Blue Hyacinth

Spider-Man: Spider-Verse (Sony Animated Movies)
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Blue Hyacinth
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Summary
Peter solo buscaba algunas flores para confesarse a su amor de la infancia, pero no esperó encontrar algo más que eso en aquella florería. MiguelxPeter B.
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9

Gabriel se había preparado para pelear tras aquel golpe, no era fanático de aquella actividad y ciertamente pocas veces en su vida había tenido que recurrir a la violencia, pero ya no había marcha atrás. Se puso en guardia solo para ver como la expresión de su hermano pasaba de furia a sorpresa y tristeza en un instante.

 

 

― Hey. ─ Le llamó tensándose cuando el más alto se acercó para rodearlo con sus brazos con fuerza. Estaba confundido, esperando quizá que fuera una trampa para tirarlo al suelo y golpearlo, pero lo sentía temblar levemente por lo que se relajó de inmediato para corresponder el abrazo.

 

 

Lo siento, lo siento. ─ Repitió repetidas veces mientras el menor acariciaba su espalda.

 

 

― No pasa nada, todo está bien. Aquí estoy contigo. ─ Realmente hubiera preferido recibir una paliza de quien le abrazaba con fuerza a verlo tan indefenso y lleno de culpa.

 

 

Miguel se odiaba a si mismo por parecerse tanto a su padre, tanto físicamente como en su carácter, le causaba asco cada vez que en el reflejo veía parte del monstruo que se hacía llamar su padre, en cómo aunque intentaba ser paciente, quizá amable, no podía lograrlo del todo desde que su esposa abandonó este mundo, solo ella había logrado sacar a flote su amabilidad, pero desde su ausencia se hundió en la miseria, la amargura, levantó los muros alrededor de su ser para no permitir que nadie más lograra entrar, no darle el poder a nadie para hacerle daño nunca más, ya estaba bastante herido dentro de su ser como para permitir que alguien hiciera un desastre más. A temprana edad se dio cuenta de cómo golpeaba en ocasiones a su madre, en como esta por miedo callaba, como prefería ser golpeada ella a sus hijos, él no quería eso, no le gustaba ver a su madre sufriendo, por eso en la primera oportunidad que tuvo de protegerla a ella y a su hermanito lo hizo. Tomó la decisión de acompañar a aquel monstruo, soportando cada agresión en su contra, aguantando hasta que se saciara para que nada de su violencia llegara a su madre y hermano. Cada vez que era agredido se repetía mentalmente que él nunca sería como aquel monstruo, por ello se sintió morir cuando cayó en cuenta de lo que había hecho. Le dolió percatarse que golpeó a Gabriel en serio, en verle escupir sangre incluso. La culpa le inundó hasta casi sentir ahogarse, no veía a Gabriel el hombre frente a él buscando pelea, en sus ojos era el pequeño Gabriel intentando defenderse de un monstruo.

 

 

Se relajó un poco cuando sintió como su espalda era acariciada, le apretó con un poco más de fuerza escondiendo su rostro en el cuello de su hermano que no dejaba de consolarlo. Tras unos minutos se separaron, Miguel frotó sus ojos que se encontraban un poco hinchados por haber llorado e intentó alejarse, pero Gabriel le siguió.

 

 

― ¿Quieres hablar de eso? ─ Preguntó con cautela notando como negaba levemente con la cabeza. ― De acuerdo. ─ Se sentaron en la orilla de la cama, en silencio solo estado presente al lado del otro hasta que el mayor suspiró.

 

 

― Lo siento, no volverá a pasar.

 

 

― Es normal que los hermanos discutan y peleen de vez en cuando, así que no te sientas mal por esto. Solo te salvaste de recibir una paliza de tu hermano menor. ─ Intentó animarlo, pero podía ver como su mirada se mantenía fija en la nada. No disfrutaba de las señales de alarma. ― Sobre Peter… ─ Notó como obtuvo su atención, aunque fingía que no le importaba.

 

 

― No quiero los detalles.

 

 

― Pues te los daré. ─ Le dio un codazo. ― Fui a un bar donde resulta que él trabaja, deberías ir a verlo, ese cachorro se vuelve todo un lobo detrás de la barra.

 

 

― De verdad no quiero-

 

 

― Pedí unos tragos y claro que pagué con la tarjeta de mi hermano mayor, porque a él le gusta comprarme cosas lindas, no lo olvides. ─ Asintió con la cabeza mientras Miguel comenzaba a fruncir el ceño. ― Después de eso no recuerdo nada.

 

 

― ¿Qué? ¿Cómo llegaste a su casa entonces? ─ Gabriel sonrió levemente al notar el interés del otro.

 

 

― Peter me dijo que él y su amigo me llevaron a su casa, desperté cuando me caí de la maldita cama, tendrías que ver esa cosa, era mini, no creo que él quepa bien en la camita.

 

 

― ¿Y qué pasó después? ─ Preguntó bajo mirando hacia otro lado fingiendo no interesarle.

 

 

― Pues él se metió a la ducha, se vistió y me acompañó a la florería, lo demás tú lo viste. ─ Veía como el más alto parecía meditar sobre algo. ― Deberías ir a verlo trabajar. ─ Le animó, pero obtuvo una negativa del mayor.

 

 

No fueron esa noche y Gabriel lo agradecía porque necesitaba recuperar el sueño perdido, tampoco el sábado, pero el domingo arreglaba su cabello casi sin creerse lo que estaba por pasar. Por primera vez desde que su cuñada murió Miguel saldría a un lugar que no fuera el parque. Era una salida de hermanos a un bar, no pudo evitar sonreír feliz, lo que más deseaba es que Miguel pudiera recuperar su vida, no porque le causara molestia estar a su lado o algo similar, sino porque realmente anhelaba verlo divertirse honestamente, ser genuinamente feliz.

 

Terminó de arreglarse y salió de su hogar para ir a la florería donde su hermano mayor ya le esperaba en la entrada.

 

 

Pero mira que guapo. ─ Le halagó haciendo enfurecer al más alto.

 

 

Miguel se sentía un tanto incomodo conforme se adentraban en ese lugar, demasiadas personas, muchas miradas que se posaban sobre ellos. Retrocedió un poco antes de que Gabriel le diera unos golpecitos en la espalada para recordarle que no estaba solo en aquel lugar. Avanzaron entre las personas hasta una mesa no muy lejos de la barra. A Gabriel le hubiera gustado que se sentaran en la barra directamente, pero había muchas personas ahí y si estabas ahí significaba que estabas disponible, así que lo mejor era una mesa.

 

 

― No estoy seguro de esto. ─ Habló al fin Miguel mirando alrededor sin poder evitarlo, buscando las salidas de emergencia.

 

 

― Solo estaremos un momento, si realmente no te puedes divertir y quieres irte, nos iremos.

 

 

― Está bien.

 

 

― ¿Qué beberán? ─ El más alto reconoció aquella voz, pero cuando le miró casi no pudo reconocerlo. ― Gabriel. ─ Le saludó al reconocerlo y no pudo evitar sentirse un tanto cohibido al ver al más alto.

 

 

― Pediremos algo tranquilo, un par de carajillos para comenzar. ─ El castaño asintió con la cabeza intentando no mirar al más alto.

 

 

― ¿Qué tal? ─ Cuestionó el menor sonriendo al notar como Miguel seguía con la mirada a Peter.

 

 

― Tenías razón. ─ Aceptó alejando su atención del castaño. Frunció un poco el ceño mientras miraba sus manos que las sintió hormiguear un poco. No, debía estarse imaginando cosas, seguro era la sorpresa de verle tan atractivo al usar el uniforme, si eso era, se decía mentalmente mientras miraba por encima de su hombro para dar otro vistazo.

 

Gabriel tenía sus sospechas sobre la quizá posible curiosidad de su hermano hacía el castaño, pero ahora lo tenía casi confirmado. El real problema era averiguar si tenía oportunidad con el menor, después de todo era bastante popular en el bar. Agradeció a Peter cuando les trajo sus bebidas.

 

 

― Me alegra ver que ya no están discutiendo. ─ Quería hacer algo de charla antes de continuar con su trabajo, pues sería casi imposible darles su completa atención.

 

 

― No te preocupes, así nos demostramos nuestro amor. ─ Dijo alegre el de verde mirada recibiendo una sonrisa del más bajo.

 

 

― Creí que no venías a estos lugares. ─ Se dirigió a quien se dedicaba a darle sorbos a su bebida intentando no mirar demasiado a quien tenía a un lado.

 

 

― No en realidad, fui obligado por él. ─ Tragó saliva al escucharlo reír, una extraña calidez se expandió de su estómago al resto de su cuerpo. ― Creí que no veías sin tus gafas.

 

 

― Y es verdad, estoy usando lentes de contacto.

 

 

― ¿Por qué no los usas siempre? ─ Preguntó con curiosidad, parecía más práctico de esa manera.

 

 

― Si lo hiciera no me dejarían en paz. ─ Le guiñó un ojo sintiéndose un tanto estúpido por comportarse de esa manera, pero en su trabajo es como tenía que ser, si fuese demasiado amable o dejara que notaran que no era tan “atrevido” como parecía entonces se lo comerían vivo. ― Bueno, tengo que seguir trabajando, me dio gusto verlos aquí.

 

 

Gabriel se quedó al margen observando, analizando todo lo que había pasado en tan poco tiempo, no esperaba que el castaño se comportara de esa manera, pero pudo notar por un momento aquella llama que creyó apagada en el mirar de su hermano. Alzó una ceja al notar que su hermano seguía con la mirada a quien se alejaba de ellos y no prestando atención precisamente a su espalda.

 

 

Que rico. ─ Habló llamando la atención de Miguel.

 

 

― ¿Quién?

 

 

― La bebida.

 

 

― Ah, sí.  ─ Gabriel tenía unas enormes ganas de burlarse de su hermano mayor, de repente llegaba a su mente recuerdos de la niñez donde se le hacía burla a quien gustara de alguien. Estaba tentado a hacerlo, pero tenía que controlarse, si hacía aquello seguro que Miguel se cerraría de nuevo y no podía permitir eso. No ahora que por fin veía un tipo de avance, no solo rutina y monotonía que mantenía al mayor en movimiento, pero no viviendo.

 

 

 

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