NOVIEMBRE SIN TI || DRUKARIS WEEK 2022

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NOVIEMBRE SIN TI || DRUKARIS WEEK 2022
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Hola,Por el aniversario del estreno de la Película ETERNALS en cine, decidí hacer una dinámica de escritura; una #SemanaDRUKARIS #DrukarisWeek con el propósito de conmemorar la llegada de estos personajes al UCM y también alentarlos a crear más contenido de este singular shipp.Aqui les dejo a grandes rasgos lo que traerá como propuesta esperando sea de su interés:MES: Noviembre ( #NoviembreSinTi )DINÁMICA ESPECIAL: Songfic / Drukaris weekTEMA: Rupturas amorosas, desilución amorosaSHIP/ FANDOM: Druig-Ikaris / MarvelPUNTOS IMPORTANTES:Si tienes duda con los Songfic, por favor considera que es el tipo de fanfiction que basa su trama en una canción. Yo les estoy dando una estrofa de referencia pero si hay otra parte de la canción que prefieras, adelante. Siempre y cuando se respete la canción, tu material será considerado. Espero que lo gocen tanto como yo, que planeo hacerlo al leer lo que escriban.¡Nos leemos pronto!
Note
The beginning is the end - Aaryan ShahSo please make this shit easyJust break my heart and leave me-Por favor, vuelve fácil esta mierda aSolo rompe mi corazón y déjame
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Closure

Druig sabía que era un amor imposible pese a que fuera correspondido. Pero eso no lo hacia más correcto o adecuado, por eso se dirigía a la oficina de su jefe, a la misma hora que todos los días, con su carta de renuncia en mano.

Nunca quiso tener una "relación" con su jefe, ni siquiera era su jefe ni se conocieron en el ámbito laboral cuando empezaron a frecuentarse. En un inicio habían sido un par de jóvenes idiotas que creían que no habría problema si tenían una relación abierta y sin compromiso. Se habían acostumbrado a no ser nada, desearlo todo, buscarlo en otros y ahora esto era su camino sin retorno.

Nunca fueron nada ni pusieron etiquetas a su relación. Tenían sus momentos de intimidad, principalmente parecían buenos amigos y se apoyaban mutuamente en sus planes y ambiciones aunque parecía que sus ideales no concordaban, sus metas no eran muy distintas.

Nunca fueron celosos de su no relación, incluso en raras ocasiones daban consejo al contrario. Pero fueron pocas veces, porque, a pesar de no celar, el ambiente se tornaba un tanto incómodo y preferían continuar como amigos el tiempo que duraran esas relaciones pasajeras.

Sin embargo las relaciones pasajeras fueron disminuyendo y ahora esas otras relaciones iban apagando sus sentimientos y disminuyendo sus encuentros y mejor lo enfocaron en apoyarse en el ámbito laboral cuando descubrieron que trabajaban en la misma empresa de seguridad.

Ikaris había iniciado en el área administrativa y ahora era accionista y CEO de su propia compañía. Druig,por otro lado, había empezado su vida laboral como asistente de un consultor y ahora junto a Ikaris en su empresa, se había vuelto el consultor principal en la compañía. Aunque sus puestos eran más una formalidad pues ambos eran considerados los líderes de la compañía.

Ambos se habían esforzado en el crecimiento de la misma y ninguno tomaba una decisión sin contar al contrario, aunque actualmente sus vidas eran mucho más tranquilas debido al preparado equipo con el que contaban, por eso pasaban sus mañanas en juntas que solo eran excusas para tener tiempo juntos. Ya no tenían encuentros sexuales, porque ambos respetaban demasiado a las parejas de sus compañeros como para hacer algo; sin embargo esa necesidad de aún verse, hablar y pasar el tiempo juntos estaba ahí. Por eso se encontraban a la misma hora de siempre en la oficina del mayor.

— Buenos días Sr. Druig, el Sr. Ikaris ya le espera en su oficina. Puede pasar.

Durante su camino del diario Druig había pensado como hablarle a Ikaris, pues sabia que podía llegar a ser volátil, ¿Se mantendría en paz? ¿Se alteraría? No había sido una decisión fácil por tomar pero ahí se encontraba, frente a la puerta del rubio tomando más tiempo del normal para entrar a su encuentro.

— ¿Pasa algo cariño? — La fiel secretaria de Ikaris, Ajak, incluso notó que había algo con él.

— Nada, voy a entrar.

Era ahora o nunca. Respiro profundamente y entró a la oficina con un nudo en el estómago.

¿Por qué se sentía así? Hace un par de años que ambos ya estaban en relaciones y llevados a niveles que ellos nunca alcanzarán juntos y aún así se sentía mal. Por romper esa relación. Pues ahora lo único que los unía era su relación laboral. ¿Cómo excusarían sus visitas, sus conversaciones, los besos fugaces que llegaron a compartir durante todo ese tiempo? ¿Cómo encubrirían sus sentimientos?

Pero ya no podían permitirse continuar así, ya no había cabida para eso, debía terminar ahí. Parar los deslices que hubo, parar los sentimientos que pudieron o no existir. Parar antes de que alguien más saliera herido.

— ¡Druig, al fin llegas! Empezaba a preocuparme.

Dios, el azul le queda tan bien.

— Por favor, solo fueron dos minutos.

— Si, pero tú nunca llegas tarde.

Ikaris le dedicó una de las sonrisas más hermosas que había visto. Tal vez era igual a todas las que siempre le regalaba a él, solo a él, pero era inevitable pensar que esa había sido una de las sonrisas más hermosas jamás vista por los no tan puros ojos del castaño.

Y era la última sonrisa que le dedicaría, probablemente.

— Te ves angustiado, ¿está todo bien? Creí que el último proyecto iba bien.

Druig no creía haber cambiado las facciones de su rostro de su típica cara de poker; y aún así Ikaris sabía leerle bien.

— Descuida, el proyecto te traerá grandes resultados

— Nos traerá grandes resultados, es tu equipo de trabajo después de todo.

Druig no pudo evitar la sonrisa ladina que se coló por sus labios y unió su mirada con la de su amor imposible. Volviéndose a transformar su rostro en uno con ansia y remordimiento.

Trató de concentrarse en su corazón que lo sentía latir a la rapidez de mil caballos, ni siquiera se percató de la cercanía del rubio sino hasta que sintió como le tomaba de la mano y con el pulgar rozó su piel de forma suave y protectora. Sus ojos azul grisaceos le miraron concentrado y preocupado.

— Dru ¿Qué tienes?

Miró sus manos unidas y suspiró con resignación. Quería aferrarse a ella, entrelazando sus dedos como cuando compartían sus noches.

— Makkari — Dijo de forma suave pero la simple mención de ese nombre hizo que Ikaris soltará su mano con brusquedad, soltó un bufido y giró para dirigirse a su lugar, esa era siempre su reacción y forma de darle a entender al menor que no le interesaba lo que pasará en la relación que ahora tenía, si lo pensaba bien últimamente así reaccionaba. Usualmente Druig cambiaba de tema pero hoy no.

Druig estaba harto de esto y necesitaba ponerle un fin pues ya había mucho más en juego y él quería corresponder y ser correspondido adecuadamente.

Con decisión y el rostro tan serio como cuando hablaba con clientes nefastos, se acercó al escritorio de Ikaris y dejó caer su carta de renuncia frente a él.

Ikaris no dudo en tomarla pues él seguía pensando que todo iba en relación a algún problema de la empresa, preferiría mil veces discutir de un tema relacionado a ello que escuchar palabra acerca de la pareja de Druig. Leyó los primeros renglones y de inmediato se dio a entender las intenciones de renuncia del menor. Levantó la vista con los ojos más oscuros de lo normal mostrando su enojo en la forma tan desinteresada que sujetaba la carta pero queriendo arrugarla y romperla para evitar lo ineviable.

— ¿Qué es esto?

— Lo correcto sería que termines de leerla primero.

Ikaris bufó fastidiado y con la sangre hirviendo. Volvió a sujetar la carta con ambas manos con fuerza, empezando a hacer arrugar en el papel y marcando sus huellas. Se levantó de su asiento y rodeo el escritorio mientras empezaba a leer la carta en voz alta.

 

— Estimado Sr. Ikaris Poole — Dijo con sarcasmo y sus ojos cambiaron del papel al rostro del menor haciendo notar su disgusto, pues sus pupilas se mostraban dilatadas, ojos rojos y enmarcados por sus espesas cejas que se juntaban formando arrugas en su frente por la expresión de enojo que hacía.. — Por medio de la presente le comunico mi intención de presentar la dimisión del cargo que ocupo en la empresa desde el inicio de su funcionamiento operativo. Se siente como mil años o toda una vida ¿No? — Su tono no cambio al dar ese último comentario. — Me gustaría aprovechar esta misiva para agradecer el trato que durante todo este tiempo me ha dispensado tanto la dirección como los empleados de la empresa. — Ikaris enfatizó con dolor claro al pronunciar dirección— Al mismo tiempo, quería indicarles que el motivo por el que presento mi dimisión obedece única y exclusivamente a razones personales; a un cambio personal. — En ese momento Druig juraría que escuchó temblar la voz del rubio. — Me gustaría presentarles, además, mi consideración y enorme gratitud por la confianza que han depositado en mí estos años, para la puesta en marcha de proyectos como el caso Harry Shem, que fue el parteaguas de nuestro éxito como empresa . Formar parte de esta familia ha sido, sin duda alguna, una valiosa oportunidad para mi crecimiento profesional y personal.

Ahí no terminaba la carta pero todo estaba dicho, el resto no importaba pues solo eran las conclusiones protocolarias en esa clase de escritos. Sin embargo, Ikaris se quedó mirando la carta con la cabeza gacha.

Druig se compadeció de Ikaris, solo él podría llegar a entender el dolor que el contrario sentía pues sabía de sus sentimientos, ambos lo sabían pero a estas alturas creían que era muy tarde para hacer algo más. Tal vez era miedo de exponerse ante el contrario, a que no funcionaran en pareja y perdieran de sus periodos largos de tiempo juntos, ese cariño continuo, comprensión y entendimiento que ninguna pareja de ambos había conseguido.

— Es por ella ¿cierto?.... Por eso querías hablarme de… Makkari~ — Dijo con pesar y alzando levemente su rostro para evitar que el contrario le viera quebrarse. Como si muchas noches no lo hubiese visto así.

— Si y no, es algo mucha más grande. Algo más valioso.

— ¿Más grande? ¿Más valioso que la empresa principal de seguridad del país?¿Qué podría ser eso? — Volvió a decir con enojo.

— Está embarazada. — Dijo tajantemente e Ikaris alzó su vista con rapidez para buscar en los ojos del menor indicios de mentira, pero no había, le estaba siendo sincero. Y la información la sintió como un balde de agua fría, sus piernas tambalearon y tuvo que sujetarse del escritorio para no caer. — Ayer en la tarde me avisó y lo hablamos…. Yo quiero cuidar del bebé y de ella durante todo el proceso. Quiero estar a su lado, es lo correcto. Quiero amar a mi hijo y a Makkari adecuadamente y sin … limitaciones.

Ambos se quedaron frente a frente, viéndose y procesando la información recibida o analizando las facciones del contrario. Ninguno de los dos se atrevía a decir más.

El plan de Druig era terminar aquí, cortar toda relación y no volver a encontrarse más. Cerraría este capítulo tan extenso de vida, mucho más largo del que tenía con cualquiera pues Ikaris no solo era un capítulo, era toda una enciclopedia.

Druig quería ser lo más rápido y tajante posible. Quemarlo de ser necesario, pero al ver una lágrima resbalar por las mejillas del mayor su corazón se quebró por completo. Solo confirmando lo que ya sabía.

Su tiempo había pasado, y este ya no era el lugar ni situación adecuada.

Ni siquiera recordaban como todo empezó, quién fue el primero en negar la relación, ¿alguno la negó alguna vez? No, solo el resto de la gente cambió su pensar al ver que si bien los llegaban a ver en su propio mundo, otras solo actuaban como buenos amigos. Se contaban todo y aún así nunca se dijeron palabras amorosas, aquellas que señalan afecto, cariño y devoción. Ni siquiera en aquellos momentos donde alguno podría explotar de felicidad. No las dijeron, las guardaron, se las tragaron.

 

De haber sido un poco más valientes tal vez lo hubieran logrado.

Tener la felicidad que deseaban en el contrario.

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