Blue Hyacinth

Spider-Man: Spider-Verse (Sony Animated Movies)
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Blue Hyacinth
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Peter solo buscaba algunas flores para confesarse a su amor de la infancia, pero no esperó encontrar algo más que eso en aquella florería. MiguelxPeter B.
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Chapter 10

Miguel creía que no se divertiría en aquel lugar lleno de personas extrañas, rodeado de música algo alta que molestaba sus oídos, pero cada vez que su mirada se encontraba con la del castaño cualquier molestia o incomodidad que hubiese tenido, desaparecía. El regreso a casa, sin embargo, no fue tan divertido al tener que encargarse de su hermano menor que se había divertido lo suficiente por los dos bebiendo hasta caer en la inconsciencia.

 

Gabriel no había podido evitar el relajarse demasiado al notar la mirada de su hermano mayor, en su actitud mientras buscaba al castaño dentro del bar y como aquel cachorro correspondía aquel sutil coqueteo de miradas. Quizá no tendría que preocuparse demasiado de si su querido hermano podría ser correspondido. Por ello se permitió portarse mal y beber cuanto quiso, después de todo no era él quien tenía que pagar. Los siguientes días miraba con algo de discreción como Miguel casualmente salía a regar las flores fuera de la tienda o barrer a la hora que el castaño pasaba frente a su florería al ir a la universidad.

 

Dio un sorbo a su café estando de pie frente al ventanal de la florería observando como ambos charlaban, no podía escuchar lo que decían, pero parecía que hablaban de un tema bastante casual, por momentos reían o hacían ademanes con sus manos explicando alguna cosa. Alzó una de sus cejas al notar como Peter daba un paso hacia adelante y su hermano se congelaba sin moverse. La mano del castaño dio un suave toque en el brazo de su hermano antes de despedirse e irse con algo de prisa. Sintió sus ojos arder un poco al contemplar como su hermano suspiraba y tocaba con cuidado donde antes estuvo la mano del menor. Tuvo que tomar aire y retroceder ante el alivio y alegría que llegó a su ser al ver a Miguel de aquella manera, no podía recordar cuando fue la última vez que vio una genuina sonrisa en su rostro, cuando el miedo no le abordó ante la preocupación de lo que pudiera pasar si no lo vigilaba.

 

 

¿Estás bien? ─ La voz de Miguel le trajo de vuelta a la realidad.

 

 

― Sí, estoy bien. Me entró algo de tierra en el ojo. ─ Mintió tallando con cuidado su parpado antes de dar su atención al más alto. ― ¿De que hablaban?

 

 

― Oh, de nada en especial. ─ Se apresuró a responder mirando hacia otro lado.

 

 

― Vamos Miggy, puedes engañar a cualquiera menos a mí. ─ Dejó el café a un lado de una maceta antes de llevar sus manos a los costados del mayor apretándolo un poco sacándole una risa. ― Dime o te daré un castigo. ─ Ambos hermanos comenzaron una pelea de cosquillas y Gabriel se sintió dichoso. Era como cuando eran pequeños, cuando estaban juntos, antes de que todo se fuera a la mierda para ambos, sobre todo para su hermano mayor.

 

En algún punto las cosquillas pasaron a ser forcejeos donde ambos intentaban tumbar al otro, por lo menos hasta que la puerta de la florería se abrió haciendo sonar la campanita sobre la puerta alertando sobre un cliente, ambos hermanos se separaron un poco avergonzados por su comportamiento antes de que Miguel acomodara su cabello acercándose al nuevo cliente.

 

 

 

Peter a penas y prestaba atención a las clases mientras garabateaba la hoja de su cuaderno, no escribía nada legible, tampoco creaba imágenes que se pudieran distinguir, simplemente eran rayones sin una razón más allá de mantener su mano en movimiento mientras su mente divagaba. Sonrió sin notarlo al pensar en cómo cada mañana se encontraba con Miguel y charlaban un poco, incluso se levantaba un poco más temprano para tener unos minutos más para charlar.

 

 

― Parker. ─ El llamado del profesor le sacó de su ensoñación mirando alrededor un tanto confundido al ser consiente de donde se encontraba. ― Ya que parece tan feliz con el tema, ¿Qué le parece si mañana presenta un ensayo para la clase? ─ Peter se encogió en su asiento mientras asentía levemente con la cabeza, ni siquiera sabía de qué tema estaban hablando, pero aquella pregunta sabía que era una obligación.

 

 

― Parece que te pasó algo bueno. ─ Dijo divertido su mejor amigo mientras le daba un leve codazo. ― Creí que estarías deprimido tras lo de MJ.

 

 

― Basta Harry, no me pasó nada bueno. ─ Mintió, pues cada mañana sentía que tenía buena suerte solo por encontrarse con el mayor. Hice una leve mueca cuando sintió una punzada en el pecho al escuchar el nombre de la pelirroja, dolía menos, pero aún lo hacía. ― No quiero pensar en eso, mejor dime que tema se supone que estábamos viendo.

 

 

― Siento que me estás mintiendo. ─ Entrecerró los ojos mientras ambos cruzaban el parque. ― Veíamos sobre las modificaciones genéticas en los seres vivos como las plantas, sinceramente en algún punto dejé de escuchar.

 

 

Peter agradecía la ayuda de su mejor amigo, por lo menos la que le dio al decirle que tema era el que debía investigar para hacer un maldito ensayo. Había acudido a la biblioteca en busca de algunos libros como referencia, sacó prestados un par del lugar, lo positivo de aquella universidad es que tenías acceso a renta de libros, aunque si los regresabas en mal estado tendrías que reponerlos y en caso de perderlos pagar una gran multa que el castaño no podía darse el lujo de obtener, así que con cuidado introdujo los libros en su mochila y caminó desanimado hacía la estación de tren. Lo único positivo de aquello era que al ser lunes no tenía que trabajar, pero ahí iba su ansiado descanso.

 

 

― Eres un idiota. ─ Se quejó en voz alta frotando sus ojos al meter sus dedos por debajo de sus gafas, su andar fue detenido por un par de manos sobre sus hombros. Dio un respingo alejando sus dedos notando a quien tenía en frente.

 

 

― ¿Por qué eres un idiota?

 

 

― Gabriel. ─ Saludó antes de suspirar fastidiado. ― Por distraerme en clase, tengo que hacer un ensayo sobre genética de las plantas o algo así y no tengo la menor idea de por donde comenzar. ─ El menor de los O’Hara le miró contemplando su cuestionamiento, su mirada se paseó hacía el ventanal de la florería donde su hermano acomodaba algunas plantas y flores. Aún era temprano, supuso que el castaño salió temprano o normalmente iba a otro lado antes de regresar a casa, regresó su mirada a quien había estado ignorando, pero que continuaba hablando de su predicamento.

 

 

― Oye cachorro, ¿Me harías un favor? ─ El aludido le miró confundido sin entender lo que aquel apodo significaba, pero terminó accediendo cuando su mochila fue casi arrebatada por el otro mientras le pasaba su tarjeta y le indicaba el NIP de la misma.

 

Así que ahora ahí estaba Peter, de pie esperando tras la barra que el barista le diera su pedido; dos capuchinos y un expreso. Claro que las opciones un poco dulces eran para él y Gabriel, mientras el amargo sería para el más alto. Podía haberse negado, pero no quería dejar pasar aquella oportunidad de convivir con ambos de nuevo. Era divertido ver su dinámica familiar.

 

Gabriel por su parte se adentró en la florería tan rápido como el castaño de dio la media vuelta para ir a la cafetería, se acercó a quien revisaba con esmero algunas de las flores para ver que cuidados podrían requerir para mantenerse frescas.

 

 

― Pásame el atomizador. ─ Pidió sin mirar al menor estirando su mano, se sorprendió al sentir algo pesado ser dejado en esta y se giró notando que se trataba de una mochila, miró confundido a su hermano que sonreía. ― ¿Esto qué? ─ Preguntó con molestia.

 

 

― Es de Peter. ─ Con solo decir su nombre pudo notar como la expresión del mayor se suavizaba un poco sujetando de mejor manera la mochila mirando alrededor en busca del dueño. ― Fue por unos cafés, necesitaba que no estuviera para preguntarte algo. ─ Notó como alzó la ceja mientras le miraba con desconfianza. ― Escucha, escuché que nuestro cachorro necesita ayuda con una tarea sobre genética y ya que tú eres un genetista, creí que sería buena idea que le ayudaras.

 

 

― ¿Nuestro? ─ Repitió sin notarlo ignorando la sonrisa que inútilmente su hermano intentaba ocultar. ― ¿Le dijiste que le ayudaría? ─ Cuestionó viendo como negaba con la cabeza.

 

 

― Claro que no, por eso primero vine a preguntarte si podrías o querías hacerlo. ─ Entendía que quizá su hermano se negara, después de todo, desde la muerte de su cuñada se había alejado de todo lo relacionado con su antigua vida refugiándose en aquella florería.

 

 

― No tengo problema con eso, pero ¿Tú crees que quiera mi ayuda? ─ Cuestionó un tanto inseguro quejándose cuando fue rodeado por los brazos del menor que le apretaba con algo de fuerza. ― ¡Suéltame, pendejo!

 

 

― Eres tan lindo, por eso siempre fuiste el favorito de mamá. ─ Se burló sin soltarlo, reía divertido de como el otro forcejeaba al no estar acostumbrado a recibir aquellas demostraciones de cariño desde hace tanto tiempo. Ambos miraron hacía la puerta que se abría mientras el castaño los miraba.

 

 

― Perdón, creo que los interrumpo.

 

 

― N-no lo haces. ─ Se apresuró a responder al más alto mientras empujaba con un poco de fuerza a Gabriel para que le soltara haciéndole caer al suelo mientras este dramatizaba.

 

 

― Oh, mi pierna. ─ Se quejó falsamente sonriendo sin apartar la mirada de Miguel quien le miraba molesto ante la escena de Peter apresurándose a pasarle la pequeña charola donde transportaba los tres cafés a Miguel solo para ponerse de rodillas a un lado de Gabriel.

 

 

― ¿Te encuentras bien? ─ preguntó preocupado mientras tanteaba con cautela la pantorrilla de quien se quejaba. ― ¿Te duele mucho?

 

 

― Si, ayúdame. ─ Dijo lastimero jalando del brazo al castaño para que se inclinara un poco hacía él antes de que fuera alejado por Miguel que lo sujetó del brazo con algo de fuerza para obligar a que se levantara.

 

 

― No le creas, este pendejo solo está fingiendo. ¿Verdad? ─ Miró a su hermano con molestia.

 

 

― Eres tan frío Miggy. ─ Se quejó levantándose antes de confundida mirada del castaño que los miraba mientras comenzaban a hablar de nuevo en español sin comprender una palabra.

 

 

A nadie le gustan los hombres celosos, hermano.

 

 

― ¿Quién está celoso?

 

 

― No lo sé, mírate en un espejo y pregúntaselo. ─ Le sacó la lengua notando como fruncía el ceño molesto. ― ¿Lo ayudarás o no? Se nota que quiere irse. ─ Desvió la atención hacía el castaño que se mantenía al margen y que miró en otra dirección cuando ambos hermanos de observaron.

 

 

― Escuché de Gabriel. ─ Aclaró su garganta Miguel mientras se giraba hacía el castaño. ― Que tienes una tarea o algo sobre genética.

 

 

― Oh, es verdad. Lo mejor será que me vaya a investigar para poder realizarla. ─ Se apresuró a decir al creer que aquello era una invitación a que se fuera.

Miguel dudó, quería ofrecer su ayuda, pero temía ser rechazado, así que solo asintió con la cabeza, le dejaría irse.

 

 

― Miggy te puede ayudar. ─ Intervino Gabriel al notar que aquel par seguramente no llegaría a ningún lado por sí mismos. ― Puede parecer un salvaje, pero es bastante inteligente.

 

 

No me ayudes. ─ Se quejó por el último innecesario comentario antes de regresar su atención al castaño. ― Soy genetista, así que creo que podría ayudar un poco, bueno, si eso quieres.

 

 

― ¿De verdad? ─ Preguntó con ilusión, al fin veía una luz al final del túnel que era aquella tarea que le fue asignada justamente por estar pensando en quien ahora le ayudaría a realizarla.

 

 

 

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