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Frank se sintió confundido, aun cuando ya había pasado dos años desde que su vida había dado otro giro una parte de él seguía dormida y sin percibir los golpes de realidad. El marine volteó a mirar a la persona con la que se despertaba desde hacía unos dos meses en los que se había movido a un apartamento acomodado con una renta mucho más accesible que la que pagaban por separado en sus hogares anteriores. Matt Murdock, un recién graduado abogado con mucha suerte y un encanto tan difícil de ignorar como sus ganchos ¿Cómo es que sus vidas se han cruzado la una con la otra? ¿Cómo era que había llegado hasta el punto de saber cómo es que le gustaba su café al otro? Bueno, es una historia relativamente corta si Frank la explicaba con sus palabras.
De seguro Matthew podría contarla con un carisma jugoso y unas dulces palabras que harían a cualquier miembro de un juzgado correrse, pero por ahora las reflexiones del protagonista principal pertenecieron a Frank Castle, un soldado que se enlistó poco después de su graduación en los marines ya día de hoy seguía dentro desempeñándose en mecánica aeronáutica, tras eso todos se vuelven un poco demasiado ariscos para el gusto de cualquiera y, aun así, Matthew y él se encontró la manera de mantenerse unidos por bastante tiempo; más de lo que alguno de los dos duró con otra persona, al parecer solo ellos sabían como tolerarse. Aunque siendo sinceros, ¿cómo no amar a un hombre como Matthew? Frank hacía todo con Murdock; Despertaba con él, admiraba sus facciones delicadas y su pelirrojo cabello que aun alborotado lo hacía lucir condenadamente caliente,
Todo desde ahí se volvía condenadamente lento; trabajar duro, comprobar el progreso, volver a hacerlo desde cero en algunos casos, descanso para comer y así hasta que daban las cinco y faltaba media hora para oscurecer. Otra media hora de regreso a la ciudad y Frank casi siempre recibió un mensaje de voz de Matt para que comprara los víveres por él, siempre se quedaba tiempo extra con Foggy y este le traía a casa a las once. Frank lo sabía, entre semana no tenían casi nada de tiempo para compartir ¿Qué asalariado lo tenía? De igual forma no le preocupaba, Frank solía distraerse con su tiempo libre. Ya saben, regresar a casa, guardar todo, limpiar y salir a caminar ¿A donde, Frank? No lo sabía, nunca lo sabía, él solo caminaba hasta que se decía así mismo: Aquí es, por lo general Castle terminaba en un parque de atracciones. No era raro solo ... no tenía explicación. Pero a veces, en algunas ocasiones, sintió que algo (alguien) lo seguía incansablemente; eso tampoco tenía una explicación, no era como si escuchase los pasos o una respiración errática dirigiéndose hacia él que antecede a un asalto ¡No! Esto era algo más peculiar, era como ser perseguido por una sombra y Frank ante la presión terminó adentrándose a una parte de la ciudad que desconocía.
—¡Maldito! —Algo rozó su cabeza, algo cortante que dolió como una perra e hizo que en un acto reflejo Frank tocase su oreja; la sangre no tardó nada en manchar su camisa. El marine comenzó a correr por las calles que desconocía, mirando por primera vez a los cielos para conectar una mirada fugaz con una mujer ninja vestida de rojo con un arma a la mano. Frank aceleró el ritmo todo lo que pudo, pero no lograba perder a la lunática asesina, ni siquiera lograba reconocer ese abundante cabello rulo que danzaba con el viento con cada paso que daba por encima de los edificios, lo único de lo que Castle podía estar claro era que aquella furiosa mujer logró arrinconarlo. —¡Todo es tu culpa!
Una daga perforó su hombro, Frank gritó con fuerza un pedido de auxilio a quien nadie acudió, ese barrio enserio parecía de mala muerte ... su muerte, al parecer. Las rodillas del soldado conectan con el piso y el contacto visual con su futura asesina regresó No te conozco.
—No lo necesitas —la mujer de extrema belleza y clara letalidad le apuntó con el arma que portaba un silenciador en su punta, un minuto más y sería todo: Frank moriría y esa desconocida ni siquiera podía darle un discurso malévolo que los villanos narcisistas solían para recalcar los malvados e inteligentes que creían ser. —Tú sales del camino y será todo mío. El puño nos necesita juntos, tú solo le estorbas. En un tiempo se olvidará de ti, pronto se dará cuenta de lo que verdaderamente importa.
-¿Qué? -¡Genial! Moriría a manos de una loca psicótica que seguramente le había confundido con alguien más, que mierda de muerte: Enserio ¿no había alguien más para ayudar a montar su circo?
—¡Elektra, no lo hagas! —La loca y él observaron al extraño que parecía unirse a la escena, era un justiciero que Frank recordaba haber visto en las noticias ¿Cómo era su nombre? Castle no podía recordarlo ... ¿Diablo ...? ¿Atrevido ...? No, que mal: su mente no estaba en el nombre del hombre en mallitas que se disponía a salvarle, pero lo malo de la realidad (que distaba mucho de los cómics genéricos de héroes) era que el tiempo nunca estaba del lado del bien o del mal: Solo era un salto de fe y en esta ocasión todo estaba a favor de la asesina de sonrisa cínica que apretó el gatillo.
—Seremos reyes de un mundo lleno de luz. —Todo se volvió negro y sin sentido, Frank no tuvo la oportunidad de sentir los escalofríos finales que la sonrisa de esa mujer le causó, tampoco pudo recordar el nombre de ese héroe que, pese a fracasar, lo intentó y ahí venía la peor parte : Frank no pudo llegar a casa con Matthew, no pudo disfrutar su última cena junto a la persona que amaba y tampoco pudo sentir su calor una ultima vez. El alma de Castle, la que ahora navegaba en una nada eterna, quiso lamentarse por ello aunque estaba seguro de que su amado superaría su muerte porque también estaba seguro de que sería muy doloroso para un monaguillo como su Matthew. Eso hacía doler el corazón de Frank, no quería que Murdock pasara malos tragos porque él no pudo correr más rápido de esa ninja psicotica. Ahh, Matthew: Era apuesto como el demonio, le gustaba el orden en exceso, tenía un sentido de la justicia que le hacía parecer demasiado recto, pero tan bien muy adorable, sus ronquidos eran como un susurro del viento, su cabello era largo y suave entre las manos de Castle, su cuerpo estaba bien construido y soportaba bien los golpes, sabía encontrar las caras de sus contrincantes aún siendo invidente, era más alto que él y siempre buscaba recargar su cabeza en su hombro, tenía una lengua puntiaguda y su carácter era de un doble filo extremadamente tentador, Frank había caído por él tras los primeros diez minutos de conversación, no obstante, tardó como medio año en percatarse de ello ¿Frank podría decir con seguridad qué era lo que más amaba del pelirrojo? Sin duda era cuando el abogado llegaba a casa y acunaba el rostro del marine entre sus palmas para juntar sus frentes y susurrarle: tenía un sentido de la justicia que hacía parecer demasiado recto, pero tan bien muy adorable, sus ronquidos eran como un susurro del viento, su cabello era largo y suave entre las manos de Castle, su cuerpo estaba bien construido y soportaba bien los golpes, sabía encontrar las caras de sus contrincantes aún siendo invidente, era más alto que él y siempre buscaba recargar su cabeza en su hombro, tenía una lengua puntiaguda y su carácter era de un doble filo extremadamente tentador, Frank había caído por él tras los primeros diez minutos de conversación, no obstante, tardó como medio año en percatarse de ello ¿Frank podría decir con seguridad qué era lo que más amaba del pelirrojo? Sin duda era cuando el abogado llegaba a casa y acunaba el rostro del marine entre sus palmas para juntar sus frentes y susurrarle: tenía un sentido de la justicia que hacía parecer demasiado recto, pero tan bien muy adorable, sus ronquidos eran como un susurro del viento, su cabello era largo y suave entre las manos de Castle, su cuerpo estaba bien construido y soportaba bien los golpes, sabía encontrar las caras de sus contrincantes aún siendo invidente, era más alto que él y siempre buscaba recargar su cabeza en su hombro, tenía una lengua puntiaguda y su carácter era de un doble filo extremadamente tentador, Frank había caído por él tras los primeros diez minutos de conversación, no obstante, tardó como medio año en percatarse de ello ¿Frank podría decir con seguridad qué era lo que más amaba del pelirrojo? Sin duda era cuando el abogado llegaba a casa y acunaba el rostro del marine entre sus palmas para juntar sus frentes y susurrarle: sus ronquidos eran como un susurro del viento, su cabello era largo y suave entre las manos de Castle, su cuerpo estaba bien construido y soportaba bien los golpes, sabía encontrar las caras de sus contrincantes aún siendo invidente, era más alto que él y siempre buscaba recargar su cabeza en su hombro, tenía una lengua puntiaguda y su carácter era de un doble filo extremadamente tentador, Frank había caído por él tras los primeros diez minutos de conversación, no obstante, tardó como medio año en percatarse de ello ¿Frank podría decir con seguridad qué era lo que más amaba del pelirrojo? Sin duda era cuando el abogado llegaba a casa y acunaba el rostro del marine entre sus palmas para juntar sus frentes y susurrarle: sus ronquidos eran como un susurro del viento, su cabello era largo y suave entre las manos de Castle, su cuerpo estaba bien construido y soportaba bien los golpes, sabía encontrar las caras de sus contrincantes aún siendo invidente, era más alto que él y siempre buscaba recargar su cabeza en su hombro, tenía una lengua puntiaguda y su carácter era de un doble filo extremadamente tentador, Frank había caído por él tras los primeros diez minutos de conversación, no obstante, tardó como medio año en percatarse de ello ¿Frank podría decir con seguridad qué era lo que más amaba del pelirrojo? 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Sin duda era cuando el abogado llegaba a casa y acunaba el rostro del marine entre sus palmas para juntar sus frentes y susurrarle: tenía una lengua puntiaguda y su carácter era de un doble filo extremadamente tentador, Frank había caído por él tras los primeros diez minutos de conversación, no obstante, tardó como medio año en percatarse de ello ¿Frank podría decir con seguridad qué era lo que más amaba del pelirrojo? Sin duda era cuando el abogado llegaba a casa y acunaba el rostro del marine entre sus palmas para juntar sus frentes y susurrarle: tenía una lengua puntiaguda y su carácter era de un doble filo extremadamente tentador, Frank había caído por él tras los primeros diez minutos de conversación, no obstante, tardó como medio año en percatarse de ello ¿Frank podría decir con seguridad qué era lo que más amaba del pelirrojo? Sin duda era cuando el abogado llegaba a casa y acunaba el rostro del marine entre sus palmas para juntar sus frentes y susurrarle: "Ya llegué".
- Ya llegué ... —Frank se sintió confundido, estaba muerto ¿por qué oía a Matt llorar si estaba del otro lado? La muerte no solo era fría, sino que también muy rara - Ya llegué ...
Todo se volvió denso y silencioso mientras Castle navegaba en los recuerdos de su propia existencia terminada mientras palabras que nunca escuchó de vez en cuando se filtraban en sus oídos etéreos. entonces, un momento después de que la noción del tiempo pareciera deshacerse enfrente de sus ojos, Frank abrió los ojos una vez más. Las cosas no tardaron en distinguirse de la muerte, todo blanco, flores recién cambiadas a su derecha y un hombre trajeado durmiendo con un libro sobre su regazo; Frank sonrió primeramente al ver a Matthew, luego su sonrisa se desvaneció ... Matthew no podía leer nada.
—¿Quién eres? —La pregunta fue difícil, cada palabra fue como una navaja rasgando desde el interior de su tráquea, pero el esfuerzo rindió frutos ya que aquel hombre copia despertó de inmediato de su ligero sueño y se acercó a él con la esperanza brillando en sus ojos marrones .
—¡Oh cielos, estás despierto! —Exclamó el falso Matt llevando sus manos a su cabello corto y acomodado hacia un lado por la sorpresa. Luego algo hizo clic dentro de su cráneo tan fuerte que Castle pensó escucharlo, pero no. Las cabezas de los humanos no hacen clic, él solo ... Frank solo estaba muy cansado —¡Oh mierda, estás despierto!
Frank miró al hombre comenzar a ir y venir de un lado a otro.
—¡Matthew va a matarme cuando él ...!
—Matt ... —otra navaja y la sensación de una pasta asquerosa en su paladar, pero la viva imagen de su amado le volteó a ver con la expresión más afligida que era completamente ajena al rostro siempre sereno y bajo control que a Matt le gustaba mostrar en sus momentos más difíciles. —¿Dónde ...?
—Por favor no hables más, Frank, escucha atentamente a lo que te voy a decir —el hombre de traje volvió a su lado, no había seriedad en su rostro, tampoco había burla. Era una profunda pena que a Frank no le gustaba ver en el rostro de Matthew, aun si se trataba del falso Matthew. —Me llamo Mike Murdock y soy el hermano gemelo del que toda persona (sobre todo Matthew) se avergonzaría de presentar a cualquier persona sobre la faz de la tierra. Has estado en coma durante cuatro años y hace dos años hubo un ... Hubo un cambio en el mundo: Un cambio malo.
Frank respiró hondo ¿Dónde estaba su Matt? ¡¿Por qué no era él quien le decía las malas noticias?!
—Fue un chasquido que borró a la mitad de la población, cuñado —las comisuras de los labios de Mike temblaron, pero para Frank no era más fácil. Mientras todas esas cosas pasaban él se las había perdido estando en esa jodida cama blanca con esas flores a su lado, su vida le había pasado por encima sin que lo notara. —Matt fue parte de esa mitad y ahora él ya no está con nosotros.
Frank solo pudo fruncir su ceño, aun cuando trataba de tomar la información y procesarla, esta tan solo revoloteaba a su alrededor junto a los últimos sucesos que recordaba de su vida. Esa mujer ... si aún estaba viva lo pagaría muy caro.
—Quiero que sepas que él nunca se rindió contigo, pasó la mayor parte de su tiempo en esta habitación junto a ti y cuando él se fue ... —Mike se dejó caer en su silla y recogió el libro de derecho que accidentalmente había dejado caer al piso —yo solo traté que la gente de la ciudad que mi hermano amó no se quedaran sin un Murdock para protegerlos, eso te incluye a ti ya que esa Elektra no se fue con el chasquido. Así que ahora estoy reemplazando a mi hermano con ayuda de su socio Foggy Nelson.
Ambos se quedaron en silencio, ese tipo delante de él ... Era un genuino Doppelgänger de su Matthew, pero el manejo de las facciones en verdad era malo. Entonces Castle representa el techo y suspiró quedándose en esa posición por unos momentos.
—Llama ... —Mike lo miró curioso.
—¿A quién?
—Enferme ...
—¡Ah sí, lo siento mucho! —Volvió a exclamar el gemelo que aún quedaba vivo tomando un control con un botón rojo al lado de su cama para llamar a un miembro del cuerpo médico. Ante eso Castle se hizo la pregunta del millón ¿Cuánto más le escondió Matthew Murdock en vida? Él realmente odiaba desquitarse, pero algo le decía que el pobre Mike terminaría pagando los platos rotos. —Ya viene en camino, cuñado.