
el amor es un arte
Capítulo 9: El amor es un arte
Soy sincero con tus dudas
Cuando triste me preguntas
¿Qué sería de nuestra vida si se acabara el amor?
Las entiendo
Porque a mi también me dan miedo
Porque es dolor quien cose todo lo que quiero
Pero el amor no se puede medir en tiempo
o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o
-Brillas como el sol- me dijo la doctora Anderson cuando volví al hospital-. ¿Tiene que ver con que el chico ha vuelto a escena?
-Puede- le dije, últimamente me sentía bastante cómoda con esta doctora. Vivir ¿no? Las amigas entraban ese vivir.
-Oh.
-Me ha dicho que me quiere de la peor forma posible- le dije negando con la cabeza.
-¿Qué ha hecho?
-Pues sabes que cuando se fue yo…
-No lo pasaste bien, lo sé.
-Vale, pues me ves a mi gritándole, explotando, echándoselo todo en cara ¿Y qué hace él? Soltármelo así a la cara, me quedé petrificada y luego le eché de casa.
-Eso no suena como motivo para brillar- me dijo dándome el café que acababa de sacar de la máquina.
-No ¿verdad? Es por que la historia no acaba ahí. Comenzó a mandarme mensajes super entrañables, definitivamente sabe cómo hacer que deje de estar cabreada. Le pedí que viniera a mi casa.
-¡Te has acostado con él!- exclamó.
Abrí los ojos como platos, miré a nuestro alrededor y le di un golpe en el brazo.
-¡No!- medio susurré, medio grité-. Ni siquiera nos hemos besado.
-¿Es gay?- dijo esta vez más bajo-. Entiendo lo del sexo, pero lo otro… por lo que me estás diciendo parecía el momento perfecto.
-No, no es gay. Créeme. Es solo que… es algo… tímido.
-Tímido- dijo ella completamente descolocada-. Ese adonis, ese dios griego, que puede pasar por la cama de medio Nueva York si quiere, y más ahora. ¿Es tímido?
-Sí, sabes que es de otra época- dije, “y virgen” quise añadir, pero eso era cosa de él, no mía.
-Vale, me tendrás que explicar cómo demonios acabaste envuelta con el maldito Capitán América, no sabes la cara que se me quedó cuando me enteré de quien era. Y… ¿el problema? Ya sabes, el TEPT- me dijo, parecía preocupada.
-Bueno, con eso seguimos- le dije-. Lo afrontaremos juntos.
-Eso ya lo habéis intentado y acabaste en urgencias.
-Ya lo sé, pero… tendré más cuidado, y él también, te lo aseguro. Lo que pasó le persigue, después del incidente del otro día vino a cuidarme, ya sabes, la conmoción. Estaba dispuesto a pasarse la noche despierto vigilándome después del día que había tenido. Él tiene más miedo a que vuelva a pasar que yo.
-Eso no es necesariamente bueno, puede provocarle otro episodio.
-Lo sé, y él también. Se lo ha dicho su terapeuta.
-Ayuda profesional, eso está bien ¿medicación?
-No, no tienen ni idea de la dosis que deberían ponerle. Y tú ¿qué? Algún amorío que contarme.
-¡No! El amor es para niños y adolescentes- me dijo.
-¿Y yo que soy, un niño o un adolescente?
-Niño, por supuesto- me dijo-. Para que fueras adolescente tendría que haber sexo- se metió conmigo-. Me refiero a que yo estoy genial como estoy. Si quiero sexo, salgo una noche y lo encuentro, ¿Para qué quiero más? Si quiero compañía para eso os tengo a vosotras ¿no? Ayer follé y ahora estoy teniendo una agradable conversación. Estoy genial.
-Ya llegará el hombre al que no quieras echar de tu casa con agua hirviendo a la mañana siguiente y serás aún peor que yo.
-Cuando eso ocurra, mátame, rápido, que perezca un accidente- me dijo y yo me reí.
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Porque es un arte, no se rige por un calendario
Es lo invisible que mantiene este mundo girando
Tan solo amemos nuestros cuerpos
Mientras lo permita el alma
Y no me hagas más preguntas
Porque no se contestarlas
Hagamos hoy el equipaje
Con los recuerdos que vivimos
Por si nos encuentra el destino
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-Así que vuelves a buscarla a la puerta del hospital- dijo Anderson acompañándome junto a Steve a la salida del hospital, le di un codazo-. ¿Qué? Es un hecho.
-Steve ¿te acuerdas de la doctora Anderson?- le dije.
-Sí, como no.
-Bueno- dijo ella con una sonrisa estrechando su mano-, no fue la mejor forma de conocernos, pero todo bien. Si te portas bien.
-¡MARTHA!- exclamé.
-¿Qué?- dijo ella inocente-. Solo comento sus habilidades con el escapismo.
-¡Martha!- dije otra vez.
-No importa- dijo Steve-. Tiene razón. Si le sirve de algo, señorita, no tengo ninguna intención de desaparecer de nuevo.
-Eso espero. Bueno, me voy- dijo Martha Anderson dándome un beso en la mejilla y haciendo un movimiento con la mano hacia Steve-. Nos vemos en la próxima guardia.
-Nos vemos.
-No le caigo muy bien ¿verdad?- me dijo Steve cuando ella se había alejado lo suficiente.
-No es eso. Es solo que… creo que alguien la hizo daño- le dije-. Es algo rencorosa con los hombres.
-Es una pena, es una chavala muy guapa.
-¿Tengo que ponerme celosa?- bromeé.
-No- me dijo él acercándome a él por la cintura con una sola mano-. Yo solo tengo ojos para ti.
-¿Sí?- susurré con la cara a centímetros de la suya.
-No lo dudes- me susurró él de vuelta mientras nuestras caras comenzaban a acercarse.
“PIIIII” “PIIIIII” “GILIPOLLAS” escuchamos en la distancia y dimos un salto hacia atrás separándonos. Miramos en dirección al revuelo y vimos a un señor metiendo prisa al autobús para poder pasar.
-Tendrá prisa, parece un hombre agradable- bromeé.
-La palabra agradable no es lo que se me ha venido a la cabeza. ¿Estás muy cansada?
-Guardia de 36 horas- le dije-. ¿Por? ¿Tenías algo planeado?
-Nada que no se pueda retrasar a mañana- me dijo-. Vamos, te llevo a tu casa.
-¿Subes?- le pregunté.
-No lo sé, es de noche- me dijo-. Deberías dormir.
-¿Es por qué no es apropiado?- le pregunté.
-En parte, la otra parte es que tienes que descansar.
-No estoy tan cansada, ha sido una guardia tranquila, he podido dormir un rato. Compremos unas hamburguesas de camino a casa y nos las cenamos juntos- le dije-. No es tan tarde.
Él me miró como debatiendo consigo mismo.
-Está bien.
Sonreí triunfante y cogiendo su mano comencé a caminar hacia el Burger King que había doblado la esquina, compramos nuestras hamburguesas y fuimos hacia mi casa.
-Así que estás viviendo con Tony Stark- le dije abriendo la puerta de casa y entrando, dirigiéndome a la cocina para sacar un par de platos.
-Sí- me contestó dejando las hamburguesas sobre la encimera.
-¿Y cómo es vivir con el multimillonario más famoso del Estados Unidos?- le pregunté y él me miró con una ceja alzada-. ¿Qué?- le pregunté.
-Me caía mejor su padre- me dijo.
-Steve…
-No nos cruzamos mucho, esa torre es enorme.
-Bueno- le dije-, esperaba que después de salvar Nueva York juntos por lo menos fuerais un poquito amigos.
-¿A qué vienen tantas preguntas sobre Stark?- me preguntó
-Va a venir al hospital- le dije-, a visitar a los niños, ya sabes. Solo quería saber a qué nos vamos a enfrentar.
-Sarcasmo y motes- me dijo-. Irá bien. Pero tú estás en urgencias ¿no?
-Ya, sí. Pero como me llevasteis vosotros al hospital y se quedó allí a esperar a que despertara, cosa que no entiendo por qué hizo, mi jefe cree que le conozco a nivel personal y me toca ser la anfitriona de Iron Man.
-Hablaría con él, pero me temo que eso solo lo haría peor.
-¿Peor? Me estás asustando- le dije.
-Irá bien. En el fondo Stark es un buen tipo, pero como ya he dicho es sarcástico y… puede que trate de cortejarte.
-¿Cortejarme?- a veces las palabras que usaba, a pesar de saber su significado, me sacaban de escena. Me estaba acostumbrando, pero aun así…
-Llevarte a la alcoba- me aclaró malinterpretando mi contestación.
-Oh ¿Celoso?
-No- dijo él sacando los platos hacia la mesa del salón y dejándome sola en la cocina.
-¡Estás celoso!- exclamé-. Steve… ¿de verdad?
-No eres tú, es él. Le he visto con las mujeres y no quiero que se comporte así contigo.
-Steve, da igual. Puedo manejar algo de sarcasmo, suelo devolver otro buen sarcasmo.
-Phf- dijo él encogiéndose de hombros.
Me acerqué a él y cogí su cara entre mis manos.
-¿Para qué quiero un Iron Man si tengo un Capitán América? - le pregunté-. Además, hasta donde yo sé ambos tenemos a alguien más.
Él cerró los ojos y asintió.
-Lo siento, es una estupidez- me dijo-. Jamás imagine que alguien como tu podría estar interesada en alguien como yo.
¿Con cuantas gilipollas estiradas se había encontrado este chico antes del suero? Respiré hondo.
-No digas tonterías- dije besando su mejilla antes de volver a mi lado de la mesa para acabarme mi cena-. Me tienes en un pedestal del que tienes que bajarme Steve. Mereces mucho más que yo.
-Te equivocas.
-Crees que soy yo la que está en peligro a tu lado por tu Trastorno de Estrés Postraumático, pero tú no tienes ni idea del peligro que corres a mi lado- le dije.
-No te he visto perder el control ni una vez, y te han sobrado excusas.
-Eso no quiere decir que no pueda pasar- le dije-. La destrucción que montó Hulk se quedaría en un juego de niños.
-No creo que sea para tanto.
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Porque el amor corazón no se mide, el amor es un arte
Unos versos de Alan Poe sino
Una obra de Miguel Ángel
Pero con tu pelo
El concepto de amor verdadero, no lo entiendo y tampoco lo quiero
Una estación de Vivaldi amor que sonando en tu cintura
Hay que aprender a tocarla sin leer la partitura
Es el caballo de Troya que cambia la historia y a veces te arranca la piel
Y si me preguntas por los sentimientos ¿qué voy a saber?
Tengo que contestarte
El amor es un arte
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Nos encontrábamos en el sofá fingiendo que veíamos una película mientras él me contaba cosas de su vida antes de la guerra.
-No puede ser ¡Steve! ¿Tenías deseos de muerte o algo así?
-Si huyes no paran de perseguirte, lo mejor es plantarles cara- me dijo encogiéndose de hombros.
-Aun así, simplemente podría…no sé, no haberlo iniciado.
-¿Y dejar que pasara una injusticia?
-Por pura supervivencia.
-No era mi estilo. No sé mirar hacia otro lado.
-Lo sé- le dije acunando su cara con una de mis manos y subiendo mis rodillas al sofá para tener mejor margen de maniobra-. Es una de las cosas que me gustan de ti.
-Entonces intentaré no perderlo- me dijo y yo me adelanté para juntar nuestros labios.
Él se echó para atrás de golpe ¿me acababa de hacer una cobra?
-Lo siento- dije levantándome del sofá fingiendo que lo hacía para llevar los del botellines de cerveza vacíos que había sobre la mesa.
-Soph- me llamó mientras se levantaba él también y me seguía a la cocina.
-No, tranquilo, está bien- le dije intentado dedicarle una sonrisa sincera-. Es solo que pensaba… No importa- dije mientras volvía a pasar a su lado dándole una pequeña palmada en el bazo-. Ahora vengo, voy al baño.
-¿Estás bien?- me dijo.
-Sí.
Cerré la puerta del cuarto de baño detrás de mí y me miré al espejo.
-Idiota- susurré-. Eres una completa idiota.
Me lavé la cara.
o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o
Es imposible explicarte como acabarán las cosas
Cuanto tiempo aguantarán vivas nuestras mariposas
Es un arte
Como pintar los sentimientos
Es como un baile entre una nota y su silencio
Es la poesía con la que se viste el viento
Es solamente un cuadro efímero, cruel, vanguardista
Que va buscando quien lo firme y no encuentra al artista
Tan solo amemos nuestros cuerpos
Mientras lo permita el alma
Y no me hagas más preguntas
Porque no se contestarlas
Hagamos hoy el equipaje con los recuerdos que vivimos
Por si nos encuentra el destino
Porque el amor, corazón, no se mide
El amor es un arte
Unos versos de Alan Poe sino
Una obra de Miguel Ángel, pero con tu pelo
El concepto de amor verdadero
No lo entiendo y tampoco lo quiero
Una estación de Vivaldi amor, que sonando en tu cintura
Hay que aprender a tocarla sin leer la partitura
Es el caballo de Troya que cambia la historia y a veces te arranca la piel
Y si tu me preguntas pro los sentimientos ¿Qué voy a saber?
Tengo que contestarte
El amor es un arte