"Puedo Amarte Todo El Día"

Marvel Cinematic Universe DC Extended Universe Wonder Woman (Movies - Jenkins)
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"Puedo Amarte Todo El Día"
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Summary
Un avión cae inesperadamente en las amplias aguas de una discreta isla y la princesa de dichas tierras no pierde tiempo en ir a averiguar de qué se trata. Absolutamente no veía venir lo que le traería el destino al momento de acudir al rescate de un hombre.Dos extraños que se unen por una misma causa y los mismos ideales, descubrirán en su trayecto que en realidad no son tan diferentes como pensaban.La travesía llena de aventuras, emociones y sentimientos que ambos enfrentarán será inolvidable.
Note
Buenas, buenas.Bienvenidos, debo admitir que esta es mi primera historia de superhéroes y la quise hacer de mi segundo ship favorito uwu. Algo impopular lo sé pero los amo juntos y son superiores. <3333Quisiera decir que esto está inspirado más que nada en las primeras películas de cada uno de ellos, al igual que su aspecto.Y habrá partes que sufran cambios para que encaje con mi narrativa. :)Creo que el nombre es re cursi pero tiene la esencia de los dos tórtolos y a lo mejor lo cambio, quién sabe.En fin, espero que les guste y que salga como me lo imaginé porque en mi cabeza era épico xdd.Gracias por leer y disfruten del cuento este.
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Chapter 10

X

Justo empezaba a amanecer en el momento que hubo tierra a la vista por lo que ambos jóvenes se preparaban para el atraque de la embarcación, con el rubio siguiendo las instrucciones de la guerrera. Llegaron al puerto de Marsella pues era el lugar que más se aproxima a su destino, el Capitán acordó en contactar con su equipo una vez en la ciudad, enterarlos de que va en camino, planea tomar el tren y que lo esperen, también avisarles que no va solo.
Tomaron sus pertenencias con ellos y se dirigieron apresurados a buscar cómo comunicarse, Diana detuvo sus pasos al sentir las miradas sobre ellos de la gente alrededor, de otros capitanes y pasajeros que recién llegaban, pescadores o quienes desembarcaban la carga de pesca por curiosidad o simple morbo, tal vez por su vestimenta o altura y apariencia inusuales incomodándola un poco pero Steve la tomó del brazo instandola a continuar sin prestar atención y ella lo hizo. Se adentraron hasta cruzar el muelle buscando un sitio para usar el teléfono, sólo que se les complicó tomar una ruta al observar a demasiada gente dirigiéndose por todas partes, con clara angustia en sus caras tratando de disfrazarla con aparentar que todo estaba bien, siguiendo sus rutinas para sentirse en la normalidad estando en lo que él supuso era el pueblo. -¿Y ahora qué?- cuestionó la Princesa con el ceño fruncido mientras era soltada por el rubio y se orillaban para no obstruir el paso a los transeúntes. -Yo optaría por seguir caminando sin tantas desviaciones, así encontraríamos el centro. Será más sencillo allí.- propuso Rogers sin que ella estuviera tan convencida. -Por qué mejor no preguntamos.- el soldado iba a remarcar lo obvio pero la curiosidad le ganó y asintió a la sugerencia, hizo un gesto con su mano para que ella procediera. Diana se acercó a la multitud y le habló a una señora con un niño pequeño y una canasta de compras. La sonrisa del hombre se borró al escuchar a ambas mujeres comunicarse en un fluido Francés, y retomó la compostura cuando terminaron y se despedían cortesmente. Y creía que su Francés era bueno pero eso obtenía por intentar burlarse de ella. -Listo, dijo que avancemos al frente y en la primera oportunidad doblemos a la derecha, luego sigamos hasta hallar una fila de gente formada para hacer llamadas. Andando.- ella miró atrás al notar que no la seguía y retrocedió. Después de un corto silencio habló. -¿Qué fue eso?- atónito señaló a su compañera y al lugar que había ocupado la dama. -Ohh la Tiara, me otorga el poder de comprender y hablar cualquier dialecto, ¿acaso no te lo mencioné?- por la divertida expresión del soldado dedujo que no.
Empezaron el trayecto charlando ocasionalmente cuando a la Amazona se le ofrecía resolver dudas sobre su nuevo entorno. Relativamente se apuraron y el muchacho se adelantó esquivando obstáculos al divisar que junto a una taberna empotrado a la pared había un teléfono y frente a él una cola de no muchas personas, ocupó el último lugar y a su lado la bonita Princesa quien fascinada y con lujo de detalle contemplaba todo.

Cada individuo realizó su llamada en tiempo corto dando oportunidad a Steven de pasar y marcar el número de la sede Suiza de su oficina provisional que tenía muy bien memorizado, imploraba que siguieran ahí porque no sabía qué harían si no ...Aún.
Espero la conexión y pidió que lo comunicaran a su base, su corazón latía fuerte con cada segundo de demora, la verdad no preparó lo que iba a decirles a todos cuando se enteraran que no murió, que en realidad se transportó mágicamente a una isla de la que nadie ha oído hablar, bueno esa última parte la omitiria. Estaba nervioso y ansioso. -Si, diga.- Una voz familiar se oyó al otro lado de la línea y la reconoció de inmediato. La secretaria del Coronel. -¡Etta! Soy Steve ...Rogers, necesito que me pases a Peggy o a Bucky por favor, es urgente. ¿Hola?- revisó el aparato en caso de una falla al no obtener contestación, luego la mujer respondió. -Escuche, no sé qué pretende pero no me está agradando. Mejor vaya con sus bromas a otra parte.- le estaban por colgar. -No no por favor te juro que digo la verdad, estoy con vida ...-lo interrumpieron. -¿Así que usted es Steven Rogers eh? Pruébelo.- pronunció con sospecha en su voz e incrédulo el soldado siguió convenciendola. Sabía que era una gran sorpresa. -De verdad, Etta Candy ¿no te es suficiente con escuchar mi voz?- suspiró por que le creyera y sonrió por las palabras que escucharía después. -¿Capitán Rogers? ¿Enserio es usted? ¡Oh Dios mío? ¿Cómo es que ...? No puedo creerlo.- terminó de decir usando ese tono agudo cuando se exalta. -Escucha, comunícame con quién sea que siga ahí, no tengo mucho tiempo por favor.- pidió y ella lo hizo.
Sus manos sudaban a través de sus guantes y miraba ansioso de un lado a otro mientras oía el ruido de movimiento por la bocina y de repente se quedó inmóvil y su corazón le retumbaba en los oídos. Ahora su amada atendía su llamado. -Hola ¿Steve?- pronunció con voz temblorosa. Y él correspondió enseguida. -Si, Peggy soy yo.- ella con alivio encima habló de nuevo. -De verdad eres tú, pero ¿Qué ocurrió? Creímos que ...Es decir ¡Debiste informarme que seguías vivo! ¿En qué pensabas?- era una montaña rusa de emociones y aunque por un momento se le percibía molesta la preocupación también se hizo presente. -Te lo contaré todo, cada detalle te lo prometo. Pero ahora necesito ...Necesitamos ayuda.-

Ya había pasado rato desde la llamada y ahora los protagonistas se hallaban sentados en una terminal esperando por la gente que mandó Carter a recogerlos para llevarlos con ellos pues como era de su conocimiento tenían agentes esparcidos por el mundo, le comentó al rubio que tenía suerte porque estaban a punto de abandonar el país y regresar a Estados Unidos ya que no tuvieron éxito en rastrear de vuelta a sus enemigos y estar en casa facilitaría las cosas. El Coronel Phillips ya se encontraba con ellos en Berna para regañarlos naturalmente y después de saber de la supuesta muerte del Capitán estaba intratable, todos estaban bien y a salvo, eran noticias agradables dentro de lo que cabía.
La Amazona se sentó junto a él observando todo de nueva cuenta, lucía bien aunque muy callada pero se preguntaba si tenía hambre o sed, fue un largo viaje y de ser así se encargaría de conseguir comida y compartirle de su agua; no tuvo oportunidad de hablarle ya que un hombre con un particular aspecto se acercaban en ese momento y se puso de pie junto a Diana. Se trataba de sus mejores espías. -¿Steve Rogers y acompañante?- cuestionó el desconocido y el soldado asintió, los instó a caminar mientras daba indicaciones. -Soy Sameer, un placer. Está todo preparado para que aborden el tren rumbo a nuestras bases, partirá en media hora y estarán llegando aproximadamente al anochecer.- informó. Los escoltó hasta la locomotora que llegaba a su destino, los dos subieron a la plataforma que los pasajeros usaban para subir. Sameer le tendía dos pedazos de papel al rubio y una canasta con provisiones. -La señora Candy los recibirá cuando arriben. Steven recibió los tickets. -Le agradezco.- el contrario hizo un gesto con su sombrero y se retiró sin más.
Ella y él se adentraron en el transporte y buscaron dónde sentarse, se acomodaron frente al otro. -¿Todo bien? Digo, has estado muy callada.-
La Princesa sonrió. -Todo está excelente, es sólo que aún asimiló el estar aquí. Pasé años soñando con ésto.- mordió sus labios reprimiendo una carcajada y Steve la oía atento. -Y bien ¿qué te parece?- la sonrisa de diana se amplió. -Supera mis expectativas ...Es fantástico.- el joven admiró por unos segundos el brillo en la mirada de la muchacha y dirigió su vista a la ventana para dirigirse a ella, sus labios formando una pequeña curva hacia arriba y suspiró. -Me alegro. Por cierto ¿tienes hambre? Podría darte algo de comer o de beber, lo que quieras.- ella retiró la capucha de su capa. -Si, me vendría bien, eres muy gentil.- no es que se sintiera muy hambrienta pero sí tenía intriga por probar los alimentos de allá.

Después de horas transcurridas, un almuerzo, charla y cómodo silencio la noche hacía acto de presencia. Estaban a punto de llegar a la estación Suiza y sólo esperaban para bajar. Al detenerse el tren todos se dirigieron a la salida, esperando su turno.
La brisa nocturna les dió la bienvenida, se sentía fresca y eso los relajó, más a la guerrera que cerró los ojos recibiendo el viento gustosa. Caminaron fuera de la estación y Steve se apuró a llegar hasta donde una mujer de mediana edad agitaba sus brazos efusiva haciendo notar su ubicación. -¡¡Por aquí!! ¡¡Capitán!!- gritaba ganándose unas miradas fastidiadas y divertidas por su acción.
Frente a frente la secretaria llevó sus manos a su pecho dramáticamente. -Capitán Rogers, qué alegría verlo.- se acercó a dar un abrazo igual de corto que incómodo. Con Diana arqueando su ceja como testigo. -Es bueno verte también Etta.- respondió el rubio apenado. Y miró a la alta castaña que aguardaba en silencio hasta que Candy también la observaba esperando una introducción. Steve carraspeó y acompañado de gestos con la mano las presentó. -Claro ehhh ...Diana, ella es Etta ...Candy nuestra colaboradora, es un invaluable miembo del equipo, casi siempre nos a acompaña sin que le afecte las consecuencias por ello. Etta ella es Diana una amiga nueva que se ha ofrecido a ayudarnos.- terminó y llevó su mano a su nuca fingiendo rascarla. La mujer más baja con mejillas coloradas tomó las manos de la Princesa en las suyas. -Es un gusto. Gracias por estar aquí, cuántos más seamos mejor.- Etta usaba un aliviado gesto. -Cumplo con mi deber, me hace feliz poder hacerlo.- decía la Amazona y ambas sonrieron. Le agradaba.
-Muy bien suban al auto, nos llevará a la oficina central, todos los esperan allá.- la expresión calmada en el rostro del soldado ocultó los nervios que sentía en su interior, no sabía por qué pero le aterraba un poquito enfrentar a todos y explicarles exactamente cómo es que no estaba muerto. Sacudió su cabeza como si esos pensamientos se fueran a salir por los oídos y se montó al vehículo después de las damas, el conductor arrancó el motor y avanzaron hasta la base.

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