
Aprovechar el momento
Su espalda se arqueó en la cama cuando el analista sujetó su miembro con su mano, haciéndolo ver estrellas.
Por el Valhalla, hacía… hacía demasiado tiempo que no yacía con nadie.
Su cuerpo se estremeció al sentir las rugosidades de los dedos del otro apresándolo y presionando justo lo necesario.
_Mo… Mobius… - gimió cerrando los ojos.
_¿Sí Loki? – le preguntó el hombre con humor en la voz.
_No juegues… - le pidió mordiéndose los labios, mientras este lo masturbaba con suavidad.
_Creí que el que jugaba… eras tú – le contestó este besando su pecho.
_No… no me pude resistir – reconoció aclarándose la garganta.
Y era cierto.
Había sido una movida algo invasiva, pero, como él mismo había dicho: su magia era parte suya.
Deleitar a su pareja con un beso de su seidr, era su privilegio.
_Pues… - le dijo el otro deslizando su lengua por sobre su vientre – yo tampoco.
Ahogó un grito al sentirlo llevar su miembro dentro de su boca y sus manos instintivamente fueron a la cabeza del analista, para acariciar sus cabellos, mientras este le practicaba sexo oral.
Dioses. Mucho era poco.
Hacia centurias que alguien como Mobius había decidido servirlo de esa manera.
Sus… encuentros amorosos, eran demasiado limitados y, usualmente, a escondidas.
Nadie quería mostrarse con él debido a su reputación y, él tampoco, deseaba revelarse junto a esas personas. No después de haber sufrido demasiados reveses gracias a la intervención de Sif y de los Guerreros amigos de Thor.
Su bruto y enorme hermano, de hecho, estaba convencido de que era algo así como un maldito ermitaño, cuando la verdad era que se había hartado de tener que soportar la mirada dolida de quiénes, por atreverse a desear al príncipe menor de Asgard, eran molestados hasta el agotamiento por quiénes no tenían mejores cosas que hacer que andar inventando cuentos sobre su persona.
_Hey – sintió que le decía Mobius y abrió los ojos para ver los suyos directamente – Loki. No. Vuelve de dónde quiera que estés.
Negó con la cabeza.
Había perdido la noción de lo que sucedía, recordando malos momentos.
_No. No. No – le susurró el analista sujetando su rostro para besarlo en los labios – No es un problema si no puedes, Loki. Esta todo bien. En serio.
Pero no lo estaba, ¿no?
No estaba bien.
No debería estar perdiendo el tiempo con sus dudas y resquemores y memorias.
Deberían estar aprovechando las escasas dos horas que tenían antes de volver a involucrarse en el caos que se avecinaba.
Mobius no era Sif. No era Hogun. No era Volstagg. No era Fandral.
No lo había bautizado padre de monstruos en los pasillos.
Mobius no era Odin.
No había aceptado que se lo maltratará verbalmente a fuerza de rumores constantes.
Mobius lo había dejado cuando él había necesitado seguir su camino y había vueltoa buscarlo cuando ese camino le había dado una bofetada.
Tragó saliva.
Mobius que acariciaba su rostro, secando sus lágrimas, merecía más que la ilusión que había vivido mucho malos años en Asgard.
Okay.
Lo admitía.
No había tenido demasiadas parejas en su vida.
No era como que sabía exactamente lo que estaba haciendo.
De hecho, en la TVA sólo había tenido encuentros fortuitos con mujeres, por lo que su conocimiento respecto de relaciones sexuales con miembros de su propio sexo podía reducirse a cero. Nada.
Lo que no evitaba que su curiosidad lo hubiese llevado por los caminos necesarios, una vez que hubo admitido que el Dios le resultaba atractivo.
Y eso había pasado mucho tiempo antes de tenerlo de compañero de aventuras.
Así que no creía haber sido tan desastroso como para tenerlo llorando, mientras en su cerebro se prendían todas las luces de alarma.
O sea, el entusiasmo debía valer de algo, ¿no?
¿Quizá había apresurado demasiado las cosas?
Se preguntó limpiando sus lágrimas, mientras el asgardiano negaba.
O…
Abrió los ojos grande cuando recordó que Loki, no venía de cualquier lugar.
Cuando había sido arrestado, era 2012, había fracasado en el ataque a New York y llegaba casi fresco de la cámara de torturas de Thanos.
Demonios.
Thanos era un punto prohibido para los analistas de la TVA por la jueza. Sólo ella podía visualizar los archivos del Titán y, si algo definitivo le había acontecido a su pequeño Dios, nadie más que esa mujer lo sabría.
¿Sería posible qué…?
Después de todo, no sería la primera vez que algún desgraciado bastardo utilizará ese tipo de método de tortura. Loki era extremadamente bello. El glamour de Odín y la influencia de Asgard hacían que su cuerpo permaneciese en prístinas condiciones siempre y… eso no abundaba alrededor de ese monstruo. Sus… retorcidos hijos, en su mayoría, eran seres repulsivos, de los que no le cabía demasiadas dudas que habrían visto a su Loki como una presa perfecta y… tan disponible.
Contuvo el aliento y tragó saliva.
Era un idiota.
Ni siquiera se lo había preguntado… o cuestionado.
No. Lo había metido de cabeza a buscar a Sylvie, después de mostrarle… el video de la muerte de su mamá.
No lo había hecho pasar por una revisación médica o por algo similar, sabiendo que las variantes no eran atendidas, ya que, al final de los juicios, lo más seguro era que terminasen podadas.
_Cariño – le dijo entonces tratando de salvar la situación - ¿Qué te parece si nos metemos debajo de las mantas y sólo nos abrazamos? Ya habrá tiempo más adelante.
Y hablaba en serio.
Loki le interesaba mucho más que sólo por su cuerpo.
Por supuesto, había deseo de su parte. Era imposible no sentirlo. Más, si el otro no podía corresponder esos momentos con felicidad, él no iba a forzarlos. Su sola presencia entre sus brazos era suficiente.
El asgardiano abrió sus ojos finalmente, luego de tenerlos cerrados largo rato y se semi incorporó para besar sus labios con suavidad, lo que lo hizo sonreír. Definitivamente, si sólo podía tener a Loki besándolo, toda su vida como analista para esa organización, había valido la pena.
El Dios era fuego a cada momento y, literalmente, un rayo de sol en privado.
Lo que le iba como un anillo al dedo, porque él no tenía demasiado de aventuroso en los momentos íntimos.
_Mobius – le dijo Loki juntando su frente con la suya – Yo… si no tienes problemas… prefiero que estemos juntos, pero… no con esta piel… me… me trae demasiados malos recuerdos… no puedo parar de oír voces del pasado… es… no es como que disfrute en demasía usar mi otra identidad… pero, ciertamente es mejor…
Los amigos de Thor.
Eran unos imbéciles.
Oh, como había deseado en el pasado que alguno de esos cuadrados de cabeza violará los principios de la TVA para poderlos arrastrar a los tribunales y que la jueza se los comiera vivos.
Lamentablemente, eso no había pasado y todos su pensamientos de venganza se habían reducido a eso. Pensamientos.
Pero eso no importaba.
No ahora, por lo menos.
Ahora sólo tenía que concentrarse en Loki y en lo que necesitaba.
_Yo no tengo problema, Loki. En serio. No lo tengo – le aseguró acariciando su rostro.
_Voy a verme muy diferente – susurró el Dios.
_Vas a ser siempre Loki para mí – afirmó llevando ahora ambas manos a sus mejillas – Recuerda que… era más o menos como un admirador secreto de tu vida. No he visto fotos tuyas en tu forma de Jotun, pero he visto nativos de Jotunheim. Sé como se ven. Y no son repulsivos. De hecho, siempre me resultaron bastante atractivos.
El asgardiano rio bajo y inspiró y exhaló profundamente, mientras su cuerpo iba lentamente transformándose.
Silbó con apreciación al terminar el proceso.
Si Loki con ojos verdes, piernas kilométricas y piel blanca como la nieve, era una vista panorámica del paraíso, como Jotun, totalmente azul, cubierto de líneas por todo el cuerpo y con unos ojos rojos cautivantes, te quitaba el aliento.
_Te ves increíble – murmuró recorriendo con sus dedos las líneas de su cara disfrutando enormemente del relieve y del frío que se desplegaba de estas – Increíble.
_¿No tienes problemas en que permanezca así… mientras nosotros…?
_No. No. Para nada – le aseguró tragando saliva – Pero sólo si tu quieres… no te fuerces si no puedes o no quieres.
_Quiero – le señaló con firmeza – Realmente quiero.
El analista asintió y deslizó un dedo por su torso.
_¿Deseas entonces que vuelva… a lo que estaba recién?
_Por favor – le pidió con un jadeo.
Mobius lo empujo con suavidad para que se recostará entonces y retornó a recorrerlo con besos hasta llegar a su miembro, el cual volvió a introducir en su boca, provocando que sus sentidos se intensificarán y su cuerpo se tensará inmediatamente.
Ahora sí podía disfrutar.
Su piel Jotun era algo que, aún, por una cuestión de principios no quería que nadie más viera, pero, en ese lugar y en ese momento, lo hacía sentir tan distinto, que aislaba las voces derogatorias de las que estaba tan lleno su pasado.
Era como ser alguien distinto y, a la vez, él mismo.
Sus manos volvieron a ubicarse sobre sus cabellos, acompañando el vaivén de esta sobre su falo, en tanto sus talones se apoyaban en la cama, elevando su cintura.
_Mo… Mobius… Mobius…
Gimió sin reparo.
No había esperado que la piel de los Jotun tuviese tantas sensaciones al tener una fuente de calor cerca. Literalmente la lengua del analista recorriendo su miembro en cada succión era como una caricia húmeda, caliente y excitante.
Las manos del hombre desaparecieron de su miembro y casi le preguntó porque, cuando escuchó un sonido de metal y cuero en el cuarto.
Nornas.
Mobius se estaba tocando a sí mismo, mientras lo succionaba.
Quería ver. No iba a poder hacerlo así. Llamo a su seidr entonces y realizo una de sus usuales proyecciones.
La imagen era sensual. No iba a desconocer ese hecho.
La jueza tenía un gusto marcado por la asepsia, entonces el cobertor sobre el que se encontraban era inmaculadamente blanco y su piel Jotun sobre este lucía maravillosamente.
Evidentemente la coloración de la piel de los gigantes de hielo se acentuaba cuando sostenían relaciones sexuales. En ese momento, mientras se veía retorcerse a sí mismo sobre la suave superficie, el tono que le enseñaba era de un azul tan oscuro, que podía confundirse con el de la noche más profunda. Asimismo, las líneas de su cuerpo parecían haberse inflamado ante el disfrute y sobresalían notoriamente.
Se mordió el labio y fijó su mirada en sus propios ojos.
Siempre había sido un narcisista. Lo sabía.
Amaba verse, pese a todo lo que habían trabajado en contra de ello quiénes lo rodeaban.
Y allí rendido a las manos y los labios del analista, reconocía que nunca, se había visto mejor en la vida.
Loki, finalmente se reflejaba completo, perfectamente feliz, disfrutando sin ataduras ni miedos.
Sonrió negando con la cabeza.
Sólo le había llevado 1500 años el darse cuenta de que, no necesariamente el trono iba a darle esa sensación de poder y de control, que el tener a su merced, exclusivamente para él la vida de alguien más, le estaba dando.
Oh, el conocía a Mobius.
Sabía que había sido siempre su obsesión personal.
Por el Valhalla.
Era Loki.
Naturalmente había escuchado todo lo que no habían querido que escuchará.
Sino, ¿por qué había perdido el tiempo con su personalidad fuera de la oficina de la jueza?
Mobius era suyo desde el primer momento.
Lo había comprobado mientras perdía el tiempo ojeando las revistas del analista, charlando con Miss Minutes.
Su archivo estaba escondido debajo de estas, pero estaba allí, lleno de anotaciones y de señaladores de páginas.
Conocía de obsesiones.
Las había vivido.
Y esa, la que tenía el otro con él, era tan clara como el agua.
Pero, las cosas nunca eran fáciles en su vida, ¿no?
Había terminado sintiendo... lo que en esos tiempos creía que era solamente respeto por el analista y, por primera vez en su vida, el Dios de la Travesura, había optado por no aprovecharse de la mano favorable que está ventaja podía darle y preservar el corazón del otro lo más posible, porque una cosa era medio clavarle un puñal en la espalda yéndose tras Sylvie (movida que, aparte, en ese entonces sabía que podía justificar como estratégica) y otra era llevarlo todo al plano de los sentimientos y, verdaderamente, destruir al mortal.
Mobius... simplemente se había vuelto demasiado importante como para jugar así con él.
Sus ojos se abrieron en un jadeo al caer las fichas finalmente, mientras el orgasmo que alcanzaban sus cuerpos, le nublaba la vista unos instantes.
Mobius se había vuelto demasiado importante para jugar con él.
Se repitió al poder volver a tomar conciencia de lo que le sucedía alrededor.
Oh, mierda.
Pestañeó al ser separado de su miembro por sus manos temblorosas algo abruptamente.
_¿Loki?
Le preguntó medio gruñendo mentalmente porque... demonios, había estado genial y sólo quería flotar y... sabía que él también debía estar medio volando, o sea, no que necesitase un impulso en el ego, pero... uno aprendía como medir esas cosas, aunque no tuviera la mejor de las experiencias.
El Dios se sentó en la cama y lo ayudó a hacerlo también, removiendo su mano de dentro de su ropa, para luego acariciar su rostro y besar sus labios profunda y lentamente.
Okay.
Pensó mientras este lo recordaba sobre las almohadas.
No iba a quejarse.
Esto se sentía demasiado bien como para hacerlo.
_Vuelvo a decirlo... te ves increíble.
Le susurró acariciando una de sus azules mejillas al tenerlo viéndolo con atención. Loki excitado en esa piel era muy atractivo.
El Dios sonrió bajando los ojos y tuvo ganas de reír.
¿Quién iba a decir que el camino para callar esa boca que nunca paraba era simplemente señalarle lo obvio?
Que era enormemente deseable y que medio lo tenía desquiciado.
_Mobius... - le dijo el Dios entonces - estaba confundido...
Eh... ¿qué?
Levantó una ceja al verlo volver a mirarlo y medio por un segundo su cerebro hizo corto.
¿Estaba confundido?
¿Cómo?
¿De qué manera?
Porque... como que me hubieses avisado antes, Loki. Tuvo ganas de decirle, mientras sentía que volvía a sonrojarse con fuerza porque, diablos, hacía nada había estado básicamente masturbándose mientras le succionaba el miembro hasta, literalmente, acabar ambos.
Y no lo había hecho tan mal como para que el asgardiano dijera: no, este tipo no vale la pena.
_No - le dijo entonces Loki sujetando su rostro para volver a besarlo - No estaba confundido contigo. No. Con... con ella estaba confundido. Creí que lo que sentía era por ella y... la verdad es que, venía sintiéndolo de antes. Pero mi cabeza no está acostumbrada a razonar estas cuestiones. Es un área muy vulnerable para mí y... - el Dios inspiró y exhaló tomando coraje - lo que quiero decir es que...
_Loki - le dijo interrumpiendolo aliviado, aunque con ganas de nalguearlo por pegarle un susto tremendo - ya lo sabía.
_Eh?
Que ya se que me quieres. No necesitas decirlo.
_¿Cómo...? - pestañeó el asgardiano sorprendido -
_Cariño, no buscaste regresar con Sylvie. Por mucho daño que te hubiese hecho. Por mucho que te hubiese abandonado en una línea temporal que desconocías. Sí verdaderamente hubieses sentido este tipo de amor por ella, hubieses peleado por volver a su lado, Loki - le explico sonriendo - ¿Olvidas que eres mi sujeto preferido de investigación? Sé adónde eres capaz de llegar enamorado. Y... puesto entre la espada y la pared, no volviste por ella, sino que me buscaste... Y, por cierto, quiero que sepas que siento lo mismo. Es como muy obvio y, probablemente, tampoco necesito decirlo, pero lo quiero decir igual
Bien.
Eran dos cursis en privado.
Era bueno saberlo.
Pensó divertido cuando el Dios se abalanzó sobre su persona y lo abrazó con fuerza.
Suponía que era entendible también. En su caso no... no recordaba ese tipo de experiencias sentimentales. No sabía si las habría vivido alguna vez. Al descubrir que era una variante, medio que había reevaluado su vida y había encontrado que fuera de su continúo amor a escondidas por el asgardiano no tenía memoria de una relación similar
Y seguramente no recuperaría dichos recuerdos de poseerlos, puesto que... si existía otra TVA y otro Mobius... bueno, no era demasiado loco el pensar que su existencia se debía a un proceso de clonación. O sea, no sonaba demasiado realista el que todas sus versiones hubiesen terminado siendo variantes. Teniendo en cuenta el aspecto pragmático de la TVA, podía apostar que cada variante era entrenada y monitoreada y que, las que mejor se adaptaban, terminaban pasando a formar parte de una reserva temporal genética de seres adecuados con los que, quién movía los hilos tras bambalinas, se encontraba perfectamente servido y que podía reemplazar con facilidad.
Entonces, sus recuerdos, de existir, serían ecos de los recuerdos del Mobius original. Lo suficientemente fuertes como para que Sylvie, por ejemplo, pudiese encontrarlos, como lo había hecho con C20 o B15, pero no verdaderamente reales.
Igualmente, no importaba.
No iba a decírselo a nadie. Ya bastante tenían los empleados de su TVA teniendo que asimilar que eran variantes usadas como cosas, para encima sumarle todo este otro universo de abusos
Acarició su espalda deslizando sus dedos por sus marcas, mientras el asgardiano hacía uso de su magia para limpiarlos y terminar de despojarlo de su ropa.
Lo que lo llevó a mirarlo a los ojos nuevamente, pensando que, en el caso de Loki, no era la primera vez que amaba, puesto que en 1500 años, había habido un par de esas veces e inclusive un casamiento diplomático que había acabado en desastre, pero esta ciertamente era la primera vez en mucho tiempo y con su identidad descubierta.
Así que, en ese sentido, estaban iguales.
_Seguramente no vas a escuchar esto muy seguido - le dijo divertido - pero tu magia tiene sus ventajas.
El Dios se largó a reír y, en lo que era una muestra del carácter caótico y juguetón del asgardiano, chasqueó sus dedos y las sábanas y manta que hasta ese momento habían estado bajo de ambos, pasaron a cubrirlos.
_¿Cuánto nos queda de esas dos horas?
Le preguntó refugiando su rostro en su cuello con un suspiro.
_Más o menos – le respondió el analista estirando sus manos para recuperar el tempad que se encontraba en la mesa de luz y ver su pantalla – Cuarenta y cinco minutos
_Perfecto – comentó abrazándolo – No quiero moverme por los próximos cuarenta.
El analista se encogió de hombros volviendo a envolverlo en sus brazos, mientras sus manos acariciaban su espalda.
_Por mi, no hay problema.
Sonrió contra su piel disfrutando del momento lo más posible.
No era de quedarse en las camas que compartía.
Más que nada porque, pasados los momentos de pasión, su cuerpo pasaba a necesitar su propio espacio.
Pero aquellas en las que terminaba pasando horas tras esos momentos, siempre terminaban en este tipo de afecto post orgasmo, ya que, las personas que las habitaban eran aquellas por las que se había decidido.
No.
No iba a volver a angustiarse por el pasado.
Se recordó llevando una de sus manos al pecho de Mobius para visualizar el contraste de su nueva piel con la del analista. Era una visión… extraña. Cautivadora y, a la vez, conflictiva. Los Jotun eran… territorio desconocido para él.
No había tenido tiempo, ni orden mental, cuando descubriese su ascendencia, como para investigar la fisonomía, fisiología, anatomía y funciones de los gigantes de hielo.
Y luego había pasado Thanos y… había estado demasiado ocupado en resistir el dolor y sobrevivir, como para pensar en lo que era biológicamente, salvo por el hecho de provocarle a quien estuviese cerca hipotermia.
Suspiró dibujando círculos sobre la piel ajena dejando escapar apenas el frío suficiente como para estremecerlo un poco.
Lo único que conocía a profundidad de los Jotun, era que regulaban su temperatura. Que esta era un arma y que podía además ser otras cosas. Gracias a que los hijos de Thanos habían castigado su cuerpo hasta que el glamour de Odín se había quebrado y, al notar que también habían quebrado su resistencia, habían intentado… aprovecharse de las circunstancias, para terminar descubriendo que uno de los suyos, puesto en esa situación, podía arrancar extremidades al congelarlas.
Gracias a las Nornas, Thanos había hallado la cosa hilarante y había optado por utilizarlo como peón y no como herramienta de placer para sus tropas.
Por ello hoy podía portar esa misma piel sin temor a lastimarlo.
Porque había aprendido a convertirla en una ventaja.
_Eso es – se dijo abriendo los ojos y medio levantándose para ver al otro a la cara - ¡Lo tengo!
_¿Qué? ¿Qué tienes? – le preguntó Mobius corriendo sus cabellos extrañado.
_Aquel que permanece… el tipo con el que nos encontramos Sylvie y yo, después de encantar a Alioth – le explicó apresuradamente – Él no inventó el viaje entre líneas temporales. Él simplemente cultivó el conocimiento humano hasta el momento y lo usó para su beneficio. Como con mi piel – le explicó mostrándole una de sus manos – Yo aprendí a usarla para evitar las manos atrevidas de las tropas de Thanos al variar la temperatura que puede producir…
_Oh, Loki – le dijo Mobius sentándose y abrazándolo – Sabía, sabía que ese hijo de…, iba a intentar algo así. Siento mucho no haberlo notado antes y haberte dado la ayuda que necesitabas… soy un imbécil.
Sonrió entre sus brazos y se separó apenas para besar sus labios.
Si.
No iba a costarle nada acostumbrarse a ese tipo de atenciones.
_No eres un imbécil, sólo lento y, me diste algo más importante, si estamos como estamos – le dijo volviendo a entusiasmarse – En cualquier caso, a lo que iba, es como con lo de los eventos apocalípticos, es demasiado obvio y lo tenemos justo delante nuestro y…
Mobius bajó la cabeza y se largó a reír con todas sus fuerzas, soltándolo para sujetarse el estómago.
Entornó sus ojos viéndolo mientras se cruzaba de brazos ofendido.
Estaba explicando algo importante aquí.
_Lo… lo siento – le dijo entre risas cuando pudo controlarse un poco – Es que… extrañaba que te pusieras así de intenso y… sigue, sigue, por favor.
Giró los ojos.
No era intenso.
Era determinado, que no era lo mismo.
Pero no iba a gastarse explicándole a un bingelsnipe la diferencia entre la curvatura de un astro y la extensión de una galaxia, por lo que fue concreto y al grano, como dirían los mortales.
_Necesitamos encontrar el punto de inflexión. El momento en que fue descubierta la posibilidad del viaje entre tiempos y dimensiones. Si podemos comunicarnos con la gente que lo hizo – le dijo – podremos descubrir como hacer lo mismo que él: crear una sola línea temporal que contenga los multiversos y evitar la guerra que se nos viene encima… o por lo menos retrasarla, mientras ideamos que hacer con las demás variantes de este ser, porque son peligrosas en serio Mobius.
El analista volvió a recostar y miró al techo pensando.
_No es mala idea – le dijo finalmente llamándolo con un dedo.
_Mobius… - le expresó riendo un poco – No podemos volver a acostarnos, seguramente va a haber que hacer un montón de investigación en tus archivos para hallar el nombre de la gente que hizo eso y el tiempo apremia.
_Nos quedan… - le dijo el analista volviendo a ver el tempad – treinta y cinco minutos de paz, Loki. El multiverso no va a destruirse en treinta y cinco minutos. Y nosotros dos, lo más seguro es que, después de estos treinta y cinco minutos, no vamos a tener ninguno más de descanso en mucho, mucho tiempo. Y no, no pienso sacrificar la posibilidad de treinta y cinco minutos acurrucado con mi nuevo novio, después de haber hecho el amor, ni por todos los peligros de la existencia, así que…
Negó con la cabeza al verlo abrir sus brazos y suspiró.
Tenía un punto.
No iban a poder ni dormir después de eso.
Bastante incertidumbre iban a tener, ya que, no veía como una misión muy sana el enfrentarse a ese tipo tan peligroso.
Tenían que aprovechar esos instantes de paz.
_Después no digas que no trate de ser el razonable y responsable – le dijo volviendo a refugiarse entre sus brazos.
_Anotado, Su Majestad. Por una vez en la existencia del multiverso fue usted el ejemplo del buen comportamiento – le respondió el otro riendo bajo mientras volvía a acariciarlo.
_Voy a disfrutar tanto decírtelo al oído mientras estas tapado de papeles – le susurró dándole un beso en el cuello, porque, la verdad, ese mortal impertinente se lo merecía.
_No va a hacer falta – le explicó el analista llevando sus dedos a su barbilla para poder verlo a los ojos – Sé adónde tenemos que ir. No es exactamente el momento en que el viaje en el tiempo fue descubierto, porque estoy seguro que eso sigue bloqueado para cualquier intervención de la TVA y ni Ravonna tenía el acceso para llegar ahí, pero tengo claro el momento más cercano posterior, dónde podemos encontrarnos con la persona que creo la posibilidad de transportarse entre dimensiones y tiempos.
_¿La persona? – le preguntó asombrado - ¿Un solo mortal fue el que descubrió como hacerlo?
_También descubrió que tú no eras tú cuando invadiste la Tierra por orden de Thanos, al dejar registro de sus observaciones cuando charló contigo en el penthouse y… aunque no siempre tomó las mejores decisiones, de todos los héroes de ese momento, fue el único que intento proteger a la humanidad de un ataque a gran escala y, a final de cuentas, fue quien terminó salvándola.
Tragó saliva.
Sólo había hablado con una persona en ese lugar.
_Oh, no, no él de nuevo – gruñó dejando caer su rostro sobre su pecho, lo que provocó un estallido de risas en Mobius.
_¿Sigues queriendo apresurarte a salir de la cama? - le preguntó este mientras reía y negó con su cabeza sobre su piel – Me parecía. Ahora… ¿podemos volver al Loki cariñoso que le gusta dar besos y dejarse besar, antes de que tengamos que salir de aquí y vuelva a ser el Grinch en público?
Asintió suspirando, mientras Mobius volvía a levantar su rostro para acercarlo al suyo.
Tenían treinta minutos.
Tenía razón.
Iban a tener que sacarles el mejor provecho posible, se dijo abriendo sus labios para recibir los suyos.