Frattweek - OS without sense

Daredevil (TV) The Punisher (TV 2017)
F/F
M/M
G
Frattweek - OS without sense
author
Summary
welcome to seven chapters without connection to each other, but with quite interesting plots that only focus on the Fratt <3
Note
This has ANGST and painful things, go your way if you don't feel comfortable
All Chapters Forward

Heart

Era hora de patrullar, Daredevil había guardado a Matt Murdock en el closet donde las identidades secretas debían estar; justo al lado de su decena de palos para ciegos. Sin embargo, las cosas no iban bien, se suponía que Matt Murdock, un Beta que a la tierna edad de diez años se vio involucrado en un accidente radioactivo que lo volvió invidente y cambió su jerarquía a la de Alfa. Pero ya habían pasado muchos años desde aquellos días y ahora solo era otro vigilante tratando de separar su vida normal de la heroica, lo cual se estaba volviendo bastante difícil si es que podía dar su humilde opinión. Daredevil detuvo su andar por los edificios, sus sentidos por fin estaban captando lo que tanto buscaba: Eran latidos, latidos de alguien que conocía lo suficiente como para poder encontrarlo en medio de una ciudad cuyo significado del sueño le era desconocido. El Alfa se escondió en una azotea no muy lejana de la posición donde aquella persona espiaba a su aparente objetivo. 

—Nunca puedes elegir el camino fácil ¿Verdad? —se regañó a sí mismo mientras rememoraba los meses previos a su actualidad, tratando de recordar el movimiento exacto que lo arrojó a ese destino tan problemático que estremecía cada fibra de su ser por sentimientos tan confusos de los que antes no se preocupaba. Lo pasado, pasado se queda, él lo sabía muy bien aunque tampoco es que le interesara.

Era noviembre y su bufete acababa de ganar un caso importante en contra de una clínica por mala praxis, los afectados tendrían una cuantiosa suma de retribución y ellos estaban un escalón más cerca de ser la firma de abogados más importante en el estado. Sí había un momento y lugar para celebrar era ese ¿No? Ahí lo había encontrado. Sin quererlo había tomado un descanso en la barra y la persona que vino a sentarse al lado suyo captó la total atención de sus sentidos en un santiamén, después de eso todo se volvió un poco confuso. Una conversación sin sentido comenzó, los tragos siguieron uniendoseles (todos por su parte según indicó la cuenta en su bolsillo al día siguiente) y lo que comenzó como un intercambio de información entre desconocidos, siguió con rosas y anécdotas disparatadas e inconexas donde el encanto de Matt Murdock no desaprovechó ni la más mínima oportunidad para aparecerse. ¿Qué fue lo siguiente? ¡Ah, sí! Sexo en su departamento.  Fue bueno, Matt no recordaba mucho, pero debió serlo como para que tuviera que reemplazar la cama rota y las sábanas rasgadas; sin duda alguna podría decirse que en esa alocada noche no todo había sido perdida y costos que normalmente no se permitía, ya que en su mesita de noche pudo encontrar un papel con un número de teléfono marcado a tanta presión que para Matthew fue fácil leerlo. El abogado recordó sonreír y llevar el papel a sus labios, se le había impregnado la fragancia de aquel Omega que se dio a la fuga antes de que llegara el alba. Daredevil sonrió por la dulce nostalgia de aquellos días que percibía lleno de ignorancia en los que prepararse para sus siguientes casos y conseguir una cita con el hombre del bar le parecía lo más importante. Su objetivo pareció moverse para ajustar la mira de su francotirador, luego volvió a su quietud sin notar en lo más mínimo a quien le espiaba desde las sombras. El justiciero se relajó y dejó a su mente divagar otra vez.  

Habían tenido esa cita, claro que sí y a esa cita le habían seguido otras citas que siempre terminaban como esa vez en la que se conocieron, Matthew Murdock en verdad que había caído por ese hombre. Aún a día de hoy no lograba captar el por qué de ello, pero así eran las cosas y así de desarreglada había quedado su vida. Y la verdad es que no podía echarle la culpa al Omega enteramente, fue Matt quien ignoró la parte de sí mismo que era una prueba del bolígrafo humana, él ignoró a dónde se iba el hombre después de pasar la noche con él y él fue quien tras finalmente aceptar los hechos no fue capaz de controlarse a sí mismo. El gran problema se había desatado unas semanas atrás cuando había salido a patrullar, por primera vez pudo sentir a través del mapa que su sentido del tacto trazaba a su alrededor a un conocido hombre armado con una escopeta de corto rango que hizo explotar el cráneo de un mercenario que buscaba desviar la mira del cañón antes de que las balas le atravesaran: Demasiado lento. Daredevil se quedó hecho un piedra desde su posición, era la primera vez que se encontraba tan cerca de quien se había ganado el nombre de Castigador en las calles, el Matt detrás de la máscara quiso hincarse sobre el suelo y vomitar todo el contenido de su estómago, se sentía mareado y la cabeza le daba vueltas sin cesar. El Omega con el que había estado saliendo desde hacía tiempo no se detuvo en ningún momento, por lo que a su paso solo se pudieron escuchar gritos, súplicas, plañidos y disparos constantes. Al final, su Omega fue el único que sobrevivió a aquella masacre llevada a cabo por sus propias manos.

Ante aquello Matthew Murdock salió del closet derrotado y sintiéndose tan bajo como nunca antes se había permitido sentirse, la enfermedad de su mente afectó a su salud física y ésta a sus feromonas; en lo único que podía pensar era en el Omega y en qué era lo que podía hacer para detenerlo. A los dos días el Castigador tocó a su puerta y el resto terminó siendo historia, Matt lo había marcado ante la bruma de sus pensamientos, sus principios en conflicto y su naturaleza Alfa. Después de esa noche Matt Murdock despertó solo una vez más, con su cuerpo tan pesado como el plomo y con su departamento destruido; no había visto a su Omega o al Castigador desde esa noche de hace un mes, pero las cosas siempre tienden a cambiar en el momento menos indicado ¿no es así?

—Castigador —Daredevil finalmente abandonó su posición y le plantó cara a su Omega, no era el momento de perder por lo que posiblemente perdería en esta noche. No podía permitir que la ciudad se convirtiera en un campo de tiro, no era justo para nadie. —Has llegado demasiado lejos.

—Vete de aquí, mallitas, estoy ocupado. —Aún estaba lejos de él, una gran parte de él no quería avanzar y que le reconociera. Pero así eran las cosas, a Daredevil no debía importarle nada más que la seguridad de las personas y que la ley lograra su cometido, pero Matt no podía dejar de protestar: No quería volver a estar solo. El justiciero arrastró los pies hasta quedar a dos metros del Omega.

—Frank, es suficiente. —el hombre dejó lo que estaba haciendo y bajó la francotiradora para poder enfrentar al diablo de la cocina del infierno. Ambos estaban cara a cara, Matt con sus bastones en mano y Frank Castle con la mano puesta en la pistola de su cinturón, solo bastó de un movimiento de dedo para quitarle el seguro.

—¿Nos conocemos, Rojo?

—No volviste a llamarme después de mi celo. —El Alfa pensó que Frank podría reaccionar mal a la verdad, no obstante, el Omega resultó darle una respuesta peor que mala. El Castigador levantó su revólver en un movimiento rápido y (sin dudarlo) disparó a su entrecejo, Matthew lo esquivó bastante bien si podía decirlo, no era el primer intento de asesinato que sufría y algo le decía que estaba lejos de ser el ultimo. —Tenemos que hablarlo.

—¿Tenemos? Yo creo que no, Rojo. —Más disparos, Daredevil no dejó de esquivarlos. En algún momento se le acabarían las balas y eso sería todo. —¡Lárgate!

—¡No, tenemos que hablar de esto! —el momento llegó, el justiciero saltó sobre el Castigador y se enfrentaron en una brutal pelea, debía darle crédito;  Frank le aguantaba sus golpes y técnicas como muy pocos supieron hacerlo, terminando en encestar golpes fuertes con el arma vacía tantas directamente a su rostro. —¡Mierda...! ¡YA BASTA!

Ante el bramido del Alfa el Omega no pudo mover libremente su cuerpo, este mismo estaba demasiado tenso como para manipularlo como quería; era como tener medidores de presión arterial sujetando el nacimiento de cada extremidad y Frank no encontraba la forma de romper las correas. Aun cuando tenía una condición física tan excepcional como la de cualquier Alfa, las feromonas lo ponían en una clara desventaja. Matt al darse cuenta de lo que había hecho acudió a él de inmediato suprimiendo su liberación de feromonas. 

—Lo lamento tanto, Frank ¿Te encuentras bien? —Matt sujetó a Frank logrando que no cayera de cabeza ante la pérdida de su movilidad, sujetando su cuello recubierto por el suéter de cuello de tortuga que usaba el Castigador. La curiosidad le embargó haciendo que el pelirrojo removiera la tela sobre la nuca del Castigador solo para descubrir su marca, la que le había hecho al Omega hacía un mes, atravesada por una línea cauterizadora; Matthew sintió que el piso debajo de sus pies se movió y sus feromonas volvieron a liberarse sin que pudiese tomar control de ellas —Tú eliminaste mi marca.

—¡Esa no es tu marca, idiota! —el cuerpo de Frank empezó a temblar y su voz estaba forzada, las feromonas de Matt lo estaban sofocando más de lo que deberían; incluso más de lo que las feromonas de un alfa normal podrían. Con una mano débil logró rasgar la ropa para dejarle sentir al Alfa una marca relativamente nueva en comparación a la otra que se hallaba sobre su clavícula derecha: Esa sí era la marca de Murdock. —Libérame.

Matt contornó su propia huella en la carne de Castle, aun estaban unidos y eso le conmovía enormemente, aunque eso no significaba que desistiría de alejar al Castigador de la escena lo más pronto posible. Las autoridades eran capaces y podían encargarse. El justiciero se permitió sentir el corazón de su pareja y disfrutar de sus latidos y su calor pese a que Frank intentó alejarse aún con su debilidad motriz.

—No, Frank. Nos vamos.

—¿Qué? —cuestionó su Omega intentando golpearle aun con su desventaja sin lograr ni el más mínimo resultado además de con un profundo beso al que no pudo negarse. Se extrañaban, la distancia había sido difícil para ambas partes. La mano del diablo bajó hasta su vientre.

—No estás en condiciones, corazón.

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