
I was never there
Un cigarrillo extinto y otro nuevo se prendió, tomó una bocanada de aire limpio antes de llegarlo a su boca, al sacar el humo hizo una mueca de disgusto por el sabor amargo que se impregnó en la punta de su lengua y que trato de quitarlo al chocar contra sus dientes.
El humo que llenaba sus pulmones no era tan oscuro como el negro de sus ojos que veían a travez de la ventana y hasta el otro lado de las áreas verdes de su plantel, a los edificios de la facultad de filosofía, donde se veían recostados una pareja que probablemente se había saltado sus clases, justo como él que se encontraba en un pasillo de su facultad sin importarle estuviera prohibido fumar dentro. Si lo encontraban ahora sí podría tener una buena excusa para largarse de ese lugar.
Pero no quería perder la oportunidad de verlo otra vez.
Ya no compartían clases, ni sus casilleros estaban juntos. Lo único que los unía era estar en la misma facultad; pero todo aquello que alguna vez los había entrelazado ya no estaba ahí, se había extinto o había muerto.
Y así se sentía Druig por dentro, cada vez que lo veía o lo escuchaba cerca, pues nunca se alejaba; porque siempre era mejor sentir dolor que no sentir nada al verlo pasear frente a la escuela y sus amigos con su nuevo amor, ignorando al viejo.
Un amor que sabìa Druig que no era bueno, o eso le habían hecho creer. Pero sabía que era mentira, reconoció que no eran lo mejor el uno para el otro pero aún así, no podía fingir que no reconocía que su nuevo amor era mucho más tóxico que el cigarrillo que tenía en los labios.
Recuerda cómo fue encontrarlo en aquella fiesta a la que le había prometido no ir, en su lugar le había asegurado su entonces novio que se sentía mal y se quedaría en casa. Druig asistió tras la insistencia de su mejor amiga, pero no esperaba ver a la mitad de la pista a su novio pegado bailando junto a otro chico, con la piel y el cabello apenas y un tono más oscuro, ambos sudando y con jadeos que apenas separaban sus bocas.
Fue como un balde de agua en el rostro; primero el agua fría rompiendo la ilusión de su amado novio y su relación establece. Luego sintió volverse el agua, fuera de control y regando todo con su dolor y furia, acercándose con brusquedad a ellos, explotando como agua al final de una cascada, terminando con todo, con su amor.
Pero solo extinguió su propio amor ya que por el contrario no hubo, ni siquiera en esa nueva relación había. Todo el mundo sabía lo tóxico que eran las relaciones de Ikaris, por meses salía con Dane, luego con Kingo, y luego con quien se le cruzara. Hubo momentos en los que incluso intentó regresar con Druig pero este no cayó por más que deseaba volver a tener al rubio en sus brazos y besarlo.
Druig prefería otra clase de toxicidad, seguir consumiendo y consumiendose con otra clase de sustancias y adicciones. El cigarrillo era del desagrado de Ikaris, se lo dijo en una ocasión que trató de acorralarlo y robarle un dulce beso, el cual negó esperando crear alguna reacción en el menor de deseo por él.
Era el salvaguarda de Druig, ya no solo era la adicción a la nicotina, era el salvavidas que requería para no caer bajo los juegos de Ikaris nuevamente.
Corazón solo tenía uno para soportar el veneno; y, sin embargo, tenía dos pulmones para continuar.