Blue Hyacinth

Spider-Man: Spider-Verse (Sony Animated Movies)
M/M
G
Blue Hyacinth
author
Summary
Peter solo buscaba algunas flores para confesarse a su amor de la infancia, pero no esperó encontrar algo más que eso en aquella florería. MiguelxPeter B.
All Chapters Forward

Chapter 12

Miguel se mantuvo sentado en el comedor mientras frotaba lentamente su rostro, se sentía frustrado y molesto, pero no entendía del todo la razón. Sabía que su molestia nacía de saber que su hermano menor se había marchado de su hogar junto con el castaño. Lo conocía lo suficiente como para saber lo que pasaría, lo que seguro que ya estaba pasando. Se levantó haciendo que la silla callera hacía atrás por la brusquedad del movimiento, avanzó de un lado a otro por su cocina, no quería que su hermano estuviera con el menor, le hacía hervir la sangre el solo imaginar que se besaran. Sintió su celular vibrar y lo ignoró por un momento, no quería hablar con nadie, además los únicos que tenían su número eran su hermano y los proveedores, dudaba que estos últimos le estuvieran llamando.

 

Suspiró cuando la vibración se detuvo solo por un momento antes de dar paso a otra más corta, con fastidio sacó el dispositivo de su bolsillo notando que era un mensaje de Gabriel, chasqueó la lengua mientras desbloqueaba el teléfono.

 

 

Gabriel se encontraba en un callejón cruzando la calle de donde vivía, esperaba con paciencia mientras miraba alrededor, mandó otro mensaje antes de notar a su hermano yendo a su hogar, sonrió ampliamente alejándose al ver como tocaba la puerta y era el castaño quien abría.

 

Se alejó mientras guardaba su celular, tenía la esperanza de que pudieran charlar, incluso de que intentaran algo más, pero quizá sería pedir demasiado. Se las arregló para no regresar en toda la noche, cuando consideró que era bastante tiempo para lo que fuera que pasara ya hubiese terminado volvió a casa. Se adentró con cuidado mirando alrededor en busca de cualquiera de los dos, pero incluso en su habitación no había nadie. Pensó un poco antes de salir de nuevo de su hogar dirigiéndose a la florería viendo a su hermano preparándose para abrir.

 



― Oye, ¿Dónde está El Cachorro? ─ Cuestionó mirando alrededor dentro de la florería dudando en su subir, no quería encontrarse con el otro desnudo en la cama de su hermano, aunque no pudo evitar sonreír levemente, igual y no le molestaría verlo.

 



― En la universidad. ─ Respondió como si nada continuando su labor moviendo algunas macetas ignorando como su hermano le escaneaba con la mirada.

 



― Ya veo, El Cachorro es bastante responsable, uno pensaría que preferiría descansar para reponerse.

 

 

 

― ¿Reponerse de qué? ─ Le cuestionó al no entender a que se refería. Gabriel se quedó en silencio por un momento sin apartar la mirada de quien le cuestionaba porque no decía nada.

 




― ¿Pasó algo entre ustedes? ─ Sintió la frustración crecer en su interior al ver como el mayor negaba. Tenía una enorme necesidad de darle un par de golpes a su hermano mayor, había pasado toda la maldita noche en un motel de mala muerte para darles privacidad ¿Y el par de idiotas no habían hecho nada? ― ¿Ni siquiera un beso?

 

 

 

― ¿Por qué nos besaríamos? Somos amigos, creo.

 

 

 

― No, lo que son es un par de pendejos.

 

 

Gabriel pasó el resto del día con bastante mal humor, normalmente no lo demostraba, siempre intentaba mantenerse contento para su hermano mayor, no quería preocuparlo, pero era tan frustrante que ambos parecían estar en la misma página, pero eran demasiado densos como para darse cuenta. Apretó con fuerza el mango de la escoba al encontrarse a fuera de la florería barriendo siendo observado por Miguel que había intentado acercarse en diferentes ocasiones para entender la molestia de su hermano menor.


 

― ¡Gabriel! ─ Saludó el castaño que caminaba hacia él. El menor de los O'Hara por un momento pensó en ignorarlo, en cuestionarle, pero decidió regresar el saludo sonriendo amable.

 



Cachorro, ¿Cómo estás? No te veo desde anoche. ─ Movió sus cejas de arriba abajo notando como este se sonrojaba levemente, aquello le hizo sospechar un poco sobre lo que le había dicho su hermano no fue todo. ― ¿Pasó algo?

 

 

 

― ¿Algo como qué?

 

 

 

― No lo sé, tú dímelo, eres el que está todo rojo. ─ Alzó su mano para alzar levemente el marco de los lentes del castaño con uno de sus dedos.

 

 

 

― De verdad no pasó nada, digo, ¿Qué podría pasar? No creo que tu hermano me vea de esa manera. ─ Confesó antes de percatarse del aludido, se alejó de Gabriel para adentrarse a la florería.

 

Gabriel se quedó en su lugar sin moverse por un momento, meditando sobre las palabras del castaño, sobre la imbécil que era su hermano, lo ciego que era el menor, lo frustrante de aquello, pensó por un momento en dejar de entrometerse, que se quedaran sin concretar nada por ser tan idiotas, pero al adentrarse en la florería podía notar la manera en que su hermano le miraba. No lograba entender como el castaño no notaba ese anhelo en el mirar de su hermano mayor.

 



― Gracias por tu ayuda, el profesor me dijo que mi trabajo era más que sobresaliente. ─ Decía feliz hacía el que solo sonreía levemente y asentía con la cabeza.

 



― Me alegra haber sido de ayuda. ─ Quería decirle que podría ayudarle si lo necesitaba en el futuro, pero no se animaba, simplemente apretó los labios como si se obligara a callar.

 

 

― Miguel. ─ Le llamó su hermano obteniendo la atención de ambos. ― ¿Te gusta, no es así?

 

 

― ¿Q-qué? No digas pendejadas, no me gusta. ─ Se apresuró a responder sintiendo como entraba en pánico al tener al castaño ahí mismo escuchando su conversación, aunque por su expresión se daba cuenta que no entendía sus palabras.

 

 

¿Por qué lo niegas? El único que no se da cuenta es él.

 



― Basta ya, no hablaré de esto frente a él. Quiero decir, no hay nada que hablar no me gusta y punto.

 

 

― ¿Debería irme? ─ Cuestionó el castaño mirando alternadamente a los hermanos, ya los había visto discutir antes, pero esta vez parecía diferente. Podía notar como Miguel estaba incómodo mientras que el otro se mostraba serio frunciendo el ceño.

 

 

― Si.

 

 

― No. Quédate un poco más, Peter. ─ El aludido se sorprendió un poco al no ser llamado por el apodo que no entendía.

 

 

― No le hagas caso, lo mejor es que te vayas. ─ Decía Miguel intentando aparentar calma. ― Déjate de mierdas.

 

 

― Tú déjate de mierdas, es obvio que te gusta. ─ Dio un paso hacía el castaño sujetándole del brazo jalándole levemente ante la negativa de su hermano mayor. ― De acuerdo, no te gusta, entonces no importa si me lo quedo, ¿verdad? ─ Cuestionó antes de sujetar la nuca del menor inclinándose para unir sus labios. Aquel beso no duró ni un segundo cuando el mayor ya le había empujado contra una de las estanterías sujetándolo del cuello de la camisa.

 

 

― ¿Qué mierda se supone que estás haciendo? ─ Cuestionó sintiendo como la ira atravesaba su cuerpo.

 

 

― Vete cachorro. ─ Le indicó al confundido castaño que los miraba sin entender que estaba pasando, se apresuró a salir del lugar dejando a ambos hermanos continuar con su discusión.

 

 

― Eres un hijo de puta, Gabriel. Te dije que no te acerques a él de esa manera. ─ Decía intentando contener la necesidad creciente en su ser de golpearlo.

 

 

― ¿Por qué no? No escuché que se quejara. ─ Le provocó un poco más. Apretó su mandíbula girando el rostro hacía un lado cuando un puñetazo llegó a él.

 

 

― ¿Por qué eres así? ¡¿POR QUÉ SIEMPRE TIENES QUE ARRUINAR TODO?!

 

 

― YO NO HE ARRUINADO NADA. ─ Gritó también empujándolo con fuerza para hacer que soltara el cuello de su camisa. ― ERES TÚ QUIEN SIEMPRE LO ARRUINA, ¿POR QUÉ NO PUEDES ESCUCHAR?

 

 

¿Quieres que te escuche? ¡BIEN! ¡SOY TODO OIDOS! ─ Gabriel escupió hacía un lado la sangre que se había acumulado dentro de su boca. Quería regresarle el golpe, pero debía calmarse, alguien ahí tenía que ser la voz de la razón.

 

 

― Miguel, ¿Realmente no te das cuenta? ─ Cuestionó con cuidado con un tono bajo, pero contenido al aún sentirse molesto. ― ¿De verdad no te das cuenta de cuanto has cambiado desde que lo trajiste a casa aquella noche? No te digo que estás perdidamente enamorado de él, pero está claro que sientes algo y no salgas con de amistad. Puedo verlo. ─ Avanzó hacía él buscando su mirada.

 

 

― No sé de qué hablas. ─ Apretó sus manos hasta que los nudillos se ponían blancos por la fuerza. ― Somos amigos o algo así, no lo veo de otra manera y él no me ve...

 

 

Chingada madre, son un par de idiotas, Miguel, ambos están en la misma página, ¿Por qué no puedes verlo?

 

 

― Yo no...

 

 

― Bueno, dices que son amigos, ¿Entonces porque te molestó que lo besara? Si realmente no sientes nada por él, no debería importarte eso.

 

 

― Porque sé cómo eres, solo te lo cojeras y lo mandarás a la chingada. ─ Gabriel hizo una pausa antes de volver a hablar.

 

― Miguel y si yo... ─ Hizo una pausa. ― ¿Y si te dijera que realmente me gusta? ¿Te harías a un lado por mí?

 

 

Forward
Sign in to leave a review.