Un corazón romano

Marvel Cinematic Universe The Avengers (Marvel Movies) Loki (TV 2021) Night at the Museum (Movies)
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Un corazón romano
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Summary
Octavius, el atrevido General Romano, luego de haber obtenido el corazón de su pareja, decide rectificar sus errores pasados ayudando a cierto Dios nórdico que ha perdido la suya.
Note
Esta obra está inspirada por "Heart Envy" escrita por BrokenLoss. (Obviamente, les recomiendo leerla aunque esté en inglés, aunque ya le pedí a BrokenLoss autorización para traducirla al castellano. La van a amar como yo lo hice: https://archiveofourown.org/works/32902042 ).La idea me pareció genial y, ustedes ya saben como soy, necesite armarle una continuación hilarante y adorable. Así que, como siempre en unas cuantas entregas, les traigo amor, les traigo a Loki en nuestro museo preferido.Como es usual, les recuerdo que no percibo ningún ingreso por esto, que escribo para divertirme yo y a otros y que todos los personajes les pertenecen a sus respectivos dueños.
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72 horas más tarde

72 horas más tarde

 

Abrió los ojos y pestañeó unos segundos antes de darse cuenta que estaba en una posición extraña y en un lugar extraño.

Este no era su cuarto en la TVA.

No.

Su habitación, aunque no era tan cómoda como la de muchos analistas (por sus diversas "divergencias de criterio", los Time Keepers le habían asignado casi un closet de limpieza al lado de su sala de interrogación usual) era lo suficientemente amplia como para tener un armario propio, su cama y un escritorio.

El espacio en el que se encontraba en esos momentos apenas lo dejaba moverse y el lugar además estaba ocupado por... ¿era plástico eso? ¿Qué? ¿Es que acaso pensaban que era un elemento a transportar que habían llenado los espacios a su alrededor de pelotitas blandas de plástico?

Momento.

Se dijo abriendo los ojos grande al darse cuenta que le estaba costando empezar a respirar.

Esto... lo que había a su alrededor y arriba era... madera.

Estaba...

Estaba en una caja de madera.

Rodeado de pelotitas de plástico que no lo estaban dejando respirar.

No.

No.

No.

Él tenía que salir de ahí.

Él había dejado la colina para ir a combatir a la TVA.

No para...

¿Lo habrían interceptado?

Pensó intentando empujar la tapa sin éxito.

¿Está era obra de Ravonna y los minuteros?

No.

No recordaba que alguna vez hubiesen utilizado este método para tratar a una variante.

Pero, la juez ya había admitido que usaba otros "analistas", bien podía ser este el método de esa gente.

No estaba bien.

Esto era tortura.

Golpeó con sus pies lo mejor que pudo también la tapa.

Ok. Sus métodos podían ser más amables, pero reconocía que también podían ser considerados tortura.

Tanto él, como B-15 y sus tropas trataban a las variantes como objetos. Como cosas que podían ser removidas, porque... sinceramente, sino no podrían continuar haciendo lo que les tocaba hacer.

Sin embargo… Sin embargo, siempre había habido un límite.

_¡Abran esta cosa! ¡Alguien! ¡Loki! ¡Ayuda!

Exclamó y se llevó una mano a la boca cuando se le escaparon las últimas palabras.

No tenía que pronunciar ese nombre.

No debía pronunciar ese nombre.

No sabía en manos de quien estaba y, por lo que tenía entendido en la TVA, creían que Loki estaba eliminado.

No podía darles una razón para perseguir a Loki.

Que estaba con Sylvie tratando de encontrar a quien había creado la “sagrada línea temporal” y jugado con todos ellos y sus vidas.

Volvió a golpear la tapa mordiéndose los labios, mientras trataba de no pensar en Loki y Sylvie juntos. No… no estaba bien tampoco. Loki… Loki era feliz con Sylvie… y él… él lo había llamado amigo y… era injusto pedir más que eso.

Loki era un dios. Sylvie también lo era.

Y él… él era un simple analista que habían secuestrado de algún punto en la historia de la Tierra. Un mortal con una vida totalmente aburrida que, de seguro, había estado en el lugar equivocado, en el momento equivocado y había terminado por pura casualidad en la TVA.

Él no tenía poderes, ni antecedentes reales de ningún tipo.

Loki… Loki estaba fuera de su target.

Por mucho.

El Dios había sido su obsesión por años. Lo admitía. Probablemente, si alguien hacía un concurso acerca de “quién conocía más a Loki” lo ganaba; más obsesionarse con el sujeto y conocerlo, no era lo mismo a estar a la altura de este y atraerlo y… lo había aprendido de la manera más dura.

Loki se había marchado tras de Sylvie, cuando aún no sabían ni quien era, dejándolo solo en Roxxcart y luego había luchado por ayudarla, sin importarle demasiado lo que sacrificaba por ello.

Y lo peor de todo era que ella lo sabía.

Sylvie sabía que Loki era mucho más que un amigo para él, pensó mientras la falta de aire lo hacía moverse cada vez más lento.

Sylvie le había sonreído de costado al verlo a los ojos cuando abrazará a Loki con todas sus fuerzas, cuando tratando de evitarle a Loki un problema, le había dicho esa estupidez de que “era su favorito” sonriéndole a la versión femenina de la persona que amaba.

Porque… era así.

Amaba a Loki.

Lo había hecho desde el primer momento en que se había cruzado con su archivo en la TVA, cuando aún era un minutero y no había ascendido al puesto de analista. En los espacios muertos entre misión y misión, había encontrado que, en los ficheros, te permitían remover los archivos de las variantes consideradas “de cuidado”, ya que, saber con que se enfrentaban, para los minuteros era una ventaja y la administración consideraba que era un buen ejercicio para su personal el conocer las debilidades de los sujetos peligrosos con los que habrían de combatir. Entonces, de entre un grupo de archivos de los supuestos “villanos” de las líneas temporales, mientras buscaba algo interesante para leer, se cayó una fotografía que le llamó mucho la atención. La de un bebe azul. Había leído el número tras la imagen y se había topado con la variante de su Loki. La de esa línea temporal específica. Y, lo confesaba, la apostura del Dios, lo había movido a retirar el archivo para leerlo en las barracas. Le había resultado tan divertida la personalidad caótica de este y tan trágica su existencia que, a medida que ascendía en la TVA, el archivo de Loki se había convertido en su material de lectura preferido. Distante y lejano, como los jet-ski, pero siempre presente.

Y luego, un evento nexus y lo tenía en su cuarto de interrogación.

Loki, de carne y hueso. Discutiendo, tratando de engañarlo, sufriendo, haciendo uso de ese intelecto privilegiado hasta dejarlo sin palabras y viéndolo a los ojos mientras se le escapaban de la boca lecciones de vida, que sabía venían de la mano de muchísimo dolor.

“Te equivocas, puesto que sé algo que los niños no saben. Que ningún villano es verdaderamente malvado. Como ningún héroe es totalmente bueno”

Le había dicho en esa mesa en la que discutiesen el presente y el futuro y había tenido que fingir indiferencia, mientras hundía una de sus manos en los bolsillos de su saco para evitar sujetar su rostro y acariciar sus mejillas, dónde sabía que, si otra hubiese sido la carga de dificultades del Dios, una menos dura, habrían corrido lágrimas.

Tragó saliva dejando que sus ojos se cerrarán.

“Siempre es el juego dentro del juego con ustedes”

Le había dicho a la variante clásica y mayor de su Loki.

También le había afirmado que respetaba eso.

Que los respetaba.

Porque era cierto.

Loki. Su Loki. Todos los Loki.

Eran sobrevivientes. Luchadores. Magníficos. Delirantes. Consumidores. Increíbles. Ardientes. Enceguecedoramente brillantes.

Superarlos era… casi imposible.

Por eso los combatían.

Porque Loki era una fuerza indetenible de la misma naturaleza que le había dado origen.

Su Loki no lo sabía, pero en el archivo que le había dado para leer faltaban unas cuantas hojas. Las que se referían a su nacimiento. A su concepción. Al error que Odín había cometido al creer que había recogido al hijo de Laufey.

No. Loki no era hijo del rey de los gigantes de hielo.

Loki, por el contrario, era quien al nacer había sido condenado por este a perecer.

¿Por qué?

Porque el origen de Loki era desconocido.

Él, simplemente, había nacido de su propia línea temporal, como si el tiempo mismo lo hubiese parido.

Y, aunque podía considerarse que ello, era el epítome de lo que significaba un evento nexus, un ser que no debía existir, la condena que significó para el pequeño su adopción en la casa real de Asgard había sido suficiente como para evitar que, en esa línea, fuese objetivo de los minuteros, hasta que los mismos Avengers lo provocaron.

Odín le había tenido miedo toda su existencia.

Cuando había caído en la cuenta, al examinarlo sus sanadores, de que el niño no era exactamente un gigante de hielo total, de que habían cosas en él que no cerraban, había puesto su propio poder a comprobar la capacidad del pequeño, quien, además de poder mimetizar su piel, había respondido de manera arrasadora a sus pruebas.

Loki, simplemente, era más poderoso que su hijo y una verdadera amenaza a su propio trono.

Pero, como corresponde a un ser que por muchos más años de los que podían calcularse, no expulsó al pequeño. Lo mantuvo cerca. Para controlarlo. Para cercenar su capacidad. Para convertirlo en el perro faldero de su heredero y atarlo a través del afecto con su esposa y su hijo que, de sus planes, no tenían idea.

Y Loki había caído, porque como todos los seres, precisaba afecto.

Y el afecto se había convertido en sus cadenas.

Y el dolor en su eterna compañía.

Dejó caer una lágrima pensando en lo mal que había manejado su encuentro y relación de amistad con Loki, mientras sentía como su cuerpo iba pasándole factura por la pérdida de aire. Estratégico. Así se había convencido de sus decisiones. Las acciones que había llevado a cabo con Loki, las había denominado como estrategia y había puesto una barrera para no quedar tan expuesto.

Y no había servido de nada.

Al final de cuentas, había terminado con el corazón roto y en la mano, porque, simplemente, no había podido no enamorarse del Loki de carne y hueso, como se había enamorado del Loki del archivo amarillo, viejo y arrugado que había leído cientos de veces.

_Lo siento – susurró jadeando – Lo siento, Loki. Lo siento, amor. No voy a poder cumplir mi promesa.

La TVA iba a seguir funcionando.

No había podido llegar a ella a ayudar a B-15 y eliminar a Ravonna.

Lo habían capturado e iba a morir asfixiado.

_¡Por el amor de…! ¡Larry! ¡Aquí está! ¡Lo pusieron en el otro depósito!

_Oh, mierda. ¡Jed! ¡Teddy! ¡Vean si pueden hablar con él, voy por la palanca!

_¿Crees que esté bien, muchacho?

_No lo sé, amigo. Ha pasado bastante tiempo.

Pestañeó sintiendo voces a su alrededor y un par de golpes sobre la madera.

_Mobius. Agente Mobius. ¿Me escucha?

¿Estaba soñando?

¿Alguien lo había llamado por su nombre?

_Mobius, maldita sea, más te vale que estés bien, porque Loki te necesita – sintió que le decía una voz, mientras los golpes sobre la madera se hacían cada vez más fuertes.

_Jedediah, me parece que no hemos llegado a tiempo…

_¡No! ¡No, Teddy! ¡Loki, Mobius! ¡Loki! ¿Escuchas? ¡Loki te necesita! ¡Despierta!

Abrió los ojos al escuchar el último grito y golpe sobre la madera y, sacando fuerzas, de su agotado cuerpo devolvió el golpe desde adentro.

_¡Lo sabía! ¡Gigantor! ¡Está vivo!

_Jed, abajo. Teddy, ayúdame – escuchó que otra voz decía – A la una. A las dos. Y a las… ¡tres!

La tapa de madera salió volando y al sentir el aire ingresar, se sentó tosiendo y tratando de llenar sus castigados pulmones.

A medida que su respiración fue mejorando un poco, se llevó una mano al pecho y pestañeo tratando de fijar la vista, puesto que había pasado de la oscuridad de la caja a la luz fluorescente de un cuarto abarrotado de cosas.

_Oye – le dijo una persona con un uniforme, cuya etiqueta identificatoria decía que se llamaba Larry Daley y que era el guardia nocturno - ¿Puedes distinguir cuantos dedos te estoy mostrando?

_Do… Dos – le contestó al ver como este le enseñaba el índice y el anular.

_Bien, parece que no ha habido daño que lamentar – comentó el otro hombre que había en el cuarto, que se parecía sospechosamente a Theodore Roosevelt.

_No lo sé, compadres. Este no se parece mucho al Mobius de la serie – escuchó que decía una voz desde uno de los costados de la caja - ¿No nos lo habrán mandado fallado?

Giró su rostro hacia un lado y hacia otro buscando el origen de la voz, pero no pudo hallarlo.

Entonces, el guardia nocturno con una sonrisa, se agacho y extendió su mano, para luego acercarla a su rostro, mostrándole a un vaquero de los de las películas, de no más de diez centímetros de altura.

_Yo creo que es Mobius, Jed – apuntó el guardia nocturno hablándole al vaquero en cuestión – Sólo tiene el pelo más largo que el de la serie.

_Vamos a ver – le contestó el vaquero caminando por la mano hasta quedar cerca de su rostro – Oye, Mobius, ¿qué dices si te cuento que Sylvie traicionó a Loki?

Abrió los ojos grande.

¿Cómo?

¿Qué?

O sea, no le extrañaba mucho.

Sylvie, después de todo era una Loki, pero…

Entornó los ojos.

¿Cómo se había atrevido? ¡Él había renunciado a estar con Loki aunque supiera que no podía amarlo para que fuese feliz!

_Oh, esa variante va a ver… - murmuró intentando levantarse de la caja, para ser detenido por el sujeto que se parecía al vigésimo sexto presidente de los Estados Unidos.

_Loki está bien, Mobius. Tranquilo – le dijo el guardia nocturno sonriendo, para luego girar su rostro hacia el vaquero de nuevo - ¿Conforme?

El pequeño caballero en cuestión se quitó el sombrero y agitó su cabeza mirándolo directamente a los ojos.

Contuvo el aliento al fijar su vista en el aspecto del rubio que tenía enfrente.

_¿Sorprendido, chico? – le preguntó este cruzándose los brazos – Porque créeme que cuando vi tu cara también me quedé mudo.

No le cabía duda.

De no ser por la estatura, el mostacho y que su cabello era más bien canoso ya, la pequeña persona que tenía enfrente, podía bien pasar por su gemelo.

Sin embargo. Tenía otras cosas más urgentes que fijarse en esas nimiedades.

_Loki. Sylvie. Dijiste que ella lo había traicionado. ¿Cómo lo sabes? ¿Estamos en la TVA?

_La TVA… ya no existe más – le dijo el guardia nocturno – Los… Avenger intervinieron y… digamos que decidieron reorganizar la autoridad temporal. Sylvie ahora trabaja con ellos y… Thor consiguió que perdonarán a Loki.

Suspiró aliviado.

Sylvie trabajando con los Avengers sonaba lógico. Tenía el intelecto y la capacidad.

_Pero… ¿Y Loki?

_Loki terminó aquí – le dijo el guardia – Con nosotros. En una realidad en la que los Avengers son historias de entretenimiento y…

_Sele sincero Gigantor. Loki está sufriendo aquí. No la está pasando bien – intervino el pequeño vaquero.

_Jed… - le advirtió el guardia – Acordamos ir despacio.

_Despacio. Despacio – le contestó el vaquero volviéndose a verlo de nuevo – Mobius. Dime. ¿Estás enamorado de Loki, sí o no?

Tragó saliva sintiendo que se le subían los colores al rostro.

_Yo… ¿qué?

_Sí o no, Laredo. No es tan difícil. ¿Te gusta Loki?

_¿Por qué me preguntas eso?

_Porque los últimos meses ese Dios ha estado siguiéndome como cachorro castigado porque me parezco a la persona que ama y, aparte de generarme problemas con mi romano, me ha hecho sentir horrible porque no soy tú. Entonces, ¿lo amas? Porque tampoco quiero cargar con la culpa de haber conseguido que te trajeran a esta realidad para que él se encuentre con que no lo quieres.

¿Ellos lo habían traído a esta realidad?

¿Desde la TVA?

¿Habrían intervenido nuevamente los héroes contra los que siempre se había enfrentado Loki?

Podía ser. Si el hermano de Loki había conseguido que lo perdonarán y lo dejarán vivir en otro mundo, bien podía haber logrado que le permitieran a él estar en este también… si su hermano sentía algo… por él.

Que era lo que el pequeño vaquero estaba diciendo, ¿no?

Loki lo había seguido porque se parecían.

Y le había generado culpa y problemas porque, evidentemente, el hombre estaba comprometido, si de algo servía de indicación el anillo en su mano izquierda.

Pero, también era evidente que, en ese lugar, apreciaban al Dios de la Travesura, porque, se estaban asegurando de no provocarle más daño.

Si él les decía que no, seguramente lo retornarían a su realidad.

Pero, si les decía que sí…

_Yo… él es un Dios. Yo… yo no soy un Dios.

_¿Y qué tiene que ver? Yo soy un vaquero del Lejano Oeste y me casé con un General Romano que llegó a Emperador. Larry es un guardia nocturno y es el novio de un Faraón y Teddy fue Presidente y es el novio de una famosa exploradora nativa. Aquí las cosas son muy distintas, cabellos largos. En esta realidad, todo es posible.

Observó atentamente a las tres personas que tenía enfrente y no pudo leer en sus expresiones que lo que estaba diciendo el tal Jed fuese mentira.

_Loki. Yo… - comenzó a decir para detenerse e inspirar profundo porque era algo que no le había confesado a nadie – Yo amo a Loki desde hace mucho tiempo. No… no va a haber ningún problema conmigo por ese lado. Por favor… ¿puedo verlo?

El vaquero se volvió a colocar el sombrero y le guiño un ojo a los otros dos.

_¿Qué dicen muchachos? ¿Lo llevamos?

El guardia nocturno largó una carcajada y el supuesto ex presidente le extendió la mano para ayudarlo a levantarse.

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