso, nada de lo que alarmarse.-
- Nos tomamos la libertad de contestar tu teléfono cuando sonó, y organizamos todo con la Dra. Bloom y el FBI. Está todo pagado, no tienes que preocuparte de nada más que de recuperarte. El accidente fue severo, pero no hay ningún daño irreparable.- acabó, con un amabilidad. Will se quedó mirándolo fijamente, párpados fruncidos, y fue tanto rato que al fin Bruce perdió su sonrisa, nerviosismo aflorando.- Qué?-
- No.-
- No qué?-
- No logro recordar quién eres o porqué se supone que iba a verte. Te estaba consultando un caso?-
- No, en verdad. Tu mensaje era… personal.-
-… es más probable que fuera una equivocación, entonces….- dijo Will con una risa sin humor, encogiéndose de hombros.- No tengo vida personal, sabes...-
- William.- dijo Bruce, y había una intencionalidad en sus ojos mientras se cruzaba de brazos , algo tímido en su gesto.- Me enviaste papeles… me enviaste documentos respecto a tu nacimiento. No sé cómo lo averiguaste, pero… aparentemente, somos parientes.-
- Eh?- dijo Will, y a pesar de lo drogado que estaba se incorporó en la cama.- De qué estás hablando?-
- Quizá sería mejor hablarlo cuando estés lúcido y más sano…-
- Parientes cómo?-
Bruce Banner se frotó el mentón, haciendo una mueca.- Tu documentación era bastante sugestiva… de que tu madre fue una estudiante de física en Ohio el 85. Mi padre era su profesor…-
- Eso es una locura. Mi padre arreglaba botes. No tengo ninguna memoria de todo eso…-
- William.- dijo Bruce con cierta tristeza.- Cuando llegamos acá y vi los informes de tus heridas, bueno… compartimos grupo sanguíneo. Y fue cosa de tomarte un swipe de mejilla y… perdona que haya sido sin tu consentimiento, según tus documentos querías saber…-
- Qué estás diciendo?- dijo Will, aunque era bastante obvio. Bastaba con mirar las ojeras, los rizos, los cuerpos nervudos y ásperos: había tanto en común.
- Lo siento? Aparentemente somos hermanos de padre. La persona que te crió era en verdad tu padrastro. Te envidio, la verdad. Mi padre no era, ehm, un buen tipo.-
Will parecía demasiado anonadado para decir nada. Con un suspiro, Bruce se levantó, le dio una torpe palmadita indecisa en el brazo, y tras poner más agua de un jarrito en el vaso a su alcance en el velador, Bruce se volvió para salir. Estaba en la puerta cuando Will habló.
- No cuadra.-
- Ah?-
- Tengo raspones por todos lados. Costras cayéndose.- dijo Will, y como prueba se arrancó un pedacito de una herida en el codo- Pero si de algo sé es de heridas, y estas heridas no tienen tres días. Tienen al menos una semana…-
- Dije que te encontramos hace tres días.-
- Quieres decir que me di vuelta en el auto en la carretera y se tardaron días en encontrarme? Me habría muerto, es pleno enero, no puede…-
- Creemos que alguien te rescató del auto, te limpió las heridas, suturó tu arteria y te mantuvo caliente hasta que se aseguró que te rescatarían. Alguien con conocimientos médicos. Tienes un ángel guardián, Will Graham…. Willl! Will, qué pasa? Por Dios, respira…-
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