
En menos de dos horas
Parte 2
Se apresuró a salir, por cayo ante la repentina estampida de gente. Había veces que se preguntaba de donde salían. De igual forma, le sirve para encontrar a lo que sea la causa. No le importa los golpes que recibe en sus costados, pero con los gritos es difícil concentrarse.
—No seas la anomalía, no seas la anomalía, no seas la anomalía.
Su sentido arácnido no cesaba, sal corriendo, huye, le decía. Peter ignoro eso, en cambio, cuando la avalancha de gente ya disminuía, lo uso como una brújula para encontrar el peligro. Fue derecho, luego tuvo que girar a la izquierda. Cuando volvió a girar ya sentía que las cosas daban vueltas. Que en cualquier segundo lo atacarían, eso no lo detuvo. Llego a una cuadra desconocida.
Y de la nada, su sentido arácnido paro de repente. Asombroso ¿Ahora que debe hacer? Busco una señal a su alrededor. Había grandes edificios, elegantes y modernos. Sin duda admirable, claro, pero nada que indicara dónde estaba ¿No existen letreros o qué? Agudizo los oídos para escuchar las voces del lugar. Para su consternación, solo había silencio, uno que llegaba hasta los siguientes kilómetros a la redonda. Bueno, tampoco sería completo silencio, puesto que oyó el suave canto del viento, oyó los pitidos de electrodomésticos, y es solo de los electrodomésticos lo único que hay dentro de todas las casas. Ninguna voz humana. Ningún pulso se escucha más que los suyos.
Sin querer rendirse, empieza a caminar, volteando cada segundo hacia otro lado. Pasaron minutos y ya estaba inquieto, es que, Dios, esto es raro. El lugar debería estar infestado de gente, incluso si es de noche ¿Dónde están todos?
—Esto no me gusta —murmuró, y avanzo hacia la derecha.
En la siguiente cuadra fue igual. No podía poner en orden sus pensamientos ante esto. Era más que raro, perturbador es la palabra, era como ser la única persona en medio de la nada. Apresuro el paso, sin tener cuidado al lanzar botes de basura en el proceso.
—¿Hola? ¡¿Hay alguien aquí?!
Estúpido de su parte hacer eso, (si, estoy consciente de eso, estúpida voz) pero el silencio le da una sensación inquietante. Así que, no lo culpen si prefiere ser atacado después de gritar que esperar en silencio y ser atacado mientras está teniendo una crisis. No puede soportar esas cosas. Es en estos momentos donde el demonio hace su aparición, aún que, claro, debe ser después de unos segundos ¿Qué clase de depredador sería si no juega primero con su comida? Pasa ya un minuto y no hay un cadáver porque Peter todavía no es perseguido por un asesinado (Un espíritu que quiere venganza. Un monstruo del bosque. Un alíen del área 51. Un psicópata suelto) ¿Es tanto pedir una muerte rápida? Ok, tal vez exagero (El alíen y el psicópata siguen siendo una opción), necesita respirar hondo, y luego soltarlo.
Respirar y exhalar, respirar y exhalar...
¿Y si mejor corres?
Por primera vez, esa voz sirve para algo.
—¡¿HOLA?! ¡¿ALGUIEN ME ESCUCHA?!
Usa sus manos como un megáfono. No ayuda, tampoco ayuda que corra. Maldita sea, ni siquiera sabe de qué huye. Pero nunca se sabe si eso tiene una lengua con la capacidad de alargarse y terminar siendo atravesado cual Drácula. De nuevo, exagerado, pero sí, puede pasar. Ya está viendo una escalera de incendios como su próximo plan de escape (¿Y si te agarra de las piernas?). Bien, necesita averiguar qué está pasando.
—Karen, quiero que...
Pom.
¿Qué?
—¿Pedro?
Pom.
Oh, por todos los santos, Gracias.
Pom.
—¿Pedro? Lo lamento, no escuche...
Un latido, un bendito latido, señal de que hay personas cerca. Corrió en dirección al pequeño latido. No le importa usar su velocidad mejorada, de hecho, ya no le importo ser grabado o caer en una trampa. Su completa atención está en el pulso.
Con el pasar de los segundos, el mismo latido se volvía débil, tomando un tiempo más largo que el anterior. Alguien está en peligro. Definitivamente algo ocurría.
El silencio otra vez. No... Esto no puede estar pasando. No es cierto. Nadie... nadie pudo...
Pom. Pom.
No era un latido, era un pulso. Y venía del lado contrario. Se detiene. Sus ojos se desviaron hacia el lado contrario, donde escucho el primer latido. Lo que sea haya sido, ya no pudo oír más. Una persona, un animal, una criatura, muRió. Si va por la derecha, posiblemente encuentre a personas que terminaron evacuando por una razón. Si va por la izquierda, encontrará un cuerpo sin vida de un desconocido, tal vez también a la causa, tal vez a un asesino. Un asesino suelto en medio de la noche. No... No un asesino.
Ya no puede percibir otro ser humano. No hay un pulso. Y se supone que en este mundo no hay seres humanos con mutaciones, tampoco importaría ya que no conoce a ninguno que no pueda respirar, a no ser que ni siquiera sea de la especia humano, o, este aguantando la respiración para que no lo encuentro, porque sabe quién lo está buscando... la anomalía.
Ir por la izquierda significa encontrarse con el cuerpo, la sangre, los ojos sin duda de la víctima que pudo haber salvado si hubiera sido más rápido. Pero si va por la derecha, la anomalía podría escapar, tarde o temprano atraparía a otra persona de esta calle. No puede dejar que suceda de nuevo. . . . Esto no puede estar pasando. No ahora. Oh, maldita suerte de Parker. Sabe que acaba de firmar su sentencia de muerte. Bueno, no es la primera vez, por lo menos desearía que su cuerpo dejara de comportarse como si lo fuera. O muy pronto su corazón saldría volando de su pecho. Soltó un gran suspiro. Trato de no pensar en los posibles escenarios, en lo cual no tuvo éxito. Su sentido arácnido tampoco ayudo.
Justo cuando iba a moverse, de repente se escuchó disparos. Disparos que provenían del lado contrario. Tiene que ser una maldita broma. "¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago?" Sus ojos no paraban de moverse de un lado para el otro. Uno de sus pies golpeando el suelo con rapidez. Odia este tipo de situaciones. Inocentes están en peligro, ambos lados tienen personas que podrían morir. La anomalía por la izquierda, un desconocido armado por la derecha, ambos con la posibilidad de tener un rehén que no puede detectar.
Conoce a la mayoría de las variantes de los villanos de Spider-man, y ellos conocen a Spider-man. A pesar de que sabe cómo operan, no quita el hecho de que son peligrosos. Unos más que otros. Y uno que verdaderamente no le importe matar reduce bastante su lista de sospechosos. Que no pueda percibir un pulso tiene dos posibles respuestas: esta lo suficiente alejado, o es un ser que no tiene órganos respiratorios; ninguno es bueno para Peter.
Nada bueno va a salir si lo deja escapar. Dejar el área con la anomalía suelta, aun si es por un poco tiempo, es suficiente para que agarre otro rehén, ni siquiera quiere pensar que le pasaría. Literalmente su único trabajo es capturarlo, no tenía nada que ver con esto; no debe meterse donde no lo llaman, demonios, él lo sabe perfectamente.
"¿Por Qué Qué? ¿Por qué yo?", se preguntó internamente (a pesar de que nunca hallara la respuesta). Humedeció sus labios y noto un ligero sabor salado, era sangre, se percato. Lo mejor es alejarse, las autoridades se encargarán, aún que tal vez terminen estorbando más que solucionando el problema- no, no hay manera de que todos los policías causen más desastre. Hay excepciones, algunos pensarán antes de actuar, en especial si hay personas en medio. Pero (maldito subconsciente) la presencia misma podría alterar a los captores, y cuando ya uno pierde la calma cualquier cosa que pase ira de mal en peor.
NO. No es su problema. Solo tendrá otro conflicto. Ya tiene asuntos que resolver, si falla... No... no puede hacerlo.
Más disparos le devolvieron a la realidad.
—No lo escuches —cerro los ojos, como si con eso el mundo entero desapareciera.
Date la vuelta y ve tras la anomalía.
"No. Tiene que haber otra salida. Tengo hacer algo por ellos"
En ese momento, se le ocurrió una idea mucho mejor que estar parado cual idiota perdiendo el tiempo. Diablos ¿Por qué no había preguntado antes?
—Karen, avisa a los números de emergencia sobre un tiroteo, usa los números que registrados de nuestro universo o hackea cualquier red, no me importa con tal de que lo hagas.
Callo para oír la confirmación de que tenía los números, luego volvió a hablar:
—Mándales la ubicación a partir de aquí a una cuadra hacia la derecha, quiero que sea bajo anonimato.
Desafortunadamente, la suerte de Parker ataco.
—Peter, tardará más de lo esperado, algo sucedió con su sistema. No responden los correos ni mensajes.
Por supuesto que ahora debe pasar eso.
El tipo estaba a tu lado, pudiste detenerlo. Gracias por nada, inútil.
No, era lo último que necesitaba.
Concéntrate. Concéntrate. Perderás mucho, es un contratiempo, le decía a la nada. Sin embargo, en este instante, hay personas en peligro. La anomalía no va ha quedado quieta, pero Peter no se va ha quedado de brazos cruzados mientras otros corren riesgo. Muchas cosas pueden suceder. Alejo las dudas. La decisión ya fue tomada.
Sin mirar atrás echo a correr. Tiene que darse prisa. Tiene que derribarlos rápido. Tiene que volver rápido. Lamentablemente, tiene poco tiempo. Tal vez no sea buen momento, pero si logra hacerlo, cuando vuelva al cuartel revisara si hay un récord de golpear criminales en el menor transcurso posible y conseguir una medalla. Porque esto amerita una medalla.
Los disparos aumentaban a medida que se acercaba al origen, junto con gritos, pero no de auxilio o miedo, se oía como si estuvieran en medio de una pelea verbal. Pudo reaccionar por segundos y volver al callejón de donde salió al ver diviso a las figuras responsables de fallar en su misión. Saco su cabeza para analizar a que se enfrentaba. Seis hombres, todos armados y con máscaras. Dos de ellos parecían tener una discusión, el resto se suponía que vigilaban, pero solo sostenían sus armas como si fuera un bolso de accesorio. Uno que otro observando la discusión. En su humilde opinión, estos tipos eran sin duda algún principiantes o super idiotas. Pedro no juzga. No importa que sean los típicos asaltantes del barrio, siguen teniendo armas que en peligro la vida de las personas. Volvió a meterse en el callejón. Su traje no parece cooperar al pegarse un extremo con el cierre. La razón de eso le hablo.
—Pedro...
—Karen no es momento.
—Las autoridades se encargarán.
—No me importa. Ayudare.
Al final termino en una batalla perdida. Con urgencia se quitó su traje, saco sus lanzatelarañas, se los puso, al momento de probarlos no sucedió nada.
—Karen. Alguien puede morir y va a ser mi culpa.
Ya pensando en salir y pelear a puño limpio cuando le respondió.
—Sin el traje.
Agarro con fuerza su capucha, soltó un suspiro. Y lo primero que vio fue a uno de los tipos corriendo en dirección a Peter.
El oscuro callejón cambió a un establecimiento de lucha, el tipo que corría ahora sostenía un saco lleno de dinero. Y una voz lejana que le gritaba.
¡Pudiste haberlo detenido!
Una patada fue suficiente para que bese el cemento.
"Vuelve al presente, menso"
Escaneo con la mirada su alrededor para descubrir que solo estaban ellos, lo que, definitivamente no es espeluznante, para nada lo es.
—Amigo, ¿Qué con esa máscara?
La máscara consistía en el rostro de un hombre sonriente. Definitivamente no era una elección extraña. Vio como el hombre maldecía del dolor, haciéndose bolita mientras tocaba su rostro. "Recuerda, eres el policía malo", pensó, en su mente viniendo todas las escenas de Hobbs y Shaw interroGAnhacer. Los policías malos siempre consiguen respuestas, además, nadie tomaría en serio al tipo en spandex que le gusta los juegos de palabras. Sus ojos analizaron al hombre solo para percatarse de que estaba en pie y con ansias de devolverle el golpe, ante esto, Peter lo pateo en las costillas. "Dios mío, creo que le rompí una costilla ¿Esto es legal? No, no, a los policías no les interesa eso".
—No me digas, ¿Hace un cosplay de... un padre de familia amoroso y gentil que en realidad tiene una doble vida y es un psicópata? ¿No? ¿O es muy feo?
"Demasiado Spidey o demasiado al estilo de Shaw. Igual creo que quede como un patán "
—Púdrete.
"Por lo menos está vivo"
—Oiga, no hay razón para ser grosero. Por eso mejor no me dice que está pasando aquí ¿No?
El hombre siguió mirando a Peter tanta que ni parpadear podía.
—Hombre, no lo golpee tan fuerte ¿Verdad? Déjeme ver la herida.
—¿Qué demonios...? ¡Eh! ¡Suéltame!
—Auch, si me pase. Lo siento- oh, ya lo suelto, ya lo suelto. Tranquilo, no era mi intención lastimarlo, ósea, si era mi intención lastimarlo, bueno, hombre, estabas robando un banco, así que debía detenerlo.
El hombre se masajeó parte de su rostro al mismo tiempo que observaba a Peter con cautela.
—Veo que amaneciste en el lado incorrecto de la celda.
—Los criminales de hoy en día, tan irrespetuosos.
Dijo una voz juguetona, la cual pertenecía a hombre, vestido de rojo, a excepción de unos pequeños rayos amarillos que colgaban al costado de su cabeza. Este le sonreía a Peter. Y luego, el sujeto (el héroe, Peter se corrige) se tensa. Este se tensa por... ¿Pedro?
—¿Estás bien, amigo?
Él vuelve de su trance, vuelve a sonreír y aparentar como si estuviera avergonzado (porque obviamente no está avergonzado, está nervioso). No va a negar que lo disimula bien, pero una de las ventajas de tener súper sentidos es saber cuándo mienten u ocultan algo. Y Peter siente como el corazón del tipo quiere salir.
—Oh, sí, es que me recordaste a un viejo, eh, amigo. Vuelve a sentir el hormigueo, esta vez pequeño.
"Rápido, hazte el tonto"
—Genial.
"Pero no tan tonto"
—Bueno, de hecho, es el amigo de mi amigo.
—Me siento alagado.
El incómodo silencio fue interrumpido por una repentina explosión. El sujeto de rojo, un héroe, duda en ir. Se decide por fin, dándole una última mirada a Peter, desapareció. La repentina ventisca parece decir otra cosa. Después de unos segundos, se percata de que el ladrón ya no esta, una mejor escaneada a su alrededor, y en realidad ninguno de sus cómplices esta. ¿Habrá escapado tan rápido?, piensa. En el suelo, hay una máscara, recuerda que le pertenecía a uno de los recientes desaparecidos.
¿Ahora qué?
Oh... Cierto.
La anomalía.
La maldita anomalía.
Dio vuelta y echo a correr, sin impórtale si lo ven usando su velocidad mejorada. No presto atención a nada más que el camino. Al mismo tiempo que mil pensamientos iban y venían de su mente. Uno en especial haciendo de su mente un remolino de probabilidades más malas que buenas. Maldición. Los héroes existen. Esto cambia todo.
A pesar de saber que ser Spider-man no será un contratiempo, el lugar en que esta no lo favorece, ya hay villanos aquí, villanos que con gusto harían una alianza con la anomalía para destruir a Spider-man, que por cierto, aún no apareció. Un banco acaba de ser asaltado y no vio ni una red. Por otro lado, también podría ser porque aterrizo en el área de operaciones de otro héroe, muy posible del sujeto de rojo y rayos (tampoco una buena noticia). Espera que... su sentido arácnido se activo.
—¡Quítate de ahí!
Grito alguien, no espero otro aviso para saltar a la vereda. El desconocido que estuvo a punto de atropellarlo no se molestó en parar sino en conducir como un lunático que gritaba a los cuatro viento. Al levantar la mirada, entendió porque. Este universo posiblemente lo odia para que los mismos tipos que rechazaron su llamada estén conduciendo rápidamente hacia la ubicación de la anomalía. No solo siguieron patrullas (que por cierto estos si tenían la sirena encendida), ambulancias y camiones de bomberos inundaron la anteriormente desierta y silenciosa calle. Sin duda va a confirmar, este universo debe tener un inconveniente con la presencia de Peter. Sale corriendo tras ella antes de llegar escucha a la policía se esconde y observa oculto.
—Sí, calle San Bruto 22.
Un hombre adulto de estatura mediana cruzo la multitud con un aire de autoridad y firmeza que haría temblar a cualquier, las personas que estaban a su alrededor no fueron Luna excepción. Se apartaron de su camino como si se tratara de un dictador poderoso. Dos oficiales le siguieron mientras comentaban apresuradamente lo que decía en la carpeta que tenían.
—¿Alguien me puede decir por qué no veo ningún forense tomando las malditas fotos?
—Por la misma razón que tu departamento no estuvo alerta a ninguna llamada de auxilio —le respondió una nueva voz. El dueño de esta salía de un auto vestido con un uniforme médico. Su cabello pelirrojo ondulado llamando más la atención.
El que supuso era jefe de los policías, a pesar del odio mal disimulado que tenía hacia el recién llegado, hablo:
—No te atrevas a decir cómo debo hacer mi trabajo cuando ni puedes hacer el tuyo, Allen.
—De nuevo ¿Cómo voy a hacerlo si nadie de tu departamento atiende a las malditas llamadas?
— ¡Óyeme bien maldito mocoso!
— Agenda con mi secretaria —el señor Allen contestó sin mirar en dirección al jefe que por cierto, ya echaba humo.
—El señor Allen tiene libre el próximo mes a las 5 p.m. —una mujer alta y delgada le entrego una tarjeta a uno de los oficiales antes de seguir los pasos del señor Allen.
Dejo de prestar atención cuando la dura realidad lo golpeo al presenciar el cadáver siendo alzado por los médicos. Maldita sea, perdió a la anomalía.
O'Hara va a matarlo.
—Tienes toda la razón, Yanis.
La única voz que se atrevió a romper el coro de murmullos, a pesar del falso tono alegre, provenía del interior de una tienda al otro extremo de la calle, en uno de los televisores en exhibición, aunque ya no le importaba lo que decía, sino el video que salía en pantalla.
—Por favor, hackea ese satélite.
Una última mirada al grupo de profesionales, preparado las coordenadas para el portal, pensando en su fracaso y su probable reorganización a un sector menor.
Antes de darse cuenta, se vio empujado por un cuerpo, ambos cayendo por el portal.