O te formas o te forman

Spider-Man - All Media Types Spider-Man: Spider-Verse (Sony Animated Movies)
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O te formas o te forman
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Summary
Miles, Hobie y Gwen se dirigen al Comando Central para informar sobre su última misión. Durante el camino, Miles y Hobie conversan sobre la familia, los sistemas morales, el corporativismo neoliberal y los caramelos de menta [escena ampliada de "Spider-Man: Across the Spider-Verse"]
Note
I think I just realized something. I don’t know why it took me so long to figure out. The only thing I’ve ever really wanted… was to be understood.Luz Noceda
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Gracias, hermano

-Aunque, si te soy sincero, me ha sorprendido un poco que eligieras una pieza de música clásica -señalé-. Realmente rompes todos los esquemas, Hobie, incluso los esquemas de una persona que se dedica a romper todos los esquemas… -me interrumpí, confundido. Ya estaba volviendo a divagar-. Ya me entiendes.

Hobie rio entre dientes.

-Ya, uno piensa que un antisistema como yo debería limitarse a tocar piezas psicodélicas y vociferantes llenas de proclamas políticas, ¿verdad? -yo asentí con cautela. De repente temí haberlo irritado con mi comentario-. Pero ya sabes que odio que me reduzcan a una imagen convencional, a un estereotipo… a un canon -Hobie me guiñó un ojo, y yo sonreí con alivio. No debía estar molesto si se dedicaba a hacer juegos de palabras para divertirme-. Yo nunca hago lo que los demás esperan de mí, ni siquiera lo que mis compañeros punks esperan de mí: yo hago lo que me apetece y lo que considero correcto. Esa es mi única regla de conducta.

-Pues es una buena filosofía. 

-Ahí va otra opinión discordante -Hobie dejó la guitarra a un lado y se acomodó en el suelo, flexionando una pierna y apoyando un brazo en ella-. Mis gustos musicales son otra de las razones por las que nunca me he sentido del todo bien recibido en los ambientes underground de mi universo. Mi rechazo a las drogas, ciertas opiniones contra el crimen organizado, mi colaboración momentánea con la policía… -Hobie hizo una mueca-. Supongo que difiero demasiado en ciertos aspectos como para ser verdaderamente aceptado.

-¿En serio? -no pude evitar volver a fijarme en su aspecto, en sus mallas, en su maquillaje, en las pegatinas reivindicativas que adornaban la funda de su guitarra. A primera vista, Hobie encarnaba, efectivamente, la viva imagen de un punk perfectamente integrado en su particular tribu urbana-. Así que incluso rechazas a los antisistema, que ya de por sí rechazan todo lo demás. Eso es ser rebelde en grado sumo -silbé admirado.  

-Sí, bueno -Hobie se encogió de hombros-. Los punks pueden ser un colectivo muy prejuicioso y cerrado. Están tan convencidos de su propia excepcionalidad… Y a mí ese tipo de presunción no me va nada. Yo… -la mirada de Hobie se volvió dura como el pedernal-. Yo siempre conservaré la libertad para tener mis propias opiniones. Aunque eso signifique no encajar en ningún grupo. Aunque eso signifique… estar siempre solo. O sentirse siempre excluido.

Algo se quebró en la expresión de Hobie. Era esa mirada perdida que yo conocía tan bien. Vagamente angustiada, vagamente absorta. Y lejos, muy lejos de aquí…

-Yo también me siento excluido -confesé tras un momento de duda-. En el instituto no logro encajar con ningún compañero, y con mi familia me siento cada día más fuera de lugar. No puedo explicarle a nadie que soy Spiderman. No lo entenderían… La distancia es tan grande… Supongo que por eso quiero entrar en la Sociedad. Para sentirme…

-… comprendido -dijimos a la vez.

Nos quedamos callados. Poco a poco, casi con temor, fui inclinándome hacia un lado hasta que apoyé la cabeza en su hombro. Hobie no reaccionó al principio, pero luego pasó un brazo por mi espalda y me apretó el costado.

-Y aquí estamos -musitó.

Sin embargo, unas chispas anaranjadas empezaron a chisporrotear en el aire, iluminándonos desde arriba. Yo me separé inmediatamente de Hobie, y justo entonces Lyla se materializó ante nosotros.

-Es la hora -anunció solemnemente. Sin esperar ninguna respuesta, la inteligencia artificial volvió a volatilizarse. Al otro lado del pasillo, un chasquido nos indicó que las puertas del despacho de Miguel estaban empezando a abrirse.

-Bueno -Hobie se levantó de un salto, se cargó la guitarra a su espalda y me ofreció una mano para ayudarme a incorporarme. Yo la acepté, y él tiró de mí hacia arriba. Por un momento tuve miedo de impactar contra su cuerpo, pero él se separó respetuosamente-. En fin. No sé qué me ha pasado, hermano. Yo no suelo… Ummmm… -por primera vez, Hobie parecía tan confundido y desorientado como yo-. No te preocupes por mí, de verdad. Yo estoy bien -dijo con una firmeza algo impostada-. No me siento excluido con Gwen y con Pavitr. Ellos son mi familia en medio de toda esta casa de locos.

-Ya -murmuré con voz estrangulada. Apenas podía hablar. No me imaginaba que compartir un momento de intimidad con aquel chico fuera a turbarme tanto. Me temblaban hasta las puntas de los cabellos.

-Y espero que pueda ser la tuya también – Hobie me pasó un brazo por los hombros mientras nos dirigíamos al despacho-. Tío, estás temblando. No te preocupes, nosotros… yo te cubro las espaldas.

 Cruzamos el umbral de las puertas rojas, y, tras un momento de duda, respondí:

-Gracias, hermano.

FIN

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