Reinicio

Marvel Cinematic Universe Loki (TV 2021)
M/M
G
Reinicio
author
Summary
No podía terminar así
Note
Esta va a ser una historia corta. Tres, a lo sumo cuatro capítulos, ya que tengo demasiados WIP.Sin embargo, pienso dejar el camino abierto para continuarla, si despierta su interés queridos lectores.Fuera de ello, dos cositas:a) Esto es fanfiction no canon, han sido avisados.b) Disclaimer: No percibo ningún tipo de dinero por esto. Sólo lo hago para divertirme yo y compartir con el fandom. Los personajes y su historia canonica son propiedad de sus respectivos dueños.
All Chapters Forward

Lo que sea necesario

Se sentó sobre el piso apoyando sus codos sobre sus rodillas, mientras exhalaba con dificultad. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que decidiese verdaderamente confiar en alguien? Cerró los ojos, con la respiración agitada recordando las palabras de Sif.

"Espero que sepas que te mereces estar solo y que siempre lo estarás"

Oh, si la lugarteniente de su hermano estuviese viéndolo en esos momentos.

Pobre, tonto e iluso Loki.

Se desternillaría de la risa a su costa. Como lo había hecho por más de un milenio junto a los guerreros compañeros suyos.

Loki el engañador.

Loki el raro.

Loki el inelegible.

Loki a quien nunca jamás nadie iba a amar.

Abrió los ojos permitiendo que las lágrimas se repartieran por su rostro, esta vez, por él.

Tampoco recordaba cuanto había pasado desde la última vez que se había permitido llorar. El llanto era para los débiles, para los que podían permitírselo. No para él. No para el Segundo Príncipe de Asgard, como Odín le recordase desde la primera vez que lo viese hacerlo.

Volvió a cerrar los ojos pensando en sus últimas decisiones de vida y tuvo ganas de reír con amargura y de vomitar después. No sólo había aprendido lo horrendo que se sentía estar del otro lado del mostrador, como le había pasado cuando Mobius había sido podado, sino que había podido visualizar cuanto costaba al espíritu del pobre idiota que decidiese confiar en él, el precio de la traición que sus opciones, por muy bien fundamentadas que estuviesen, le generaban.

Junto sus manos y bajó su cabeza pensando en Thor.

Su... hermano.

Finalmente podía decirlo sin que se le trabaran las palabras en la garganta: su rubio, perfecto, enorme y adorablemente tonto hermano.

Que había llorado su muerte tantas veces. Que lo había perdonado otras tantas. Que había perdido todo, sin merecerlo, en segundos. Y que, a pesar de ello, seguía batallando para arreglar algo que, aunque parcialmente era responsable por su rotura, no tenía la culpa de que ya no pudiese repararse más.

Había que ser honestos: Loki era Loki porque estaba quebrado, porque nunca podría ser un todo entero. A diferencia de la Citadela al Final del Tiempo, sus imperfecciones y roturas, no podían ser enmendadas con oro.

Un Loki vuelto a juntar, nunca daba como resultado una mejor pieza. La premisa tras el kintsugi no funcionaba en él. Sino, Sylvie no existiría.

Sylvie.

Sylvie.

Había guardado tantas esperanzas con Silvie. La primera de ellos en la que había creído.

Quizá por su trágica historia. Que era durísima, pero que iniciaba tan diferente a la de sus demás variantes. Había puesto su corazón a su disposición, pese a... que la duda por un breve momento, en esa colina le había colocado las manos en los hombros. Cuando había abrazado a Mobius y se había preguntado si, después de todo, no terminarían mordiendo algo más grande de lo que podían digerir. Pero no, su... grandioso propósito lo había llevado a poner su confianza en "la mejor de ellos" y dejar partir a Mobius solo.

Por las nornas.

Mobius.

El analista había ido solo a derrumbar un sitio sin ayuda. Con esa confianza irreverente que tienen los mortales. Sin poderes como los suyos. Sin milenios de vida. Sin apoyo siquiera de alguien como le había pasado con Sylvie, en la que, por lo menos mientras fue su aliada, podía manifestar habilidades iguales a las suyas. Mobius que, como él, había sido manipulado por ella para obtener su absurdo plan de venganza.

Porque era absurdo.

Una vez pasada la obnubilación de la aventura y el desafío, cada vez más la letanía de: "destruir a la TVA", le resultaba más similar a la obcecación de un niño con un juguete

Y ambos habían caído en esa obcecación.

Uno siendo un Dios. El otro siendo un mortal.

Porque el dolor hermana y ambos eran imperfectos, tan imperfectos, que el verdadero guardián del tiempo, los había manipulado a la perfección para obtener el descanso que precisaba de sus múltiples variantes que debían hacerle la vida imposible mientras permaneciera en funciones la sagrada línea temporal.

Porque no era imbécil. El que alguna vez había sido hombre. Aquel que permanece.

Nunca había podido librarse del todo de sus variantes.

De hecho, si lo pensaba en profundidad, puede que, hasta en un comienzo, tomando en cuenta la cantidad de esculturas que se hallaban en su antesala, los famosos guardianes del tiempo, fuesen reales.

Variantes de sí mismos conviviendo en busca de una paz casi inalcanzable, disfrazados para ser más creíbles y menos vulnerables ante los humanos que habitaban la TVA. Ya que, de haberse mostrado como lo que era, otro de ellos que, encima era responsable por una guerra multiversal, sería seguramente pronto derrocado por otros que quisieran su poder o que quisieran tomar venganza por el desequilibrio provocado por su irreflexión.

Entonces, cuatro lagartijas, que luego serían tres, luego dos y finalmente solo él, habrían de convencer a las variantes que desesperadas llegaban prisioneras allí, de que existía un propósito detrás de su pérdida, de que había una causa por la que valía la pena arriesgar una y otra vez la vida, dejando sus años y su libertad en un proceso de nunca acabar, diseñado específicamente para consolar la culpa de un villano que había metido las manos irresponsablemente dónde no debía meterlas.

Oh, el nervio del tipo.

De compararse con su hermano y sus hermanos de armas.

Los Avengers.

Porque no escapaba a su intelecto el hecho de que la jueza le había señalado que los mismos, viajando en el tiempo como lo habían hecho, no eran una anomalía, sino algo que "debía" suceder.

Banner o Stark.

No.

Stark.

El hogar humano del monstruo verde era un sujeto inteligente, pero no llegaba a compararse con la habilidad y el intelecto del ítalo-americano. Si los Avengers habían logrado vencer la mano del tiempo, era seguro que su creador, la mente y la voluntad detrás de la hazaña, era el piloto de Iron Man. El mismo al que le había arrebatado el Tesseract cuando un inesperado giro en sus planes se lo había dejado tan servida esa gema del infinito.

Sus estudios e intelecto, por ende, en el siglo XXXI, le habían permitido a ese nefasto personaje quebrar la barrera del tiempo y el espacio, provocando la guerra que luego trataría de rectificar interviniendo directamente sobre el flujo de ambos elementos.

Pero, quién todo lo veía, quién permanecía dónde nadie permanecía, no tenía exactamente la brillantez necesaria para ver más allá del tiempo y del espacio. Sólo llegaba hasta ahí. Hasta dónde había podido llegar su espíritu de lucha.

Patético.

Y se hacía llamar conquistador.

Los conquistadores no cejaban jamás.

No invitaban a sus asesinos o a sus sucesores al trono.

No se dejaban invadir.

Patético.

Estaba seguro que, de verlo el primer humano que se le había atrevido a hacerle frente y había triunfado conservando la vida y la sanidad, hubiese pronunciado una serie de sentencias con sorna respecto a cómo el científico loco de tantos años después de su existencia, definitivamente, no daba la talla.

Y, seguramente, como el ser infuriante que era, se hubiese dado vuelta con un trago entre los dedos y le hubiese dicho: “¿Y por esto vas a dejarte vencer Rudolph? ¿En serio? Creí que tenías más tuétano en los huesos, copo de nieve. Maldita sea, Reindeer Games. ¡Reacciona!”

Inspiró y abrió los ojos levantándose.

Estaba en la TVA.

Aún existía una posibilidad.

No sabía exactamente cuál, pero como siempre, iba a construirla.

Él no era Sylvie.

Él era Loki.

De Asgard.

Hijo de Frigga.

Hermano de Thor.

Dios de la Travesura y el Fuego.

Y, si era necesario, iba a domar el tiempo con sus propias manos.

Forward
Sign in to leave a review.