"Puedo Amarte Todo El Día"

Marvel Cinematic Universe DC Extended Universe Wonder Woman (Movies - Jenkins)
F/M
G
"Puedo Amarte Todo El Día"
author
Summary
Un avión cae inesperadamente en las amplias aguas de una discreta isla y la princesa de dichas tierras no pierde tiempo en ir a averiguar de qué se trata. Absolutamente no veía venir lo que le traería el destino al momento de acudir al rescate de un hombre.Dos extraños que se unen por una misma causa y los mismos ideales, descubrirán en su trayecto que en realidad no son tan diferentes como pensaban.La travesía llena de aventuras, emociones y sentimientos que ambos enfrentarán será inolvidable.
Note
Buenas, buenas.Bienvenidos, debo admitir que esta es mi primera historia de superhéroes y la quise hacer de mi segundo ship favorito uwu. Algo impopular lo sé pero los amo juntos y son superiores. <3333Quisiera decir que esto está inspirado más que nada en las primeras películas de cada uno de ellos, al igual que su aspecto.Y habrá partes que sufran cambios para que encaje con mi narrativa. :)Creo que el nombre es re cursi pero tiene la esencia de los dos tórtolos y a lo mejor lo cambio, quién sabe.En fin, espero que les guste y que salga como me lo imaginé porque en mi cabeza era épico xdd.Gracias por leer y disfruten del cuento este.
All Chapters Forward

Chapter 7

VII

Steve Rogers aguardó por la Princesa Diana, en cuanto le llevaron su ropa procedió a vestirse y alistó su equipamiento nada más le faltaba su casco el cual había perdido pero con lo que tenía bastaba. Quedó acordado que pasaría la noche ahí y al amanecer sería trasladado a la celda que mencionaron antes, por lo que sabe nadie había sido asignada como guardia para que cuidara la entrada de la cueva y quien quiera entrar o salir puede hacerlo sin problema, menos él por supuesto, tomó muy en cuenta la confianza que le brindaron. Después de su "conversación estratégica" con la castaña tomó una siesta ya que el día era todavía joven además le serviría para estar completamente repuesto y que su herida más seria ya fuera tratada por el suero especial.
Y así fue, al despertar se encontró con su uniforme y sábanas para que pasara mejor la noche. No tenía idea de cuánto tiempo había transcurrido ni qué hora era pero cuando se levantó a mirar el cielo negro y casi sin estrellas pero con luna llena podía decirse que estaba por entrar la madrugada, quiso quedarse unos momentos más a admirarlo como lo hacía cuando estaba en acción y él junto con su tropa se veían obligados a acampar porque no todos tenían súper resistencia y necesitaban el descanso. Mientras los demás dormían Steve se acostaba boca arriba y con los brazos bajo su cabeza se dedicaba a ver los cielos y pensaba en las personas que más quería, le gusta hacer eso porque sabe que aunque todos se encuentren en diferentes lugares estarían abrigados bajo un mismo manto.
Muy a su pesar regresó adentro para no ocasionar inconvenientes y estropear el plan, después de ajustar sus guantes juntó las manos para guardar calor, la temperatura cayó de repente y no tener noción del tiempo lo volvía ansioso, aún así hizo todo para mantener la calma y no perder la paciencia, mientras tanto buscaría algo en lo que ocuparse. Está seguro que Diana sabe lo que hace y ella se ganó su confianza rápidamente y sin saber por qué pero vió en ella algo que no podría expresar en palabras.

Por su parte la Princesa supo que la hora había llegado después de esperar demasiado y tratando de tener un perfil bajo estando lo más alejada de su madre para no generarle sospecha alguna, fingía que su día iba de lo más normal y por fuera mostraba tranquilidad como de costumbre pero por dentro era un manojo de nervios de esos que casi nunca experimentaba, sentía la adrenalina recorrer sus venas, le urgía que se hiciera de noche.
Al igual que el Capitán ella también debía prepararse y recoger unas cosas antes de partir entonces dejó dicho a Aella, una guerrera de suma confianza de su madre que se iría a acostar temprano porque estaba muy cansada y si la Reina preguntaba le comunicara que deseaba no ser interrumpida, su aliada asintió y se alejó no sin antes agradecerle. Esperaba que su embuste le comprara el tiempo justo que necesitaba y corrió al lado opuesto del bosque donde apartada de la ciudadela principal una alta torre rodeada de agua se ubicaba y en su interior se hallaba todo lo que requería. Estando en la orilla del risco que la separaba del edificio miró abajo a las olas que golpeaban con fuerza las rocas sobresalientes que apenas se veían por la abundante oscuridad, ciertamente cruzar nadando no era un método práctico pensó. El crujido de una rama y hojas secas le provocaron un susto a la joven quien volteó alarmada a la dirección de dónde vino y sintió gran alivio cuando supo que el ruido fue hecho por una vaca de largos cuernos que al conectar miradas se puso a mugir un par de veces, el corazón de la chica latía a más no poder y soltó un suspiro pero se le había ocurrido una cosa dado que no podía acceder de forma convencional y la única entrada era una solitaria ventana en la parte más alta así que caminó hasta donde estaba el vacuno para ganar impulso, luego de dar la vuelta para encarar la torre se aproximó con toda su velocidad y antes de llegar al borde saltó dando todo de sí esperando que diera resultados.
Afortunadamente salió como esperaba o casi, terminó sostenida de unos ladrillos salidos debajo de la ventana y rió triunfante pero no duró mucho cuando éstos no soportaron su peso y terminaron partiéndose haciendo que ella cayera, se iba deslizando y buscaba lo que sea para evitar llegar al suelo. En su desesperación aplicó más presión de la normal en una de sus manos y dejó de ir cuesta abajo, lo que sucedió fue que sus dedos hicieron agujeros en el concreto quedando encajados, segundos después ya se encontraba realizando lo mismo ahora con su otra mano y con ayuda de sus pies así fue escalando, todo su recorrido era trazado por las marcas que iba dejando conforme subía, podía sentir tierra y piedritas en los huecos de la pared perforada.
Fue todo muy sencillo en realidad y logró entrar en el último piso, sin demora recorrió el interior decidida a no irse sin lo que buscaba. A mano derecha se topó con el primer artefacto en su lista: El Lazo de Hestia perfectamente colocado en su sitio, el mismo que había sido usado con Steven colgando de un adorno color dorado con un gancho hecho con ese propósito, caminó hacia el y lo tomó llevándolo en su hombro, luego en ese mismo piso pero en otra habitación estaba guardado el escudo del que habló con el rubio, lo sostuvo con sus dos manos éste siendo más pesado que el otro escudo y lo miró un momento era color bronce con detalles pintados en amarillo y a pesar de no ser usado tan seguido estos días, lucía orgulloso los estragos de las batallas que combatió en el pasado. Procedió a ajustarlo en su espalda.
Ahora quedaba lo último y más importante, el arma que priorizó, la única que serviría para terminar al enemigo que le esperaba con los Hombres, ella bien sabía que requerirían de mucha fuerza y unión solamente así pueden vencer.
La estructura de la torre constaba de cuatro niveles con habitaciones, lo especial que tenía era que todo el espacio del centro estaba libre, es decir que desde donde Diana se ubicaba perfectamente lograba conectar con el primer nivel y nada más con asomarse captaron sus ojos eso que anhelaba, de una se dejó caer y aterrizó levantando poquito polvo, no creía lo que veía pues su memoria le indicó que nunca había tenido así de cerca la espada, la Mata Dioses, una espada capaz de terminar con Ares. Se acercó a los arcos entrelazados de cobre encargados de formar su base que hacía el honor de sostenerla de ambos extremos verticalmente, de su empuñadura la sacó limpiamente y ya en sus manos Diana quería cumplir con su propósito vaya, se sentía justo como el Rey Arturo del que había leído antes, el estoque no pesaba para ella al menos y su hoja de excepcional longitud resplandecía con la luz que le daba de un plateado demasiado brillante pero aún así se apreciaba patrón que llevaba grabado y contrastaba con su agarradera que era de un oro opaco con adornos discretos y a la vez elegantes.
Ya con su armamento consideró salir por donde ingresó por lo que regresó arriba usando los escalones esta vez, iba directo a la ventana sin embargo al pasar por una alcoba del tercer piso algo la hizo detenerse y volver, ahí era exhibida una armadura de batalla amazónica color rojo y azul con detalles en dorado, ella cayó en cuenta que combinaba con todo y sonrió cuando incluyó TODO. La llevaría también ¿por qué no? Además no salvaría a la gente usando su atuendo común, se la cambió rápido y buscó lo que sea para cubrirse; encontró por suerte una túnica negra y no dudó en vestirla, ahora sí lista y esperando que no se presente algo más que la retenga fue a arrojar todo menos la espada puesta en su funda por la ventana y los objetos cayeron en el húmedo pasto cerca de los árboles sin el animal que antes estuvo, subió al borde ya sin ladrillos con el sable bajo su brazo y recogió la tela de su capa para que no le estorbara y le impidiera realizar un buen salto. Se hizo aterrizar cerca sus cosas y las levantó, las llevaría a otro sitio antes de ir por el Capitán y poder marcharse para bien.

El joven rubio se hallaba sentado en el suelo, inmerso trazando figuras con sus dedos y una ramita para líneas finas en la tierra quería dibujar y se puso a hacerlo, era nada especial de hecho, sólo un sendero rodeado de arbustos y flores. Hizo cada detalle que le permitieron sus herramientas de arte improvisadas y estaba a punto de acabarlo, tanta era su concentración que su mirada no abandonó el trabajo por tanto no se percató de la presencia extra en el lugar. -Ya arreglé todo para que dejemos la isla.- desde la primera palabra que la Princesa pronunció el soldado dió un brinco y su pecho cosquilleó y colocó una mano en el para medir sus latidos, por lo que se veía no se dió cuenta que ya estaba a su lado, con sus ojos buscó su rostro que era lo único que se asomaba pues notó que ahora llevaba puesto un como hábito con gorro incluido, no cuestionaría el por qué ya que debido al frío supuso que era necesario. Con respiración agitada replicó. -Bien, después de ti.- Diana hizo caso omiso a la mano del hombre que la invitaba a avanzar y frunció su ceño intentando descifrar lo que había plasmado en la tierra acercándose. -¿Qué hay ahí? ¿Tú lo hiciste?- antes de que viera mejor el dibujo Steve pasó la palma de su mano sobre éste de un lado a otro deshaciendolo. -Nada, una tontería. ¿Seguimos?- el nerviosismo se le acumulaba y se levantó torpemente mientras se decía a él mismo que a lo mejor fue un poco grosero desairar como acaba de hacerlo con Diana, era sólo un retrato después de todo pero con su talento igual que con varias cosas era irritantemente reservado. Ella para su fortuna no insistió y asintió, él por su parte sacudió el polvo de su ropa y luego de ir por los artículos de su posesión procedió a seguirla hacia el exterior.
Una vez fuera de la cueva él divisó a dos corceles, uno blanco y otro negro quietamente esperando por sus jinetes. Cada uno subió a su caballo y emprendieron el corto camino, ella se adelantó pero dicha ventaja no duró tanto, Steve ya iba a la par de la castaña y habló rompiendo así el silencio queriendo evitar la incomodidad que potencialmente pueda surgir. -Y entonces, ¿Hacia dónde nos dirigimos?- Diana volteó a verlo brevemente. -Te mostraré el camino para salir de Themyscira desde la costa más cercana donde atraqué la barca que nos llevará a tu Tierra, demoré un poco por eso; tuve que jalarla del muelle y robar los caballos. Mira ya casi estamos allá.- sonriendo a causa de sus acciones ella apuntaba a la izquierda y ya se visibilizaban las aguas, sobre la arena aguardaba una nave marítima de tamaño regular y un tanto austera pero funcional que era lo esencial, Steve sonrió a medias con ella sin embargo tenia unas dudas. -¿Nos vamos a ir en eso?- ahora Diana era la confundida. -En efecto, ¿por qué? Acaso ¿no sabes como navegar?- el rubio no quiso mentir y fue franco. -Claro ...Una vez y ya pasó un buen rato de eso.- no obtuvo réplica, ya casi alcanzaban el lado del navío y bajaron de los equinos, en cuanto fue capaz Rogers arrojó sus cosas dentro. -Hay que empujarla para que entre al agua, sube yo lo haré.- en voz alta dijo el ojiazul debido al ruido de las olas, la Amazona paró en seco y él la miró con expresión perdida. -Lo haremos los dos, juntos.- lado a lado y con los pies firmes sobre la superficie usaron en conjunto sus fuerzas para hacer que el bote se moviera, resultó relativamente fácil de lo que parecía si Steve se ponía a pensar que la mujer lo arrastró por unos metros sola así que reflexionó sobre cuánta fuerza en realidad poseía ella quien ahora levantaba los cabos y los enrrollaba. Lo instó a que trepara primero para que se acomodara al subirse, él no muy a gusto accedió pero ofreció su mano para ayudarla a entrar. Ella sosteniéndose del borde se impulsó para estirar su brazo y que él lo tomara, en eso tuvo un deja vú.

-¡Diana!- se oía de nueva cuenta ese grito acompañado de galopes de caballos con un séquito armado y montado en ellos, a la cabeza Hipólita, su madre.

Forward
Sign in to leave a review.